Capítulo.•°•.•°•♡•°•.•°•. 08

La última clase del día, literatura.

El viejo panzón revisa hoja por hoja, detalladamente y está atento a cualquier equivocación por mi parte para aprovechar y bajarme la mitad de la nota. 

Estoy al frente del salón esperando a que la hora termine, con el viejo panzón lograr un diez es imposible para mí.

Lo máximo que obtuve fue un siete y porque ese fue el día de pago para los docentes.

—Tiene dos noticias, joven Min ¿Cuál quiere escuchar primero? La mala o la que es muy mala.

—¿La mala? —respondí indeciso observando el trabajo.

—La mala es que me trajo un excelente trabajo de literatura china. Cosa que no pedí, se ha equivocado de fuentes y toda su información se vuelve inválida.

Rayos, debí haber comprobado la información de Jimin. Según lo que escuché no es muy bueno académicamente, ya es perfecto en muchas cosas por lo que alguna debilidad debía tener.

—Y la noticia muy mala es que por eso ahora tiene un hermoso uno de diez en este trabajo. He visto su promedio en mi materia y no es nada bueno porque tiene cinco, ruegue porque en el examen que dio hace unas semanas lo ayude a subir a por lo menos un seis.

Iba a responderle, no lo hice porque Jimin, quien a pedido de la directora fue a su oficina hace unos momentos, ingresó al aula. Se nota preocupado y eso es más que obvio.

Una de sus manos está en su bolsillo y los dedos de su otra mano no dejan de moverse, sus ojitos están levemente más abiertos que de costumbre, su ceño un poco fruncido y sus labios secos. Resultado de esa combinación tenemos un Jimin preocupado o asustado.

Levantó su vista hacia el viejo panzón, quería hablar con él y su expresión lo decía todo.

—Jóvenes ya se pueden retirar, solo faltan dos minutos. Joven Park necesito hablar con usted, acérquese —me miró— y usted ya aléjese Min —sacudió su mano.

Asentí y regresé a mi asiento para poder guardar mis cosas, traté de escuchar lo que le decía Jimin a su padre. Me fue imposible, solo pude observar cómo el viejo panzón lo miraba serio antes de retirarse.

Jimin no se movió del pupitre de su padre, su mirada baja no cambió.

Esperé a que todos en el salón salieran. Al estar solo los dos, saqué los chocolates y las flores de mi mochila.

Caminé hasta Jimin. Di unos golpecitos en su espalda que hicieron que volteara secando las lagrimitas que tenía en los ojos.

—Esto es para ti, supe que te gustan. Espero que te levanten los ánimos porque luces triste —se los entregué animado.

Iba a proponerle ir por los helados, pero él me tomó de la corbata del uniforme llevándome hacia una esquina del salón, justo debajo de la cámara.

Estando allí no esperó más para poder ponerse en puntillas y darme un besito.

Me sorprendió, noté que él estaba temblando por lo que rodeé su cuerpo con mis brazos y traté de seguir el beso.

El segundo sin duda es el mejor. 

Movió por última vez sus labios y se separó mirándome a los ojos.

—La directora supervisa las cámaras, está prohibido hacer este tipo de cosas dentro de la escuela —comenté refiriéndome al beso.

—Por eso te traje aquí, es el punto ciego de la cámara. Al menos eso me dijo Taehyung. 

—Jimin ¿Me dirás qué pasa? —pregunté— es que está claro que pasó algo malo.

—Fue una mala noticia, no te asustes que está en mis manos solucionarlo y si necesito ayuda te lo diré. 

—Eso espero, quería invitarte a tomar un helado como dijimos ayer ¿Quieres ir? Esta vez sí tengo dinero —enseñé mi billetera.

—Tengo que regresar temprano a casa. Mi papá no está muy contento con la noticia —dijo.

¡No! Tuve que rogarle a mi hermano para que me preste dinero, lavaré su ropa por un mes. 

—Entiendo... en la heladería quería preguntarte algo y es que enserio necesito preguntarte ¿Podrías responder la pregunta aquí? 

—Eso creo. Tiene que ser rápido porque mi papá no me dejará llegar tarde a casa.

Me armé de valor y tomé la pequeña mano de Jimin. 

—¿Quieres ser mi novio Park Jimin? —solté rápidamente.

Él suspiró antes de hablar

—No —dijo sin más, sin ninguna palabra que amortiguara el golpe. Nada

Eso no era parte del plan ¿Enserio dijo que no? Algo debo estar haciendo mal.

—Es porque no te dije nada cursi cierto —aclaré mi garganta y con nerviosismo comencé a recordar el poema que había encontrado en internet la noche anterior.

Solo lo leí una vez, ya ni lo recuerdo. No pensé que fuera a hacer falta.

—Yoongi es que —trató de detenerme.

—Mi, mi corazón es tuyo —mis ojos miraban a cualquier lugar tratando de recordar— mi amor es para ti... no, ese era el tercer verso, empezaré de nuevo —corregí— Tuyo es mi corazón —negué— mi corazón es tuyo. Así no era.

Levanté mi dedo en señal de solicitar un minuto. Comencé a buscar el poema en mi teléfono, Jimin interrumpió mi búsqueda al cubrir la pantalla.

—Yoongi no puedo ser tu novio —me devolvió los chocolates. 

Mi corazón rompiéndose se podría haber escuchado a kilómetros de distancia.

—¿N-no? —di un paso para atrás— Mira, sobre la fotografía del álbum que te enseñó mi mamá, no es tan pequeño como en la imagen, eso fue hace mucho.

—No es por eso Yoongi, yo —no lo dejé terminar

—No digas más, no quiero escuchar cómo me rechazas. Vuelve con cuidado a casa ¿bien? Llama a Taehyung para que te lleve si hace falta.

—Yoongi 

Negué, no podía quedarme allí, comencé a caminar hacia la puerta. Para que no llegara a alcanzarme decidí correr hasta mi bicicleta.

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—Yoongi no quiero los chocolates que te sobraron viejo —Hoseok colocó los chocolates sobre mi abdomen— tú los necesitas más, te darán la energía que necesitas para seguir llorando.

Vaya, qué positivo de tu parte mejor amigo.

—¿Por qué me dijo que no? Pensé que le gustaba, mírame no soy un mal chico ¿A quién podría yo no gustarle? 

—A Jimin —respondió con sinceridad haciendo que yo lleve una almohada sobre mi rostro.

La apreté fuertemente, la estaba humedeciendo poco a poco. Qué linda forma de pasar un lunes por la tarde, acostado, llorando, rechazado, comiendo y no engordando.

Y se me olvidaba, con un perfecto apoyo emocional que sin querer te recuerda que has sido rechazado.

—¿Y si vemos una película para que se te pase?

—¿De qué sería? —cuestioné.

—Es de acción, al protagonista lo rechazan y con el corazón roto va a cobrar venganza —respondió relajado.

Mejor amigo, tú que estás lleno de esplendidez, que me iluminas con tu brillantez... solo deseo que algún día se te vaya la idiotez y se te acabe toda, todita la estupidez. 

¡Claro! Ahora sí me sale lo poético, pero cuando estuve con Jimin parecía que no podría decir ni mi nombre.

—Min Yoongi —Hoseok quitó la almohada— no dejaré que te quedes allí ahogado en tu triste rechazo sin saber por qué Jimin te dijo que no. 

Me quejé y tomé otra almohada.

—Es que tú eres terco —esta vez Hoseok se levantó de la cama, escuché cómo caminó unos cuantos pasos. 

No quise darle importancia, sin embargo sentí cómo el colchón de la cama se levantaba. Mi cuerpo rodó y por un movimiento rápido me salvé de caer al suelo.

—Me dices que él te dio un beso antes, no está loco para decirte que no de la nada. Vas a tomar tu teléfono, llamarlo y preguntar qué pasa ¿Escuchas Min? —ordenó enojado.

Mi mejor amigo es todo un solecito la mayor parte del día, pero si lo haces enojar vas a desear nunca haber nacido.

Hoseok  simplemente es capaz de hacer que hasta el ser más malo de este mundo sienta miedo de él con solo notar su ceño fruncido.

Y eso que este es el nivel uno de un Hoseok molesto.

—Sí Jung Hoseok, como ordenes —respondí asustado con una mano sobre mi frente como si fuera un soldado, no tardé antes de tomar el teléfono y marcarle a Jimin.

—Pobre de ti que no averigües lo que le pasa Min Yoongi, si Jimin a partir de ahora te dice que está bien debes insistir e insistir hasta que te diga lo que ocurre. 

Asentí nervioso y haciendo oraciones mentales porque ese ceño fruncido y carácter fuerte desaparecieran de mi amigo.

Capítulo .•°•.•°•♡•°•.•°•. 08