Extra - El sueño de Zenda

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

-No puedo.

-Claro que puedes, esto no es algo que puedas controlar en un par de días amor, pero podrás, concéntrate y lo harás. Vuelve a intentarlo.

-Siempre que lo intento termino viéndome peor, antes no se veía tan mal porque no era por la mitad, pero ahora un lado de mi cara tiene cuernos y el otro no, uno es azul y el otro no. Incluso si intento arreglarlo con magia como dices, parece que me han aventado pintura y le puedo picar un ojo a alguien.

-En Midgar hay una raza de perros que tienen manchitas -acaricio su cabello.

-¿Me estás diciendo perro, Madre?

Loki soltó a reír- Claro que no Zenda.

-Tu eres una cosa -dijo Thor que venía con Fenrir en brazos, aún era muy pequeño.

-¡Padre!

-Odio que interrumpan mis clases -dijo Loki enderezándose y caminando hasta dónde Zenda y su esposo con el pequeño Lobo que ahora estaba en el suelo.

-Disculpe príncipe Loki, no quería molestarlo con su arduo trabajo -burló Thor y Loki frunció el ceño, pero una sonrisa se firmó en su cara cuando con un movimiento de mano rápido, hizo que Thor cayera de sentón al suelo y Zenda riera a carcajadas- Que gracioso.

-No hagas enojar a Madre, Padre o saldrás perdiendo como hace un tiempo.

-No quiero vivir como conejo otro mes -dijo Thor recordando cuando hizo enojar a Loki y éste lo trasformó en conejo y lo dejó así por todo un mes.

-Serán tres meses esta vez -dijo Loki extendiéndole la mano a su esposo para que se levantara- Además -lo jaló levantándolo y se acercó a su rostro y pecho sonriéndole provocadoramente- Ya eres un conejo -mostró sus colmillos riendo y Thor sonrió enormemente también agarrándolo por la cintura.

-¿Enserio? Quiero afirmarlo entonces -besó a Loki en la boca y quería seguir, pero un gritito le recordó a su hija.

-¡Yo también quiero ser un conejo! -gritó Zenda mientras brincaba para que su Padre la cargara.

Loki se ruborizó y rio, Thor también rio.

-No, tu no.

-¿Por qué? -frunció el ceño- Entonces quiero un conejo -bufó.

-No, no, no eso menos -dijo Thor negando rápidamente y Loki le dio un codazo- Digo, si, después te conseguiré un conejo.

-Que Narfi se convierta en conejo.

-Oye, oye, y ¿por qué Narfi?

-Porque él me gusta.

-¿Qué? -dijo Thor mirando a su hija y después mirando a Loki pidiéndole ayuda.

-Siento que se vería bonito siendo un conejo yo te cuidé cuando eras un conejo, también podría cuidar a Narfi.

-Bien basta de hablar de conejos -dijo Loki tomando en brazos a su hija y bajándola para ponerla junto a Fenrir que ella abrazó hundiéndose en su pelaje y Loki hizo que la apariencia de Zenda cambiara.

-Gracias Madre -dijo la pequeña que sonreía hablándole a su amigo peludo.

-Vayan a buscar a tus abuelos -dijo Loki acariciando la cabeza de su hija y también al lobito, Zenda asintió corriendo seguida por Fenrir.

-¿Sigue sin controlarlo?

-Si -suspiró- Me preocupa.

-Tranquilo amor -Thor abrazó por detrás a su marido y besó su nuca, Loki abrazó los brazos de Thor que cruzaban por su cintura- Podrá controlarlo, es solo porque está muy pequeña.

-Ella controla magia más difícil, esto solo es un cambio de apariencia, no debería ser difícil para ella -negó- Creo que es mejor que los sanadores la vean o tu Madre.

-No está enferma amor, en serio.

-¿Y si, si? -volteo a mirarlo- Luego salimos y tenemos que dejarla sola y...

-No está sola Loki, están mis padres, los guardias, Fandral, y... -rodó los ojos mirando hacia otro lado- Narfi.

Loki rio- Antes te caía bien Narfi, ¿qué paso?

-Me cae bien, lo que no me cae es que Zenda muestre mucho interés por él últimamente.

-Un Dios de la fertilidad le dice a su hija que no se interese por nadie, es algo controversial.

-Cállate. Soy Dios del Trueno.

-También eres un Dios de la fertilidad, tu Madre lo dijo hace años, no lo niegues.

-Bien, bien, si también lo soy, pero estoy 100% seguro de que mi hija no.

-Se verá cuando sea más grande.

-¿De qué crees que sea Diosa?

-No lo sé... ¿de los animales?

-¿La lluvia? Ooh, puede ser del clima -decía Thor mientras caminaban por el palacio.

-Si sabes que proponiéndole un título a tu hija no será estrictamente Diosa de lo que quieres, ¿verdad corazón?

-Lo sé, pero se vale soñar.

-Podría ser Diosa del amor.

-Si eso estuviese... -Thor captó y negó- No, de eso no, es parecido a la fertilidad.

-Ay Thor -dijo por último Loki caminando.

-Podemos extender estos por aquí y ver como reaccionan estas tierras a eso y...

-No, eso provocaría una reacción en cadena de aquí hasta acá -señalaba Odín en una enorme mesa de pierda y oro, en ella había un mapa que se movía a voluntad, estaba rodeado de consejeros, soldados y guardias.

-Mi Rey, pero si no hacemos esto podríamos...

-Estoy seguro de lo que pasará, en todo caso yo... -se detuvo al sentir una pequeña presencia entrar sigilosamente al lugar- Podrían esperar un momento, los llamaré cuando termine -habló y todos voltearon a un rincón del lugar, uno dónde no daba la luz del Sol ni de las luces del lugar, pero se podían ver perfectamente unos ojos heterocromáticos iluminados con brillo propio.

-Claro su majestad -respondiendo todos los presentes y haciendo una reverencia se retiraron.

-Debes ocultar mejor tu presencia pequeña.

No hubo respuesta.

-Bueno, debo admitir que lo haces mejor que Thor a tu edad.

Una risita se escuchó y Odín caminó hasta dónde sentía la presencia de su nieta, corrió una cortina cercana y se sorprendió al ver como la luz iluminaba ese lugar y no había nadie.

-Aquí abuelo -dijo Zenda detrás de él sonriendo ampliamente- ¿Cómo lo hice? -sonrió parándose de puntitas y meneándose.

-Maravillosamente hija, ¿dónde aprendiste eso?

-Mi abuela me enseñó -extendió sus brazos y Odín la levantó cargándola y volviendo a sentarse dónde estaba con los antes presentes- Este lugar me gusta mucho.

-Algún día cuando seas Reina, podrás estar aquí tanto como quieras, aunque puede que no te guste tanto en ese momento.

-¿Ahora no puedo estar aquí? Mis padres dicen que no te interrumpa, pero tú me dejas.

-Claro, pero no hay nada que puedas o debas hacer aquí aún.

Tocó el mapa flotante que se distorsionó al pasar su mano, lo movió hacia un lugar cubierto de hielo y nieve.

-Oh...

-¿Qué pasa?

Esto vi anoche en mis sueños.

-¿Este lugar?

-Si, pero no podía caminar más allá, llegué a las afueras... creo -ladeo la cabeza.

-¿Por qué no podías caminar?

-Porque no tenía piernas en mi sueño, eran... nieve creo. Estaba frío.

-¿Cómo sabes que era este lugar pequeña?

-No lo sé -sonrió viéndolo a la cara- Solo... -frunció el ceño y elevó los hombros- ¿Lo sé? Eso creo.

Odín rio- Entiendo, no te preocupes.

-Si -dijo Zenda- ¿Y mi abuela?

-Te llevo con ella.

-No, Fenrir y yo podemos ir con ella.

-¿Dónde está Fenrir?

-Afuera del salón.

-Bien, entonces vayan los dos a buscarla.

-Si -dijo bajándose del regazo de su abuelo y saliendo por las puertas del lugar.

Odín la observó hasta salir de allí y después volvió la vista al mapa, acercó el lugar viendo fijamente que era Jötunheim.

-¿La sangre llama eh? -dijo sin dejar de mirar esas tierras cercanas, pero a la vez lejanas.

-¿Así que estuviste entrenando? -preguntó Frigga que leía un libro con Zenda a su lado tratando de leer otro.

-Si, con mi madre, pero él tuvo que ayudarme al final.

-Aun eres muy pequeña Zenda, ¿qué edad tienes?

-Tengo 5 abuela -rio diciéndolo.

-Oh 5, 5 años tienes -sonrió- Bueno, posiblemente lo que te falte sea concentración.

-Eso me dijo mi Madre también.

-Ven -cerró su libro y caminó hasta un gran cuenco lleno de agua, Zenda se quedó un poco atrás.

Se encontraban en los aposentos de la Reina.

-Tienes control sobre algunos elementos, ¿cierto?

-Si.

-Bueno, más que nada es control en tu magia, si la usas correctamente, será más como extensión de ti, con el tiempo no necesitarás pensar para poder utilizar tu poder pequeña. ¿Puedes sacar el agua de aquí?

Zenda ante la pregunta asintió y elevó sus manos hacia el frente, su magia comenzó a salir haciendo que el líquido comenzara a elevarse de a poco saliendo de su contenedor y se acercara hacia la princesa quedando aglutinado flotando frente a ella que se acercó más a su abuela.

-Listo

-Quédatela ahí un poco más.

-¿Mhmm? -se le quedó viendo, pero no reprochó y solo se quedó parada con las manos extendidas y los codos doblados con el agua ahí. Vio como su abuela comenzaba a sacar acercar de un lado de la habitación, un cuenco que contenía fuego y lo colocaba frente a Zenda.

-¿Qué haces abuela? -Zenda caminó un poco y unas gotas de agua cayeron al suelo- Ay...

-Concéntrate querida, que no se derrame nada.

-Pero si la detengo mucho tiempo, me canso.

-Pues no te canses -rio Frigga y siguió en lo suyo. Zenda parpadeo muchas veces y se le quedó viendo a su abuela- Si te concentras, podrás lograr no cansarte y hacer más cosas a la vez, mira ven aquí.

Zenda caminó más y observó dentro del cuento el fuego ardiente que estaba cerca.

-¿Sabes crear un látigo con el agua querida?

-Si, si sé -movió su mano derecha hacia un lado extrayendo del círculo de agua que tenía, en forma de látigo un poco del líquido y así se hizo con toda el agua- Listo -sonrió.

-Bien, ahora... -Frigga tomó en su mano una pequeña flama y la acercó a Zenda y esta se echó hacia atrás- No te asustes, ven -con la mano desocupada la tomó la mano de la pequeña y después con mucho cuidado depositó la llama en la palma de Zenda.

-Me voy a quemar -dijo Zenda nerviosa.

-No, no lo harás.

-Es pequeña, pero haz lo mismo que hiciste con el agua, pero ahora con tu otra mano.

-Necesito las dos manos para hacerlo abuela.

-No. Inténtalo.

Zenda no reprochó y cerró los ojos un momento y al abrirlos comenzó a manipular el fuego en su mano haciendo un pequeño pero fuerte látigo de fuego.

-Wow...

-Lo ves, lo lograste.

-Si -sonrió.

-Pero mira -Frigga apuntó a la mano derecha de la niña que antes tenía el agua y Zenda se dio cuenta de que ahora el látigo de agua era más pequeño.

-¿Qué paso?

-Pasó que te centraste más en el fuego que en el agua, pusiste más magia, control y concentración en un lado que en otro, por eso se descontroló y tiraste el agua.

-Por eso solo lo hago con las dos manos para que no se tire.

Si, pero aquí debes usar una y una, el fuego es peligroso si no sabes controlarlo, porque con una llamita, se puede volver un incendio y con el agua puedes apagarlo, pero si te quedas sin ella, qué sentido tiene.

-Me gusta más el agua, es menos peligrosa.

-No, de hecho, puede ser más letal que el fuego.

-Frigga tomó el agua de la mano de Zenda y rápidamente la lanzó filosamente hacia el cuenco que se partió a la mitad y cayó al suelo.

Zenda del susto apagó el fuego y se quedó perpleja, Fenrir también se asustó y corrió hacia ella.

-Lo ves, es dependiendo de como lo uses -asintió- Es más o menos lo que te sucede a ti, naciste bendecida con mucho poder Zenda, peor eres muy pequeña para controlarlo del todo, además, naciste de dos seres extremadamente únicos.

-Mis padres...

-Correcto, ellos son de mundo diferentes, pero que por ti son uno solo, cada uno tiene cualidades únicas y extraordinarias, que incluso hasta hoy no han llegado a descubrirlo por completo, ellos son mayores que tu y sin embargo no se han descubierto por completo, tu tienes mucho camino por recorre pequeña. Frigga tomó a Zenda de un lado y a Fenrir del otro y los subió a la cama.

-Entonces... ¿podré controlar todo algún día?

-Claro que si hija, pero debes empezar desde ahora, como lo haz estado haciendo, eres buena en muchas cosas, pero no tanto en otras, en esas es dónde debes poner prioridad para equilibrar tu ser -tocó la frente de Zenda y la apariencia de la menor cambió de nuevo- Primero debes decidir cómo quieres vivir, puedes ser como tu quieras y lo que quieres, Jotun o Asgardiana o ambas, no tienes que ocultar esto -dijo refiriéndose a su apariencia.

-Pero no me gusta estar así, me gustaba antes cuando cambiaba de uno a otro.

-Entonces si necesitas concentrarte -la volvió a cambiar- Pero te concentras mejor cuando tienes el estómago lleno, así que ve a descansar un rato y después vas a comer, ¿de acuerdo?

-Si -dijo la pequeña bajando de la cama jalando a Fenrir- Vámonos Fenrir. ¡Me voy!

La pequeña llevaba un pequeño vestido que estaba abierto de la espalda y se podía apreciar por completo la piel de esa zona, y fue ahí cuando la Reina notó algo extraño, la espalda baja de la pequeña estaba algo roja y parecía que venas rojas se asomaban por debajo de su piel- Zenda espera -la princesa se detuvo justo antes de salir del lugar.

-Mande.

Frigga apuñó su mano y la dobló hacia su pecho preocupada- ¿Te has golpeado?

-¿Golpeado? No, por qué.

Frigga volvió a mirar hacia la espalda de la menor, pero lo que vio antes ya no estaba, confusa solo negó- Por nada, ya puedes irte.

-Bien -corrió.

La princesa de Asgard con 5 años de vida ya había obtenido sus cuernos dignos de un poder fuerte en la cultura de Jötunheim, pero también poseía gran habilidad para muchas otras cosas dignas de una Asgardia de la realeza de una AEsir, cualquiera diría que era una cruza totalmente extraña jamás antes vista. Hija del príncipe de Asgard y el príncipe de Jötunheim, Zenda era extremadamente fuerte a su corta edad, pero actualmente tenía un problema y este era, que un día despertó con la mitad de su cuerpo de color azul con uno de sus cuernos mostrándose, escleróticas rojas pero sus pupilas de un color normalmente heterocromático y el otro lado con la piel blanca y sus labios rosas. Ella muchas veces cambiaba de una apariencia a otra, pues había heredado esta habilidad, no necesitaba de cambios con magia, pues ella alternaba esto a voluntad, hasta ese día en que despertó así. Mitad Asgardiana y mitad Jotun.

Su madre, el príncipe Loki necesitaba de magia para mantener su apariencia de Asgardiano, pero gracias a Odín y Frigga, él siempre podía mantenerse como gustara, él ya era un hechicero con años de experiencia, aun le faltaba mucho por aprender, pero era muy bueno. Su padre, Thor, podía percibir la magia a su alrededor y era muy susceptible a esta, pero no podía usarla, no a voluntad, puesto que cosas como hacer dejar de llover, los truenos o sus habilidades requerían cierto nivel de poder y magia que él inconscientemente usaba.

Loki había estado entrenando con su hija para ayudarla, ya que a ella no le gustaba estar dividida por la mitad aparentando que no le importaban las miradas de su pueblo. Todos la amaban y querían, era su princesa después de todo, pero ciertamente se le quedaban viendo, eso había ocurrido hacia ya una semana, y ahora Loki la mantenía con su aspecto Asgardiano.

-¡Fenrir! -gritaba Zenda por los pasillos mientras iba en dirección a sus aposentos, pero su lobo no aparecía por ningún lado, él siempre venía corriendo hacia ella en cuanto la llamaba, lo había perdido en cuanto salió de dónde su abuela, puesto que él salió corriendo más rápido rumbo a unos d ellos jardines- ¡Fenrir! ¿Dónde estás?

-Pero es el lobo de la princesa, es su mascota, no podemos hacerle esto -escuchó que alguien murmuraba a lo lejos, el oído agudo de la princesa la percató de eso y se acercó hacia un lado del palacio que daba hacia el pueblo y dónde pudo observar desde arriba a unos soldados.

-Si, es el lobo de la princesa, pero podemos conseguirle uno igual o mejor, porque si esta cosa es lo que dicen que es, nos traerá la muerte a todo el reino -eso asustó a Zenda, ella sabía que la muerte era algo irreversible y que muchos lloraban al presenciarla. Se asustó más en cuanto vio como tenía agarrado a su amiguito por el hocico y al parecer lo apretaban mucho porque este chillaba, pero callaban sus quejidos al apretarlo más.

-Incluso la princesa estará mejor sin la compañía de esto aquí...

-¡Déjenlo! -ese grito detuvo a los 3 soldados que se quedaron petrificados al instante de escuchar a su princesa gritarles- ¡Suelten a Fenrir! -inmediatamente el que tenía agarrado al lobo lo soltó y este corrió hacia la escaleras que daban directo a dónde ella estaba y Zenda se agachó al sentir como Fenrir llegando se talló en su pierna- Fenrir -lo acaricio y se levantó para poder asomarse y ver de nuevo a los soldados, pero ya no estaban. Su lobo chilló y se volvió hacia él para cargarlo, miró por última vez dónde los soldados estaban y miro a Fenrir- Vámonos.

-¿Fueron unos soldados?

-Si, te lo juro.

-Pero... ¿Por qué querrían hacerle daño a Fenrir?, no tiene lógica, él no les ha hecho nada.

-Lo sé, pero eran unos soldados, lo tenían agarrado muy feo.

-¿Quiénes eran? -preguntó acariciando al lobo que dormía en la cama.

Zenda salió de la ducha con una pequeña bata de color turquesa y revolviendo su cabello para secarlo con una toalla- No lo sé, tenían sus armaduras y los cascos, no los vi bien, no voltearon hacia arriba.

-Bueno, entonces debes decirles a los príncipes.

-No, si les digo a mis padres no me creerán.

-Tus padres te creen todo Bombón además nunca mientes en nada.

-Si, pero... como dices, no tiene sentido que unos soldados quieran lastimar a Fenrir, entonces no me creerán -se agachó a buscar su ropa en los cajones y el closet.

-Si quieres le decimos a mi padre, él nos creerá.

-El Tío Fandral está siempre ocupado.

-Nah, él se la pasa durmiendo ahora, está sin hacer nada porque no ha habido guerras, entonces siempre está o durmiendo o tonteando con sus amigos.

-¿Por eso vienes a comer hoy Narfi?

-Oh no, eso es porque quemó la comida -rio el chico.

-Jajaja no puede ser -rio Zenda levantándose y comenzando a quitarse la bata para cambiarse.

Si, era muy normal entre ellos que habían crecido como hermanos el verse sin nada y ninguno lo tomaba a mal, Zenda por estar pequeña y Narfi por que la respetaba. Terminó de cambiarse y ahora se había puesto una prenda pegada a la parte superior tapando su pecho que no tenía cuello ni mangas, era de color azul marino algo más oscuro y un pantalón que le llegaba más debajo de su ombligo y la blusa más arriba, el pantalón era del mismo tono que el complemento de arriba y era algo suelto que le llegaba hasta arriba de los talones, andaba descalza.

-¿Me peinas?

-Si -respondió Narfi dejando de acariciar a Fenrir y haciéndolo hacia más arriba en la cama- Ven.

Narfi se subió más y como él era más alto que Zenda la cabeza de la pequeña le quedaba a una altura perfecta para peinarla una vez que ella se sentó entre sus piernas sobre la cama de igual manera.

-¿Qué te hago? -acaricio su cabello terminando de alaciarlo.

-Lo que quieras -dijo emocionada.

-Bien -dijo él- Espera pasó un poco más la toalla para secar el cabello de la niña y comenzó su labor.

Si, Narfi se había vuelto un experto en hacer peinados para Zenda.

Ella vio de reojo a Fenrir que estaba dormido.

-Me enojó.

-¿Qué cosa?

-Lo que le hicieron a Fenrir, es un bebé todavía.

-Tú también lo eres.

-Claro que no, ya tengo 5.

-Si bueno, eres muy pequeña todavía.

-Me enojó más lo que le dijeron.

-¿Qué dijeron?

-Que Fenrir mataría a las personas de aquí... pero eso no es cierto.

Narfi frunció el ceño y recordó algo que había escuchado en el pueblo hace unos días, algo sobre que habían escrito hace años que un monstruo traería la destrucción del Asgard y del Universo que lo rodeaba, pero no entendía porque lo relacionaban con Fenrir. Váli era quién había escuchado más o eso creía, porque él se había ido, pero vio como Váli se quedaba escuchando.

"Le preguntaré más tarde".

Váli antes no se llevaba muy bien con Narfi, pero ahora ya eran un poco mayores, por eso ya no peleaban con mucha frecuencia y si lo hacían era en combates del entrenamiento, porque ambos habían comenzado su entrenamiento para volverse guardias.

El chico terminó de peinar a Zenda haciendo dos trenzas, una en cada lado de la cabeza de la menor y terminando con el cabello suelto desde arriba cayendo hacia su espalda, ella ya tenía el cabello muy largo, se veía hermoso por la combinación de colores en los cabellos de la niña.

-Fenrir no le haría daño a nadie Bombón -la abrazó desde dónde estaba y recargó su cabeza en su hombro- Vamos a comer -sonrió.

-Quiero dormir un rato -frunció el ceño y rio- Tu cabello me hace cosquillas.

-El príncipe Loki me lo cortó hace unos días -lo agarró- Pero ya me está creciendo de nuevo.

-Se te ve bien.

Narfi tenía el cabello corto, relativamente, pero lo tenía más corto de un lado que del otro y el lado más largo le llegaba casi al hombro.

-Gracias -sonrió- Entonces duérmete un rato y después comes. ¿Quieres que me quede contigo?

-Si, por favor oh, pero ¿tu si tienes hambre no?

-No mucha, también tengo sueño, puedo aprovechar y dormir un poco y después vamos a comer.

-Bueno.

Ambos se acomodaron y sin tardar mucho se terminaron quedando dormidos muy rápidamente.

-No tienes que angustiarte por eso Thor -dijo Loki mientras agradecía el que le sirvieran su comida.

-¿Cómo no lo voy a hacer? Dijo que le gustaba.

-Son niños.

-Nosotros también éramos niños cuando te dije que me quería casar contigo y mira dónde estamos ahora, hablando de nuestra hija y su amigo.

-Su guardia -corrigió Loki.

-¡Peor! Y esa cosa todavía no es guardia, ni a soldado llega.

-Príncipe Thor, no debe angustiarse, Narfi es un gran niño.

-Es educado.

-Tierno.

-Atento.

-Parece que todos están en mi contra -dijo Thor pues incluso hasta las cocineras hablaban flores del pequeño.

-Hablando de la princesa -dijo una de las cocineras- ¿Gusta que vaya por ella?

-No, yo voy -dijo el rubio levantándose y saliendo, Loki comió de su plato y después contó mentalmente 1, 2, 3...

-¡Loki! -gritó Thor que regresó corriendo al comedor- Están dormidos.

-¿Quiénes? -preguntó despreocupado.

-Zenda y Narfi quienes más.

-Entonces después comerán -dijo Loki.

-No Loki, los dos están dormidos en la habitación de Zenda -dijo Thor quejándose.

Loki los había visto entrar a la habitación de Zenda unos momentos antes de que ellos entraran al salón yendo al comedor.

-Aww que tiernos -dijeron las cocineras y Thor las miró mal sentándose bruscamente y Loki solo rio.

-Creí que sabías que Narfi venía a comer, Fandral quemó el estofado.

-Siempre quema todo, ¿cómo es que no ha quemado su casa?

-Los Dioses lo cuidan -sonrió.

Narfi venía de camino a su casa, ya estaba oscuro, pero no era tan de noche aun, habían despertado, comido, jugado un rato y ahora él iba de camino a ver a su padre, pero antes pasaría a ver a cierto pelirrojo para que le hablara de lo que había escuchado.

Tocó a la puerta y de ella salió un hombre que lo reconoció y lo saludó.

-Hola Narfi, buenas noches.

-Hola, disuclpe, ¿se encuentra Váli?

-Si, ahora lo llamo.

-Vál...

-No hace falta aquí estoy -dijo el chico saliendo detrás de su padre- Saldré un rato, no tardo.

-No pelees -dijo el mayor y este asintió girando los ojos y con una mueca.

