¡Chinga tu madre!

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

¿Era hora del regreso del señor Wilson?

........................................................................

- ¡Es hora de hacer las putas chimichangas! - Wade, tu hermano, frotó sus manos con emoción y con un rápido movimiento  arrojó una katana.

Los dos eran mutantes, tú por naturaleza y el fue mutado. Ambos fueron los mejores mercenarios en su época hasta que Wade se enamoró, te abandono por un tiempo y después lo ayudaste con Francis. Ahora se habían vuelto mercenarios mutantes juntos, a veces iban a la escuela de Xavier a ayudar en alguna misión y con las fuertes suplicas que les hacían de que se volvieran un X-Men estuvieron a punto de aceptar.

- Tranquilo Wade. Recuerda, no podemos matar a nadie. - Le recordaste a tu hermano mientras éste rodaba los ojos algo desanimado.

- Pero cuando ya no sigamos ordenes de el profesor estos pendejos van a ver lo que son los putazos de verdad. - Wade dio un pequeño salto esquivando unas balas.

Corriste en su dirección con la espada en alto y atacaste a todo el mundo mientras Wade te cubría. Todos rápidamente cayeron al suelo inconscientes y sonreiste. Tu hermano mayor apareció a un lado de ti y chocaron los puños.

- Esto se merece una manoseada en la noche. - Grito saltando entre los cuerpos.

- Pinche wey. - Te pegaste en la frente y moviste la cabeza negativamente.

Cuando ambos terminaron, tomaron los cuerpos de todos y fueron directamente a la mansión. Wade se reusaba a ser un X-Men todavía pero tú con todos tus encantos de hermana menor lo lograste convencer para ser de ayuda en algunas ocasiones. No conocían a casi nadie en la mansión de una manera íntima, solo iban a hacer misiones y punto.

- ¡Ya llegamos pelón! - Gritó Wade a todo pulmón mientras tocaba las puertas. Tú negabas con la cabeza al ser el centro de atención. Una bellísima pelirroja abrió la puerta con el ceño fruncido y su semblante se relajó al verte.

- Jean. - Susurraste. Ella era la única mutante que conocías más que todos en aquella mansión. 

- ____ y Wade. - Sonrió al verlos y los dejó pasar. - ¿Los ayudo?

Ambos asintieron y dejaron que Jean moviera las bolsas llenas de agentes inconsistentes por toda la mansión llamando la atención de algunas personas.

- Hermanita, tengo que arreglar asuntos de adultos con el calvito, tú ve a violar gente o a ser una adolescente incomprendida. - Le miraste mal pero terminaste riendo.

- Seras idiota. - Le diste un golpe en la cabeza y te fuiste del lugar.

- ¡Solo no vayas a tener bendiciones! - Te grito bastante serio, te volteaste, le alzaste el dedo de en medio y volviste a caminar felizmente. 

Llegaste a la cancha de basquecktball ( ni merga de cómo se escribe:'v sorryque había en las afueras de la mansión y viste a varios chicos jugando. No era una mentira que lo que más querías en la vida era tener una vida normal, con siquiera un día lejos de todas esas matanzas pero también amabas eso y tus sentimientos se había vuelto un dilema.

- ¡Cuidado! - Un chico te grito justo a tiempo para que desaparecieras tu cuerpo y lo reaparecieras en una esquina. El balón golpeo con fuerza la banca y por un segundo te imaginaste allí. - ¿Estas bien?

- Humh.. - Asentiste  y observaste  al chico. Lo describirías como alguien guapo pero gracias a unas gafas que cubrían sus ojos por completo te era imposible ubicarlo bien.

- Soy Scott. - Te saludo amablemente y le devolviste el saludo. 

- _____.

- Nunca te había visto por aquí. - Fruncio ligeramente el ceño con una sonrisa. - Tal vez Peter sí. ¡Ey Peter!

Una ráfaga de viento pasó por tu lado y un chico con cabello platinado apareció con unas papas fritas colgado de tus hombros.

-¿Guat?. - Preguntó Peter después de terminar de comer una papa, reprimiste una carcajada al verlo tan serio y Scott hizo una mueca.

- Esos modales Maximoff. - Intentó regañar el castaño pero una papa llegó a su rostro.

- Tienes suerte de que al menos esta vez no éste coqueteando como de costumbre. - Él te miro con una sonrisa de lado pero pronto cambio a una mueca al recibir un golpe de tu parte. - ¿Y eso por qué fue?. - Preguntó quejándose.

- Porque manchaste mi traje. - Lo miraste de manera desafiante  y él encogió los hombros.

- ¿Eres nueva? - Preguntó Scott acercándose un poco a ti. Sus intenciones no eran románticas, ya tenia a Jean, pero su curiosidad fue algo más fuerte que eso. Tampoco era mentira que Peter se sentía celoso por una razón, apenas te conocía pero la cercanía entre tú y Scott hizo que su modo fiera entrara en escena.

- Algo así. - Respondiste dudosa. - Solo hago misiones para el calvito pero insiste en que seamos X-Men junto con mi hermano.

Ambos chicos asintieron con la cabeza algo asombrados y de pronto un Kurt algo agitado apareció en escena.

- ¡Scott!. - El nombrado se giro rápidamente. - Necesitamos tu ayuda. - Asintió frenéticamente, se disculpo por dejarte con Peter y se fue corriendo con la promesa de que volvería lo más pronto posible.

Volteaste a ver a Peter y él te sonrió fingiendo inocencia. 

- Te voy a enseñar la mansión. - Te agarro de la mano rápidamente pero cuando se tocaron la tuya se desintegro en un solo movimiento. Alejó la mano totalmente asustado y tu mano volvió a aparecer.

- No tocar. - Le dijiste con una sonrisa.

- ¡¿Cómo rayos hiciste eso?! . - Pregunto algo alterado y comenzando a caminar contigo.

- Mis poderes. Puedo controlar mi cuerpo a mi antojo. Si puedes imaginar algo que haga mi cuerpo, cualquier cosa, es posible. - Respondiste con orgullo. Peter sonrió perverso al imaginar cosas pero no te percataste de ello.

- Bueno, lindura, comencemos con el recorrido.

Ambos sonrieron y empezaron a platicar.

....

¿Sabias que una persona sí se puede enamorar en tan solo dos horas?

Tú y Peter lo comprobaron. Cada uno encontró cosas maravillosas en el otro, se quedaron cautivados incluso con sus ojos, su sonrisa y hasta en su forma de caminar.

Ambos se sonreían como idiotas en la puerta principal, tú esperas a Wade y él quería pasar todo el tiempo que pudiera contigo.

Wade salio y notó la gran escena de enamorados que tenían.

- ¿Qué esta sucediendo aquí ?. - Preguntó de brazos cruzados.

Reaccionaste ante las palabras de Wade.

- Nada hermanito. - Sonreiste como pudiste y Wade se acercó a Peter.

- Chinga tu madre. - Pronunció las palabras lentamente, esperando que le atravesaran los oídos a al platinado.

- ¿Qué? - Susurro Peter con un hilo de voz, no entendía el por qué de sus palabras.

- Lo que oíste pendejo. - Dijo esta vez más alto. - Chinga tu máuser. - Entre cerro los ojos amenazante. - Nadie se acerca a mi hermana prro.

-Juro solemnemente que mis intensiones sí son buenas. - Colocó una mano en su pecho esperando a que Wade le tuviera compasión por lo menos.

- Te estaré vigilando wue. - Te jalo del brazo y empezó a caminar para irse.

- ¡Adios Peter!. - Le despediste desde lejos con una sonrisa enorme.

Ahora más que nunca te encantaría estar en los X-Men.

Fin. \•~•/

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro