Capítulo 25

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—¿No te quitarás la mascarilla? —cuestionó Jungkook llevando un poco de comida a su boca.

—Mi papá dijo que no me la quitara para prevenir contagio, nunca se sabe de qué maneras nuevas se puede contraer la enfermedad —respondió In Soo mientras miraba al joven.

—Es cierto, es un virus y podría mutar en cualquier momento.

—Aún me parece extraño lo que me contaste ayer —In Soo hizo referencia al catástrofe del refugio— que con la mordida de un infectado casi todos dentro se convirtieran en minutos. El máximo punto nunca llega tan rápido en un gran número de personas, mucho menos al mismo tiempo.

—Tienes razón es muy extraño, pasó mucho tiempo desde que todo inició y nunca me imaginé algo así.

—¿Tú que opinas Taehyung? —In Soo decidió hacer que Taehyung interactuara un poco en la conversación, sin embargo este no contestó.

Los menores guiaron sus vistas a Taehyung, él estaba callado y se notaba desconcentrado aunque a pesar de su silencio se podía notar que se encontraba tranquilo.

Al menos mejor que la noche anterior.

—Taehyung —la vocecita del menor de los tres hizo que Taehyung levantara su mirada y lo observara atento.

—Dime Jungkook —emitió desconcertado al no saber de lo que se trataba.

—¿Crees que el virus haya mutado? —cuestionó.

—Supongo que ahora es más letal. Aunque de todas maneras una vez que eres infectado, ya estás muerto —dicho eso llevó un poco de comida a su boca.

No mentía en lo que decía porque a pesar de que el tiempo de espera cambiase, el cruel final era el mismo.

Ser un cuerpo sin alma ni conciencia que busca propagar su desgracia.

—Llegaron —In Soo interrumpió la conversación al divisar por una de las ventanas que la ambulancia en la que partieron su padre y Hoseok había regresado. 

Los tres chicos se pusieron en pie y se encaminaron a la entrada, las personas de la ambulancia bajaron de inmediato. 

Unos cuantos señores, amigos y compañeros del señor Lee y su hijo, salieron para poder ayudar con el joven inconsciente. 

—Padre —In Soo fue a paso veloz hacia el hombre dándole un abrazo, él correspondió de inmediato comenzando a dar unas cuantas palmadas en la espalda de su hijo.

—¿Me ayudarías preparando una camilla para el joven inconsciente? —solicitó a su hijo a lo que asintió de inmediato. 

Mientras In Soo se alejaba del lugar, el señor Lee tomó la palabra.

—Le realizaré unos exámenes a su amigo, haré todo lo que esté a mi alcance para poder estar completamente seguro de lo que le ocurre. 

—Gracias señor Lee —Namjoon se acercó al hombre— es como un hermano para mí, por favor haga todo lo que pueda.

Yoongi se sentía igual de aliviado que Namjoon al saber que por fin Seok Jin podría ser atendido correctamente, por otro lado Jimin seguía inquieto.

Desde que el señor Lee observó la mordida en el antebrazo de Yoongi, todos los posibles escenarios de lo que pasaría si el mayor hablara no habían dejado tranquilo al rubio.

Tan solo pensar en Taehyung enojado debido a la mentira, luego de haberse arriesgado por un grupo que le mintió, podría ser capaz de lo que sea. Cualquier persona lo sería si se sintiera traicionada de tal manera. 

Lo estaban poniendo en peligro al ocultar la infección, a él y a los dos jóvenes que lo acompañaban. 

Si Taehyung se enteraba, si Hoseok se enteraba o si el mismo señor Lee lo tomaba a mal, alguno de ellos podría acabar con Min Yoongi más rápido que su enfermedad. 

—Taehyung —el señor Lee llamó— tenemos que hablar.

El rubio sintió su cuerpo helarse cuando escuchó tal pedido. 

—¿No atenderá a Seok Jin primero? —soltó Jimin al no hallar otra forma de interrumpir la conversación.