-¿Qué quieres Narfi?

-Quería preguntarte algo.

-Si dices querías, es que ya no quieres -movió la mano.

-Ey no, presta atención, es sobre lo que escuchamos el otro día de los soldados.

-¿Lo de las escrituras? ¿Qué tiene, ahora te interesas por historias de miedo?

-¿Crees que solo es eso? ¿Algo que está escrito, pero que no suceda?

-Posiblemente, porque no tiene sentido que un monstruo que habite en Asgard siga vivo para que se cumpla lo que dicen.

-¿Qué dijeron? -caminaron hasta llegar a un lado y Váli se recargó en un árbol cercano seguido de Narfi.

-No lo sé, algo sobre que... un monstruo llegaría aquí y mataría a todo Asgardiano, pero después cumpliría con su deber de, asesinar a todo el Universo... pero ya hay muchas historias así, no sé porque la necesidad de inventar otras más.

-¿Un monstruo?

-Si, ¿estás sordo?

Narfi negó y su rostro reflejaba que estaba preocupado y pensando en algo.

-¿Qué piensas llorón?

-¿De quién crees que hablen?

-¿De quién? -mordió su labio- No sé, no tengo idea. Ya enserio, ¿Por qué tanto interés en esa historia? No es que una criatura enorme llegue de la nada y mate a todo el reino con ojos llenos de sangre.

-¿Qué?

-Digo que es imposible.

-No, dijiste algo de sus ojos.

-¿Los míos?

Narfi lo miró mal y Váli rio.

-Eso dijeron los soldados, que esa cosa llegaría sin darnos cuenta y que crecería tan grande que parecía que una montaña estuviera haciendo erupción a todo momento, que sus ojos eran rojos y su piel negra. Pero ya sabemos que no tiene mucho sentido, muchas veces eso se cambia con el tiempo.

-Hablan de Fenrir...

-¿Fenrir? ¿El lobo mascota de la princesa?

-Eso creo... pero no... no lo creo, es confuso.

-Estas loco, esa cosa es enana y eso dicen que es enorme.

-Zenda me dijo que su abuelo, digo, El Padre de Todo dijo que era el último de su especie y que esa raza crecía sin control con el pasar del tiempo.

Váli dudo y después le soltó un zape al rubio que hizo que se agarrara la cabeza.

-¿Qué te pasa? Ya habías dejado de golpearme.

-No, solo me contengo -suspiró- Por tu culpa no dormiré bien esta noche niño.

-Solo soy un año menor que tu -entrecerró los ojos- Como sea, gracias...

-Si estás preocupado por la princesa... no deberías dejarla sola.

-Si.

-Aunque aun eres muy pequeño para cuidarla bufó y camino hasta su casa de nuevo.

-Si gracias por el apoyo -rio y caminó a su casa.

-Un monstruo que traerá la muerte y destrucción a nuestro reino, eso es lo que es esta cosa -dijo mientras se acercaba con su arma hacia el rincón en dónde estaba el pequeño lobo indefenso que mostraba los colmillos con temor, gruñía y chillaba levemente para protegerse.

-Tranquilo, te mataremos rápidamente, no sentirás nada, seré un golpe certero, así no llorarás y nadie se dará cuenta -dijo otros que de igual manera se acercaba y tenían rodeado al pequeño.

Un puñado de 6 guardias estaban en un lugar apartado del palacio, listos para matar a Fenrir que como todas las noches salía de la habitación de Zenda y daba un paseo nocturno por el lugar, esta vez fue diferente, porque lo atraparon listo para matarlo y "romper" lo predicho.

-Nos castigarán por esto.

¿Qué nos pueden hacer? ¿Azotarnos?

-Matarnos -dijeron otros y dudaron.

-Mierda, hagámoslo de una vez.

-...

-Bien, lo haré yo -dijo el que al parecer era la cabeza del grupo y agarrando aire, valor e impulso, arremetió contra el pequeño con su lanza tratando de hacer un corte justo en el pecho del animal, pero un grito ahogado los atemorizó y los dejó paralizados.

Unas gotas de sangre cayeron al suelo, pero la sangre que goteó secó el pasto en el lugar de impacto tan pronto lo tocó.

-¿Qué hiciste? -retrocedieron unos y otros cayeron de golpe al suelo asustados, el que atentó contra Fenrir, no le había dado al animal, no por completo, pues la lanza había atravesado algo antes que el lobo, le había dado a la princesa, que había salido de la nada y ahora estaba inerte recargando su cuerpo sobre el del lobo, dándoles la espalda los soldados traumados. El soldado le había hecho un corte muy profundo a la altura de la nuca a la niña, dejándola aparentemente muerte frente a sus ojos y el lobo chillaba quejándose.

-No, no, no -soltó su arma y corrió para ayudarla- Princesa, lo juro no fue mi intensión, yo no quería...

-No puede ser -gimieron los que pudieron pues vieron claramente como es que el soldado se quedaba sin entrañas, pues unos látigos rojos y palpitantes lo atravesaban desde el estómago a hasta salir por su espalda, muriendo inmediatamente. Salieron de nuevo del cuerpo del hombre y su cuerpo cayó frente a los ojos de los demás que se impactaron al ver como la herida abierta de la menor cerraba tan rápido, lo que antes dejaba ver el hueso de su columna, no estaba más, en su lugar, quedaba una cicatriz.

La pequeña se levantó y se quedó viendo fijamente el suelo, seguía dándoles la espalda a los soldados, los cuales ninguno se movía, por el miedo, la impresión y horror que provocaba la escena. De la espalda baja de la menor, unos látigos salían y se meneaban de un lado a otro, parecían hechos con magia y sangre. Zenda miró como su lobo daba un último suspiro antes de cerrar los ojos y aflojar su cuerpo.

-¿Fenrir? -se agachó a tocarlo y después apretó su puño con la sangre de él. Giró poco a poco hasta quedar de frente a ellos.

-Princesa... -se acercó uno con cuidado extendiendo su mano para tocarla- Lo sentimos, no queríamos que esto pasara, nosotros solo tratábamos de protegerla, proteger al reino, no queríamos...

-Querían matar a Fenrir...

Tragaron duro.

-Nosotros...

-Querían matarlo... -elevó su vista y sus ojos heterocromáticos ya no estaban, sus ojos ahora eran dorados, brillaban intensamente, pero se mezclaban con un color rubí- Lo mataron.

Un quejido se escuchó puesto que la apariencia de la menor cambiaba muy rápidamente, pasaba de Asgardiana a Jotun, de ser una sola a ser combinada, estar dividida por la mitad, pero eso cambió cuando su apariencia se asentó a Jotun, sus colmillos se hicieron más prominentes desde arriba hasta abajo, en sus manos, las uñas que siempre tenía naturalmente largas se tornaron negras y más afiladas, sus pupilas parecían navajas de los afiladas que estaban. En sus parpados había marcas, las que siempre tenía, pero de un color negro con blanco y en sus brazos y piernas también se dejaban notar.

-Lo mataron... ahora yo los mataré -dio un paso y el pasto se secó, su pie descalzo parecía veneno para la naturaleza verde del lugar- No solo fue hoy que escuché eso que decían de él -dio otro paso y los soldados se levantaron y los otros trataron de correr, pero un rayo cayó estruendosamente dejándolos aturdidos sin oportunidad de moverse- Desde que llegó, he escuchado que dicen cosas feas de él. Pero él es bueno. Él no le haría daño a nadie.

Sus ojos ahora dorados se iluminaban como los de su padre cuando usaba su poder, y otro rayo cayó. Este segundo despertó a todos dentro del palacio.

-Thor... -dijo Loki que se había sentado de golpe por el sonido.

-No fui yo amor, ¿una tormenta?

-¿En esta época? -unos gritos le erizaron la piel a los príncipes que salieron corriendo en busca de su hija para ver que estuviera bien, pero su miedo más grande se cumplió al ver la cama vacía.

-¡Zenda! -gritaron y corrieron a dónde Loki sentía que estaba pues los guardias que custodiaban a la princesa estaban desmayados en los pasillos.

Con una velocidad inhumana cortaba los cuerpos de los soldados por varios lados y se acercó colocándose en el medio de ellos, Zenda no estaba 100% consciente de lo que hacía, pero en cuento recuperó su consciencia, observó a su alrededor y dio un grito de horror al ver todo lo que había ocurrido y no sabía porque ella estaba ahí.

-¡Aaaah! -terminó por agacharse y encuclillarse gritando tapándose los oídos mientras más y más rayos caían a su alrededor y sin estar en pleno control de su magia, comenzó a desintegrar los cuerpos de los soldados con todo y sus armaduras hasta no quedar rastro alguno de ellos.

-¡Zenda! -un grito se escuchó alto y fuerte, pero no más fuerte que el grito de la menor, los rayos y el remolino de magia que giraba encerrando a Zenda y a Fenrir.

-¡Hija! ¡Por favor, cálmate! -gritaba Thor.

-¡Zenda, detente, por favor! -pedía Loki asustado tratando de calmar a su hija.

Trataban de acercarse más y más y la magia de Zenda se transformaba en una barrera que la encapsulaba en el centro.

-¡Zenda ya basta! ¡Detente ahora! -gritó Loki y sus puños se iluminaron de color verde y su magia salió rompiendo la barrera que su hija había construido- ¡Thor! -gritó y éste corrió hacia su hija para tomarla me brazos, cuando venía con ella en brazos un estruendo en el cielo se escuchó y Loki miró hacia arriba, un rayo venía directo hacia él.

-¡Loki! -gritó desesperado Thor. Cuando el rayo impactó, no vio a su esposo, si no que lo localizó unos metros a un lado, con Narfi a su lado que se quejaba de un dolor en su brazo.

Zenda ahora solo tenía los ojos cerrados y seguía apretando sus manos en sus oídos.

-Suficiente -una voz se escuchó y todo se tranquilizó de golpe.

La princesa quedó inconsciente en brazos de su padre que corrió junto a Loki para abrazarlo y a Narfi de paso.

-¿Estás bien? -preguntaba llenándolo de besos y Loki se aferraba a su hija, esposo y al niño que estaba llorando también.

