➖Cap.5➖

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Me desplomo contra el suelo jadeando por aire y tratando de no pensar en las malditas imágenes que vívidas se reproducen como un pernicioso virus en mi cabeza.

¿Desde cuándo un caminante altera mi semblante al punto de venirme como un condenado adolescente hormonal? Debo estar mal, pero mal en serio.

¡Tanto que me quejaba de los que hablaban al vacío y sin nada en concreto! Yo, estoy igual o peor que ellos... ¡Maldita sea! Debo refrescar mis ideas o me volveré un maldito ente y encima demente, el hazmerreír de unos cuantos que parecían menos coherentes.

Y cuando hago el intento de levantarme para limpiar lo que resta de fluido con mis prendas, se sucede un imperceptible sonido que llama mi atención de inmediato.

Un suave movimiento entre las hierbas, casi nulo para otros, pero que no pasa desapercibido para mis oídos. Un sonido que acrecienta la necesidad de mantenerme vivo.

Y cuando -lentamente- me levanto, limpiando y aprovechando a tomar el filo que me servirá para degollar a cualquier bestia, retumba en el silencioso paisaje el llamado de mi coronel que quedará mañana al mando del resto de los supervivientes: —Capitán...

Sin prestarle atención alguna, reviso de nuevo aquel lugar de dónde provino el imperceptible movimiento, quedando la impresión de un mero recuerdo pero, instalada en mí, la percepción de observación hacia mi cuerpo.

—¿Qué sucede? —cuestiono a medida que me alejo.

—Ahí les prepararon unas viandas para el viaje, no es mucho pero servirá para calmar la hambruna momentánea. Por favor, traten de fraccionar por las dudas —anuncia Tae y solo asiento con mi cabeza.

Le agradezco que tenga todo cubierto para nuestra partida, pero no puedo evitar sentirme culpable por dejarlo solo cuando los ataques se han incrementado de manera repentina.

—Escucha Tae, sé que eres bueno en el manejo de las armas y la lucha cuerpo a cuerpo, pero por lo que más quieras, mantente a salvo. Si llegase a suceder algo que se escapa de tus manos y no puedes actuar, desde ya debes saber y ser consciente de que no es tu culpa... Nada de lo que pudiera suceder es tu culpa... En este mundo, hacemos lo que podemos. Recuérdalo siempre —sale como un clamor desesperado por darle fortaleza dentro de tanta falta de humanidad que nos rodea.

Y Tae, dejando sus ojos acuosos aunque fuerce su rostro mientras impide que desciendan lágrimas que solo mostrarían debilidad (según él) me aprieta el hombro sincero diciendo: —Gracias capitán... Trataré de recordarlo siempre, se lo prometo.

Y así, al caer la espesa noche, nos desparramados entre distintos puntos estratégicos. Algunos en pseudo carpas, otros en improvisadas tiendas de campaña y algunos, dentro de diversas chatarras mientras un adulto toma su acertada posición de centinela; puesto que tendrá relevo dentro de unas horas. Dicho puesto, es una pieza fundamental para tratar de asegurar el descanso del grupo en general.

De esta manera, intento cerrar mis ojos mientras los vívidos recuerdos inundan todo mi cuerpo. Lamentablemente, no puedo dejar de darle vueltas a las imágenes que se forman una y otra vez en mi maldita cabeza. Trayendo hacia mí, lo peor que nos puede suceder en este terrible y catastrófico escenario: la inoportuna necesidad de sentir afecto.

"Afección" Palabra que quedó en el olvido cuando nuestros seres queridos murieron o revivieron como mierdas come sesos, o cuando creías que algo valía la pena en este mundo de mierda y te lo arrebatan frente a tus ojos sin poder hacer absolutamente nada, dejándote expuesto y encima, sin alma.

"¡Maldita sea!" Me recrimino por dentro, ya que bastan unas horas hasta el asome del alba y salir a nuestro destino. Y no tener la seguridad de que regresaremos; pesa cuando sucede esto...

"¿O es que quieres renunciar a luchar por aquellos que dices cuidar con tu vida?"

Una sombra perniciosa y entrometida, navega en los confines de la mente del hombre dispuesto a dar su vida por traer el alimento para aquellos que lo necesitan.

Un frío imprevisto, una necesidad de acurrucarse como un indefenso niño ante lo que siente, lo aprisiona, lo ahoga de manera repentina.

Y mientras palabras que resuenan en su mente lo obligan a sentir asco de sus propios pensamientos, una necesidad inesperada de dejarse ser ante la renegrida bruma lo hostiga, lo envuelve hacia sus adentros. 

Y se aferra a sus nobles pensamientos...

A lo que su conciencia le dicta...

Provocando una lucha interna donde él, cree ser vencedor nomás vencido, cuando la oscuridad logra su cometido.

Reclamarlo desde las mismas entrañas del infierno aquí, en la tierra...


"Capitán". Resuena despacio en los confines de su mente a medida que se lamenta.

"¡Capitán!". Retumba un poco más fuerte pero las sombras que lo apresan, no lo dejan... Y no puede hacer otra cosa más que dejarse consumir como una débil y patética presa.

—¡Capitán General Jeon Jungkook!

Exaltado se despierta, con un puñal sobre el cuello de su sub alterno mientras éste, abre inmenso sus ocelos sin respirar siquiera.

—Estamos en hora de partir Jungkook, si gustas no rebanar mi cuello, te lo agradecería.

Dice risueño aunque un poco pálido, el teniente Kim Namjoon a su costado. Y el capitán, agradece que todo haya sido solo un mal sueño... Y no un augurio.



























































Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro