Capitulo 9

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Jeon Jungkook


Fue súbito.

El aumento de la temperatura en el ambiente lo despertó durante la noche. Tres de la mañana marcaba el reloj encima de la cómoda. En un estado de latargo y confusión se dio la vuelta y no encontró a Taehyung a su lado en la cama. Barrio con la mirada toda la habitación y lo vió bañado entre las sombras, sentado en el sofá a pocos metros con su torso desnudo y  con gotas de sudor recorriéndole el cuerpo y las mejillas sonrosadas. Tenía un trago de Bacardi en su derecha y la cabeza gacha, todo indicaba que se había levantado en algún momento al no poder conciliar el sueño y acabó quedándose dormido de esa manera.

Abandonó la cama y se acercó para verificar su temperatura tocando su frente con el dorso de su mano y no pudo mantenerla allí por más de tres segundos. Estaba ardiendo en fiebre.

Inconfundiblemente, este era el rut de su alfa.

Había estado tan ocupado lo últimos días yendo y viniendo de ruedas de prensa, calmando y explicándole a los ciudadanos, que había pasado por alto una fecha tan importante.

Recordó como Taehyung se había portado hostil con todos, sin excluir a sus amigos, y lo mucho que le pidió acurrucarse en la cama y no dejarlo ir de sus brazos sin importarle lo muy ajetreada que estaba su agenda. Parecía que era la única cosa que Taehyung quería hacer últimamente: Abrazarlo.

Ahora, con el cerebro más descansado, empezaba a comprender su comportamiento inusual.

Se trataba del primer rut que pasaría con su alfa estando embarazado.

Hubo una liberación de feromonas tan potentes y densas que ardieron alrededor de sus narinas. Su cuerpo, instintivamente, reaccionó de la misma forma, despertando a su dormido miembro y lubricando su parte trasera para ser tomada.

Aclaró su garganta.

—Cariño. —Le llamó.

Taehyung alzó la cabeza medio sobresaltado por haber sido despertado.

JungKook se subió al regazo ajeno y acarició la mejilla de su pareja, intentando traerlo de donde sea que deambulaba su mente febril.

—Estoy justo aquí.

El alfa enfocó su rostro con dificultad.

—Mi bonito soldado... Que bien hueles.

El omega asintió y  llevó la mano ajena a su mejilla, para que Taehyung sintiera su piel. Sabía que sus mejillas eran una de las partes favoritas de su esposo.

—Ha comenzado tu rut.—Le dijo pausadamente.

El alfa abrió los ojos y en tres movimientos se alejó de él, con su pecho agitado.

—Voy a tomar inhibidores antes de que pierda la razón por completo.

Jungkook lo observó sin entender.

—¿La fiebre afectó la parte equivocada de tu cerebro? Soy tu omega y no permitiré que pases un celo con inhibidores.

Persiguió al alfa hasta el vestidor, donde, al parecer, estaba guardando una tableta de pastillas que no supo cuándo compró. Ellos nunca atravesaron un celo en solitario, ni mucho menos sintieron la necesidad de comprar inhibidores. Su descontento con lo que estaba pasando era palpable en su voz.

—Aunque bebas mil de esas píldoras  sabes muy bien que no es lo que tu cuerpo quiere. —Jungkook invadió su espacio personal, metiéndose en el eje del torbellino de feromonas, y susurrando en su oreja con aire provocativo—Tú me deseas a mí, quieres follarme contra esa gran cama mas que a nada en este momento, Kim Taehyung. No me engañas.

El alfa pareció atormentado y le pidió con voz gruesa y ronca que se detuviera.

—No quiero hacerte daño.

—Confío en que no lo harás. Si duele, te diré.

—No me siento seguro. Consultare con Jin ahora mismo.

El azabache ejerció un asir apretado alrededor de uno de los brazos de su esposo impidiéndole moverse. Su omega estaba irritado en su interior.

—No dejaré que salgas en estas condiciones. Hay muchos omegas rondando, ¿Estas loco? O acaso... ¿Eso es lo que quieres?

Su agarre perdió fuerza y agachó la cabeza, encontrando el suelo no interesante de ver. Las feromonas delataron ese miedo que ocultó durante meses y que no se había atrevido a hablar.

—No me tocas desde hace mucho tiempo. ¿Te doy asc...

—Mírame a los ojos Jeon Jungkook y escucha bien lo que te voy a decir —Su mentón  fué atrapado y levantó su cabeza obligado a mirar sus ojos que escondían a la bestia que intentaba esconder —Si, en lo único que puedo pensar es en penetrarte fuerte y profundo contra alguna pared pero no confió en que pueda controlar mi fuerza.

Jungkook podía entender el miedo de su alfa, sin embargo, el no poseía un cuerpo débil y su salud había mejorado mucho.

Independientemente de lo que diría SeokJin el llevaría a su esposo a la cama y aliviaría su calor.

Se quedó mirando en silencio como la respiración de Taehyung perdía su ritmo y se volvía mas agitada. Alejó la mano de su boca y se dió la vuelta, apoyándose contra el tocador de estilo victoriano a unos metros, observando a su alfa a través del espejo con una mirada felina y determinada.

Los ojos del alfa escanearon las curvas de su pareja, apenas cubiertas por una camisa blanca suya que le colgaba hasta los muslos. Tragó saliva por la imagen.

—No soy una cosita frágil que puedes romper así que jodeme fuerte y hazme quedar sin voz de tanto gemir tu nombre. O atente a las consecuencias de verme masturbándome sin oportunidad de ponerme un dedo encima.

Entreabrió su boca para permitir la salida de su aliento atrapado en su garganta.

Su omega deslizó sus boxers por sus piernas y los tiró hacia algún lado de la habitación, no sabe a dónde, no le importaba, su atención estaba posada en su omega y en como este se irguió sobre el tocador y curvó su columna, quedando en una posición magnifica para empotrarlo. Ofreciendo su cuerpo como un tributo para ser devorado.

Era un hombre con deseos como cualquier otro y tenía sus límites, pero había colmado los suyos. Y no se le podía exigir mucho a un lobo alfa macho en pleno rut. Intentó contenerse y había fracasado, porque había sido coaccionado y vilmente manipulado.

Jungkook sintió  las grandes manos de su alfa  apoderarse de sus caderas y, un segundo después, su canal fue llenado de una sola embestida que llevó al alfa hasta la empuñadura, ordeñandolo por la resistencia ligera  que ejercían las paredes que rodeaban su longitud. En su estado de hipersensibilidad, Jungkook sintió cada vena y cada punzada, disfrutando de ser tomado finalmente. Un gemido vergonzoso se escapó de su boca, porque la punta del miembro había dado en aquel espacio en su interior que le hacía llorar de placer. Su miembro liberó algo de esperma, en un orgasmo perezoso pero intenso.

—Siempre consigues lo que quieres, ¿no? Y hoy querías mi polla—Oyó preguntar a su alfa usando palabras sucias.

Algo enfermizo se removió dentro de el.

—He aprendido a perseverar gracias  a ti todos estos años.

—Como si lo necesitaras.

Taehyung sonrió ladino y comenzó a  mover sus caderas.

Sostuvo la parte inferior de su omega manteniendo una mano en su culo, abriendo la mejilla para apreciar sin obstáculos como su miembro entraba y salía una y otra vez. Se deleitaba por completo ante la vista. Por otro lado su mano izquierda se mantenía en la nuca de Jungkook, presionando un lado de su rostro contra el vidrio.

El era gentil, pero su lobo era desenfrenado durante el sexo en su rut. Jungkook lo sabía mejor que nadie pero era terco, terco como una roca. Y cuando su omega estaba al mando, insoportable.

No hubo vuelta atrás para él cuando el color de los ojos de Taehyung se perdió por completo en un obscuro negro abismal, signo de la toma de poder de su cuerpo, pérdida de todo tipo de racionalidad, y bienvenida a su lado animal.
















(...)










El sexo desenfrenado duró tres días y dos noches. Había sido una de las mejores actuaciones que tuvo su alfa hasta el momento, si le preguntaban.

Fué rudo, pero no violento. Fué rápido cuando pidió "más rápido" y no más profundo. Lo había consumido entero, cada parte de su cuerpo fue reclamado, y su mordida de apareamiento seguía fresca en su cuello. Aún sentía que flotaba y que sus músculos eran gelatina. Su entrada estaba algo resentida y le incomodaba caminar, si, pero valió la pena cada segundo. Estaba satisfecho y feliz.

Lo que decían de los cambios hormonales en el embarazo parecía ser cierto, su libido aumentó considerablemente y se ponía feliz o triste en cuestión de segundos. Aguanto el celo de Taehyung como todo un campeón casi como si el mismo estuviese en su periodo. Habían estado haciéndolo casi  parar, no recordaba comer o beber en algún intervalo, puesto que su mente estaba fundida por culpa de los orgasmos consecutivos. 

Recordar el como lo habían hecho en toda la habitación lo puso tímido con el personal de limpieza.

Cuando se levantó temprano esa mañana y entró al baño para ducharse, se detuvo frente al espejo y se  inspeccionó. Mordiscos y chupetones adornaban su cuerpo haciendo contraste contra su piel blanca en evidencia del rut de Taehyung.

Al acabar el baño, se vistió con un traje de tres piezas de color gris y una camisa de color blanco. Encima se colocó una chaqueta hecha con piel de animal sintética para el frío.

El invierno estaba por terminar.

Su alfa se removió entre las sabanas y se sentó en el colchón, frotando sus ojos y alborotando su cabello, despejándose de atisbos de sueño.

—Lo hice, ¿Cierto?—Preguntó.

—Si, y lo hiciste excelente, soldado.

Jungkook se aproximó a el y depositó un beso fugaz sobre sus labios resecos.

Taehyung resopló, pero devolvió el gesto besando su frente.

—Deja que Jin te revise al menos.

Si eso lo mantendría tranquilo, no iba a rechistar.

—Le pediré que venga.





















(.......)








—¿Por qué tengo que venir a corroborar que sigues vivo cada dos días?—Se quejó Jin guardando su estetoscopio en su bolso.

Jungkook se encogió de hombros.

—Me siento perfectamente, pero Taehyung insistió.

—Tenía miedo de haberlo lastimado.—Se excusó el alfa de brazos cruzados.

—No hay signos de deshidratación en ti ya, creo que Taehyung se encargó de alimentarte como es debido durante esos días pero dudo que alguno de los dos lo recuerde. Todo está genial contigo y Juyeon. El eco me dice que está muy gordito para su edad.

Jungkook sonrió enternecido acariciando su vientre. Su bebé sería el gordito más lindo y travieso de todos.

Terminada la evaluación Seokjin se dirigió al alfa en privado. Tan privado como podría ser sin salir de la habitación.

—Teniente Kim el sexo es completamente normal durante el embarazo, y necesario. —Se acercó a un costado del alfa y le hablo al oído en susurros— Solo mira lo manso que está hoy, por favor, mantenlo de esa forma hasta que nazca el cachorro.

—¿Estas insinuando que le siga haciendo el amor?— le respondió de igual forma, a susurros.

—Todos los días de ser posible. Me harías mas fácil el trabajo con un Jungkook feliz. No tienes ni idea de lo difícil que ha sido tratar con un presidente embarazado todo este rato, es como una bomba que no sabes cuándo va a explotar. En fin, tan solo míralo, parece que esta en una nube de malvavisco ahora.

Posterior a darle una mirada de soslayo, el alfa asintió. Su lazo le transmitía sentimientos de paz y tranquilidad provenientes del omega.

—Supongo que puedo hacerlo.

—¡Genial! Es un ganar- ganar. Bueno, me despido, tengo otro paciente que atender el dia de hoy.

—Vuelve a tiempo para la reunión — Le recordó Jungkook desde su lugar en el sofá, volviendo a su tono de voz plano habitual.

Jungkook ni siquiera le dedicó una mirada a Jin ya que estaba muy ocupado revisando un documento en su tablet, mientras tomaba un té. Pero a Jin no le importaría su falta de respeto.

—Si, jefecito.

Luego de la toma de poder presidencial de Jungkook, Jin , que había sido su suplente, se mantuvo cerca para ayudar a Jungkook en todo lo que necesitara. Era su secretaria. Orgullosamente.





















(...)












Desde muy joven supo que ser el centro de atención no era lo suyo. Fué de pocos amigos y de escaso interés social, ¿Quién habría dicho que, diez años después, tendría que dar un discurso en cadena nacional? ¿Que tendría que allanar el camino del próximo presidente estableciendo relaciones políticas, nacionales e internacionales y pare de contar? El tuvo que convencer a los civiles no omegas, que tener a uno de presidente era la mejor opción para el desarrollo del país.

Conocía a una persona tras otra todos los días hasta el cansancio. Visitaba orfanatos, hacía donaciones y era muy sincero en sus entrevistas. Se había sometido a un curso intensivo de dicción y era guíado por varios consejeros para hacerlo bien. En especial, por el consejero de estado Shin, con quién naturalmente había conectado en el buen sentido de la palabra. Se trataba de un beta de unos cuarenta años, tan transparente como el agua. Le gustaba eso de él. Parecía de fiar y le hizo un montón de favores sin pedir nada cambio.

De una manera u otra, igual sería recompensado.

Tal y como le había mencionado a Yoongi en fechas anteriores, no pasó mucho tiempo para que revelara a los civiles las fechas de las próximas elecciones, dejando muy en claro que no sería un candidato, pero que dejaba a una muy buena y minuciosa selección de candidatos que harían realidad su propuesta política de una sociedad igualitaria. Para su sorpresa, recibió muchísimos mensajes en sus redes sociales donde le expresaban su agradecimiento por todo lo que había dado al país y bendiciones para su hijo.

Otros incluso lo veían como una figura histórica. El primer omega que se sentaba en el trono de los ex monarcas de oro.

Sin embargo siempre habría una facción en desacuerdo o temerosa. Alfas, nada sorprendente y nada preocupante ya que todo aquel que quisiera iniciar otra rebelión se veía amenazado por las fuerzas del nuevo gobierno.

El Blueberry era la clave principal , era un respaldo a todo aquel hombre o mujer alfa que quisiera iniciar, en consecuencia, otro golpe y amenazar la nueva estructura gubernamental. Esa amenaza inminente aplacó muchas aguas turbias. Lo segundo era el respaldo militar con el que contaban.

Posterior a algunas investigaciones se dio a conocer que el Blueberry no estuvo al alcance de todos los que participaron en el golpe,  solo algunas pequeñas facciones conformadas por reclusos causaron los peores estragos, siendo el equipo Delta el mayormente afectado. Hubo bajas por violencia y agresión militar, importantes, pero no muy relevantes para las estadísticas. Todo aquel omega que utilizó su arma para matar a civiles fué exiliado.

Seguían en un país democrático, y todo aquel partido político que quisiera participar en la elección y distribuir su propuesta tenía la libertad de hacerlo, de manera lícita.

En sus elecciones se respetaría el principio de mayoría, y ganar lo tenía sin cuidado.

Ellos lo harían. No hay espacio para dudas.

Se lo debía al verdadero líder del movimiento omega que había entregado su vida para que todo eso fuese una realidad.

No defraudaría el Omegarcado.











(...)





—No es prudente seguir manteniendo el nombre de Gold Palace para la mansión, ¿no te parece? Los dorados ya no existen.

Le preguntó a TaeHyung mientras caminaban tomados de las manos alrededor del jardín principal de la mansión una noche.

—Hm—Concordó el alfa—Aun te queda una semana como presidente, puedes hacer los cambios que quieras. ¿Que nombre se te ocurre?

—Tengo ideas muy vagas, la verdad, pero quiero que tenga sea en honor al capitán. ¿Que te viene a la mente cuando piensas en él?

—No quieres escuchar eso.

—¡Vamos! Sé objetivo y olvídate de su relación con Jimin. Fué un increíble militar, el primer omega en tener un rango tan alto en las fuerzas y era imparable. Sabes de primera mano lo excelente que era.

—Para mi sigue siendo un hijo de-

—No hables así de una persona embarazada.

Taehyung hizo la mímica de cerrar su boca como un cierre.

—Me reservaré mis comentarios, por ti.

—Eso, así está mejor.

Rodearon una gran fuente central con esculturas de ángeles que era circundada por rosales recién podados.

El viento trajo el olor de las rosas con gotas de rocío a la vista. Aspiró el olor con los ojos cerrados, disfrutan de él y de su dulzura.

Su mente se iluminó creyendo haber encontrado el nombre perfecto.

Black Baccara.




(...)










No vivió gran parte de su embarazo como un omega normal debería de hacerlo. Mientras otros omegas disfrutaban de estar en casa, el tuvo que disparar unas cuantas balas y dirigir un país. No escogió la ropa de su bebé con su alfa, ni fueron a las tiendas infantiles a comprar la cuna ni adornaron la habitación de Juyeon ellos mismos. Por tanto se negaba a perder la última cosa que le quedaba y eso era la naturalidad del nacimiento de su hijo.

—El médico dijo que tus huesos no son ideales para tener un parto normal, cariño.

Acostado en la camilla de uno de los hospitales más prestigiosos y discretos de todo Seúl, se giró hacia su lado derecho sosteniendo su abdomen, para que Taehyung no pudiera ver su expresión de decepción.

Sentía que se le había arrebatado una cosa más.

—Pero quiero intentarlo. —Le dijo, forzándose a no dejar caer ninguna lágrima.

Pero dolía un demonio. Las contracciones de prueba no lo prepararon lo suficiente para esto.

No importaba el aliento que le mandaban algunos conocidos a través de la ventana de su habitación que conectaba con el pasillo. Gran parte de los miembros de su brigada estaba allí afuera, saltando como los imbéciles que eran. Y habían traído regalos, muchos, uno mas ostentoso que el otro.

—Solo estarías haciéndole un daño a tu bebé porque no podrá salir y morirá asfixiado. Y será tu culpa por ser tan terco y no obedecer una recomendación médica.

Choi Minho era quien estaba a cargo de su operación y quién monitoreó sus primeros meses de embarazo. Eran un médico codiciado pero insolente. No se guardaba nada.

Taehyung le gruñó en advertencia al medico.

Y Jungkook iba a replicarle, en verdad iba a hacerlo hasta que le atacó una contracción que lo mandó a ver estrellas y morder la primera cosa que encontró para desahogarse. La, muy lamentable, mano de su esposo.

Cuando el dolor no cesó como en contracciones anteriores se desconectó un poco de la realidad cuando una jeringa entro en su columna, y cuando regresó su conciencia ya estaba dentro del quirófano, despertándose de la anestesia en el momento justo para oír un fuerte sollozo que retumbó en la habitación blanca.




















Black Baccara: rosa originaria del centro de Asia, Persia y Asia Menor. Es caduca, sus hojas son alternas, ásperas y pecioladas. De uso ornamental, destaca por su floración. Sus flores, de 40 pétalos, presentan un color rojo terciopelo que, dependiendo de la luz del día, dan la sensación de que son negras.

Se que dije dos semanas pero no me aguante.

Recuerden comentar, me encanta leerles y si les quedan dudas de algo pregunten, estaré allí para responderles.

Me entro la idea de hacer spin-off, explicando las relaciones que quedaron con cabos sueltos. Taekook adolescente y Jimsu ¿Las leerían?

Nos vemos en el epilogo la próxima semana. 

—Asteria.

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