[Capítulo 8]

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Capítulo 8

Sus ojos se abrieron de golpe, sin embargo tuvo que cerrarlos nuevamente porque los rayos del sol lo molestaron. ¡Oh no! ¡Los rayos del sol! Está vez se paró rápidamente de la cama y notó que estaba desnudo y que su ropa estaba tirada en el suelo. En ese instante recordó lo que había pasado la noche anterior con el señor Suppasit, pero no podía entender que hacía en la cama durmiendo.

De pronto comprendió que durmió más de tres horas seguidas, jamás se había despertado después de que el sol saliera y eso era una sensación bastante extraña. ¿Habría ido ya su dueño a buscarlo? Tenía que darse rápidamente un baño y cambiarse, el señor Suppasit había sido muy claro con él, no le gustaban las personas sucias así que debía darse prisa.

No obstante, la puerta se abrió dejando ver la imponente presencia de Mew que ya estaba vestido con un traje gris a la medida. Lo observó y le regaló una sonrisa.

- Tal parece que acabas de despertar Gulf – dijo con tranquilidad.

- Lo siento mucho señor –

- No te disculpes, no te estoy regañando – aclaró – tú puedes dormir hasta la hora que quieras, solo recuerda que las clases empiezan a las diez de la mañana –

- Si señor –

- Bien, ya que estás despierto, date un baño – ordenó – te espero para desayunar, no tardes que debo ir a trabajar –

- Como ordene señor –

Mew salió y dejó a Gulf confundido. Si sus clases comenzaban hoy suponía que tendría que quedarse en casa, entonces... ¿El señor Suppasit se iría a trabajar? ¿Así sin más? ¿Lo dejaría solo con una desconocida? ¿Por qué? Sus anteriores captores jamás hicieron algo así, decían que era peligroso, principalmente porque pensaban que escaparía, cosa que no haría pues le iría peor, sin embargo le sorprendía que su amo le tuviera esa clase de confianza.

Se dio un baño rápido y se vistió con la ropa que Mew le había comprado. Ayer su señor le había dado permiso de llamarlo por su nombre mientras le hacía sexo oral. Lo sintió muy personal, no solo por la autorización de decirle "Mew" sino porque era el primer hombre que le daba placer con tan solo chupar su miembro. Un temblor recorrió su cuerpo. Lo había disfrutado mucho, pero sabía que no tenía ningún derecho a pedir que eso se repitiera, no obstante guardaría aquel recuerdo en su corazón como la vez en la que conoció el placer.

- En vista de que te gustó el tocino pedí que te hicieran un desayuno igual al de ayer – explicó el empresario.

- Por mi está bien señor-

- Tengo que ir a la oficina, pero regresaré temprano – comenzó a decir Mew – te quedaras con la profesora Orawan, Dorothy te dará todo el material que necesites –

- Si señor –

- También quiero que le indiques lo que quieres que haga de comer –

- ¿Yo señor? –

- Sí tú Gulf – respondió el mayor con una sonrisa que había provocado la pregunta de su sumiso – yo regresaré cerca de las cuatro de la tarde, pero no comeré contigo, lo harás con la profesora Orawan –

- Si señor –

- Ella tiene la indicación de no hacerte preguntas personales, si lo hace tienes toda la autoridad de decirle que se vaya, ya después me arreglaré con ella – comentó Mew – le dije que eras mi prometido, quiero que sigas esa mentira y si hablas con ella de mí hazlo por mi nombre, jamás digas "mi señor" o "el señor" ¿Tienes alguna duda Gulf? –

- No señor – pero claro que las tenía, la principal era ¿Por qué hacía todo eso por él?

- Comamos entonces, el desayuno se enfría –

Media hora más tarde Mew se despedía dándole instrucciones a su empleada. Dorothy debía vigilar a Gulf y a esa profesora sin ser demasiado obvia. Las clases las tomarían en sala principal. Cualquier cosa que Gulf dijera, quisiera u ordenara se tenía que cumplir, por unas horas él sería el "patrón", así debían seguir sus indicaciones, aunque claro, el chico tenía estrictamente prohibido salir de ahí.

- Creo que no tengo que repetirte que escapar sería una idea muy estúpida de tu parte Gulf –  

- No causaré problemas señor –

- Estarás a cargo en lo que yo estoy fuera – dijo con una sonrisa – pero no abuses de ese poder tesoro

- No lo haré señor –

- Pórtate bien cariño y está noche haré que te desvanezcas de placer.... literalmente - besó los labios del menor disfrutando de su sabor y calidez – tienes los labios más dulces y deliciosos que he probado jamás –

- Gracias señor – respondió el menor sin saber exactamente cómo reaccionar ante los halagos respecto a su boca –

Mew salió de la mansión cerca de las nueve y media la mañana. Gulf lo acompañó hasta la puerta en donde se despidieron nuevamente con un beso. Esa escena cualquiera la hubiera podido interpretar como una pareja de esposos que se dice adiós momentáneamente mientras uno va a trabajar y el otro se queda en casa a esperarlo.

Nada más alejado de la realidad. Mew era un respetado y reconocido empresario, Gulf era un pobre diablo que cumplía deseos sexuales a cambio de buenos tratos, comida y un techo. Esa imagen de pareja de ensueños no encajaba con ellos, todo era parte de una farsa, de una "sana" y conveniente convivencia para pasar un buen rato juntos.

Gulf se preguntó cuánto tiempo el señor Suppasit lo tendría a su lado. Pensó que mucho tiempo estaría bien, hasta ahora su amo se estaba portando bien y estaba relativamente cómodo a su lado, tenía buena comida, una linda habitación, ropa nueva y pronto tendría clases que lo ayudarían a aprender a leer y escribir. Debía poner de su parte para que esas cosas buenas no se acabaran y de alguna manera lo ayudaran a soportar para cuando su dueño fuera cruel con él, porque sabía que el señor Suppasit tarde o temprano lo haría tener sexo y por lo que le había dicho no sería nada convencional.

- Señor Gulf, el señor Suppasit ha acondicionado la sala para sus clases ¿Quiere ir a ver el lugar antes de que llegue la señorita Orawan? –

- ¿Señor Gulf? –

- Lo siento, es que el señor Suppasit no me ha dicho su apellido – aclaró Dorothy. Gulf observó a la mujer un momento y recordó lo que su dueño le había dicho, frente a su maestra él era el prometido de Mew, lo que aquello significara porque no tenía idea de lo que quería decir con eso realmente. 

- Soy el prometido de Mew – dijo con algo de duda - ¿Sabe lo que eso significa señora? – preguntó con inocencia.

- ¿Prefiere entonces que lo llame señor Suppasit? –

- ¿Qué? –

- Si van a casarse supongo que usted tomará el apellido de su esposo – dijo – por cierto, llámeme Dorothy –

- Está bien, le diré Dorothy – comentó Gulf dudando de estar haciendo lo correcto – Entonces, ¿Si soy el prometido de Mew debe llamarme señor Suppasit? –

- Sería lo más apropiado – respondió la mujer a la extraña pregunta de Gulf.

- Sí, de acuerdo entonces así dígame, pero solo cuando esté la maestra.... –

- Orawan –

- Sí, ella –

- Como usted guste señor Suppasit –

No sabía porque debían decirle señor Suppasit al ser prometido de Mew. Dorothy le había dicho que si se iban a casar era adecuado llamarlo de esa manera, pero ¿Qué quería decir exactamente con que se iban a casar? Tendría que encontrar la manera de averiguarlo porque le daba miedo que el señor Suppasit se enterase de que lo llamaban por su apellido cuando era un simple esclavo Dorothy y la maestra Orawan.

La sala principal de Mew había sido acondicionada para que tomara clases, un pintarrón blanco y una mesa eran para el uso de la señorita Orawan. Una mesa y una cómoda silla eran para el uso de Gulf. Muchas de las cosas que estaban ahí las veía por primera vez, todo aquello era algo nuevo para él, algo que le emocionaba y pero al mismo tiempo le asustaba. No daba crédito a que cosas "bonitas" le estuvieran pasando.

                                                                                      Pintarrón

- Buenos días, Gulf – la voz de la señorita Orawan lo sacó de sus pensamientos.

- Buenos días señorita Orawan – respondió nervioso.

- Puede decirme Mame ¿Hay algún problema si lo llamo solo Gulf? – el joven la observó. Si, lo mejor sería que lo llamara por su nombre porque no estaba seguro si su dueño iba a ponerse contento si lo llamaran por su apellido.

- Gulf está bien –

- De acuerdo – sonrió la mujer – veo que el señor Suppasit dejó todo preparado para las clases –

- Si, él preparó todo – respondió el muchacho.

- Bien, lo primero que debe saber Gulf, es que no hay porque avergonzarse de nada, muchas personas en el mundo no saben ni leer ni escribir – explicó la mujer – menos, igual o más jóvenes que usted –

- ¿De verdad? –

- ¡Por supuesto! – dijo Mame sorprendida – pero tu futuro esposo debe estar muy enamorado de ti para programar estas clases para ti –

"¿Futuro esposo?" pensó Gulf. ¿Quién, el señor Suppasit? ¡Imposible! ¿A qué futuro esposo se refería? Las clases las había pedido su nuevo amo, pero él no sería su esposo, los señores guapos y ricos no se casan con los feos y pobres esclavos, nunca, bajo ninguna circunstancia, ni por ningún motivo.

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Mew Suppasit podía sentirse seguro de que su empresa seguía siendo la segunda más importante y grande de Tailandia y del sudeste asiático. Figuraba entre las sesenta mejores compañías del mundo según la revista Forbes. Él era el principal accionista con el noventa y tres por ciento de las acciones del mercado, el otro siete estaba divido entre sus padres y su pequeño hermano menor.

Las ganancias netas que había obtenido del año pasado rondaban los cuatrocientos cincuenta mil millones de bahts (unos catorce mil millones de dólares). Sí, era jodidamente rico. No necesitaba seguir trabajando por el resto de su vida, pero le gustaba. SCG era más que una empresa dedicada al cemento y al material de construcción. De hecho, el cemento y demás materiales ocupaban el treinta y ocho por ciento de la empresa, los productos químicos un cuarenta y cuatro y el dieciocho restante era de la unidad de empaque. Cementos, químicos y packaging. Tres unidades en una sola compañía.

Sus productos orgullosamente se comercializaban alrededor del mundo, siendo sus principales socios comerciales: Kubota, Yamato Kogyo, Aisin Takaoka Group, Nippon Steel, Toyota Motor, Michelin, entre otras.

- Maya ¿Puedes venir un momento a mi oficina? –

- En seguida señor Suppasit – la secretaria se encaminó de inmediato a la oficina de su jefe - ¿Qué puedo hacer por usted? –

- Estaré una temporada en casa haciendo "Home Office", quiero que tengas todo listo para eso –

- ¿Cuánto tiempo será en esta ocasión? –

- No lo tengo establecido aún – respondió el empresario – de igual forma si mi presencia es necesaria vendré de inmediato, tú sabes cuándo verdaderamente es una emergencia para tener que venir –

- Como indique señor, iré a preparar todo ¿Se ausenta a partir de mañana? –

- Sí, todo lo que necesites que firme por favor déjalo en mi escritorio, daré un recorrido por el área de producción –

- Como diga señor –

- Otra cosa Maya –

- ¿Si? –

- Necesito en mi oficina una ramo de girasoles antes de que me vaya –

- Pero señor... no es temporada de... -

- No pregunté eso – alegó el hombre – te dije que quiero un ramo de girasoles antes de las cuatro de la tarde ¿No fui claro? –

- Sí señor –

CONTINUARÁ...  

Empezaremos a conocer un poco más a Mew...

Recuerden que se aceptan cualquier tipo de comentarios, pero me reservaré de responder ofensas e insultos. 

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