[Capítulo 22]

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

CAPÍTULO 22

Tal y como había dicho Mew, la primera parada fue el restaurante de aquel lugar. El empresario guío a Gulf hasta una mesa y caballerosamente movió la silla para que el joven tomara asiento y después se sentó delante de Gulf.

A los pocos segundos de haberse instalado en una mesa del fondo, un mesero llegó con una pequeña tarjeta con un código QR en ella.

- Buenas tardes, bienvenidos al restaurante del LuxSL, les dejo el código QR para que puedan escanearlo con su teléfono móvil y vean nuestro menú – indicó el mesero con cordialidad – en breve estaré con ustedes para tomar su pedido –

- Gracias – respondió Mew y rápidamente sacó su celular para mostrarle a Gulf el menú – estas son las opciones cielo, escoge lo que tú quieras –

Gulf tomó en sus manos el teléfono de Mew para poder ver el menú. No conocía nada de lo que veía ahí, y si era sincero nada le parecía... comestible, no tenía idea de lo que podía ordenar, se sintió mal porque sabía que debía ser agradecido, no le estaba faltando qué comer, no pudo evitar sentirse mal, Mew le estaba dando comida y él pensaba en que no quería comer nada de ese lugar. Estaba a punto de decirle que su prometido que ordenara por él, ya jamás había probado ese tipo de comida, hasta que de pronto vio una imagen que le parecía muy familiar.

- Esto está bien – señaló Gulf con rapidez.

- ¿Una hamburguesa? – preguntó Mew desconcertado.

- Si, por favor –

- De acuerdo, cielo, será lo que tú quieras –

El empresario estuvo tentando en decirle que estando en la playa, lo más natural era comer algún platillo con mariscos, pero si empezaba a cuestionar sus decisiones, probablemente Gulf se volvería a cerrar en sí mismo pensando que no estaba bien lo que había elegido. Por lo que simplemente levantó su mano para llamar la atención el mesero y que tomara su orden. 

Cuando el trabajador de restaurante llegó, Mew solo pidió camarones a la tocineta, acompañado de papas a la francesa y ensalada con brócoli, zanahoria y lechuga, la hamburguesa de Gulf y una jarra de limonada.

Tardaron solo diez minutos en llevarles su pedido. Además de un flan para cada uno como postre que era cortesía de la casa. 

- Cariño, ¿Quieres probar mi comida? – preguntó Mew – lleva tocino, y me has dicho que te ha gustado mucho –

- ¿De verdad me darías un poco de tu comida? – Gulf no podía creer que su prometido compartiera su plato con él.

- Por supuesto que si cielo – lo miró con ternura – abre la boca – indicó acercando el tenedor con un trozo de camarón envuelto en tocino - ¿Te gusta? – preguntó mientras Gulf saboreaba la comida.

- Sí – respondió el menor - ¿Tú quieres de la mía? –

- No cariño, provecho –

- Pero te quedarás con menos por darme mí –

- No pasa nada, te he dado muy poco – comentó Mew enternecido de la preocupación de Gulf – y si fuera necesario te daría toda mi comida con tal de que tú no pasaras hambre – apretó la mejilla de su joven acompañante y después se dedicó a comer, de verdad que moría de hambre. 

Los ojos se Gulf se cristalizaron de inmediato. Mew seguía diciendo cosas muy bonitas que nadie le había dicho jamás. ¿De verdad él se quedaría sin comer con tal de evitar que pasara hambre? ¿Qué clase de hombre era Mew Suppasit? Estaba siendo muy bueno con él, que le era imposible creer que lo que estaba viviendo fuera verdad. 

En silencio se comió la hamburguesa mientras veía como Mew comía con entusiasmo. Algo debía hacer para compensar el haber probado un poco de su comida, él podía quedarse con hambre y no quería que su prometido pasara por lo que él había tenido que pasar con sus anteriores dueños. 

.

.

.

Una mezcla entre desconfianza y sorpresa surcaba su rostro. Era la primera vez que se encontraba frente al imponente, impresionante, enorme y fastuoso mar. Claro que le daba miedo, era demasiada agua y él no sabía nadar. 

- ¿Qué te parece amor? – Mew se paró detrás de él y lo abrazó por la cintura - ¿Te gusta? –

- No sé nadar Mew – le recordó temeroso.

- Lo sé – depositó un beso en su mejilla – estaremos en la orilla, jugando con las olas, el agua es lo suficientemente fresca para apaciguar el calor que hace –

- ¿Puedo sostenerme de ti? – preguntó Gulf preocupado de acercarse al agua.

- Jamás soltaré tu mano cariño – susurró – vamos –

Mew pudo sentir el nerviosismo de Gulf conforme se acercaban a la orilla del mar. Pero él lo cuidaría de todo, incluso de las olas que no representaban un peligro.

- La arena se siente suave en tus pies ¿Verdad? – preguntó Mew.

- Si – respondió el menor con una sonrisa tímida.

- Tienes unos pies muy bonitos mi amor –

- Gracias – respondió Gulf con timidez, nadie le había dicho que sus pies fueran bonitos. 

Cuando el agua tocó los pies de Gulf, éste soltó un grito que enterneció a Mew. Era increíblemente fascinante hacer cosas que para ese hermoso chico eran "su primera vez"... quizás él no había sido el primer hombre en su vida, ni había tenido la oportunidad de tomar su virginidad, pero estaba dispuesto a ser la persona que lo acompañara el resto de su vida y compartir con él "sus primeras veces" de las muchas cosas que le faltaban por hacer y conocer.

- Vamos a adentrarnos más cariño – Mew lo tomó de la mano.

- Mew... yo... tengo miedo – confesó el menor.

- Estoy aquí, contigo, y te cuidaré –

Caminaron hasta el punto en donde el agua les llegaba a dos dedos encima de las rodillas, Mew lo soltó para echarle un poco de agua a modo de juego pero no se separó de él. Pero con lo que Mew no contaba era que una ola vendría lo suficientemente potente que tiraría a Gulf y lo revolcaría a la orilla.

- ¡Mew... Mew... ayúdame...! – gritaba Gulf mientras intentaba sacar su cabeza a la superficie para evitar ahogarse - ¡Mew!... –

- Aquí estoy cielo, tranquilo – Mew se acercó a él corriendo y lo tomó del brazo para poder levantarlo. Gulf inmediatamente se aferró a él con demasiado fuerza que el mayor sentía que le faltaba el aire –

- Mew... - el menor estaba llorando – iba a morirme Mew... iba a morirme... - 

- Amor, por favor no llores – pidió el empresario – claro que no ibas a morir, recuerda que no voy a dejar que nada malo te pase –

- Pero el agua no me dejaba respirar – respondió Gulf sin dejar de llorar – fue como las veces en las que uno de mis amos me sumergía en la tina de su baño intentando ahogarme – confesó.

- ¿Qué? - 

Ese relato lo dejó helado. ¿Cómo se habían atrevido a hacerle eso a Gulf? ¿Cuánta crueldad había vivido ese chico?... Sin poder evitarlo un instinto asesino nació en él, de verdad que jamás sentido las incontenibles ganas de matar a alguien hasta ese momento. ¿Qué más le habían hecho a ese hermoso ángel que temblaba entre sus brazos?  

- Cielo ¿Quién te hizo eso? - preguntó Mew en un susurró, absolutamente impactado. 

- Mi amo Jumpol - respondió - cuando se enojaba conmigo, me sumergía en la tina y yo sentía que... sentía que... - 

- Ya basta cariño, no recuerdas esas cosas - interrumpió el empresario - lamento mucho que hayas tenido que recordar eso, no quería que tu primera vez en la playa fuera así - se disculpó besando su cabeza - 

- Pero tú me rescataste - Gulf lo abrazó con más fuerza - gracias... - 

Sin decir una palabra, lo cargó y caminó con él en brazos hasta el departamento que les habían asignado. 

El apartamento estaba completamente equipado y todo era de lujo, las cinco estrellas con las que contaba aquel complejo turístico dejaban en claro que el lugar podría ser muy cómodo y bonito, pero no era accesible para cualquier bolsillo. 

Dicho lugar contaba con un dormitorio, con una impresionante cama matrimonial envuelta con sábanas de seda color beige. Un ventanal postrado a un lado de ella dejaba ver la impresionante vista del océano. 

Una salita, con cómodos sillones personales se encontraban frente a una pantalla de televisión con canales por cable, tanto nacionales como extranjeros; tenía además una cocina equipada con microondas y nevera, lavadora y baño con bañera de hidromasaje. El aparcamiento privado era gratuito.

Cuando entraron al departamento, Mew fue directamente a la habitación y lo sentó en uno de los sillones. Tomó su rostro entre sus manos y junto sus frentes para hablarle con suavidad. 

- Tenemos una fabulosa tina de hidromasaje en el cuarto de baño - comentó - se que estar sumergido en el agua no te trae buenos recuerdos cariño, pero te prometo que esta vez será una grandiosa experiencia, yo estaré contigo en todo momento y me encargaré de que no te pase nada malo - 

- Pero no sé nada... - repitió el menor. 

- No tenemos que nada cielo - aclaró - solo estaremos sentados entre agua calientita que... bueno... la tina tiene ciertos mecanismos que permiten que el agua de mueva y crea una sensación agradable en el cuerpo - 

- ¿Y tú quieres hacer eso conmigo? - 

- Por supuesto cariño, será algo que me encargaré que disfrutes - 

- Está bien - 

Si Mew quería hacerlo, lo haría. Después de todo aún le debía el pedazo de comida que le había regalado en el restaurante. Tenía mucho miedo pero su prometido le había dicho que sería algo bueno para los dos. Esta vez creería en su palabra. 

.

.

.

Estaba anocheciendo cuando Mew le avisó que la estaba todo preparado para que tomaran un baño en la tina de hidromasaje. Con suavidad lo tomó de la mano y lo llevó directo al cuarto de baño que solo estaba iluminado por el bello resplandor de velas aromáticas que rodeaban los bordes de la tina. 

Una hermosa melodía se escuchaba por todo el lugar, era la primera canción que Gulf escuchaba y le parecía hermosa. Aunque cuando el artista empezó a cantar no pudo entender nada pues al parecer no estaba en su idioma. 

https://youtu.be/o1u7ATW9xSs

(NOTA: Es la canción que se está reproduciendo en el cuarto de baño, pueden ver el video en Youtube, es uno que hice hace tiempo de MewGulf)

Mew no dijo una sola palabra y empezó a quitarse la ropa bajo la atenta mirada de Gulf, que en esos momentos no tenía idea de lo que debía hacer. Solo pudo observar como su prometido mostraba su cuerpo conforme se iba quitando las prendas que estaba usando. 

- Desnúdate cariño y hazme compañía - indicó Mew mientras entraba en la tina y se quedaba en la orilla esperando a Gulf - no niego que me encantaría ser yo él se deshaga de la estorbosa ropa que tapa tu maravilloso cuerpo, pero quiero cumplir una fantasía que tengo contigo - 

- ¿Qué fantasía? - preguntó Gulf alarmado. ¿Acaso Mew abusaría de él?

- Ver que desnudes para mí - sonrió - pero no haré nada que no quieras, solo nos daremos un baño para que puedas relajarte y dormir mejor - 

Los ojos de su prometido brillaban con sinceridad, o al menos esa creía porque jamás había sentido que podía creer tanto en unas palabras como lo sentía con Mew. A pesar de la desconfianza dominaba su razón, algo en su interior lo orillaba a "obedecerlo" con completa autonomía. 

Poco a poco se quitó la ropa y Mew no pudo apartar su mirada de aquella magnífica escena. Jodidamente tierno y sexy. Su inocencia combinada con una innata y desconocida sensualidad lo cautivaron mucho más de lo que ya estaba por ese hermoso niño. Le empezaba a dar un poco de miedo lo enamorado que estaba de él, y de lo que era capaz de hacer con tal de hacerlo feliz y de sacarlo de la maldita oscuridad en la que lo había obligado a vivir. Pero Gulf merecía que hiciera cualquier cosa con tal de dibujar una sonrisa en su rostro y sanar su corazón. 

- Soy muy afortunado por haberte encontrado - susurró Mew cuando el menor se acercó a la tina - dame tu mano - se levantó un poco y ayudó a Gulf a entrar. 

La tina no era nada onda, apenas lo suficientemente profunda para cubrir sus cuerpos. El mayor se recargó en una de las orillas y sentó a Gulf delante de él pegando la espalda el menor con su bien formado pecho. 

- ¿Te gusta? - preguntó Mew mientras empezaba a acariciar su pecho. 

- Sí - respondió Gulf. 

- ¿El agua está bien? - 

- Si - la voz de Gulf se escuchaba sumamente relajada, y Mew se emocionó porque era la primera vez que la escuchaba de esa forma. 

- ¿Te gusta la música? - 

- Si - 

Mew giró un poco la cabeza de Gulf para poder verlo a los ojos, y aunque la primera vez que lo hizo había pensando que era un error, ahora estaba convencido que desde ese mismo instante había caído a los pies de ese muchacho. 

- No te imaginas lo mucho que te quiero y lo enamorado que estoy de ti - confesó Mew y rosó sus labios - no sé cómo pasó pero estoy seguro que tus ojos me atraparon para siempre - 

- ¿Para siempre? - 

- Oh, si cariño - sus manos pasearon el pecho del menor - tendrás que soportarme toda tu vida, porque no pienso dejarte ir por nada del mundo - 

Gulf suspiró con tranquilidad. El señor Suppasit, que ahora era su prometido iba a estar con el para siempre. Cerró los ojos y pensó que tenía mucha suerte de que alguien tan bueno y amable como él lo dejara quedarse a su lado. Le había dicho que lo quería mucho y empezaba a creer que quizás aquello era verdad, sino ¿Por qué estar para siempre con un mugriento esclavo?

CONTINUARÁ...

Bien, la playa no fue la mejor experiencia para Gulf, pero empiece a darse la oportunidad de creer en las palabras de Mew... que antes de que digan algo, son ciertas, él lo ama, y lo ama de verdad. 

Y bien, como están absolutamente seguras de que los testigos son los ex sumisos de Mew, vayan diciéndome quiénes creen que son. Me encanta leer todas sus teorías. 

Recuerden que se aceptan todo tipo de comentarios, pero me reservaré de leer ofensas e insultos. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro