Pequeños momentos (2)

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Law, un estudiante de medicina de último año. Por si no tuviera bastante con los exámenes y prácticas se había ofrecido a trabajar en la academia que tenía un amigo suyo. Varias universitarias estudiantes de magisterio habían acudido interesadas por saber si se ofrecían clases de repaso de ciertas asignaturas relacionadas con las ciencias, pero el profesor que tenía para ese tipo de asignaturas no tenía más huecos para dar clase.

Los dos saldrían ganando, al chico de cabellos negros no le iría mal ganar un dinerillo extra. Estaba harto de tener que vivir del dinero de su tutor. Corazón ya hacía ya años que no tenía la obligación de encargarse de él y aun así seguía ayudándole.

-¿Alguna duda? -preguntó el chico tras la explicación de uno de los temas que habían empezado. Era demasiado sencillo, al menos para él que estaba acostumbrado a contenidos bastante más elevados.

-Es que tú lo explicas tan bien, Law... -suspiró una de ellas-. Ojalá fueras nuestro profesor de la universidad. Haría lo que hiciera falta por qué me subieras la nota.

-Lo que tienes que hacer para tener mejor nota es estudiar -aclaró él-. Podéis recoger. Nos vemos el jueves.

Aeren comenzó a recoger sus apuntes nada más escuchó que podían recoger. Las clases acababan casi a la hora de cenar y siempre estaba hambrienta al llegar el final. Además, sabía que le esperaba la cena hecha por su madre nada más llegar a casa y eso le hacía querer darse más prisa.

-Adiós, Law. Hasta el jueves -se despidió, antes de salir por la puerta. Él y su mesa estaban rodeados por sus compañeras. Iban a la misma clase, pero no eran amigas. Las suyas no se habían apuntado a repaso.

-Adiós, Aeren-ya -se despidió él, ladeando la cabeza.

Los ojos marrones de la chica y los ojos grises de su profesor se cruzaron durante unas milésimas de segundo, justo antes de que ella apartara la mirada rápidamente y saliera por la puerta. No le gustaba mirar a los ojos de la gente, se ponía nerviosa. Y todavía más con Law. Era guapísimo.

Era un alto, guapo, unos años mayor, inteligente y borde. ¿Por qué esa fijación con los chicos bordes? Jamás lo entendería. Igual que tampoco entendía cómo sus compañeras eran capaces de soltar esa clase de comentarios en su cara. Ya no era cuestión de ser más tímida o más lanzada, se trataba de respeto. Estaba claro que al chico no le agradaban esa clase de comentarios. ¿No veían que así no iban a conseguir nada?

-¡Mamá, ya estoy en casa! -exclamó, al abrir la puerta.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, cierto joven estudiante de medicina de ojos grises por fin llegaba a su piso. Se acercó a la nevera a por una de las pequeñas bandejas de sushi que tenía y se acercó hasta el sofá, dejándose caer sobre él. Enchufó la tele, aunque sin prestar mucha atención a las noticias que estaban emitiendo.

Estaba algo harto de las clases. Le gustaba explicar, pero odiaba los estúpidos comentarios que aquellas chicas hacían para insinuarse. Era agobiante, aunque él no tenía problemas en ser borde y pasar de ellas. Por otro lado estaba aquella chica callada de cabellos color marrón oscuro, al igual que sus ojos. Aeren. Esa chica parecía ser la única que se tomaba en serio sus explicaciones. En algunas ocasiones había deseado que fuera ella la que se quedara después de clase para preguntarle alguna duda. Parecía una chica interesante. Puede que un día... No, mejor no. Estaba a gusto tal y como estaba y no quería complicarse la vida.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

El jueves llegó, día de clases de repaso. La hora pasó como siempre. Hubo explicaciones, actividades, correcciones y tontos comentarios que interrumpían la clase.

-Perdona, ¿te importaría intentar ligar después de la clase? -preguntó Aeren, harta de que una de sus compañeras interrumpiera la explicación. Ni si quiera alzó la vista de sus apuntes. Continuaba escribiendo.

Todas se quedaron sorprendidas, incluso el mismo profesor. Nadie dijo nada. Se quedaron en silencio hasta que Law retomó de nuevo la explicación. Sonrió de lado mientras apuntaba unas palabras en la pizarra. Después de descubrir este tipo de actitud le habían dado todavía más ganas de conocer más sobre ella.

Como siempre, la joven de cabellos oscuros fue la primera en abandonar la clase. El chico de ojos grises trató de recoger sus cosas rápidamente, mientras contestaba con monosílabos a las tonterías que le estaban diciendo sus otras alumnas. Ni si quiera la estaba escuchando.

Cuando salió por la puerta de la academia, miró hacia ambos lados. Sintió alivio al ver que Aeren todavía estaba cerca de su alcance. Comenzó a caminar más rápido para poder llegar hasta ella.

-Aeren-ya –le llamó, mientras tocaba uno de sus hombros. La chica se giró, sobresaltada.

-Me has asustado -comentó, una vez hubo dejado de caminar.

-Disculpa. Quería saber sí... ¿Te gusta la comida japonesa? –preguntó él. La chica le miró, extrañada.

-Bueno, algunas cosas sí y otras no -respondió, encogiendo los hombros.

-Conozco un buen restaurante de sushi. ¿Te apetece ir a cenar?

-Vale, el sushi me gusta. Avisaré a mi madre -murmuró. Sacó su móvil del bolso y tecleó con velocidad-. Listo.

No iba a lanzarse como las otras, pero no era idiota. No pensaba perder la oportunidad de poner cenar con él, y menos si había sido propuesto por su parte.

El restaurante no estaba muy lejos de la academia, tan solo a unos diez minutos andando. Aunque era en dirección contraria a su casa, Law había quedado en acompañarla hasta su portal.

La cena fue pasando de una manera interesante. Al principio el chico tenía que estar constantemente pensando que preguntas hacer, ya que Aeren no parecía dar mucha conversación. Y no es que el fuera mucho de sacar conversación. Poco a poco se fue soltando cada vez más, cuando se sintió más segura y relajada. Incluso pudo escucharla reír un par de veces. Era graciosa. Estaba a gusto hablando con ella.

-¿Qué haces? -preguntó Law, al ver que cogía el móvil mientras miraba la cuenta de la cena.

-Calcular a cuánto salimos cada uno -respondió.

-¿Necesitas la calculadora para eso? -preguntó él, sonriendo de lado.

-El cálculo mental no es lo mío –explicó, sin avergonzarse.

Caminaron hacia la casa de Aeren y continuaron charlando por el camino. Ninguno de los dos quería que acabara esa noche, y se notaba porque caminaban más lento de lo normal. Se quedaron quietos durante unos segundos en frente del portal, en silencio.

-Bueno -dijo Law. No se le daba bien, nada bien-. ¿Quieres que nos demos el número de teléfono? O, no sé, podemos ir a cenar otro día. Es decir, si quieres. O...

La chica dio un paso hacia delante, se puso de puntillas y deposito un fugaz beso en sus labios. Desde que entró por la puerta de aquella academia había soñado con hacerlo y no tenía dudas de que ese era el momento.

-Nos vemos el martes en clase, y puedes llevarme a otro restaurante japonés que te guste –dijo Aeren, después de separarse y mientras llamaba al telefonillo. Enseguida le abrieron. Empujó la puerta-. Buenas noches, Law.

Por primera vez en su vida, Trafalgar Law se había quedado sin palabras. Debía haber quedado como un idiota, ya que la puerta se cerró antes de que pudiera despedirse. Se dio la vuelta y comenzó el camino de vuelta a casa. Definitivamente, estaba ansioso por continuar conociéndola.

⁂ ⁂⁂⁂ ❀ ⁂ ⁂⁂ ⁂

Nota de la autora:
Holiwis ^^ Aquí traigo un nuevo pequeño momento entre Law y Aeren. He tenido que hacerle algunas preguntas a Makiki para poder escribirlo bien. Tengo suerte de que está disponible muy a menudo jiji ^^

He seguido las correcciones que me dijeron en La Editorial Grand Line. Pero no me he aclarado poniendo la raya ^^' Aún así que creo que he mejorado la puntuación de los diálogos. Lo he revisado pero no sé si tendré algún error.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro