Mi Futuro.

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Un oneshot escrito algo a la rápida y que puede tener menor sentido o justificación que los anteriores, igualmente espero que haya algo que guste de él.

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Cada día me paro en el mismo lugar con mis ojos directo al horizonte y mi mirada fija en aquellas imágenes de cosas que aún no he vivido, ser un Xatu resulta muy extraño cuando me detengo a pensarlo, a veces siento que disfruto más del futuro que del propio presente.

Puedo ver una laguna y a una bella jovencita avanzando por su borde, una muchacha con mochila a la espalda y un registro de medallas en uno de sus bolsillos, su mirada decidida en su camino sin rastro a cualquier tipo de duda. Cuando ella sube la montaña y se enfrenta a los demás entrenadores sale victoriosa sin mucho esfuerzo, después de cada lucha se preocupa de sanar a sus compañeros Pokémon, un Sylveon y un pequeño Chespin.

Creo que estoy enamorado de mi futuro y siento mi corazón latir emocionado con cada paso que veo que ella da para alcanzar la cima, pero más adelante, interrumpiendo nuestro encuentro están un grupo de humanos adultos que visten un uniforme similar entre sí, parece que acorralan a un señor mayor con bata de laboratorio.

—Muy bien profesor, sabemos que usted sabe donde está ese Pokémon —decía una mujer acompañada de un Mightyena—. Un Xatu nos sería muy útil para adelantarnos a esa niñata.

Creo que hablan de mí y de aquella chica, pareciera que lleva un recorrido ajetreado por esta región.

—No pienso decirles nada. —declaró el hombre de bata.

—Pues entonces tendremos que sacarle información a la fuerza —comentó el acompañante de la mujer—. ¡Ataca Mightyena!

El Pokémon siniestro hizo caso a la orden y se dirigió con el hocico abierto hacia el profesor, dio un salto y encajó sus dientes contra el brazo del hombre, mordía con una rabia desmesurada.

—¡Matt, usa Fuerza Lunar! —se escuchó una voz femenina.

El disparo de energía dio de lleno contra el costado del Mightyena y lo arrojó un par de metros lejos del profesor, el Pokémon se veía completamente debilitado con aquel ataque. Un par de segundos pasaron y esa misma chica que vi subiendo la montaña estaba con una pokéball en la mano y a su lado la acompañaba un Sylveon.

—¡Por Arceus! Lo que nos faltaba, otra vez tu niñata de porquería —la mujer sacó otra pokéball—. ¡Adelante Crobat!¡Ataca con Colmillo veneno!

Así lo hizo, apareció el Pokémon murciélago y atacó a una velocidad apabullante al tipo hada, sus colmillos se encajaron en el Sylveon para después volver a un lado de aquella mujer, solo con aquello la evolución de Eevee parecía tambalearse y en intentos torpes por mantenerse de pie terminó por caer debilitado.

—¡Maldita! —gritó la joven entrenadora.

Parecía buscar en su bolsa otra pokéball, pero su mirada de confianza se había borrado completamente, ella sabía que no iba a ganar debido a que sólo le quedaba un Pokémon más débil que aquel murciélago de esas crueles personas. Debía ayudarla, era momento de vivir y hacer algo para que mi futuro sea tal como lo estoy viendo, tan solo un esfuerzo por salir de este ensueño.

Los Xatu vivimos en un trance, un sueño constante donde nuestros ojos se pierden entre los hilos del tiempo y vivimos cosas que podrían suceder, requiere mucha concentración el mantenerlo y quitarlo por cuenta propia.


“Despierta” mi voz parecía hacerse presente en esa visión del futuro, interrumpiendo la naturalidad de ese escenario.

“Debes luchar para poder vivir ese futuro” La imagen de esa chica con su pokéball en la mano se quedó congelada.

“Porque si no lo vives tú, nadie lo hará” Todo estaba en negro, ya casi podía sentir el presente y mi entorno se volvía físico.

“Mi futuro…”


Por fin desperté, mi respiración estaba agitada y me encontraba algo mareado, agité mi cabeza de lado a lado para despertarme y darme cuenta donde estaba, el Sol ya casi apuntaba el momento en el cual esa chica se iba a enfrentar a aquellos criminales. Alcé el vuelo y di vueltas por la montaña en busca de alguna señal que recordará a mis visiones.

Y pude ver aquel brillo del movimiento tipo hada, Fuerza Lunar, era el momento de aparecer y salvarlos. Al descender noté a la mujer sacando aquel Crobat, el cual nuevamente debilitó al Pokémon de la chica, todo iba tal y como había previsto.

—¡Maldita! —gritó la muchacha.

Me concentré unos segundos y ataqué al Pokémon venenoso con Psíquico, quizás fuera la situación o mis ganas de salvar a aquella entrenadora, pero me sentí más fuerte que nunca y aquel Crobat cayó al suelo debilitado.

—¡¿Qué?!¡Eso no es justo! —se quejó el hombre.

—No hay tiempo de quejas, patitas para que las quiero. —dijo la mujer.

Ella guardó al Crobat en su pokéball y corrió del lugar, su compañero la imitó dejándonos a la joven, el profesor y a mi solos en la ladera de la montaña. La chica me miraba agradecida, no se bien el motivo pero me acerqué a ella y apoyé mi cabeza contra ella suavemente, en respuesta me acarició las plumas, se sentía muy bien.

—Parece que le agradas, debe de haber visto esto en el futuro —dijo el hombre mientras se sostenía el brazo.

—Profesor, debemos llevarlo con la enfermera Joy para que revise su brazo. —comentó preocupada la chica.

La joven se acercó a ayudar al hombre a levantarse, mientras tanto observaba quieto y con las alas contra el cuerpo. El profesor me miró unos segundos, sus ojos chocaron con mi mirada.

—Pareciera que quiere que seas su entrenadora —dijo repentinamente aquel hombre—. Nunca ha mirado a alguien así.

La entrenadora volteo a verme, sentí como observaba mi cuerpo de patas a cabeza y luego miraba de vuelta al hombre.

—Claro —esa respuesta me alegraba—. ¿Debería ponerle un nombre?
—Creo que eso debería decidirlo él mismo.

Ella volvió a fijarse en mi, me sentí paralizado e intrigado, pero simplemente asentí con la cabeza ante ello, no importaba como me llamase, se que estaré feliz a su lado.


...


—¡Azareth! —una voz femenina me sacó de mi mente.

Estaba en una casa cálida y de agradable olor, mientras una mujer me miraba sonriente y acariciaba mis plumas.

—¿Otra vez atrapado en el futuro? —me preguntaba suavemente.

—En realidad, fue en el pasado señorita Anna —le respondí por telepatía—. El día en que nos encontramos.

Era un bello recuerdo en el cual me solía quedar atrapado, algo habitual en los de mi raza, el futuro del ayer puede ser el pasado del mañana. Es extraño vivir en esta relación con el tiempo, muchas veces no se siquiera si estoy en el presente.

Pero estoy agradecido, enamorado de mi pasado, presente y voy a amar mi futuro, confío en mi entrenadora y sé que ella sabrá guiarme cuando estoy perdido en mi mente.

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Bueno, eso ha sido todo, chau

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