24.- Álbum familiar

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— Jungkook, ¿Podrías entregar este café a la mesa cuatro, por favor?

— Enseguida, Taemin.

Agarré la charola con café late y capuchino, y me dispuse a caminar hacia mi destino.

Me encontraba trabajando de nuevo en la cafetería, bueno técnicamente hoy es mi segundo día trabajando otra vez.

Mierda.

Y yo que ya me había acostumbrado a tener mis tardes libres.

Suspiré, lo que uno tiene que sacrificar por ser pobre...

— Aquí tiene.

Al terminar de colocar los pedidos correspondientes en la mesa hice un pequeña inclinación y me aleje volviendo a mi lugar, esperando a que llegara otro cliente para atenderlo o que me hablaran por si se les ofrecía algo más.

Me recargué en la pared con las manos en mi espalda cerca de la puerta donde iniciaba la cocina y empecé a balancearme sobre mi. Me puse a meditar.

Muchas cosas habían pasado durante estas dos semanas, y yo no me di por enterado por estar tan distraído pensando en el estúpido de Jimin, maldito. En fin, al parecer hubo muchos progresos con Tae y su novio no novio, Hoseok(?, bueno no sabría cómo referirme a ellos, ya que hace no más de dos días los vi en una situación para nada amistosa, en resumen, no sé quién le comía la boca a quien, pero de lo que si estoy seguro es que de haberme quedado ahí hubiera sido un error y hubiera sido testigo de manoseos entre mi mejor amigo y su... sea lo que sea que fuera Hoseok. En otras noticias, Namjoon y Jin tienen algo así como un rollo entre ellos... también, aunque se me hace un poco extraño ya que Jin siempre le tiraba a loco a Namjoon o se andaba quejando de él de que no le dejaba en paz, pero bueno, del odio al amor solo hay un paso, pero yo creo que Jin le traía ganas desde hace tiempo solo que se hacía del rogar. Bien, hasta aquí con mi reporte, Joaquín.

Me perdí de muchos chismes de mis amigos solo por andar con un nombre rondando en mi cabeza.

Negué con la cabeza.

Acuérdate, Jungkook.

Pensar mucho en una persona no trae nada bueno, solo te empiezas a confundir tú mismo creando escenarios que no son.

Escuché la campanilla de la puerta al abrirse avisando de que habían llegado nuevos clientes, al momento de levantar la mirada estuve a punto de estrellar la cabeza contra la pared.

¡Es el colmo!

Justamente la persona que quería esfumar de mis pensamientos aparece.

¡Genial! ¡Fantástico!

¡¿Así como quieren que deje estar atormentándome yo solo si es como si se estuvieran burlándose de mí restregándome en la cara su presencia cada que iba a algún lugar que yo creía que no estaría!?

El mundo se burla de ti, Jungkook.

Como siempre.

— Am, Jungkook. — apareció Kibum a lado mío con una sonrisa apenada. — ¿Podrías...

Hice un mohín inconscientemente pero aun así terminé asintiendo.

Saqué mi libreta donde anotaba los pedidos de mi bolsillo izquierdo del pantalón, agarré las cartas y me dirigí a la mesa donde se encontraba Jimin con Namjoon y Yoongi.

Ni bien iba llegando a la mesa cuando Namjoon se percató de mí presencia.

— ¡Hey! Jungkook. — saludó animadamente.

— Hola

Dejé las cartas enfrente de cada uno y esperé a que escogieran algo.

— Jimin ya te extrañaba ¿sabes? — soltó Yoongi y Namjoon se empezó a reír divertido.

Alcé una ceja en confusión y divertido por la ocurrencia que acababa de decir.

— No entiendo por qué debería de extrañarme. — volteé a ver a Jimin y este rodó los ojos.

— Fue su idea venir aquí. — contestó Namjoon como si nada.

Entrecerré los ojos y Jimin sólo se encogió de hombros.

— Cómo sea. — dijo mientras hacia un movimiento de manos restándole importancia. — tenía mis razones para venir.

— Claro. — prosiguió Yoongi. — como ver a tu novio vestido de mesero paseándose de mesa en mesa, mientras tú tienes una de tus fantasías medias raras, que implica a Jungkook atendiéndote y con menos ropa. — arrugando la nariz en una mueca de asco y al poco tiempo soltar una sonora carcajada.

— ¡No seas imbécil! — respondió rápidamente Jimin, pude apreciar el ligero rubor en sus mejillas. Era la primera vez que lo veía avergonzado. — ¡se supone que son mis amigos! No deben andar divulgando las fantasías sexuales de uno de sus amigos.

Mi cara se tornó roja y carraspeé incomodó percatándome de lo que acababan de soltar ellos tres, mientras Namjoon y Yoongi se reían a carcajadas.

— Hay por favor, ya deberías de saber cuáles son las consecuencias de ser parte de uno de los nuestros. — contestó Namjoon tratando de calmarse.

— Sí, solo estoy esperando. — Jimin sonrió inocentemente. — solo tengo que ver la oportunidad perfecta.

— Bueno. — dije interrumpiendo su plática, ya que no quería saber qué otras cosas más hablaban de mí. — ¿Ya saben que van a pedir?

— Bien. — habló rápidamente Jimin. — Yo pido quince minutos de tu tiempo, tal vez menos, dependiendo de que tanto me tarde.

— Estoy trabajando, Jimin.

— Lo sé. — respondió obvio. — por eso sólo serán quince minutos.

— Me pueden regañar ¿sabes?. — respondí igual que él.

— Sólo serán quince minutos. — insistió.

— Ya, dile que sí. — interrumpió Namjoon.- sino andará jodiendo de que no quisiste hablar con él.

— Y la verdad, muy amigo y todo pero no queremos soportarlo. — prosiguió Yoongi sonriéndole a Jimin quién lo miro mal. — sabes que te amamos.

Jimin negó con la cabeza, pero pude ver un que realmente no estaba ofendido por las palabras de sus amigos, más bien, divertido.

Terminó por suspirar y volteó a verme.

— Sólo serán quince minuto ¿qué te cuesta?. — soltó Jimin un poco insistente. — Te esperaré hasta que salgas.

— Sabes que salgo a las siete ¿no? — me cruce de brazos.- no puedes esperarme tres horas.

— Sí, sí puedo. Y sabes que lo haré. — me retó. — De todos modos te iba a esperar a que salieras, y por eso estoy aquí.

— Déjame entender, estás aquí por..

—¡Ya, Jungkook!. — me interrumpió Yoongi. — en vez de entender la rara lógica de Jimin, deberías de darle ese tiempo para que escuches lo que tenga que decirte. Fin.

Bufé sonoramente.

— Sólo quince minutos, no más. — le dije a Jimin. Después la hice una seña con la cabeza de que me siguiera hasta otra mesa más alejada y le hice una señal a Taemin de que me cubriera solo por un momento.

Al llegar a la mesa Jimin se sentó enfrente mío y me sonrió.

— Bien, ¿qué paso? — pregunté extrañado.

— Bueno, son dos cosas las que tengo que decirte. — agarró una servilleta y empezó a Jugar con ella.

— Pues échalo, sácalo, como quieras decirlo. — lo observé como hacia un barquito con la servilleta.

— Bien, empecemos con la buena noticia.

— Ósea, que hay una mala. — pregunté cada vez más intrigado.

— Si, bueno, no sé. Dependiendo de cómo lo tomes tú. — levantó la vista mirándome fijamente. — y ya deja de interrumpirme ¿quieres?

Asentí.

Volvió su vista a la servilleta.

— Okey, como te decía. La buena noticia es que, ya no tendrás que andar con esos feos moretones en el rostro y andar inventando historias de cómo fue que te los hiciste. — lo miré sorprendido y el alzó una ceja cuando volteó a verme. — ¿Qué? Mientes fatal. Además, Taehyung me lo dijo.

Iba a abrir la boca para protestar pero él siguió hablando interrumpiendo mi queja.

— Te lo dije, si no me lo decías tú, de una u otra manera me iba a enterar. Creo haberte dicho que cualquier cosa me dijeras ¿no? — me sentía como cuando mi papá me estaba regañando por algo de hice.- Hubiera preferido enterarme de las cosas por ti, no de terceros, ya que al fin y al cabo al que están lastimando es a ti.

— Jimin, no tienes por qué meterte en mi vida ni en mis problemas, son míos. Si no te lo dije es porque, a veces tengo el valor para defenderme. — no siempre iba a estar dependiendo de él.

Vi como poco a poco se le endureció la mirada a Jimin mientras dejaba la servilleta, se cruzaba de brazos y se enderezaba en el asiento.

— ¿Qué no me meta en tu vida, dices? — negó con la cabeza y soltando una risa sin una pizca de gracia. —Tú te metiste en la mía si no mal recuerdo, Jungkook. Por si no te acuerdas todo esto comenzó por ti.

Sus palabras me golpearon duramente, mierda... creo que la había cagado..

— Jimin, no te lo tomes así. — traté de arreglar las cosas.

— ¿Pues cómo quieres que me lo tome? — contestó apretando los dientes. — me la pasé cuatro jodidos días seguidos plantado enfrente de la oficina del director hasta que se le ocurría atenderme para pedirle que expulsará a Minsoo y a sus amiguitos y cuando por fin lo logró y vengo a darte las buenas nuevas, me sales con tus estupideces de "no te metas en mis asuntos". No me jodas, Jeon.

Me relamí los labios sintiéndolos de pronto resecos, me sentí mal..

— Jimin, lo siento.. no, no quería que te lo tomarás así. — piensa, Jungkook, piensa. — yo...yo enserio agradezco lo que has hecho, y.. y lo que te dije no es como tú crees. — hice una pequeña pausa. — Jimin, entiéndeme, cuando paso lo de la fiesta de aquella vez, yo estaba muy asustado e imploraba de que alguien, alguno de ustedes me vería e iría a ayudarme, pero eso no paso. — tomé una bocanada de aire. — ustedes no siempre estarán ahí para que no me lastimen, tengo que aprender a defenderme y creo que hasta ahora lo estoy haciendo bastante bien. No estoy diciendo que no quiero tu ayuda, pero tampoco quiero que te metas en problemas que no te corresponden ¿sabes?

Jimin suspiró sonoramente y después de unos instantes asintió.

— Entiendo. — dijo sin mirarme a la cara.

Me restregué la cara frustrado.

Suspiré y me llené de valor para lo próximo que haría. Sé que se vería raro pero si quiero que las cosas se arreglen tengo que poner de mi parte. No me gustaría que estuviéramos mal entre nosotros.

Lentamente fui alargando mi mano hasta la suya, Jimin se sobresaltó un poco al sentir el toque, pero no se apartó solo se quedó viendo hacia nuestras manos y poco a poco empecé a entrelazar mi mano con la suya.

Me quedé observando la unión de estás, y a pesar de que para nosotros sería una acción rara debido a que nosotros no somos novios realmente, no se sentía incorrecto, me gustaba la sensación de sentir su mano contra la mía, a pesar de que las manos de Jimin eran más chicas que las mías, nuestras manos se amoldaron bien.

— Jimin. — le hablé atrayendo su atención. — enserio, gracias por lo que hiciste. Y sobre lo otro, no lo decía enserio. Aprecio lo que hiciste. — le sonreí tratando de alivianar el ambiente.

— Te dije que estaba bien.

— No es cierto, no está bien. — sin querer me salió un mohín. — Sé que la cague y estoy tratando de arreglarlo y tú sigues serio. Sé que si yo estuviera en tu lugar probablemente te hubiera respondido horrible por decir eso. Y la verdad, no quiero que estemos enojados ¿sí?

— Te dije que no había problema. — respondió calmadamente y empecé a sentir caricias suaves en el dorso de mi mano.

— Pues entonces sonríe.

— No quiero sonreír.

— Entonces aún no estamos bien. — ladeé ligeramente la cabeza y sonreí. — Anda una sonrisita, aunque sea pequeñita ¿sí? — acerqué mi mano libre a so rostro tratando de curvar sus labios hacia arriba, pero haciéndose complicado el trabajo, ya que nada más estaba ocupando una mano.

Jimin rodó los ojos riendo entre dientes y agarró mi otra mano entrelazándolas y apoyándolas sobre la mesa.

— Ya ¿feliz?. — respondió regalándome una pequeña sonrisa.

— La verdad es que no. — dije tratando de cambiar de tema rápidamente. — tengo hambre y aún no me has dicho cuál es la otra noticia.

— ¿No has comido? — preguntó extrañado.

— Sí, pero me da mucha hambre en la tarde. — mierda mi estómago estaría rugiéndome lo que quedaba de tarde.... a menos que.... le pediré a Min young que me regale los pastelitos que le sobren.

— Puedo pedirte algo y te lo comes poco a poco cuando vayas a nuestra mesa.

— Eso podría funcionar. — sonreí. — pero, aún no me dices la otra noticia.

Jimin suspiró.

— El sábado pasado fui a la casa de mis padres. — me tensé un poco, por lo que recuerdo, su papá no se tomó muy bien el que Jimin le hubiera presentado un novio en vez de una novia. — Tranquilo, todo estuvo... bien.. — dijo Jimin rápidamente cuando me sintió tensarme un poco.

Lo último lo dije un poco dubitativo. Okey, fue a verlos y... ¿¡y?! ¡¿Qué más pasó?!

— ¿Ese bien es un ¡bien! estuvo todo chido o un bien, de más o menos o bien muy mal?

Jimin rió ante lo que dije, pero sinceramente no le encontraba la gracia, yo estaba hablando seriamente.

— Creo que fue un bien todo chido. — Jimin sonrió pronunciando lo último divertido. — De hecho fue mejor de lo que esperaba, mamá me invitó a pasar el fin de semana en la casa, me dijo que papá estaba un poco más tranquilo y que no había ningún problema si los pasaba a visitar.

— Entonces, te la pasaste bien ¿no? — pregunté para estar cien por ciento seguro de que no había ocurrido nada malo.

— Sí, todo tranquilo. — sonrió. — y...

— ¿y...? — lo incité a que terminará la frase.

— Mi mamá...- vaciló un poco.

— ¿Tú mamá qué..? — pregunté un poco más ansioso, pero luego pensé que algo malo había pasado por lo que pregunté. — ¿Le paso algo a tu mamá?

Jimin negó y sonrió un poco apenado.

— Mi mamá nos invitó a cenar.

Abrí mis ojos como plato.

— ¿Cómo? — me solté del agarre de sus manos y me señale sorprendido. — ¿Yo? ¿Por qué?

— Quiere conocerte... mejor, algo así dijo.

Me empecé a sentir muy nervioso de repente.

— ¿Y..Y cuándo quiere que vayamos? — pregunté y sentí que estaba a punto de desmayarme de los nervios.

— Hoy. A las 7:30 de la noche. ¿Ya ves por qué de todos modos te tenía que esperar? Además tenía que avisarte anticipadamente.

— ¡Pues sí! ¡Pero eso se hace mínimo una semana antes así o una de dos o me mentalizo para conocer a tus papás o huyó del país.

Jimin se empezó a reír.

¡No es gracioso, desgraciado!






Entodo lo que quedaba de tarde no pude dejar de pensar en que hoy conocería formalmente a los papás de Jimin, lo cual no debería sentirme nervioso porque no es como si fuéramos una pareja de verdad, ¡pero aun así! los malditos nervios no me dejaron tranquilo en toda la tarde y para acabarla, me regañaron un poco porque me llevé más de quince minutos hablando con Jimin y se dieron cuenta de mi ausencia de una hora.

Por otro lado, cuando terminamos de hablar decidimos volver a la mesa donde estaban Namjoon y Yoongi, y no se hicieron de esperar las burlas por parte de estos hacia nosotros, porque según ellos andábamos muy melosos, que por poco casi nos van a separar ellos mismos o como ellos dijeron:

"ya casi les íbamos a romper su nidito de amor, nada más les faltaba el fondo rosadito, las flores y pajaritos volando, de milagro que no se besaron si no hubiera sido el colmo"

Jimin les respondió que eran unos envidiosos y yo para ese entonces estaba más rojo que un tomate.

Al salir de la cafetería pude divisar a Jimin despidiéndose de Namjoon y Yoongi quien estos al verme alzaron un mano en mi dirección agitándola de un lado a otro en forma de despedida, sonreí e imite el gesto.

— ¿Iremos en bus o trajiste tu carro? — pregunté cuando estaba a lado de él.

— Traje mi carro, sólo que lo estacione un poco más adelante. — empezó a caminar.

— Bien. — empecé a seguirle el paso.

— ¿Estás nervioso? — preguntó después de un rato volteando a verme.

— Sólo un poco. — sonreí incómodo. — es que... nunca me imaginé que me llevarían a conocer a sus padres. Además, se suponía que tendría que ir a conocer a los padres de mi novia. — dije divertido. — no a los padres de mi novio falso.

Jimin se rió.

— A decir verdad, esto es nuevo para mí también. Pero estoy tratando de no pensar mucho en lo que vaya a pasar.

Nos detuvimos enfrente de su carro, le quitó el seguro a la puerta del copiloto y espero a que yo entrará para cerrar la puerta, lo vi rodear el carro y finalmente subirse.

— Mira, con solo de que seas educado al llegar a la casa y que alagues la comida de mi mamá sin ser excesivo. — sonrió. — todo estará bien.

— Bien. — me froté las manos en las rodillas nerviosamente. — puedo con eso. Ser educado y dar gracias por la comida tan rica que me dé.

Jimin asintió.

— Además tampoco es como si estuviera llevándote al matadero. — me palmeó la espalda. — así que tranquilo.

Encendió el auto y lo puso en marcha.

— ¿Puedo poner música?

— No traigo discos, pero si quieres puedes poner la estación de radio. — mencionó sin despegar la vista de enfrente.

Me incliné hacia la radio la voz de Troye sivan llamó mi atención, haciendo que le dejarán en esa estación.

Carraspeé aclarándome la garganta.

— Y...

— ¿Y..?

— ¿Cómo te ha ido con tus conquistas durante este tiempo? — lo volteé a ver y Jimin hizo una mueca con la boca.

— No he salido,. — contestó sin dejar de ver hacia la carretera. — si eso es a lo que te refieras. No he tenido... tiempo, por así decirlo.

— Ya veo. — inconscientemente sonreí al escuchar eso.

Dirigí mi vista al frente.

Alivio. Eso fue lo que sentí.

Decidí que no era necesario entablar conversación con él, debido a que por el momento no sabía que decirle así que opte por el silencio, aunque no es como si me molestara ya que no importaba si estábamos en silencio o teniendo de vez en cuando nuestras disputas, me sentía cómodo en compañía de Jimin, y creo que Jimin piensa lo mismo ya que no dijo nada más.

También me quedé pensando. Tal vez estoy más jodido de lo que imaginé, antes no me hubiera importado si Jimin salía con alguien diferente cada día o no, tampoco ocuparía casi el ochenta por ciento de mi tiempo pensando en él cada que nos encontrábamos por los pasillos y se le ocurría molestarme un rato.

Bien puede que tal vez, solo tal vez, muy muy dentro de mi ser, este agarrando más que cariño hacia Park Jimin, solo puede ser. Es una mísera suposición. No estoy diciendo que lo sea, no, solo un supongamos.

Por qué am, bueno, para empezar.

Según mis padres, a mí siempre me han gustado las mujeres y eso lo tenía muy presente de chiquito, nunca he mirado a alguien de mi mismo sexo de manera amorosa...

Puedes ser Jiminsexual

¿Tan siquiera esa palabra existe?

Bueno, supongamos que sería Jiminsexual, pero.. bueno no tendría problemas con mis papás, mi mamá siempre ha tenido la mente abierta y tiene un amor y un respeto hacia la gente que se aman del mimo sexo así que pues... se lo suficiente como para no espantarme mucho si en algún momento llega a ocurrir algo..

Bueno, pero solo son suposiciones, todavía puedo salvarme, solo tengo que mantener mi mente en blanco y todo se solucionara.

De repente sentí la mano de Jimin posarse en mi rodilla haciendo que volteara a verlo.

— ¿Te encuentras bien? — preguntó un poco preocupado.

— Sí. ¿por qué? — pregunté confundido.

— Bueno, estabas moviendo tu pierna muy rápido. — lo miré un poco avergonzado.

— Lo siento, eso pasa cuando estoy nervioso.

Jimin sonrió y retomó el camino.

Suspiré.

Yo solito me delataba, mi tic para nada normal como la mayoría de ellos, consistía en apoyar solamente mi pierna con la punta del pie e ir moviendo la punta de arriba hacia abajo consiguiendo que mi pierna se moviera, mientras más nervioso estaba, más rápido hacia mover mi pierna.

Al poco rato Jimin detuvo el auto en una bonita casa de dos pisos color crema, se podía apreciar un jardín muy bien cuidado y unos columpios un poco malgastados.

Empecé a sudar y limpie mis manos sudorosas sobre la tela de mi pantalón.

— ¿Listo? — preguntó Jimin dándome una sonrisa nerviosa.

— No. — contesté ansioso.

— ¿No? — yo negué con la cabeza.

Jimin se rió.

¡El muy maldito se rió!

— Ya vamos, jamás entraremos si te dejo que lo pienses demasiado.

Salió del auto y yo le seguí.

— Puedes decir que tuve que faltar porque me sentía mal del estómago. — sonreí nervioso.

— ¿Estás mal del estómago? — arqueó una ceja divertido.

— No, pero me están dando ganas de vomitar. — Jimin empezó a reír. — De hecho creo que si vomitare.

— Tranquilo, es por los nervios.

— Bueno, si me disculpas iré a vomitar a la esquina. — empecé a dar media vuelta para cumplir lo que le había dicho pero él me jaló y empezó a caminar hacia la puerta llevándome a rastras con él.

— Ni que fuera tan malo. — respondió todavía riéndose de mi sufrimiento.

— Bueno, ahí me dices cómo te sientes cuando conozcas a mis padres. — no me había dado cuenta de lo que dije hasta que él me respondió.

— Para mí sería un honor conocer a mis queridos suegros. — sonrió haciendo que mis mejillas obtuvieran un color carmín por lo que había dicho y prosiguió hablando. — además, ¿qué clase novio sería si no me voy a presentar formalmente a tus papás? — preguntó burlón.

— Pues sí, pero da la casualidad de que no somos novios. — le respondí en el mismo tono que él mientras le sacaba la lengua.

— Pero eso ellos no lo saben. — me dio un toque en la nariz con su dedo índice y sonrió mientras tocaba la puerta.

Nos quedamos mirando hacia el frente esperando que abrieran la puerta.

Jimin me agarró la mano y entrelazó nuestros dedos provocándome un hormigueó en el estomagó.

Cálmate, Jungkook. Cálmate. No es como si no nos hubiéramos agarrado de la mano antes.

Entonces..

¿Por qué se siente tan diferente a las otras veces?

No pude seguir divagando en buscar una respuesta a la pregunta cuando esos hormigueos se volvieron un vuelco en mi estómago provocado por los nervios en el instante en el que la puerta se fue abriendo mostrando a la madre de Jimin.

— Jimin, cariño. Justamente estaba hablando de ustedes con tu papá, ya se me hacía raro de que no llegarán. — habló cariñosamente y cuando me volteó a ver se dirigió con el mismo tono de voz que ocupo con su hijo. — Hola, Jungkook. Bienvenido, pasen.

— Gracias, señora. — sonreí torpemente mientras entraba a la casa. — buenas noches, con permiso.

La señora sonrió. — Deja tantas formalidades, hijo.

Asentí un poco avergonzado, escuché la risa de Jimin detrás de mí..

Desgraciado, ojalá y cuando vaya al baño público no haya papel.

La señora nos encaminó a la mesa donde la comida ya estaba servida y el señor Park yacía esperándonos.

— Jungkook. — saludó con un tono neutro.

— Buenas noches, señor Park. — devolví el saludo un poco nervioso.

— Bueno, cariño, toma asiento. — dijo la señora Park sonriendo.

Jimin me tomó de la mano y me sentó a lado de él, se inclinó un poco sobre mí y me susurró al oído. — Tranquilo, solo dale la cena para que entré en confianza.

Inhalé profundamente y asentí mientras sonreía en su dirección.






La cena para mi sorpresa fue muy amena y para nada incomoda. A pesar de que el papá de Jimin al principio se portó un tanto indiferente en las conversaciones, después de un rato también fue participe de ellas, y me sorprendí riéndome de las cosas que decían Jimin y su familia.

Al final de la cena Jimin me guió a la sala a pesar de mi negativa de irme a sentir y en su lugar ir a ayudar a su mamá a levantar las cosas de la mesa, pero tanto su mamá como él se negaron ya que según ellos yo era su invitado.

— ¿Ya estás más tranquilo? — preguntó Jimin mientras se acomodaba en el sillón de manera que quedará de frente a mí.

Sonreí.

—Tu familia es agradable, Jimin.

— ¿Nada más mi familia? — dijo fingiendo indignación.

Negué con la cabeza sonriendo e inconscientemente mordí mi labio inferior provocando que Jimin desviará sus ojos de los míos y posará su vista en mis labios.

— ¿Sería raro si te beso? — preguntó todavía sin despegar la vista de mis labios.

Sonreí nervioso.

— sería muy raro.

Jimin hizo un puchero y suspiró resignado.

Justo en ese momento entro su papá junto a su mamá quién traía un libro grueso en las manos.

— Mami, — llamó Jimin haciendo que esta lo volteará a ver. —Jungkook no me deja besarle.

Bajé la cabeza abochornado y su mamá empezó a reír.

— Si no te quiere besar es porque de seguro te apesta la boca. — contestó divertida provocando que yo soltara una carcajada acompañado de la risa de su papá.

— ¡Mamá!. — reprochó Jimin indignado.

— Jimin. ¿Qué no has aprendido nada de mí durante todo este tiempo? — preguntó su papá divertido. — los besos no se piden, se roban.

— Deja de darle ideas. — reprendió la señora Park a su marido negando con la cabeza.

Carraspeé nerviosamente.

— Bueno, como sea. — continuó hablando la señora Park. — Jungkook ¿quisieras ver el álbum familiar?. — levantó el libro que traía en las manos.

Antes de que pudiera responder Jimin lo hizo por mí.

—Jungkook no quiere ver esas cosas, mamá.

— Cállate, Jimin. No te pregunté a ti. — le recriminó y volvió su vista hacia mi sonriendo. — ¿Y bien, Jungkook?

Sonreí en dirección a Jimin maliciosamente mientras él me fulminaba con la mirada pronunciando un "no" mudo con los labios.

— Por supuesto. — la señora Park sonrió con autosuficiencia.

— Genial. — farfulló Jimin emberrinchado.

— Ven, siéntate aquí. — palmeó a lado de ella en el sillón de dos mientras abría el álbum ignorando a su hijo.

Asentí y me fui a sentar donde me indico.

Al momento en que mire el álbum de foto lo primero que vi fue a un niño con mejillas regordetas disfrazado de vaquita. Una sonrisa se dibujó en mis labios sin poder evitarlo.

— ¿Verdad que era muy lindo? — preguntó la señora Park haciendo que apartara la vista de la foto y volteara a verla, estaba sonriendo al igual que yo. — quién sabe qué le paso. — rió divertida.

Volteé a ver a Jimin quién rodó los ojos por lo que acababa de decir su mamá.

Así fue como pase la mayor parte de la noche junto a la familia Park, viendo álbum tras álbum. Sí, porque al final tanto Jimin como el señor Park se unieron a ver los álbumes con nosotros.

Cuando nos dimos cuenta ya eran más de las doce de la noche y la señora Park no nos dejó irnos en el coche debido a que ya era tarde y no quería que tuviéramos un accidente automovilístico debido a que su hijo estuviera cansado para manejar, así que hizo a Jimin dormir en el cuarto de invitados dejándome a mí el cuarto que antes era de Jimin.

Al entrar a la habitación pude darme cuenta de que aún permanecían algunas cosas de Jimin, como por ejemplo algunos posters y muebles.

— Ten. — dijo Jimin entrando a la habitación entregándome una camisa y nos shorts para dormir.

— Gracias. — agarré las cosas y me acerque a la puerta para cerrarla.

Jimin se quedó parado en el marco de la puerta.

— Descansa. — sonrió levemente.

— Igualmente. — arrugué la nariz divertido.

Antes de que cerrara la puerta de la habitación Jimin se inclinó hacia mí juntando nuestros labios, solo eso, pero solamente basto eso para dejarme petrificado en mi lugar abriendo mis ojos como platos y que la sangre subiera a mis mejillas, mientras mi corazón martillaba fuertemente sobre mi pecho, sin embargo no me aparte y disfrute del contacto.

Al separarse de mí, Jimin tenía grabada una sonrisa en sus labios.

— Buenas noches, Jungkook. — susurró y sin más empezó a caminar en dirección a la habitación de invitados.

— B..Buenas noches, Jimin. — susurré lo suficientemente alto como para que me escuchara.

Al momento de cerrar la puerta me di la vuelta y me quedé viendo un punto fijo en la habitación mientras rozaba mis dedos contra mis labios aun sintiendo la sensación de los labios de Jimin junto a los míos.

Recuerdan cuando dije que tenía salvación y que no estaba tan jodido.

Pues...

Olvídenlo, estoy jodidisimo.





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Este es el capitulo más largo que he escrito en mi vida y que está en el fic... hasta ahora :3 recuerdo que me tomo dos días escribirlo, debido que el primer día casi no tenía inspiración, en el segundo... simplemente las palabras llegaron junto con un montón de ideas... ese día mis abuelitos me mostraron su álbum familiar :) de ahí surgió la idea <3

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