one shot.

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Sonrisas Rotas:

Su relación nunca llegó a romperse, simplemente se fueron separando.

Se cansaron de toda la presión. El amor de Harry y Patch era real, tenían una relación, que se mantuvo en secreto hasta el punto de romperse antes de que les dejaran mostrarla al público, así que ellos también lo dejaron pasar. Cinco años más tarde… Patch entra en una cafetería y se dirige a la barra.

—Hola. Un café solo, con hielo, por favor.

—¿Para tomar aquí o para llevar? —pregunta el empleado; un joven de ojos verdes y pelo rubio.

—Para llevar —contesta Patch sacando una tarjeta de crédito y echa una mirada al resto de la cafetería. El camarero le devuelve la tarjeta, junto con su recibo.

—El número 51. Gracias, que tenga un buen día. Patch asiente y va hacia la derecha, para dejar que la cola avance mientras espera por su pedido. Saca el móvil y lo mira.

Harry entra en la cafetería con un chico y espera en la cola, abrazándole por detrás. Patch pestañea, bloquea el móvil y lo mete de nuevo en su bolsillo. Mira al ticket de su pedido sin saber muy bien como entretenerse mientras espera. Harry se ríe y mira a su alrededor y ve a Patch y le mira fijamente y su cara se pone seria. Patch se guarda el recibo en el bolsillo trasero del pantalón y mira a la gente que espera delante de él. Harry besa la cabeza de su novio.

—Hey, cariño, vuelvo ahora. Voy a hablar con un viejo amigo —dice Harry sonriendo y camina hasta la posición de Patch.

Choca su hombro con el de Patch—. ¡Grandulon! Patch levanta la mirada y abre los ojos de par en par.

—Joder, ¡hola! —saluda soltando entre dientes una pequeña risa nerviosa—. ¿Qué haces aquí?

—¿Qué quieres decir con qué hago aquí? Podría preguntarte lo mismo.

—No, quiero decir… ¿no vives en Los Ángeles? Harry sonríe nervioso.

—Sí, pero… mi… mi novio se moría de ganas de conocer a mis padres así que hemos venido a visitarles. Ya llevamos un tiempo por aquí.

—Oh, tu novio… ¿está aquí? —la decepción se adueña de su rostro.

—Sí —contesta Harry girándose y señalándole. El chico mira a Patch desde la cola de pedidos y le sonríe.

Patch hace lo mismo y después se enfrenta a la mirada de Harry.

—Es muy guapo.

—Sí, lo es —dice Harry asintiendo.

—Bueno, estoy seguro que a Anne y a Robin les encantará —murmura Patch, obligándose a sonreír. Harry se gira hacia su novio, sonríe y mira a Patch.

—Sí, eso espero. Y… ¿tú como estás?

—Muy bien. Ha pasado mucho tiempo, ¿eh? —pregunta Patch, soltando un suspiro.

—Sí, demasiado, la verdad. ¿Te has mantenido en contacto con los demás?

—No, ¿tú?

Harry niega con la cabeza, suspira y se pasa la mano por el pelo.

—Yo tampoco. Les echo mucho de menos… y a ti también —añade sonriendo dulcemente.

—Sí, yo también te echo de menos —sonríe ligeramente—. ¡Nos lo pasábamos muy bien! ¿Recuerdas los tours, los premios y todo eso…?

—Por supuesto. No podría olvidarlo. En esa época… éramos muy famosos, era… una locura.

—Sí, One Direction, Haz… Patch se calla, con la cara sonrojada. El apodo cariñoso le ha salido sin pensar. Tienen tantos recuerdos juntos… no puede evitar sonreír al recordarlo.

—Sí —contesta Harry asintiendo y le mira.

La sonrisa de Patch se desvanece cuando mira a Harry. Se le empiezan a formar lágrimas en los ojos y suspira notablemente.

—Pat, yo… Pero el novio de Harry le interrumpe poniéndose a su lado y entrelazando sus dedos. El chico mira a Harry y sonríe. Patch no puede evitar fijarse en sus manos, sonríe con tristeza y vuelve a levantar la mirada.

—¡Madre mía! —exclama el chico sin poder contener su emoción—. ¡Eres Patch, Patch Cipriano!

—Sí. ¿Eras fan nuestro?

—Lo era y lo sigo siendo —sonríe—. Me llamo Christofer. ¿Sabéis? Deberíais de llamar a los chicos y juntaros de nuevo… como en una reunión de One Direction o algo así.

—Sí, sí, deberíamos —contesta amablemente Patch mientras se rompe por dentro—. Les llamaré.

—Número 51. Repito, ¡número 51! —grita una voz desde detrás de la barra.

—Oh, mierda. Ese es el mío —se saca el ticket del bolsillo y mira a Harry—. Bueno, eh… me ha encantado volver a verte —murmura y mira a Christopher—. Buena suerte con los padres de Harry, aunque no la vas a necesitar, estoy seguro de que les gustarás. Son unas personas encantadoras —añade y mira de nuevo a Harry—. Me alegro por ti —dice y sonríe—. Nos vemos por ahí. Patch se acerca a la barra y coge su bebida.

Harry se queda mirando a Patch, que se gira mientras bebe un sorbo de su bebida y se aleja. Antes de salir por la puerta le sonríe y Harry le devuelve el gesto.

Nada más salir a la calle, la sonrisa de Patch se desvanece y cuando se sienta en el coche, las lágrimas empiezan a rodar por sus mejillas. Coloca la bebida en el portavasos y apoya los brazos en el volante, enterrando la cabeza en ellos.

Harry y Christopher salen de la cafetería.

—Oye, ¿ese no es Patch? —pregunta el chico apuntando hacia el coche—. ¿Está bien? Harry mira hacia el coche.

—Sí… sí, está bien —contesta y nota un nudo formándose en la garganta y tiene que dejar de mirar a Patch, porque sino sabe que va a tener que ir hasta su coche y que le besará, porque nunca ha dejado de quererle—. Sí… ehh, vámonos. Y se alejan calle abajo mientras en la cabeza de Harry va formándose una canción.

‘The saddest kind of sad Is the sad that tries not to be sad.

You know, When sad tries to bite its lip, And not cry, And smile, And say

“no, I’m happy for you”.

That´s when it’s really sad.’

FIN.

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