Capítulo XI

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Pedri se había tenido que ir a Londres para jugar el partido contra el Chelsea.
Hacia días que nos veíamos y, realmente,lo echaba de menos.

-Entonces no has hablado nada con él?- pregunta Sira dejando su móvil en la mesa para prestarme atención.

Niego y aparto la mirada algo apenada.

-Seguramente esté liado con el entrenamiento y todo eso,no te preocupes Antonella, mañana volverán- responde dándome una pequeña sonrisa.

Asiento y me mantengo en silencio sin saber que decir.

-Oye,y si vamos a verlos?- propone de manera espontánea.

-Qué?- pregunto abriendo los ojos como platos ante su propuesta- Sira,estás loca?

-Por qué no? Así los apoyaremos desde cerca.

-Sira tienes competiciones,no quiero que vayas solo para que yo vea a Pedri.

-Que no tonta,así yo también veo a Ferrán. Además,las competiciones son la semana que viene,no me pasará nada por irme dos días- dice tratando de convencerme.

-No sé Sira... Si no me ha llamado ni nada igual tampoco quiere verme.

-No seas tonta! Esta noche mismo nos vamos,haz la maleta,yo voy a reservar los billetes de avion- se levanta, deja un beso en mi mejilla y se vá de la habitación dejándome ahí,sola,pensando.

Tras unos segundos mirando a un punto fijo,me levanté de la cama casi corriendo y cogí mi maleta. La hice a toda prisa y esperé pacientemente a que Sira hiciese lo mismo para poder irnos al aeropuerto.

A quien quería engañar? Me moría de ganas de verlo.

-Estimados tripulantes,se encuentran en el vuelo Barcelona-Londres. Llegaremos a nuestro destino en, aproximadamente,2 horas. Gracias por su atención y disfruten del vuelo.

La voz del capitán saliendo por el megáfono hizo que mis músculos se estremeciesen más.

No lo había mencionado nunca? Le tengo pánico a los aviones. El viaje de Roma a Barcelona me lo había pasado abrazada a Ginevra.

-Antonella me estás estrangulando la mano!- se quejó Sira mientras despegábamos.

-Lo siento,lo siento- dije haciendo fuerza con los dientes,muerta de miedo.

Sira se rió y apartó su vista para ver por la ventana mientras el avión subía y se apartaba del suelo.

Nos vemos en un par de horas canario.

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-Amor!- exclamó Ferrán cuando vió a Sira entrar en el restaurante del hotel.

-Ferri!- dijo Sira corriendo para abrazar a su novio.

-Hola a ti también Ferrari- reí al llegar a su lado.

Todos los del equipo estaban sentados alrededor de una larga mesa que ocupaba gran parte del restaurante.
Todos menos uno,menos Pedri.

-Hola Anto- dijo dándome un fuerte abrazo.

-Antonella!- exclamó Gavi felizmente mientras se acercaba a mi para abrazarme.

Con una sonrisa forzada, correspondí su abrazo y dejé que sus musculosos brazos me envolviesen.

-Qué hacéis vosotras aquí?- preguntó amablemente Ansu mientras se acercaba para abrazarnos.

-No puedo venir a ver al amor de mi vida?- respondió Sira comiendose a Ferrán con los ojos.

Yo me limité a hacer una mueca y a analizar todo el sitio, buscándolo.

-Hacía tiempo que no te veía- dice Gavi casi susurrándome al oído y sacándome de mis pensamientos.

-No hace falta que me eches tanto de menos Gavira- ruedo los ojos y cojo mi maleta.

-A dónde vas?- pregunta el sevillano.

-A dejar mis cosas en la habitación- respondo con simpleza.

Sira compartiría habitación con Ferrán y,en eso,no había duda. Lo gracioso es que yo no había reservado habitación,confiaba en encontrar a Pedri,darle la sorpresa y poder dormir con él.

Extrañaba tanto sus abrazos...

Me dirigí a los ascensores y,tras preguntarle a la recepcionista cual era la habitación del canario, marqué el número 546 en la pantalla del ascensor.

Éste siguió subiendo hasta pararse en la última planta.
Salí de su interior y caminé por el pasillo hasta la habitación que me habían indicado.

Cuando llegué,una parte de mí dudó si llamar a la puerta o no,pero mi mano terminó moviéndose y golpeando la puerta involuntariamente.

-Voooooy- escuché una voz ronca que provenía del interior de la habitación.

Tomé una gran bocanada de aire e intenté controlar mis nervios mientras escuchaba los pasos acercándose a la puerta.

Por qué carajo estaba así de nerviosa?

De un momento para otro,la puerta se abrió, dejándome la maravillosa vista de un canario sin camiseta y con tan solo un pantalón corto en su cintura.

Su mirada se levantó del suelo y se encontró con la mía rápidamente haciendo que una sonrisa se formase en sus labios.

-Antonella- habló sonriente y en un tono de voz bajo.

-Sorpresaaa- dije riendo un poco.

Sin darme tiempo a decir nada más,puso sus manos en mi cintura y me empujó hacia el rápidamente para besar la comisura de mis labios.

Nos tomamos nuestro tiempo. Cada segundo, aprovechabamos el aire que nuestros pulmones nos daban para saborearnos y disfrutar de ese cálido y dulce beso.

-Te he echado tanto de menos- dijo envolviendo sus manos en mi cara.

-No tienes pensando dejarme pasar?- sonreí burlona.

El chico rió y se apartó de la puerta dejándome espacio para entrar junto a mi maleta y apreciar las increíbles vistas de la habitación.

Al ser la última planta y hacer un día tan malo en la ciudad,no se veía nada más que las nubes. La habitación tenía una gran cristalera que,en días de sol,dejaría ver toda la ciudad,pero,en cambio,en días tan lluviosos como aquel,solo dejaría las vistas de las nubes,como si estuvieses en medio de ellas.

El sonido de la puerta cerrándose me asustó.
Estaba tan concentrada viendo aquella gran ventana que mi mente se había olvidado de Pedri.

-Precioso verdad?- dijo acercándose a mí lentamente.

Yo tan solo sonreí y asentí.

-Me alegro de que estés aquí Antonella,no sabes cuánto- dijo abrazándome por la cintura.

Una sonrisa tonta se formó en mis labios.
En apenas unas semanas,este chico me tenía totalmente embriagada en su sonrisa,en su mirada,en sus abrazos,en sus besos...
Era adicta a él como un fumador al tabaco.

-Por cierto,te importa que me quedé aquí estos dos días? Es que pensaba dormir contigo y no reservé habitación pero si te importa o algo así no me cuesta nada bajar y...- iba a seguir hablando cuando su voz me interrumpió.

-Anto,me encantaría que te quedases aquí conmigo y disfrutar todo esto a tu lado- dijo antes de besar mi frente.

Reí ligeramente y, de un salto, envolví mis piernas en su cintura obligándolo a agarrarme y quedando encima de él.

Sonrió y se acercó a la cama,se sentó en el bordillo y me dejó a horcajadas de él mientras manteníamos un intenso contacto visual.

-Te quiero- dije en un tono de voz bajo antes de dejar un pequeño beso en su cuello.

-Y yo a ti pero,no hagas eso- susurró en un tono de voz ronco.

Reí y volví a dejar otro beso en su cuello,esta vez,succionando un poco.

Un pequeño gruñido salió de sus labios.
Sabía lo que adoraba que le besara el cuello y lo utilizaba a mi favor.

-Antonella...- volvió a hablar con una voz ronca que me estaba volviendo loca.

Esta vez,su agarre en mi cintura se hizo más fuerte,poniendo mi espalda recta y haciendo que nuestras intimidades chocasen.

Un pequeño gemido se escapó de mis labios involuntariamente al sentir su erección tan cerca de mi feminidad y eso pareció gustarle porque en apenas unos segundos sus manos bajaron a mis nalgas y las apretaron con fuerza.

Cuando parecía que solo existíamos el y yo,un azote de realidad comenzó a aporrear la puerta.

-Pedri tío! Tenemos entreno!- la voz de Gavi tras la puerta era reconocible a pesar de la fuerza de sus puños en la madera.

El canario que estaba debajo de mí gruñó,pero no de placer,de odio.

-Hoy no voy!- gritó Pedri a mala gana.

La verdad no sé qué le molestaba más. Si que alguien hubiese interrumpido ese momento o que ese alguien fuese Gavi.

-Pedri,tienes que ir- dije levantándome de su regazo.

Su mirada se encontró con la mía de nuevo, con la pequeña diferencia de que ahora estaba poniendo un puchero en señal de desacuerdo.

-Mañana tenéis un partido importante- hablé con serenidad mientras me dirigía al armario.

Cogí su camiseta y se la extendí con calma.

-Pero tu eres más importante- dijo alternando su mirada entre la camiseta y yo.

Sonreí y acerqué mi boca a su oído para susurrarle.

-Si mañana ganáis contra el Chelsea seré toda tuya.

Mi voz hizo que sus músculos se tensasen y que su lengua humedeciese sus labios.

-Hecho- dijo dándome una pequeña nalgada.

Ambos reímos y se levantó de la cama rápidamente.
Mientras se ponía la camiseta,yo misma me acerqué a la puerta y le abrí la puerta a Gavi,el cual sonrío al verme pero puso mala cara al darse cuenta de que estaba en la habitación de Pedri.

-Pensaba que dormirías con Sira...- dijo el sevillano con el ceño fruncido.

-Sira duerme con Ferrán- le contesté en un tono seco.

-Entonces tu...

-Gaviota, mi chica duerme conmigo- dijo Pedri saliendo de la habitación junto a sus cosas y una sonrisa de oreja a oreja- nos vemos después- se acercó a mí y me besó enfrente del sevillano.

Asentí y sonreí mientras veía como se alejaba. Gavi en cambio se mantenía en su sitio,en la puerta de la habitación mirándome.

-Gavi,vamos tío!- lo llamó Ansu desde el ascensor donde se encontraban él y Pedri.

El sevillano carraspeó su garganta y se fue sin decirme nada más.

En condiciones normales,me preocuparía un mínimo eso pero mi mente seguía pensando en lo que había dicho Pedri...

"Mi chica"

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Ayy Gaviota,esa chica ya tiene a su príncipe...

Qué os ha parecido el capítulo? Os ha gustado? Porque si es así ya sabéis que una estrellita,un comentario y un follow se agradecen mucho amores :")

Atte: Alma <3


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