El bus de vuelta a casa va a dejarme si no me apresuro. Tomo rápidamente mis pertenencias y salgo corriendo de mi oficina; sin embargo, al salir, siento el gélido frío chocar contra mi rostro, mientras unas cuantas gotas de lluvia caen sobre mi ropa; justo en ese momento, me doy cuenta de que olvidé mi sombrilla.

Observo el reloj y niego con la cabeza, no tenía tiempo de regresar. Coloco mi carpeta sobre mi cabeza y comienzo a correr, pero antes de lograr cruzar la carretera, la luz del semáforo vehicular cambia a verde, lo cual provoca que me detenga y observe nuevamente el reloj. Creo que todavía tengo tiempo de llegar.

Observo de forma impaciente los autos pasar, mientras mi ropa cada vez se empapa más por la lluvia, incluso siento unas cuantas gotas deslizarse por mis mejillas, pero estas cesan su recorrido. Observo a alguien junto a mí. Un chico alto, delgado, con chaqueta de cuero y algo intimidante sostiene una sombrilla negra con su mano derecha, la cual alcanza a cubrirme un poco.

Me acerco de forma "disimulada" un poco más a él, pero logra percatarse de mis intenciones y ríe, generando que mis mejillas comiencen a arder por la vergüenza. Pésima idea, Jinyoung.

El semáforo cambia, y en unas cuantas zancadas él ya no se encuentra a mi lado, por un instante creí que me preguntaría a dónde me dirigía y me llevaría amablemente hacia allí, pero eso nunca pasó.

Lo pierdo de vista entre la multitud, y cuando caigo nuevamente en la realidad, comienzo a correr y antes de llegar a la parada veo el bus detenerse, algunas personas suben, dándome tiempo de alcanzarlo. Cuando subo las gradas me giro y observo a varios metros el chico alejarse.

Le pago al conductor y busco un asiento vacío. Había odiado su actitud, pero él me resultó demasiado atractivo, no podía negarlo.