11. SHANKS (Parte 1)

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Personaje: Shanks
Contexto: One Piece
Contenido adulto: Sí (segunda parte)
Personalidad lectora: aventurera, temeraria y muy amable.
Pedido por: Arstre (espero que te guste) 😋

SHANKS X LECTORA (PARTE 1)

La isla de Dawn, un lugar tranquilo y acogedor, en especial Villa Foosha. ¿Quién iba a decir que los Piratas del Pelirrojo harían de esa isla su base? Shanks quedó prendado de un pequeño niño. La curiosidad por ese mocoso y la amable gente de la villa fueron los factores que le incitaron a quedarse allí por un tiempo. Un tiempo que fue más largo de lo esperado.

—Oye, (TN). ¿Dónde está Luffy? —preguntó Makino a su mejor amiga, que acababa de entrar por la puerta de la taberna.

—¿Qué? ¡Pero si venía a mi lado! —exclamó la joven, alarmada, mirando hacia todas partes—. Voy a buscarlo.

¡Ese crío siempre estaba creando problemas! Pasaba mucho tiempo solo y, como (TN) no estaba trabajando en aquellos tiempos, le habían encargado vigilarle. No iba a negar que era un niño gracioso y divertido, pero siempre se metía en algún lío. Suspiró aliviada al ver el barco pirata en el puerto. Era la tripulación que llevaba ya casi medio año yendo y volviendo de la isla. Para la joven, esos tipos eran un auténtico ejemplo a seguir. Ella siempre había soñado con salir al mar y vivir grandes aventuras, pero no quería ser una pirata malvada. El saber que había piratas buenos le había hecho recuperar todavía más la ilusión. Algún día... Algún día se atrevería.

—¡Luffy! —exclamó, mientras aceleraba el paso para llegar hasta donde estaba el pequeño.

—¡Ya estoy preparado! ¡Puedo unirme a vosotros en el próximo viaje! —le escuchó gritar desde la distancia. Este chico nunca se rendía. Llevaba insistiendo prácticamente desde el primer día con unirse a la tripulación.

—¿Qué vas a hacer esta vez para demostrarlo? —preguntó Shanks, el capitán, entre risas. El resto también estalló en carcajadas.

—¡Voy a tener un duelo con (TN)! Hemos practicado con las espadas —explicó él, serio—. ¡Eh, (TN)! ¡Venga, vamos a por las espadas!

—Acaban de llegar. Déjales descansar un poco —comentó la peli(t/c), acariciando la cabeza del pequeño.

—No te preocupes. Siempre estamos dispuestos a observar un buen espectáculo —bromeó el pelirrojo, burlándose de Luffy.

—En ese caso, vayamos al bar. Llevaremos a cabo la gran batalla mientras bebéis algo —propuso la chica, sonriendo amablemente.

—Esa es una gran propuesta. ¡Vamos chicos! —exclamó el capitán.

Mientras aquellos divertidos piratas pedían algo de beber a Makino, (TN) se dirigió al almacén a buscar las espadas de madera que ella y el pequeño utilizaban para similar batallas. No es que a Luffy se le diera muy bien usar la espada. De hecho, peleaba mejor cuerpo a cuerpo, pero al le hacía ilusión usar un arma. Makino había sacado algunas sillas a la calle, justo en frente del bar, así que allí se sentaron los miembros de la tripulación de los Piratas del Pelirrojo.

—Toma, Luffy. Empuña tu espada —dijo la joven, ofreciéndole el arma. Este la cogió emocionado.

—¡Vamos! ¡Pienso demostrar que estoy listo para ser un pirata! —exclamó el pequeño, mientras se ponía en posición de combate.

—Te he dicho mil veces que no tienes que coger la espada así —comentó la chica, mientras se acercaba. Le cogió la muñeca y se la colocó de forma adecuada—. Ahora sí.

—¡Empecemos ya! —exclamó Luffy, ansioso. (TN) vio como el niño volvió a cambiar la posición de la mano. Suspiró. No importaba.

Poco después, la esperada batalla comenzó. Por supuesto, la joven no utilizaba su habilidad al completo. No es que fuera una buena espadachín, pero llevaba varios años entrenando con la ayuda de un viejo hombre que había luchado con la espada en su juventud. En mitad del combate hubo una pequeña discusión, ya que el pequeño le pidió que no se dejara ganar. En un segundo, Luffy estaba tirando en el suelo y desarmado. Las risas por parte de los piratas no tardaron en hacerse audibles.

—Si no puedes ni ganar a una chica usando la espada, ¿cómo piensas ser un pirata? —La joven sintió rabia al escuchar ese comentario por parte de alguien que había estado observando. ¡Había mujeres que sabían manejar muy bien la espada!

—Quiero enfrentarme a ti —dijo Shanks, mientras cogía la espada de madera que Luffy había utilizado. Miró fijamente a la chica.

—¿Qué? ¿A mí? —preguntó ella, extrañada—. Por favor, no pierda el tiempo. Seguro que tienen cosas importantes que hacer.

—Empuña tu arma y prepárate —ordenó el pelirrojo, ignorando el comentario de la chica.

Ella hizo caso y se preparó para el combate. Los nakamas de Shanks le observaban con algo de intriga, ya que se había puesto algo serio de repente. No es que ocurriera nada en especial, simplemente se había fijado en que (TN) tenía muy buena técnica y quería comprobar hasta qué punto llegaba.

Estuvieron un buen rato recibiendo, dando y parando estocadas. Por supuesto, el pirata no usaba todas sus fuerzas. Si hubiera sido así, todo hubiera acabado en unos segundos. No era eso lo que quería. La joven hizo un amago y casi consigue darle, pero Shanks paró el golpe justo a tiempo. Se quedaron inmóviles durante unos segundos, el uno muy cerca del otro.

—Te estás dejando ganar... —comentó ella, apretando con fuerza la espada.

—Sí —afirmó él, sonriente—. Ya es suficiente.

—Ah —murmuró ella, mientras caía hacia delante y se golpeaba contra el pecho del pelirrojo. Había apartado su arma de repente.

—Seguirás entrenado y cada vez que venga, entrenarás conmigo —propuso él. Bueno, propuso o impuso. (TN) se quedó muda por momentos. No quería ser ninguna molestia, pero él parecía encantado con la idea. Además, sería increíble que un pirata tan fuerte como él le enseñara.

—Bueno, está bien —murmuró ella, sonriendo tímidamente.

Y así fue. La joven continuó sus pequeñas clases con el anciano que le había estado enseñando y, cada vez que Shanks y su tripulación volvía de nuevo a la isla tenían varias peleas. Y no con espadas de madera, no. El pelirrojo le había prestado una espada de verdad. ¡Incluso le dejaba llevársela a su casa para seguir practicando en su ausencia!

Una de las tantas veces que pelearon, el pelirrojo rozó con el filo de su espada la mejilla derecha de la chica. Fue un corte algo profundo. Lejos de asustarse, (TN) tan solo pudo reírse al observar el expresión de alarma y preocupación en el rostro del pirata. Le curó inmediatamente, pero eso no evitó que le quedará una pequeña marca que probablemente nunca terminaría de irse.

Pasaron días, semanas, meses... Ya llevaban más o menos medio año entrenando de aquella manera. La verdad es que, al principio, Luffy no aprobaba mucho esos entrenamientos. Estaba bastante celoso, ya que él quería estar en el lugar de la chica. ¿Se uniría a ellos? No es solo que le diera rabia, sino que no quería que (TN) dejara de cuidarle y de jugar con ella... Ese enfado duró muy poco tiempo. Pocos días después, él siempre estaba en primera fila para observar los combates y animar a su querida cuidadora.

Un día cualquiera, (TN) estaba en la cama con fiebre, así que Luffy se quedó a cargo de Makino. La peli(t/c) no podía evitar estar preocupada. La otra vez que estivo enferma, aquel pequeño gamberro se había clavado un puñal bajo el ojo para demostrar su valía como pirata. Además, un maldito pirata intentó atacar el bar de su amiga. ¡Menos mal que Shanks y sus nakamas estaban allí! Y lo más fuerte de todo... Luffy se había comido una fruta del diablo y ahora era de goma. ¡Es que no se le podía dejar solo!

La joven había conseguido quedarse dormida cuando el gran barullo que la gente estaba armando le despertó. Juntó todas sus fuerzas y caminó hasta la entrada de su casa. La gente corría, cuchicheaba... Todos estaban nerviosos.

—¿Qué ocurre? —preguntó (TN), dirigiéndose a un grupo de señoras que había en la casa de enfrente.

—Al parecer aquellos piratas volvieron. Han cogido a Luffy y Shanks ha tenido que tirarse al mar para rescatarle y... Un monstruo marino le ha arrancado uno de sus brazos —explicó una de ellas.

—¡¿Qué?! —exclamó ella, alarmada—. ¿Dónde están ahora?

—En su barco, le han llevado allí para curarle.

Nada más escuchar esas palabras, salió corriendo hacia el muelle. Por favor, que estuviera bien. Por favor, por favor, por favor. Sentía como las lágrimas se acumulaban en sus ojos. Se frotó con el dorso de la mano sin dejar de correr. No podía dejar que le vieran llorando, eso no ayudaba. Cuando llegó a la cubierta del barco, el resto de la tripulación estaba allí. Y también Luffy.

—¡Luffy! —exclamó, mientras se acercaba hasta él. Se le notaba que había estado llorando.

—¡(TN)! —El pequeño se lanzó a sus brazos—. Por mi culpa... Ahora, Shanks... Ahora...

—Luffy, tranquilízate... —susurró ella, mientras le acariciaba el pelo para que se calmara—. Mejor no te acerques mucho. Estoy un poco malita.

—¿Un poquito? ¡Te arde la frente! —exclamó, mientras le tocaba la frente. Pataleó para librarse del abrazo y bajar al suelo—. Tienes que volver a la cama.

—Necesito saber cómo está Shanks. No me iré de aquí hasta que tenga aluna noticia —dijo ella, decidida, mientras se sentaba sobre el suelo de madera. Tal y como se sentó, el médico salió por la puerta. Se levantó rápidamente de nuevo, casi mareándose—. ¡Por favor! Dígame cómo se encuentra.

—Está... Está a salvo —anunció él, mirando primero a la chica y luego a todos los presentes—. Solo ha perdido un brazo. La hemorragia está parada. No hay ningún peligro.

—Gracias... —murmuró ella. Sintió una mano en su frente.

—Tú... ¿Qué haces fuera de la cama en este estado? —le regañó—. Ven aquí. Te daré algo para la fiebre.

Aquel brebaje era mágico, o eso le pareció a (TN). No tardó mucho en volver a recuperar la energía y pudo estar al lado de Shanks mientras él se recuperaba del incidente. Sin embargo, la noticia posterior a la recuperación fue un duro golpe para la joven. Sabía que aquel momento llegaría algún día. Lo que no sabía es que se sentiría tan mal. Les había cogido mucho cariño durante este año, en especial al pelirrojo. Debían continuar su viaje. Navegarían lejos. Muy lejos de allí. Por tanto, su base en la isla de Dawn desaparecería.

Con todo el dolor de su corazón, les ayudó a preparar todo lo necesario para irse. Por supuesto, Luffy también colaboró. Él no parecía muy triste, de hecho, ni si quiera estaba insistiendo en que le llevaran con ellos.

—He decidido que voy a ser un gran pirata por mi cuenta —explicó Luffy.

—No te hubiera llevado conmigo aunque me lo hubieras vuelto a pedir —comentó Shanks, con tono de burla—. No tienes lo que hace falta para ser un pirata.

—¡Sí lo tengo! ¡En unos años tendré una tripulación tan fuerte como la tuya y encontraré el mayor tesoro del mundo! —exclamó el pequeño—. ¡Seré el rey de los piratas!

—Vaya, así que serás más fuerte que nosotros... —comentó el pelirrojo, acercándose a Luffy. Se quitó el sombrero de paja y lo puso en la cabeza del niño—. Entonces, te dejo mi sombrero. Guárdalo. Cuando seas un gran pirata, me lo devolverás.

—¡Vaya! ¿No es genial? —comentó (TN), mientras se agachaba a ver la expresión del pequeño. Se dio cuenta de que estaba llorando, pero había ocultado su rostro bajo el sombrero. La chica sonrió con ternura.

—(TN) —le llamó el pelirrojo. Ella se incorporó de nuevo—. Si te quedas aquí no encontrarás las aventuras que buscas. Así que espero encontrarme un día contigo. O por lo menos ver tu cartel de recompensa.

—Yo... —murmuró ella. No sabía que decir. Él le guiñó un ojo, sonriente y se dio la vuelta rumbo hacia el barco.

Varios habitantes del pueblo se quedaron observando como el barco se alejaba de la isla. (TN) acabó llorando también, uniéndose a Luffy. Ojalá, ojalá se volvieran a encontrar.

Continúa en la segunda parte ⬇️

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