Acababa de decirles lo sucedido la noche anterior, y si bien no era un buen momento para contárselos, ya que era de mañana y todos se levantaban con un humor de perros, necesitaba decírselos cuanto antes. Se habían quedado en silencio, y no se miraban. George abrió la boca, pero no le salió nada. Lo intentó nuevamente.
-Así que...vos la amás.
-Si...-respondió casi inaudiblemente- Chicos, necesito saber qué les pasa a ustedes con ella. –dijo ahora con más firmeza.
-Yo también la amo. –dijo George y enseguida se dio cuenta de que lo que acababa de decir, simplemente se le había escapado aquel pensamiento.
Todos lo miraron.
-Sí, yo también la amo, ¿qué quieren que le haga? –afirmó más su respuesta, ya no tenía nada para negar– Ringo, necesito que me perdones, vos la viste primero y todo eso, pero....pero nada, ya lo sabés.
-No hay nada que perdonar. ¿Y ustedes?–Ringo miró a Paul y a John.
-Mierda...-dijo Paul, ofuscado- Me odio. Me odio por amar a la misma mujer que aman mis dos amigos.
Lo miraron, Paul estaba enojado consigo mismo, no entendía qué le había visto a Eva, qué era lo que tenía que no tuviera cualquier otra chica, de las tantas que se le tiraban encima, o que le mandaban cartas o que hacían cualquier cosa con tal de, aunque sea tocarlo. Con tantas mujeres a su disposición, con casi, podría decirse, un harén, ¿por qué estar con una que al parecer estaba medio loca por amar a cuatro tipos y que además, dos de esos cuatro tipos también la querían y eran sus amigos?
-Paul, no te preocupes. –dijo George poniendo una mano sobre su hombro- Todos estamos confundidos, y entre todos lo solucionaremos. Bah, todos no, nosotros tres, porque John...
-Sí, a mi también me gusta.-interrumpió John.
Ahora sí, quedaron mas sorprendidos que antes. Que John reconociera eso, después de todas las críticas que le había hecho a "la chica de violeta" como la llamaba él, era una gran confesión.
-Pero...¿sólo te gusta? –preguntó Ringo, quizás tratando de buscar alivio en que solo "le gustara".
-No. La quiero. La amo. Como ustedes. –dijo tirando la colilla del cigarrillo que acababa de fumarse. Ringo hizo una cara de disgusto.
-Pero...¿están todos seguros? –preguntó Paul.
Le respondieron asintiendo con la cabeza.
-Tenemos que averiguar qué hizo, alguna brujería o algo...-propuso John.
-John, ¿por qué siempre que querés a alguien pensás que lo hacés por brujería, o algo así? ¿Por qué no aceptás que la amás y punto?-dijo Paul, conocía demasiado bien a John, él siempre se enojaba cuando alguien captaba su atención o más que eso, como lo hacia Eva.
-Es que....la odiaba, no podía entender qué le veían, porqué tanto escándalo con ella, pensaba que solo quería fama como tantas, y resulta que...me enamoré como un estúpido. –John se veía realmente mal por lo que le pasaba, pero a la vez sentía que respiraba mejor. Tanto tiempo escondiéndoles eso y ahora decírselos, significaba sacarse un secreto muy pesado de encima.
-Y a mi...se me fue de las manos –dijo Paul en un suspiro- Me gustaba, si, pero pensaba que sólo eso, que la olvidaría pronto, o que se la daría a Ringo, como quien le da un regalo. –miró a su amigo y sonrió- Pero ya ves Rich, no pude, el obsequio también me gustó a mi.
-Y entonces...¿qué vamos a hacer? –preguntó George, casi angustiado.
-Vayámonos, dejémosla en paz, solo le haremos daño. –dijo John.
-Pero ella...también nos ama, a los cuatro. –dijo Ringo.
-Está confundida, eso no puede ser, John tiene razón –Paul trataba de salir de esa situación–Le arruinaremos la vida, ella no podrá elegir a alguien, se peor. Voto para que jamás la llamemos, ni la busquemos, ni nada.
-No, no, todos la queremos ¿por qué alejarnos si ella también nos quiere? Yo no voy a dejar de verla sólo porque ustedes lo dicen, y esto lo digo en serio. –George se veía muy decidido.
-Pero por más que la sigas viendo, ella no podrá quedarse con vos, porque para ella es todos o ninguno. –Ringo también sentía lo mismo que George, pero recordaba lo que Eva le había dicho, no podía elegir a uno.
-¡Y bueno, entonces vayámonos, como yo dije! –dijo John extendiendo sus brazos hacia arriba.
-Si dijo "todos o ninguno", será ninguno. –Paul seguía dándole la razón a John.
-Eso sería aplicable si a sólo tres o dos les pasara lo mismo y al resto no, entonces podríamos decir "Ninguno", pero estando los cuatro en la misma situación....¿Por qué no "todos"? –George seguía firme en su decisión, no estaba dispuesto a dejar a Eva porque sus amigos lo dijeran.
-Pensándolo así...tenés razón –dijo Pau rascándose la barbilla.
********
Eva lloraba desconsoladamente, abrazada a Jenny. Estaba en su horario de trabajo y muchos la estaban mirando, pero no le importaba.
-Pará mujer, pará. –Jenny trataba de que Eva se calmara- La verdad no entiendo porqué se lo dijiste.
-Necesitaba de...decirlo...Jenny...-trataba de parar su llanto, pero no podía.
-¡Pero si me lo dijiste a mi!
-¡Necesitaba decírselo a alguno de ellos! Que paren de una vez este juego, me están volviendo loca.
-Pero al final ¿es un juego o no?
-Según Ringo, no.
-¿Y entonces?
-Entonces....entonces no sé Jenny, ¡no sé qué hacer! ¡Quiero matarme!
-No, no, no, no digas esas cosas....quedate tranquila, él te dijo que va a hablar con ellos, supongo que le dirán la verdad, luego él te la comunicará a vos y ahí ves si te desesperás o no.
-Si, tendría que haber pensado así. Es mas...ni siquiera sé porqué estoy llorando. Tengo un revuelto de cosas adentro.
-Evy, estás mal, estás estresada por esta situación....tendrías que alejarte un poco de ellos.
-¡No puedo! ¡Y tampoco quiero! Además..¿cómo alejarme si ellos están por todos lados? En la radio, en la tv, en las revistas, en la calle....es imposible.
-Volvé a tu casa, con tu madre.
-No, tengo un buen trabajo, no quiero volver a Manchester.
Margaret se acercó a ellas, estaba muy curiosa por la situación que todos miraban pero no se animaban a preguntar qué sucedía.
-Eva...¿estás bien?
-Si Margaret, gracias...-respondió mas calmada–Lloraba por una pavada, ya sabés, estoy en mis días y eso.
-Eh...¿podría hablar con vos? –Margaret ignoró la risa de Jenny por la excusa que Eva había inventado para justificar su llanto.
-Claro, dígame. –forzó una sonrisa.
-Mi hijo...bueno, no sé si sabés que tengo un hijo.
-No, la verdad que no sabía.
-Bien, mi hijo acaba de abrir un bar, o algo así, y quiere cantantes que actúen. Pensé que, como te dedicás al rock, a lo mejor conocés a alguien que quiera hacerlo.
Jenny miró a Eva, y ella miró a Jenny.
-Andá vos. –le dijo Jenny con mirada cómplice.
-¿Yo? Estas loca...
-Eva, te hará bien, cantando descargarás tensiones. Además, un fin de semana cantando no te vendrá mal, aparte de algún dinerillo más que ganes. Dale, animate.
Margaret la miraba y le sonreía. Sin dudas, estaba esperando que Eva se ofreciera para cantar.
-Pero yo....no estudié canto...
-¿Y con eso? ¡A quién le importa! Tocás la guitarra, o sea, te acompañás vos sola, el resultado puede ser genial. Quién sabe, quizás conozcas a alguien que te haga olvidar de los fabulosos cuatro....–Jenny la miraba con picardía. Al decirle esto, sabía que Eva, con tal de sacarse de la cabeza a sus amados, haría cualquier cosa. Entre ellas, cantar.
-Muy bien Margaret, aquí tiene a la primera cantante. –dijo Eva muy decidida, dándole la mano.
*************
-Chicos esto se solucionará si lo hablamos con ella.–dijo Ringo.
-¿Te parece? –preguntó, incrédulo, John.
-Le dije que lo hablaría con ustedes y que después le diríamos qué es lo que pasa.
-Bien...entonces...hablemos con ella. Llamala, decile que venga. ¿Ustedes están de acuerdo?
-Si pero...¿qué le vamos a decir? – George estaba preocupado.
-Lo que nos dijimos entre nosotros. –dijo Paul- Que la amamos y que si no puede elegir...bueno, veremos qué hacemos.
Ringo marcó el número del trabajo de Eva y esperó lleno de nervios.
Holaaaaa! Iba a actualizar mañana pero como tenía tiempo y soy muy buena (? decidí hacerlo hoy, así empiezan bien la semana.
Pregunta beatlemaníaca: cuál es su beatle favorito y por qué? El mío es Ringo desde siempre porque me mata de ternura y porque me gustan as baterías jaja.Ah, lean un nuevo fic que escribo, será cortito, sólo tres capitulos, y será de Ringo, se llama La esperanza es color azul. Vamos, leeeaaannn jajaja.
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