El hombre mayor giró su vista al chico, entonces su idea había funcionado. Había confirmado que Taehyung no estaba enterado y si él no lo estaba entonces Hoseok ni Jungkook tampoco.

Solo lo sabían aquellos que habían estado en el accidente, los más cercanos a Yoongi.

—Tiene razón joven, primero atenderé a su amigo —respondió sin despegar su mirada seria del menor— luego hablaré. 

Jimin intentó tragar saliva frente a la angustia, no pudo, su boca estaba seca. Todo su cuerpo estaba tenso.

[...]

Jimin se encontraba sentado junto a los demás a la espera de los resultados de Seok Jin. 

Aunque a diferencia de los otros, el chico se mostraba más alterado. Sus manos ya habían logrado despeinar sus cabellos, su pierna no dejaba de moverse y su cabeza no dejaba de pensar.

—Oye —Yoongi quien ya lo había notado así desde hace un buen rato, decidió colocar su mano sobre la de Jimin— todo saldrá bien, ya lo verás. 

Jimin le regaló una sonrisa insegura, en ese momento no podía contarle lo ocurrido, todos estaban en un mismo lugar y lo escucharían.

El joven ya no sabía qué hacer. La deseperación lo estaba consumiendo.

—Médico Lee —Namjoon se levanto casi saltando de su asiento al notar que el hombre mayor se asomaba por la puerta.

Todos levantaron las miradas, incluido Jimin quien se topó con los ojos serios del mayor.

—Tú, Park Jimin ¿cierto? —emitió firme mirando al rubio.

Jimin asintió temeroso, entonces el hombre se hizo a un lado.

—Adelante, debo conversar contigo.

Nadie comprendía y a la vez nadie dijo nada. Solo observaron en silencio cómo Jimin ingresaba al lugar.

Una vez dentro, el mayor cerró la puerta y miró al rubio que tenía la vista en el suelo.

—Tu amigo... —el señor fue interrumpido casi de inmediato.

—No diga nada, él estará bien. Nos iremos si así lo quiere, no diga nada señor —suplicó Jimin levantando su vista y juntando sus manos— no diga nada.

El señor soltó aire y se acercó a su menor con un semblante sereno.

—Tu amigo Seok Jin, solo sufrió un traumatismo craneal cerrado, el cráneo y cerebro están bien. Despertará pronto —afirmó calmando al menor.

Jimin lo miró sorprendido, la actitud del señor era muy diferente a la que había imaginado.

Si bien estaba aliviado por lo que acababa de escuchar de Seok Jin, lo estaba más aún porque el hombre mayor lucía comprensivo sobre Yoongi.

—Jovencito, debemos hablar sobre tu amigo Yoongi. Sé lo que vi —afirmó sin dudas.

—No todos lo saben, apreciaría su discreción señor.

—Entiendo —emitió— sí cuentas con mi silencio, de lo contrario no te habría pedido que vinieras aquí.

—Gracias señor Lee, aprecio mucho esto.

—No significa que lo que haces sea algo de aplaudir. Es egoista.

—Lo sé bien —respondió no muy orgulloso de sí mismo.

—Le contaré algo que probablemente lo deje más confundido y que de todos modos debe escuchar para reflexionar.

—Lo escucho señor —Jimin accedió a lo dicho por el hombre mayor.

—Mi esposa estaba infectada, fue la razón por la que nunca detuve el funcionamiento del centro de salud.

—Siento oír eso, señor Lee —emitió el rubio apenado por lo que acababa de escuchar y provocando que el mayor asintiera en respuensta.

—No he salido de la ciudad desde entonces, decidí cuidar a mi hijo el menor dentro —sus hombros se encogían mientras contaba lo sucedido— No pude hacer que mi hija mayor se quedara porque ya era adulta y quería alejarse del lugar donde murió su madre.

Una historia triste sin duda, pero no la única trágica que había escuchado.

Era escalofriante estar acostumbrado a oír tragedias de todas las personas que conocía.

—Yo también dejé que mi amada continuara con su vida como una persona sana, tal como tú quieres que tu amigo viva.

—Con los cuidados adecuados, pueden hacerlo.

El señor Lee alguna vez creyó lo mismo que su menor. Y fue un error que termino en catástrofe.

—Si me permites un consejo, no es correcto dejar que las personas infectadas vivan entre las sanas.

El chico se quedó callado debido a las palabras del hombre mayor.

El señor al ver que no lograba nada, decidió seguir con su historia.

—La infección se propaga por mordida, saliva o hasta sangre. Eso ya lo debes saber.

—Sí, lo sé.

—Cuando hablamos expulsamos particulas de saliva, las cuales podrían infectar a otros si las personas que hablan están infectadas.

Lo que decía era correcto, en esos casos lo mejor era el uso de una mascarilla. Aunque casi no habían casos de personas infectadas por haber hablado directamente con un infectado.

Lo más común era el ingreso de fluidos contaminados directamente al torrente sanguíneo.

—Por eso su hijo usa mascarilla —dedujo Jimin— lo quiere proteger.

—Con la mascarilla no busco proteger a mi hijo del mundo —negó lo recién descubierto.

Jimin lo miro confundido porque no lograba comprender lo que le decía el señor Lee.

—Busco proteger al mundo de mi hijo —reveló posando su mirada en un punto específico.

Había una luna de cristal mediana, en la que el cuerpo de su hijo reposaba del otro lado del lugar.

Jimin guió su vista hacia el joven, hizo un poco de esfuerzo antes de notar unas marcas en la parte trasera de su tobillo.

Tales y como las que Yoongi tenía en el antebrazo.

In Soo, estaba infectado y no era mucho misterio quien lo había contagiado.

—Él está —Jimin miro a su mayor— su hijo está infectado.

—Así es, son las consecuencias de dejar a una persona enferma con los sanos.

El mayor se estaba contradiciendo, recomendaba hacer lo correcto cuando él claramente no cumplía.

—Si no es correcto, ¿por qué deja que su hijo viva de esa manera? 

—¿Por qué dejas que Yoongi viva de la misma forma? —replicó al instante.

Jimin no dio respuesta y el hombre volvió a hablar.

—Por amor —completó— amor familiar, de pareja, amistad... cualquier tipo de amor hace que lo correcto sea difícil.

—¿Y qué se supone que haga yo? Si ni siquiera usted puede seguir su consejo.

—Te di el consejo porque sé lo que ocurrirá si no lo sigues. Terminarás como yo, atado a alguien que amas, pero que al mismo tiempo morirá causándole daño a otras personas y condenándolos al mismo sufrimiento.

El rubio bajó la mirada, el hombre tenía un buen punto. Bueno y a la vez complicado.

—Nunca lo contralarás aunque creas lo contrario. Siempre algo sale mal.

¿Jimin no podría controlar a Yoongi? Debía simplemente dejarlo a su suerte, ¿eso era lo correcto?

—Yo estoy prácticamente solo con mi hijo, tu estás acompañado de tus amigos. Los efectos pueden ser peores para ti.

Tenía razón, era completamente verdad lo que decía el hombre.

—Espero que tomes la decisión correcta —el señor posó su mano en el hombro del joven— y si no lo haces entonces recuerda que no eres el único egoísta de este mundo.

—Pensaré muy bien en lo que me dice.

—Si necesitas ayuda cuando decidas, puedes hablarlo conmigo —el hombre estaba por dar media vuelta.

—Una pregunta —solicitó Jimin— ¿In Soo tiene anticonvulsivos?

—Los tiene, sí —afirmó— pero siento decir que están contados, lleva siete años infectado, le quedan muy pocos. Lo siento.

Eso era demasiado tiempo.

—Descuide —respondió Jimin algo decepcionado por la respuesta.

Observó al señor saliendo para hablar con el resto de personas acerca de los resultados de Seok Jin.

¿Por qué siempre que lograba sentirse bien con Yoongi alguien debía decirle lo contrario?

No era justo vivir en un debate tan grande durante todo momento.

Tan solo quería ser feliz al lado de Min Yoongi, ¿tan difícil era para el maldito mundo entenderlo?

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