La brisa del viento corría por mi cara y mi pelo volaba con este. Las gotas de sudor empapaban mis mejillas y yo sonreía escuchando música.

Era una mañana algo fría así que no me había quedado mas remedio que usar un suéter aunque este me hiciera sudar el doble. Llevaba 30 minutos corriendo aproximadamente y aun no quería parar. La música de los audífonos resonaba en mis oídos mientras susurraba la canción.

— Hola hermosa.

— ¿Que quieres Maximoff?.— Pregunte bastante molesta mientras me daba la vuelta para verlo bien.

— Sabes que me gusta verte correr por las mañanas ¿verdad? .— Ambos nos miramos por unos segundos, seguimos corriendo y noté que Peter traía puesta ropa deportiva que marcaban sus músculos.

Me mordí el labio inferior y él lo notó.

—¿Te gusta lo que ves? — Preguntó sonriendo.

— Cállate Maximoff. — Rodé los, me puse nuevamente los audífonos y seguí corriendo ignorando que él venia tras mio. 

-Sé que aun puedes oírme mi amor.- Canturreo en mi oreja, subí el volumen y acelere el paso gradualmente. 

De un segundo para otro Peter ya me habia rebasado y estaba delante de mi corriendo de espaldas. Había olvidado que era un mutante.

- No es justo sabes.- Hice un puchero e intente acelerar el paso como pude para intentar que se cayera. Tenia años corriendo pero aun así era difícil seguirle el paso al mas rápido del mundo.-Tú eres más rápido por tu mutación, yo soy alguien normal.

-Y aun así tienes suerte de que me fijara en ti.- Me lanzo un beso en el aire y sentí mis mejillas arder. La verdad es que poco a poco Peter se ganaba mi corazón. A veces cuando olvidaba mi botella de agua el me traía una, me llevaba cargando a casa, era mi entrenador. Era un ángel conmigo. - ¡Te vi! ¡Te sonrojaste!.- Chillo emocionado, le saque la lengua y fingí que no habia pasado nada. 

- Es mejor que te vayas Maximoff, estoy por llegar a casa y sabes como se pone mi padre al verte.

- Yo sé que muy en el fondo le agrado al señor Ward.- Dijo distraído, demasiado para darse cuenta que un camión pasaba a toda velocidad por la calle, sin pensarlo dos veces y con el corazón acelerado me lance contra él. No sufrió daños pero creo que me habia roto un pie, el dolor era algo punzante y poco a poco se  iba durmiendo mi perna, solloce pero termine sonriendo al saber que Peter estaba a salvo.

- ¡¿Estas bien?!.- Pregunto Peter alterado, sus ojos se cristalizaban poco a poco por lo asustado que estaba.

-Claro que estoy bien idiota.- Ironice riendo e intentado ocultar el dolor. 

-Te voy a llevar al hospital te guste o no.- Me cargo y en un segundo ya estaba en una camilla de hospital.- Cuanto lo siento ____. Si no fuera tan distraído no te hubieras arriesgado por mi. 

- De todos modos lo iba a hacer.- Me encongí de hombros.- Siempre saltaría a donde fuera por ti. 

Peter sonrió, se acerco hacia a mi y me dio un beso en la nariz. Mi pulso acelero y salte de alegría en mi interior. 

- Por eso te amo mi corredora estrella.