━━ chapter 15

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

┏━━━━•❅•°•❈•°•❅•━━━━┓

ɪ ᴋɴᴏᴡ ᴛʜᴇʀᴇ's ɴᴏᴛʜɪɴɢ
ʟᴇғᴛ ᴛᴏ ᴄʟɪɴɢ ᴛᴏ
ʙᴜᴛ ɪ'ᴍ sᴛɪʟʟ ᴄᴀʟʟɪɴɢ ᴏᴜᴛ ʏᴏᴜʀ ɴᴀᴍᴇ
ʏᴏᴜ'ʀᴇ ɪɴ ᴍʏ ʜᴇᴀᴅ
ᴀʟᴡᴀʏs, ᴀʟᴡᴀʏs, ᴀʟᴡᴀʏs

┗━━━━•❅•°•❈•°•❅•━━━━┛





El día en el que Beacon Hills cumplió su noventa aniversario desde su fundación, las calles de todo el pueblo estaban decoradas con adornos de Halloween. Porque sí, mientras los adultos celebraban esto primero, los niños preferían disfrazarse e ir por cada puerta haciendo el muy conocido Truco o Trato.

Lydia recordaba que cuando era pequeña solía usar siempre su disfraz de La Sirenita, que incluía una tiara color púrpura y dos pendientes en forma de caracola que eran la envidia de las demás niñas del preescolar. Por aquel entonces, su madre la había pillado poniéndose de su maquillaje y se había molestado mucho por eso. Ahora, sin embargo, ya ni siquiera encontraba atractivo alguno en ponerse un disfraz de monstruo, cuando en el fondo, sabía que era uno.

Pero estaba bien con eso, pues... «No todos los monstruos hacen cosas monstruosas» recordó.

Una radiante sonrisa asomó por las comisuras de sus labios de muñeca cuando terminó de darse rubor en las mejillas, satisfecha con su trabajo, y la elección del vestido negro que resaltaba su esbelto cuello.

Había pasado mucho desde la última vez que tuvo la oportunidad de lucir así de arreglada.

- ¿Cómo me veo? -escuchó una voz a sus espaldas, y cuando se volteó, Laurel Jones estaba delante suyo llevando un hermoso vestido rojo.

La verdad, es que no estaba nada mal.

- ¡Estás que ardes, Jones! Créeme que si no fuera hetero...

- ¡Dios Lydia! -exclamó, y la rubia fresa se echó a reír- ¿No crees que es demasiado?

- Tonterías. Nunca es suficiente para que una mujer luzca todo su potencial, y tu así estás perfecta. Ahora siéntate y deja que yo me encargue de lo demás -le ordenó, obligándola a sentarse en la silla junto al espejo para comenzar a maquillarla.

La de ojos ámbar liberó un pesado suspiro, preguntándose cuánto más tardarían.

- Peter lleva más de media hora esperando abajo.

- Pues esperará otra más, porque vamos a demorar un poco -aclaró- ¿Qué prefieres? Si te recojo el cabello en un moño resaltará más tus ojos, pero si te lo dejo suelto a un lado, tu busto será más llamativo.

- Me voy totalmente por la segunda opción.

- Vale, tampoco te iba a dejar escoger otra.

Ambas se dedicaron una sonrisa a través del reflejo, justo en el instante que Malia corriendo entró por la puerta.

- ¡Hey, siento llegar tarde! -las saludó, dejándose caer encima de la cama.

- El baile comienza dentro de una hora ¿Dónde has estado?

- Llevándole algo de comer a Melissa al hospital. Hoy tuvo turno doble y Scott le preparó la cena. Ella y Argent llegarán algo tarde al baile.

- Pues ¿A qué esperas? Rápido, vístete de una vez -volvió a hablar Lydia, pero Malia solo se aclaró la garganta con incomodidad.

- Ejem, ya estoy vestida.

De repente, la banshee y la mujer lobo intercambiaron miradas entre sí, alarmadas. Luego posaron sus ojos en los pantalones de la mujer coyote, los cuales venía usando junto con una blusa de volantes azul y sandalias bajas ¿Realmente estaba hablando en serio?

- Cariño, antes me lanzo delante de un tren a que te aparezcas así en el instituto.

- Por favor, no empecemos otra vez Lyds-se quejó esta con una expresión fastidiada- Es cómodo, práctico y puedo correr sin caerme.

- Malia es una fiesta organizada por Peter Hale -advirtió Laurel como si no fuera más que obvio- de más está decir que no te permitirá asistir así.

- Mejor todavía -dijo, al tiempo que se reincorporaba para ir hacia la puerta- así me quedo en casa, me recuesto en mi cómoda almohada y no tendré que soportar ver a otras personas por el resto de la noche.

- Oh no señorita -Lydia la había tomado por el codo para arrastrarla de vuelta a la habitación- No voy a permitir que te encierres en tí misma cuando tienes una buena oportunidad para pasarla bien y olvidarte de toda esta mierda.

- ¡Suéltame el brazo, loca!

- Laurel, trae el vestido que tengo en la puerta del armario. Hoy este coyote rabioso sale de aquí luciendo como una dama sí o sí -ordenó, recibiendo un rápido asentimiento por parte de la castaña, para mal de Malia.

- ¡No! ¡Ni muerta! ¡No voy a ponerme uno de esos vestidos! ¡Me niego!

- Oh, sí que lo usarás, y también vas a llevar tacones.

- ¡¡Eso mucho menos!!

- Quédate quieta ya.

Proponerse llevar a Prada al veterinario sería mucho más sencillo que hacer que Malia se colocara un par de zapatos, pero ninguna de las dos, ni ella, ni Laurel, desistieron de su objetivo a pesar de la clara batalla que significó ponerle cada pieza de ropa.

Fueron varias las veces en las que tuvieron que cerrar la puerta con seguro, e incluso el ventanal, pero todo el esfuerzo valió la maldita pena cuando admiraron su recién terminado trabajo.

- Por la Ciudad Creciente -exhaló la beta de Scott, sentándose en la silla del pequeño tocador con los labios entreabiertos- Luces... tan diferente.

La mujer coyote intentó no soltar una maldición, porque después de todo, ellas se habían esmerado mucho en prepararla y sería muy ruin de su parte decir lo contrario. Pero no era menos cierto lo que decía Laurel, porque ella se miraba y no lograba reconocerse a través del espejo.

Nunca en su vida había usado tanto maquillaje, y eso que no era mucho. Además, habían arreglado su larga melena castaña para que cayera en rizos por toda su espalda, cubriéndole los hombros desnudos y parte del inicio de sus pechos por sobre el suave vestido de tela blanca que se ajustaba a su cuerpo hasta llegarle a los muslos.

- Odio todo esto -masculló, dirigiendo su mirada hacia los tacones que llevaba puestos- y a ustedes por obligarme.

- Luces muchísimo mejor que antes, pero no hace falta que mes des las gracias -dijo Lydia, airosa- siento como si acabara de transformar una ordinaria oruga en una bella mariposa.

- Pues para tu información, en estos momentos me siento de todo menos eso.

Malia intentó caminar con una mano apoyada en la pared, siendo ayudada por Laurel para sobrellevar el incómodo uso de los tacones, justo cuando escucharon los insistentes toques que venían de la puerta de la habitación.

- Señoritas ¿Qué les está tomando tanto tiempo? -se escuchó la voz de Peter desde el otro lado- Vamos atrasados.

- Ya estamos listas -avisó yna emocionada Laurel, soltando a su amiga de repente, lo que provocó que esta tuviera que mover los brazos para recuperar el equilibrio en lo que la otra iba y abría la puerta.

Peter estaba muy guapo en su esmoquin gris paloma, con los primeros botones de su camisa desabrochados y su pelo corto muy bien peinado. Pero al ver a la mujer delante suyo, fue él quien se quedó sin aliento.

Magnífica, sería la palabra exacta que usaría para describirla.

- Vaya -logró pronunciar después de quedarse pasmado por unos segundos- Es decir Wow.

- ¿Tengo algo mal?

- ¿Bromeas no? Luces hermosa.

Ese comentario provocó un ligero sonrojo en el rostro de la beta, quien se apartó un poco para que Lydia y Malia pudieran aparecer junto a ella en el umbral de la puerta.

- Bueno ¿Nos vamos?

◈ ━━━━━━━ ⸙ • ⸙ ━━━━━━━ ◈

El terreno del campo de lacrosse había sido decorado en su totalidad con cintas de satén dorado, desprendiendo una brillantez casi tenue que resaltaba aún más bajo la luz de los reflectores. Eso sí, Peter Hale se aseguró de que esa mañana el personal recortara el césped para que las personas no tuvieran que preocuparse por manchar el borde sus trajes con la humedad. No se habían desperdiciado muchos gastos en contratar una banda, simplemente se tomó prestado el puesto de audio del salón del coro, de forma que la música que se escuchaba de fondo era variada, para complacer los gustos de los más jóvenes o los más ancianos a su vez.

Las sillas se ubicaron alrededor, apartadas de la pista de baile, pero cerca de la mesa del ponche y los aperitivos. También se dió un toque final colocando faroles de papel blanco encima de cada mesa, uno que otro adorno floral en las gradas, y cuando los invitados miraban hacia arriba, podían encontrarse con su propio cielo lleno de estrellas.

Stiles silbó, impresionado con todo, a la vez que intentaba arreglarse el incómodo nudo de su corbata que ya comenzaba a picarle.

- La verdad es que Laurel y Peter se han lucido. Siento como si me estuvieran regalando el Prom al que nunca asistí -habló hacia su mejor amigo, quien se mantenía impacible a su lado, vigilando el panorama desde su lugar para asegurarse que todo estuviera bien.

Cuando este no le respondió, el de apellido Stilinski puso sus ojos en blanco.

Entre él y Liam habían tenido que arrastrarlo fuera de su casa para que accediera a ir con ellos al Baile, pero Scott no estaba muy seguro de querer enfrentarse nuevamente a la sociedad. Sin embargo, después de que su instinto de alfa lo hiciera reaccionar a la posibilidad de que algo malo pasara y necesitaran de su ayuda, decidió que los acompañaría.

Just A Little Bit se escuchaba de fondo a todo volumen, y el castaño tuvo que alzar su voz por encima de la música para que lo escuchara.

- ¡¡Scott!! ¿Me estás oyendo?

- ¿El qué?

- Ni siquiera me estás haciendo caso -bufó- Hablaba de que nunca tuvimos un baile de fin de curso, así que por esa parte no hay recuerdos que conservar.

- Genial -intentó que eso no sonara demasiado deprimente, pero falló. Después de todo, era solo una parte de las muchas cosas que no podría recuperar.

- Las chicas iban a prepararse en casa de Lydia, así que no deben tardar mucho.

- Genial.

- Y Liam y Theo están planeando echarle alcohol al ponche.

- Genial.

- Scott McCall es un tocapelotas.

- Geni... espera ¿Qué? -antes de que pudiera decir otra cosa, Stiles le propinó un sopetazo en la nuca para hacerlo reaccionar.

- Tío, entiendo que todo este tiempo en casa te haya vuelto un ermitaño. Pero por lo menos pon de tu parte e intenta pasarla bien con tus amigos. Llevo media hora tratando de sacarte algo de conversación.

- Lo siento -el alfa negó varias veces- supongo que me quedé en blanco por unos segundos.

- ¿Pensando en qué? -cuestionó, pero en el fondo ya sabía la respuesta- Escucha, ahora no es momento para preocuparse de Tamora, o los cazadores, o cualquier otra cosa fuera de este sitio ¿Me has oído? Hoy solo vamos a divertirnos como nos merecíamos hace seis años atrás. Seamos los adolescentes que no nos dieron la oportunidad de ser.

Scott asintió, contentando de esa forma a su mejor amigo.

- Ya están aquí -escuchó que decía, y cuando se volteó, pudo ver llegar a las tres mujeres sujetas de los brazos de Peter. Cual de todas más hermosa.

Lydia le regaló una sonrisa a su novio cuando sus miradas conectaron a través del gentío, casi al mismo tema que Peter tiraba de la mano de Laurel para captar su atención.

- Ahí están el alcalde y su esposa ¿Cómo me veo? -preguntó, y ella se apresuró en arreglarle el cuello de la camisa.

- Guapo, pero algo tenso.

El hombre tomó una profunda bocanada de aire:

- Regresamos en un momento, ahora es tiempo de impresionar. Señorita Jones... -estiró su brazo hacia la castaña, y esta lo aceptó inmediantamente.

Malia y Lydia quedaron solas. Esta primera no logró apartar la mirada del alfa en ningún momento, quien parecía algo entretenido ahora que Stiles y él habían sido interceptados por dos chicos que conocían desde el instituto.

Al percatarse de ello, la banshee suspiró.

- Aún le echas de menos.

- Puede. Un poco.

- Está bien, Mal. Al principio la idea de seguir adelante puede parecerte imposible, pero no lo es.

- Lo sé -asintió con decisión- Pero ¿Sabes qué? Soy una jodida mujer coyote ¿No? Puedo conseguir todo lo que me proponga.

- ¿Lo dices porque quieres hacerme callar?

- No. Lo digo porque soy fuerte y voy vestida como una zorra. Y que te quede claro Lydia Martin, hoy seré yo quien tome la iniciativa.

Hizo un rápido escaneo por todo el lugar hasta que su vista recayó en un chico rubio que bebía animadamente junto a su grupo de amigos. Acto seguido, se dirigió hacia él en un arranque de valentía y este le sonrió al verla llegar.

Lydia los vió hablarse de forma amistosa y luego se marcharon juntos hacia la pista de baile.

Vaya que había sido rápido.

De repente, una sonrisa se instaló inconscientemente en sus labios cuando sintió los brazos de su novio rodeándola por atrás.

- Me sigo preguntando ¿Cómo alguien podría dejar a una mujer tan impresionante aquí sola?

- Pues ella solo busca impresionar a uno, pero no veo que haya funcionado -dijo, haciendo un pequeño puchero. Stiles no podía explicar lo mucho que quería a esa chica.

- Te lo puedo afirmar... -comenzó- a él lo tienes en la palma de tu mano con lo que sea que te pongas. Además, me gusta como te queda ese vestido.

Lydia ladeó un poco la cabeza, buscando alguna señal que probara lo contrario, pero él decía la verdad. Curvó un poco sus labios y luego se puso de puntillas para besarle.

Mientras tanto, del otro lado del campus, Scott ya no podía concentrarse en las palabras del entrenador. Puesto que toda su atención había sido robada por una chica, y esta se movía al ritmo de la música mientras era guiada por un desconocido a través de la pista de baile.

Malia era como un espíritu que inspiraba vida y sensualidad por cada poro de su piel, provocando que incluso su acompañante la observara con un hambre voraz, que a ojos del alfa, era una clara tentación para hacerlo cometer una locura.

Se obligó a decirse que era su amiga, que no estaba bien meterse en su vida, que ella podría hacer lo que quisiera cuando quisiera y con quien le diera la gana, pero cuando lo vió colocar una mano en su pequeña cintura, se dijo que hasta allí llegaría.

- ¿Cree que pueda tener un segundo? -le preguntó al chico cuando estuvo lo bastante cerca, sobresaltándolo, y este, notando el brillo amenazante de sus pupilas, decidió que era mejor apartarse sin protestar.

- Claro.

La mujer coyote, quien se había estado divirtiendo hasta el momento, lo miró con algo de confusión, pero él no le dió una explicación, ni mucho menos una palabra, porque estaba seguro de que se había quedado sin ninguna.

- Hey ¿Qué ha pasado?

De pronto, el sonido de un piano se escuchó de fondo, y la voz de Gavin James se adueñó de cada espacio.

Malia fue la primera en reaccionar y pasó los brazos alrededor de su cuello, obligándolo a colocar sus manos en su cintura.

Para su sorpresa, él no se apartó.

- Creí que no te gustaba bailar.

- No me gusta, pero eso no quiere decir que no sepa -dijo cuando ambos empezaron a moverse lentamente- Además, no me dió tiempo de ir a saludarte cuando llegaron y decirte que hoy estás preciosa.

Desde donde estaba, la de apellido Tate podía percibir el aroma a nervios que desprendía el alfa mientras bailaban, como si fuera la primera vez que ambos estuvieran tan cerca.

No obstante, agradeció su halago con una media sonrisa.

- Gracias, McCall. Pero esta puede que sea la primera y última vez que me veas así, no me gusta llevar vestidos.

- Bueno, si te soy sincero... -prosiguió- Creo que luces igual de guapa con el cabello revuelto y sin una gota de maquillaje, aunque eso no quiere decir que así no estés genial.

- ¿De veras?

- Sabes que nunca hablo de más.

Casi que podía percibir el temblor de sus manos cuando la separó de sí para hacerla girar y luego atraerla de vuelta, sujetándola más cerca esta vez, lo suficiente como para que sus respiraciones se entremezclaran.

Scott pudo sentir una extraña sensación de familiaridad haciéndole cosquillas en el estómago, y luego, esta se acrecentó cuando Malia volvió a mirarlo directamente, y sus ojos conectaron con los suyos de una forma que no sabría explicar.

Le pareció estar experimentando algún tipo de déja vu, que lo guiaba hacia algún momento del pasado en el que el brillo de esos ojos lo hacía sentir vivo otra vez, pero al mismo tiempo, la imagen en su cabeza no estaba del todo nítida.

Entonces, la voz del vocalista cantó en su oído, y él acercó su rostro lentamente hasta que sus narices estuvieron casi rozándose.

You're in my head
Always, always
I just got scared
Away, away
I'd rather choke on my bad decisions
Than just carry them to my grave
You're in my head
Always, always, always

Laurel tiró del brazo de Peter a pocos metros, y los señaló con algo de emoción.

- Míralos -susurró- están cayendo y ni siquiera lo saben.

El de apellido Hale emitió un profundo suspiro, no sabiendo si alegrarse o afligirse por ello.

- Solo es un baile. No quiere decir nada.

- ¡Oh sí claro! No sabré yo lo que es cuando lo veo -se quejó, poniendo los brazos en jarras- Además ¿Por qué tu aún no me sacas a bailar?

- No sabía que querías.

- ¿Y me puse este vestido para quedarme sentada toda la noche? -protestó. Acto seguido, lo obligó a separarse de su asiento- Ven conmigo, anciano.

Peter negó varias veces, pensando que aquella chica no tenía remedio, pero de igual forma la tomó por una mano, y la hizo dar una vuelta para unirse al resto de los invitados que parecían seguir disfrutando de la fiesta.

Lydia, quien continuaba abrazada a los hombros de su novio, se fijó fugazmente en Scott y Malia. En cómo él parecía estar a punto de besarla y ella apartaba el rostro para esconderlo en el hueco de su cuello, impidiendo así que sucediera lo que para ellos era algo inevitable.

En realidad, nunca entendería por qué a las personas les extrañaba tanto su relación. Si es que ellos, siendo tan diferentes como eran, se complementaban a la perfección. Y estaba claro que ninguno podía vivir sin el otro, aún cuando el olvido quisiera interponerse entre los dos.

Ella lo sabía, y todos los otros también.

No hay amnesia que apague los sentimientos, y entre ellos siempre existiría algo mucho más profundo porque, simplemente, estaban destinados a encontrarse. Ya fuera como amigos, amantes o aliados.

Un lazo tan estrecho como el suyo no podía ser cortado, y esas, eran palabras sabias de una banshee.

De repente, el celular en el bolsillo de Stiles comenzó a vibrar, haciendo que ambos se separaran, muy a su pesar, para que pudieran comprobar de quién se trataba.

- Es del FBI -informó el de lunares, y su expresión preocupada chocó con la de su novia.

Lydia asintió de forma comprensiva.

- Contesta. Yo te esperaré aquí.

La posibilidad de que no se tratara de nada importante flotó por unos segundos en su cabeza, pero cuando lo observó alejarse paso a paso, supo que todo lo que revivía en sus pesadillas iba a suceder nuevamente.

Habían aceptado agregarlo al equipo de búsqueda, y dentro de poco, tendría que decirle adiós a Beacon Hills por un tiempo indefinido.

Ellos se lo estaban arrebatando, otra vez.





Hola por aquí. Soy yo otra vez.

Lo sé, he estado desaparecida, pero tengo que decir que con los últimos acontecimientos que han sucedido últimamente en mi país y el ir y venir del internet me tiene con la cabeza saturada.😵

En fin, pueden googlear "Últimas noticias en Cuba" y se darán cuenta del por qué de mi estrés. Sin embargo, doy gracias a que tengo muy buenos amigos aquí en la plataforma y ellos me han ayudado con cada una de sus lindas palabras.

INFORMACIÓN IMPORTANTE: de seguro muchos de ustedes habrán leído la historia Shades, de mi amiga MarceAckerman (ahora mxrcem), que avisó recientemente que sería eliminada de su perfil por decisión personal. Y pues, después de haber hablado, les tengo la noticia de que me permitió continuarla por ella. Así que después del día 19 probablemente la publique aquí en mi perfil.❤️

Gracias a las personitas que me han apoyado hasta ahora, y espero que les haya agradado la idea.

Besitos a todos y nos leemos pronto,

Debbie

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro