Bellezas que nunca cambian.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

¿Qué tan bella puede llegar a ser una persona?

........................................................................

Caminé por los pasillos de la escuela estrujando la mochila contra mi pecho, con la respiración acelerada y las ansias carcomiendo mis sentimientos. Peter me buscaba ya desde hace rato para disculparse por el estúpido comentario ofensivo que hicieron los únicos amigos que tenia.

Toda la escuela le tenia miedo por ser un mutante, algunos le tenían odio y otros rencor adquirido con los años y las únicas personas que no tenían esos sentimientos hacia él eran unos cuantos amigos un poco idiotas y egocéntricos y yo.

A pesar de su velocidad al parecer no podía encontrarme así que aproveché para correr como mis pies podían y permitían hacia los baños de mujeres.

Cerré la la puerta del baño y caí de espaldas a ésta para terminar abrazando mis rodillas. Sentí las lágrimas nublar rápidamente mis ojos, un nudo comprimía mi pecho y mi corazón tamborileaba a un ritmo casi imposible de soportar y cuando menos lo pensé ya estaba sollozando.

- ¿Addy? - Preguntó una estúpida voz. Una voz que reconocía bastante bien.

- Vete Maxximoff. - Murmuré lo suficiente mente alto solo para que me escuchara.

- E-Ellos no lo dijeron con esa intención. - Se excusó y sentí como su mano se deslizaba lentamente por la puerta, suponiendo que con acariciar la pared me acariciaría a mí.

- Pero seguramente es cierto que Jean te gusta. - Afirme antes de que dijera otra cosa. - Los he visto salir juntos de clases, ir de compras por todos lados y la mayoría del tiempo estas con ella. - Le recordé sintiendo mil puñaladas al corazón mientras se hacia cada vez más pequeño.

- No es lo que tú crees. - Contestó seco y algo asustado.

- Por favor Peter. - Susurré. - Dejame sola, ve a hacer cosas de súper héroe o cualquier mierda pero por favor, por favor dejame sola.

Rompí en llanto.

- Esto no se va a quedar así Addy, no lo voy a permitir.

- Prefiero que así se quede. - Dije cuando confirme que se había ido.

Y corrí a la casa como si mi vida dependiera de ello.

...

Estaba recostada en mi cama con los auriculares puestos escuchando musica a todo volumen. Una sombra llamo mi atención y voltee rápidamente encontrando, efectivamente, una sombra con apariencia humana, tome el palo de la escoba y con un paso cauteloso me dirigí a la ventana, la abrí de golpe y descubrí a un Peter que apenas se sostenía de las esquinas, estaba sangrando y respiraba entrecortado.

- ¡Peter! - Chillé al verlo sin poder evitarlo.

- Te dije que las cosas no se quedarían así, ahora necesito tu ayuda. - Por lo general era yo quien curaba a Peter cuando regresaba de alguna misión y a su parecer está no iba a ser la excepción.

Lo ayude a subir la ventana ya que estábamos en un segundo piso, agarré lo más rápido que pude una toalla y la extendí en la cama, lo obligue a acostarse, a quitarse el traje y corrí por el botiquín de primeros auxilios.

- ¿Cómo te lo hiciste esta vez? - Le pregunté cuando estaba revisando su espalda y pecho, donde estaba la mayoría de cortes y rasguños.

- Otros mutantes. - Respondió en un suspiro. Mojé un poco el algodón con algo de alcohol y justo en el momento en que éste rozó la piel de Peter, soltó un gemido de dolor.

- Lo siento. - Murmuré sonrojada.

Peter me miró mal, tiró el algodón y me tomó sorpresiva mente de los hombros.

- ¿Cómo es posible que te disculpes? - Preguntó casi ofendido. Yo me confundí un poco por su acción y simplemente encogí mis hombros.

- No sé de qué hablas Pet.

- No sé quién es más idiota, tú o yo. - Lo oí suspirar. - No entiendo cómo es que puedes pedir disculpas por eso cuando yo ni siquiera te he pedido disculpas por lo que te hice, por venir a tu casa como si nada hubiera pasado y ser un idiota por no decir lo que siento.

Mi respiración se agito y no pude evitar verlo a los ojos.

- ¿Lo que sientes?

Él asintió y con algo de pesadez y dolor se arrodilló frente a mí.

- Tú eres una belleza que nunca cambia. - Susurro con sus labios en mi mano. - Una belleza que siempre es igual de hermosa, nunca es más bella ni nunca más fea, simplemente es una belleza tan natural que te encandila, que te hace sentir nervioso y tranquilo al mismo tiempo.

- Peter... - Murmuré a punto de llorar.

- Addy... Mi querida Addison.... Lo siento. - Oí su voz quebrarse. - Lo siento por ser tan idiota como para hacerte pensar cosas que no son. Lo siento por no contarte lo que hacia. Lo siento por ser el idiota más enamorado del mundo. Lo siento por hacerte daño sin quiera darme cuenta. - Peter levantó la vista cuando sintió algo húmedo caer en sus manos que sostenían las mías me vio llorar y se asustó por un segundo, lo vi en sus ojos, después respiró intentando no llorar y siguió con su pequeña declaración. - Pero te juro que tratándose de ti vale la pena esperar y esperar un suspiro, una simple señal que venga de ti para indicar que me amas, te deseo en todos los malditos sentidos como no tienes una idea, deseo el día en que pueda agarrar tus manos en público, el día en que pueda besarte, acariciarte y tocarte como si de una obra de arte se tratara, porque eso eres Addy, eres la obra de arte más hermosa del mundo, eres la obra de arte que falta en mi colección, la que merece estar en un altar y amarle con tal locura que muera de amor. Tú te convertiste en mi mundo dentro de esa maldita escuela, tú te convertiste en mi todo cuando me ofreciste tu mano y no me rechazaste pero fui tan estúpido por asustarme al sentir amor que intente olvidarte y solo te metiste más en mi cabeza. - Hizo que tocara su pecho con mi mano. - ¿Sientes eso? Eso eso es lo que tú y solo tú has llegado a provocar con tal intensidad, con tal pasión que siento que si no te beso ahora voy a morir de añoranza por no probar tus labios aunque sea una vez. - Levantó su vista con las lágrimas escurriendo a mares. - Joder, como lo siento mi amor, sé que soy un idiota por nunca decirte nada y dejar que tus sentimientos por mí murieran poco a poco pero... Pero solo te pido algo...

Agachó su rostro rendido, lo observé a través de los rayos de la luna y simplemente levante su rostro empapado en lágrimas, le Sonreí y lo besé.

Lo besé como si no hubiera un mañana y demostrándole cuanto lo amaba.

Nunca había dejado de hacerlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro