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Al terminar la clase del profesor Choi, los alumnos salieron del aula con una extraña sensación dentro de sí.

SeokJin caminaba con suma lentitud hacia la cafetería de la escuela, no muy seguro de lo que estaba haciendo. Era hora de almorzar, debía de comer rápido antes de que empezara la siguiente clase.

Llegó al mostrador, el señor Lee ya lo esperaba con esa típica sonrisa amable, el joven de cabello rizado pagó por lo que iba a comer ese día y luego fue a sentarse en la primera mesa vacía que encontró mientras esperaba a que su pedido estuviera listo.

Poco a poco aquella sensación indescifrable comenzaba a disiparse y SeokJin comenzaba a sentirse nuevamente como el mismo. Aquella clase había sido muy peculiar, el profesor había traído una pequeña planta en una maceta y les estaba explicando todas sus características. Luego había pedido a un voluntario, para ese entonces el joven de tierna sonrisa ya estaba a punto de quedarse dormido debido a lo aburrida que le parecía la clase, por lo que no prestó mucha atención a lo que sucedió después. Solo recordaba que un fuerte y amargo aroma la despertó asustandolo momentáneamente.  Después nada, el profesor Choi dio por finalizada la clase sin decir mucho más.

Tontas plantas medicinales

SeokJin jugó con sus manos, nervioso, le apetecía fumar para relajarse al menos un poco. Escuchó su nombre desde el mostrador por lo que se levantó con rapidez y se dispuso a recoger su comida.

Mientras iba al mostrador vio a lo lejos, en una de las mesas del fondo, a su habitual grupo de amigos, ¿Seguirían molestos con él? Había escogido un mal día para discutir, ¿debería ir a disculparse? Aún no estaba del todo seguro.

Después de recibir su bandeja de comida se dio media vuelta decidida a solucionar el infantil altercado que se había dado con sus mejores amigos, sin embargo, ver a los gemelos Jeon sentados en la que había sido su mesa minutos atrás, le hizo cambiar de opinión.

Jungkook y Jeongguk, dos hermanos que parecían cumplir con el típico estereotipo de que si existe un gemelo bueno, el otro es el malo. Aunque a la vez no, ambos eran igual de agradables y amistosos, no se vestían exactamente igual pero su estilo era muy similar, juvenil y fresco. Ambos eran exageradamente pálidos. La única gran diferencia entre ellos era que mientras uno había sido expulsado de su anterior escuela por haber sido encontrado vendiendo sustancias ilegales a chicos menores, el otro siempre se aseguraba de quedar en la lista de alumnos modelo de la clase.

El joven de cabello rizado supuso que el día de hablar con ellos por primera vez al fin había llegado, por lo que no dudó en caminar hacia ellos, quienes seguían comiendo con suma tranquilidad.

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