-¿Qué fue lo que sucedió aquí? -dijo Odín que venía corriendo con Frigga.

-Zenda... ella... -susurró Narfi que sostenía su brazo, estaba amoratado y parecía que un poco del impacto del rayo lo había golpeado y además estaba roto.

-¿Qué paso? -dijo Frigga ayudándolo.

-No lo sé... yo... -Narfi se desmayó.

_________________

-¡No! -se despertó de golpe sobre su cama, sudando y llorando.

-Ey -preguntó Narfi a su lado- ¿Qué sucede?

-Yo... -tomó su cabeza y tragó saliva para hablar.

-¿Ese sueño de nuevo? -asintió.

-Esta bien -la atrajo hacia él para abrazarla- Esta todo bien -besó su frente acariciando su espalda.

-Perdón, te tuve que haber asustado.

-Esta bien, no pasa nada -Zenda suspiró.

-Pedí a mi abuela que me quitara estos recuerdos, pero se niega.

-Es peligroso, lo sabes.

-Es más peligroso que los conserve -suspiró y se acomodó entre los brazos del joven que con anterioridad dormía a su lado hasta ser despertado.

-Han pasado 15 años de eso, no es más que un mal sueño.

-Un mal recuerdo diría yo.

-Ey -la besó en la boca tiernamente- Mejor duerme, descansa, que mañana es un día importante.

-La coronación de mis padres, si lo sé.

-Hablando de ellos, es raro que no vinieran con ese grito -miró hacia la puerta.

Zenda se acomodó y cerró los ojos- Puse una barrera de sonido en la habitación antes de... -bostezó- Dormirnos...

-¿Enserio? -preguntó Narfi, pero la chica ya estaba dormida- Dioses. Descansa, Bombón -besó su frente de nuevo y la miró mientras dormía, él recordaba con claridad lo que pasó esa noche hace muchos años.

Cuando Narfi despertó, recordaba todo, había salido a mita de la noche porque no podía dormir, quería ver la luna, pero entonces vio como unos soldados atacaban a Fenrir, corrió para hacer algo, pero no vio en qué momento Zenda apareció justo antes de ser herida, veía perfectamente desde dónde estaba, la herida que tenía, sabía que era mortal y que tal vez ya no había nada que hacer, hasta que presencio todo lo demás, desde que mataron a su princesa, hasta como ella prácticamente volvió de la muerte y asesinó a sus hombres que después fueron desintegrados por ella también y el como los príncipes llegaron en su rescate.

Pero a todo esto que recordaba, no dijo una mínima palabra, era un secreto que se había decidido guardar hasta la muerte, no sabía que cosas le harían a Zenda, lo que más le sorprendió fue ver cómo es que Fenrir seguía vivo, tiempo después cuando habló de esto con Zenda, ella le contó que recuerda vagamente lo que pasó, pro creía era un sueño, y le contó como es que Fenrir "revivió" porque ella lo besó antes de despedirse de él. Ella le dijo que no le importaba que había pasado, pero que le gustaba que Fenrir siguiera vivo.

Los Reyes y Príncipes asumieron que fue un pequeño accidente en dónde la princesa perdió el control por un mal sueño al ser pequeña. Años después con la noticia de que ella era Diosa de la Muerte y de la persuasión, no le quedó duda de porque su poder era tan descomunal en ese entonces.

Narfi sabía que ella era diferente, sabía que sin importar lo que fuera o como fuera, no la dejaría. Claro que ahora los padres de Zenda sabían de esa noche, pero ahora ella llevaba ya un par de años entrenando con el control de su poder. La observó dormir, acarició su espalda y su cabello se movió dejando ver la cicatriz que conservaba como evidencia de ese día. Realmente no sabía porque esa herida no había sanado como otras, tal vez se debía a que inconscientemente ella misma no quería que sanara, un bloqueo psicológico para sufrir en lugar de protegerse.

Miro a su alrededor y vio como las ventanas estaban rotas- Ay Mierda -fue lo último que dijo antes de volver a dormir.

________________________________________________________________________

Esto es un extra que tenía pensado hacer desde el principio de la historia, pero que no me había dado tiempo de estructurar correctamente, pero ahora sí. Es para que vean los inicios de Zenda como Diosa de la muerte.

Si, Zenda realmente había asesinado a 6 guaridas en un solo día a la edad de 5 años. Narfi lo vio todo, pero se lo ocultó a los príncipes y a los reyes para proteger a su princesa. Actualmente es un recuerdo de ese día lo que se plasma en este capítulo EXTRA, Zenda cuenta con 20 años y Narfi con 24. Son pareja, pero también serán pareja de alguien más que esta vez no estuvo presente.

Si, ellos serán parte de una relación Poliamorosa con alguien más, ¿porque? porque me gusta alv y también porque no me decidí con quién se quedaría Zenda al crecer y desde el principio lo tenía medianamente planeado, pero tendrán que esperar hasta que tenga tiempo de poder organizarme para hacer capítulos de la historia individual de Zenda y sus parejas :v porque se me han ido todas las ideas al tratar de armar este EXTRA que tiene tiempo que lo quería hacer, asique... espero que les haya gustado :3

GRACIAS POR LEER :3 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro