Abrázame {Vkook}

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«PROV. KOOKIE »

No recuerdo con exactitud en qué momento comenzamos a tener tanta confianza, ni cuándo comenzaron los abrazos, los besos, el hacer novillos para tener más tiempo para nosotros, pero estos han sido los mejores años de mi vida y agradezco que hayan sido a su lado.

Ya han pasado dos años desde nuestro debut y algunos más de nuestro  noviazgo, pero a su lado me sigo sintiendo como aquel niño pequeño, que necesita de su cuidado, de su amor, de su completa atención.

En el grupo todos saben lo nuestro, a nadie le importa, incluso nos dieron un cuarto para nosotros solos, estaban hartos de que en mitad de la noche nos levantáramos para ir a cualquier lugar cómodo para estar juntos.

Aunque al principio hubo algunas objeciones por parte del grupo, no podíamos hacer nada, el amor estaba ahí y aunque hicimos lo posible para intentar esconderlo, era bastante notorio.

¡Oh! Recuerdo cuando las hormonas de Tae comenzaron a afectarme, a mí, un simple adolescente, inocente y muy ingenuo.

Quizá el comienzo de todo haya sido por aquel beso. Hum... Piensa Jungkook...

Era de noche, recuerdo que estaba en la cama, no habíamos hecho nada especial hoy, pero tenía ganas de dormir pronto, Suga no estaba en la habitación, seguramente estaría con Jimin por ahí, no era algo que me preocupara.

Entonces la puerta sonó, alguien la estaba abriendo, suspiré de sólo imaginar que sería alguno de ellos dos que se hubieran dejado algo, como ya ha pasado, y que acabarán encendiendo la luz y despertando a todo el mundo para buscar alguno de sus juguetitos del amor...

Me metí debajo de las sábanas y me puse de lado, no quería oír nada, sólo dormir y... ¡espera! ¿Porqué hay unas mano acariciando mi cabello? ¿Acaso será el estúpido de Jimin que quiere molestar? ¡Pues no, me niego, que moleste a otro!

-¡Jimin para!- Mi grata sorpresa fue que no era él, entonces la vergüenza se adueñó de mí y mi cara se convirtió en la nueva imagen que pondrían en los envoltorios de tomate. No me lo podía creer, ¿qué hace Tae aquí? Realmente no era tan raro, pero no lo esperaba, no aquella noche.

-¿Así que Jimin te hace esto?-se podía intuir una sonrisa, sabía que era él, aquella manera suave de pasar su mano por mi mejilla, recorriendo el perfil de mi rostro, luego subiendo a mis labios y su contorno, me extasiaba. Me moví, dejándole lugar a mi lado. No era la primera vez que dormíamos juntos, ni sería la última, él solía tener pesadillas y venía aquí.

-¿Otra pesadilla?

Negó con la cabeza y se adentro debajo de las sábanas, colocándose detrás de mí . Su torso al igual que el mío estaba desnudo, hacía demasiado calor para ponerse ropa, lo que no me había dado cuenta es que él también estaba en boxers, al notar su rodilla por entre mis piernas, un sofocante calor comenzó a subir.

Enserio, no era la primera vez que dormíamos juntos y menos así, pero, había algo diferente aquella noche... Jungkook, tus hormonas te están jugando una mala pasada, tranquilízate, respira tranquilo y sobretodo, no te muevas.

Por mucho que yo no me moviera, no significaba que mi acompañante no lo hiciese, ¿se estaba acomodando o quería que sintiera como su miembro se rozaba contra mí?

Dios, Dios, Dios, Jungkook, ¡respira, hiperventilar es malo, respira normal!

-¿Tae? - mi respiración se estaba agitando, mi sangre comenzaba a redirigirse a un lugar que no tocaba y mi piel estaba de punta por aquellas nuevas sensaciones que estaban invadiendo mi cuerpo.

Él no respondió, al menos no hablando, su boca humedeció mi lóbulo, su lengua perfiló mi oreja y después bajo juguetona hasta mi cuello. En ese entonces yo me encontraba debajo de las garras de Tae, quién se había posicionado encima mío y tenía un total control sobre mi cuerpo.

No me lo podía creer, ¿en qué momento lo había hecho? ¿cómo puede ser que esté pasando esto?

Una de sus rodillas volvió a ponerse entre las mías, haciendo que un gemido escapara de mi garganta sin poder evitarlo, aquello me había tomado por sorpresa.

-Shhh, ¿no querrás que nos escuchen, no?- susurró, después nuestros labios se encontraron, al principio algo torpes por la falta de luz, pero luego se convirtió en algo precioso, sus labios eran suaves, el beso demostraba la sinceridad de un sentimiento mutuo que no había podido ser anteriormente revelado.

Pero ahí no acabó la cosa, sus manos fueron a mi torso desnudo, agarrándolo con dominio hasta llegar a mis caderas. En mi boxer se comenzaba a notar la sangre que faltaba en el resto del cuerpo, haciéndose con cada caricia más grande y notorio. No quería que sus besos y caricias pararan ...

Su cuerpo había bajado hasta la mitad del mío, mis ingles habían sido profanadas por los labios y lametones de Tae, ahora le pertenecían, al igual que el resto de mi cuerpo.

Sus ágiles manos comenzaron a quitar mi única prenda de ropa, húmeda por su culpa, y dejando libre a mi apretado miembro el cual había sufrido por la presión anterior.

Mis manos se aferraron a las sábanas, arrugandolas debajo de mis dedos, mi cuerpo se tensó al notar su lengua lamiendo la punta de mi miembro, toda mi piel estaba de punta, y los escalofríos recorrían continuamente mi cuerpo con una sensación increíble de bienestar. Después de aquellas primeras sensaciones mis gemidos no tardaron en salir, cuando Tae hubo metido todo mi miembro en su boca, tenía experiencia, lo sabía, pero no iba a reprocharle por ello, prefería que la tuviera, ya que si no, podría haber acabado en desastre.

Mis gemidos eran notorios en la habitación, y posiblemente fuera oídos fuera de esta, pero no había manera de que pudiera acallarlos, yo no, pero él, volvió a atacarlos con un beso, esta vez más profundo más lujurioso, metiendo su lengua en mi cavidad y haciendo que pudiera saborearlo.

Aunque su boca ahora estuviera ocupada con la mía, una de sus manos continuó con el trabajo que había comenzado, pero ahora mis gemidos eran acallados por su boca, haciéndome perder completamente la cabeza.

Entonces ese sentimiento de desbordamiento se hizo latente, y sin poder avisarle, terminé. Había ensuciado su mano y mi pecho, pero daba igual, a él le daba igual, lo lamió para que nada se desperdiciara.

-Adoro tu sabor.

Reí avergonzado, intentando esconder mi cara con las mantas, pero nada podía hacer ante su belleza y aquella sonrisa...

Posiblemente todo comenzará así, durante varios días y noches hacía el ritual, yo siempre le digo que me estaba preparando, preparando para mi primera vez, que si bien no fue la más perfecta, pero sí la más especial para mi, ya que estaba con él.

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Esta la segunda parte nos falta la continuación de lo siguiente comente que les pareció

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