X: Flujo y destrucción -2

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En las puertas, Atlas trataba de seguir el ritmo de evacuación, pero en su estado apenas era capaz de mantener la conciencia, ni siquiera era capaz de pelear.

A su lado Aiden, Yublan y Grettell, esperaban a sus atacantes, pero sus posibilidades eran muy escasas, Yublan y Aiden no eran peleadores, y Grettell apenas era capaz de mantener el control sobre su Wraith.

—Es todo, voy a ir... —Exclama Grettell con rabia antes de ser detenida por Aiden.

—No puedes, recuerda que ya no proteges solo tu vida —Espeta Aiden tomándola de la mano.

—Pero...

—Si no existe otra opción saldré yo, pero tú debes hacer todo lo que puedas para sobrevivir, por ti y por él —espeta tocando su vientre.

—Sabes que será niña ¿no...?

—Es imposible saberlo aún... —exclama con una sonrisa nerviosa por la situación —Solo prométeme que si se pone peligroso, te iras con Lumiere.

—Bien, pero si no, me quedaré hasta que el último civil escape a salvo...

Grettell toma un respiro y sale de la trinchera, apuntando sus flechas hacia sus parientes, pero incapaz de efectuar un golpe mortal, mientras estos se acercan, a un ritmo alarmante.

—¡Grettell! —grita victoria en un tono optimista desde el centro de la calle —Este es el final de la línea, están rodeados y condenados, pero como somos familia, te doy la oportunidad de salir y negociar, si te rindes no lastimaremos a ninguno de los Inmundanos que están contigo...

Ante esas palabras, los cazadores empezaron a reír en silencio, mientras en el interior los civiles y los refugiados empiezan a especular entre ellos.

—¿Qué opinas? —pregunta Yublan a Grettell.

—Está mintiendo —responde con una expresión seria —Victoria es una manipuladora y una sádica por naturaleza, no nos matara de inmediato, ella busca la forma de que nos destruyamos entre nosotros.

—Pues en algo tiene razón, si no hacemos nada seremos invadidos... —Señala Jaeger.

—Debo ir...

—No lo harás... —Reclama Loud.

—Tengo que ir —espeta tomando su mano —Ella no me matará frente a nuestros hermanos, puede estar algo loca, pero no es estúpida, además sigue siendo mi hermana.

—Es demasiado peligroso, tu fortuna...

—Mi fortuna está bien —espeta tomando su mano —Contigo cerca mi fortuna siempre será buena...

Grettell sale por las puertas, directo hacia los cazadores quienes la ven con intriga y enojo; pero Victoria la recibió con una larga y filosa sonrisa, a la que ella respondió nerviosamente.

—La verdad no esperaba que salieras, traidora —espeta Victoria.

—Yo nunca los traicioné, nunca levanté un dedo para dañar a un miembro del clan Van Helsing —responde.

—Sólo tenías una misión, buscar y ejecutar a Horace Waller, como no lo veo aquí o cumpliste tu misión o este escapó, de cualquier forma. ¿Por qué no nos contactaste?, además de eso has usado tu herencia para atacar a seres humanos —señala evaluando su reacción —Puede que no hayas traicionado al clan, pero si a la humanidad.

—Yo... hice lo que creí que sería mejor para la humanidad —responde.

—¿Luchando codo a codo con los Inmundanos? —pregunta con repulsión —Si nuestro padre viera que rechazaste ser la próxima líder del clan solo para jugar con las presas, te lanzaría al pozo como cuando éramos niñas.

—Tú eras la única que acababa en el pozo... —Señala haciendo que algunos de los presentes rieran un poco, esto hizo enojar a Victoria.

—Bueno, de cualquier forma, padre entristecerá si le decimos que moriste, así que te llevaremos de vuelta a casa, también puedes traer a tus mascotas, los establos de los Inmundanos están tan vacíos que es deprimente, bien podríamos aceptar a un par más.

Grettell se asustó con la idea; los Inmundanos bajo el control de la familia Van Helsing son despojados violentamente de su libertad, y bajo el control de Victoria sería un destino incluso peor que la muerte.

Antes de ser capaz de responder, un mazo persa o Cudgel se materializó en la mano de victoria quien arremete en contra de su hermana, obligándola a defenderse.

De la mano de Grettell se manifiesta una leve luz celeste revelando su habilidad a los presentes quienes la vieron con repulsión.

—Me decepcionas hermana, no solo vives entre los Inmundanos, sino que también eres una de ellos, nuestra madre debe estar retorciéndose en su tumba —espeta viéndola con rabia —Creo que no era posible salvarte desde un principio.

Victoria baja la cabeza y pone su mano en su rostro, dejando que solo Grettell sea capaz de ver la expresión de euforia desquiciante que antecedería su siguiente acción.

Al mismo tiempo tras la puerta norte, el apóstol Loud Barajaba con temor las cartas del tarot, esperando que cambie el curso de esta horrible situación.

—Ver en lo que te has convertido destrozaría el corazón de nuestro padre, su querida hija, solo otra víctima de Omega, bueno, eso hasta que el la asesine —exclama paralizando a Grettell.

Aunque el poder de Nora era grande, no sería capaz de enfrentar al líder del clan si este peleaba seriamente...

—Lo más noble ahora sería sacarte de tu sufrimiento...

Victoria levanta el mazo sobre su cabeza, mientras el tiempo alrededor de Grettell se detiene, ella observa hacia la puerta, Al tiempo que desesperado por un milagro, Aiden saca una carta.

Aiden Loud era un chamán con una habilidad muy especial, poseía el poder de cambiar el curso del karma en base al tarot, siendo capaz de crear buena o mala suerte a su alrededor, según la definición de la carta.

Aiden saca la carta viéndola con asombro, mientras el Cudgel bajaba a gran velocidad hacia Grettell quien cerro lo ojos, para unos segundos después ver que nada había pasado...

La vaina de una katana se posiciona en el camino del mazo que estaba por golpear a Grettell, mientras Aiden veía que la carta que extrajo era el Fatuo 0, una carta cuyo significado representa las cuentas sin saldar.

Entre Grettell y Victoria se yergue una sombra de cabellos negros y largos en posesión de dos espadas, Daisuke Ishigami el apóstol traidor, había llegado a salvarle la vida a la mujer, más su mirada estaba centrada exclusivamente en los cazadores.

—Creí que tendría que ir a buscarlos, pero ahora veo que están frente a mí, sangre Van Helsing —exclama en un hostil tono de cólera.

—¿¡Qué Inmundano tan curioso!? —afirma Victoria con intriga.

—De verdad odio esa palabra —Reclama, haciendo que la mujer retroceda al nota, la sangre que manchaba toda su ropa y las cabezas de sus hermanos colgando de sus manos, dibujando un rostro hostil en los cazadores.

—¡Hermano Gunter, hermana Hidria! —grita uno de los cazadores tras victoria.

—Imposible, no había enemigos en...

—"La situación está controlada" —afirma Daisuke con una mano en su garganta imitando la voz de una mujer —"Todos los Inmundanos han sido capturados", "nadie puede hacerle frente al clan"

Exclama con múltiples voces de cazadores muertos...

—Veo que hemos sido burlados, debes ser muy fuerte o muy estúpido, personalmente espero lo primero —afirma Victoria relamiéndose los labios —Las presas así son más excitantes.

—De verdad ustedes no cambian, pensé que con la aparición de los usuarios la tolerancia hacia nosotros cambiaría, pero veo que ustedes siguen siendo la misma basura de siempre. —Daisuke inhala percibiendo un aroma conocido —¿De casualidad uno de ustedes, es pariente de John Van Helsing?

Con soberbia uno de los cazadores da un paso hacia adelante, era un hombre gigantesco y fornido, con una mirada de asesino fanático; era tal y como lo recordaba el espadachín, la viva imagen de ese maldito.

—John Van Helsing era mi bisabuelo —exclama el hombre con arrogancia, pero esto solo enfureció al ex apóstol.

—¿Alguna vez te contó sobre los gatos de Aokigahara? —pregunta apretando la empuñadura de su espada

—Por supuesto, esa historia es muy conocida y aclamada en nuestra familia, en el siglo 19 en Japón una aldea era aterrorizada por una raza de demonios Bakenekos, los habitantes estaban esclavizados bajo su control obligándolos a alimentarlos y atenderlos como si estos fueran sus sirvientes, John Van Helsing llegó al lugar en un pedido de auxilio, los demonios se defendieron y usaron sus poderes malditos, pero al final, en una noche el diezmo a los demonios de la aldea hasta no dejar ninguno de ellos con vida, una de las hazañas más grandes de la familia —relata el hombre.

—¿Hazañas? —Reclama Daisuke mordiendo los dientes —John Van Helsing terminó en esa aldea por pura casualidad, no por una llamada de auxilio, estaba herido y los aldeanos sanaron sus heridas, los aldeanos eran Nekomatas, eran pacíficos e inofensivos, pero el desgraciado solo los vio como una presa fácil, lo único verdadero en esa historia es que había un demonio en esa aldea, pero no eran Bakenekos...

El pelo de Daisuke empieza a teñirse de blanco, sus dientes se vuelven colmillos y sus uñas en garras, y posterior a él emergen dos colas y orejas felinas plateadas.

—El demonio era el Van Helsing, tuve la esperanza de que en estos 120 años su familia de porquería cambiase, pero solo veo a los mismos malditos demonios...

Al ver la forma de Daisuke, los cazadores empiezan a reírse de él, un superviviente de aquel fatídico encuentro, que ha vagado solo por la tierra por más de un siglo, sin lugar a donde ir, ni a donde regresar.

—Ustedes, me dan asco... —exclama el Nekomata.

—Tú eres el único adefesio en este lug...

De un único corte de su espada, Daisuke corta la cabeza del nieto de John Van Helsing, los cazadores se ponen en guardia mientras Victoria camina directamente hacia él, viéndolo detenidamente.

—De verdad eres adorable, está decidido, tú vendrás conmigo gatito —Espeta viéndolo con codicia.

En respuesta a esta acción, Ishigami arremete nuevamente con su espada, pero en esta ocasión el golpe es interceptado por el mazo de Victoria, quien en un parpadeo regresa el golpe, siendo Daisuke apenas capaz de esquivarlo, notando que ella era más fuerte que los demás cazadores.

—Vamos a jugar, gatito... —afirma la van Helsing activando su Ignite

—Hermana Victoria... —exclama uno de los cazadores tras ella —Por favor recuerde nuestra misión.

—¡Ustedes cierren la boca! —Reclama viéndolos con hostilidad —Nadie mueve un dedo hasta que tenga a estos dos con cadenas al cuello.

En su supuesto despiste Daisuke arremete nuevamente contra ella, pero su velocidad no le es en nada un desafío, siendo capaz de lanzarlo lejos de una patada.

Grettell se levanta rápidamente y confronta a su hermana, pero esta no la ve ni siquiera como un oponente decente, siendo capaz de atraparla con facilidad.

En un relámpago de luz, el espadachín arremete contra el brazo de Victoria que sujetaba a Grettell, provocando que esta lo retirase rápidamente.

Daisuke uso el estado Mugen, llamando la atención de victoria, quien ahora pelearía seriamente.

Paralelamente...

En el Océano, el combate entre Nora y Helgue estaba igualado, 6 de los 7 príncipes habían sido invocados y derrotados solo quedando el príncipe de la envidia, Nora ya estaba usando el 39% del poder de la primordial, y su cuerpo empezó a colapsar.

Cadenas rojas emergieron a pocos metros de su rostro a la velocidad de una bala, pero ella rápidamente las bloqueo con un constructo de piedra, mas no fue capaz de evitar todos los impactos.

En el horizonte, una docena de barcos se alejan peligrosamente hacia babel, en respuesta ella libera una ráfaga de energía en su dirección.

Al verla, Helgue bloquea su paso con sus cadenas, pero con un movimiento de manos de la mujer la ráfaga se divide en múltiples estelas que viajan entre la tormenta de cadenas, hundiendo los barcos enemigos con éxito, pero dejándolos a ambos muy agotados.

—Tu tenacidad es sorprendente, has soportado un combate contra mí y... además has sido capaz de mantener tu frontera —espeta agotado —Quizás seas el monstruo más poderoso que un Van Helsing ha enfrentado desde tiempos de la fundadora.

—Tú tampoco lo haces mal —responde —De haberme encontrado contigo tiempo atrás, no hubiese tenido oportunidad alguna.

—Tu nombre es Nora Waller ¿no?, —pregunta —Cuando esto termine me aseguraré de que tu nombre nunca sea olvidado para las futuras generaciones del clan.

Nora observa a su alrededor, el miedo y el caos cubren hasta donde alcanza la vista, era una pesadilla vuelta realidad.

Helgue claramente quería parar, el océano brillaba en rojo por la sangre de sus hijos atrapados en el fuego cruzado.

Esta batalla no era para nada justa, los constructos aparecerán infinitamente, mientras que los soldados eran aniquilados sin remedio.

—Señor Helgue creo que...

—No te atrevas a decirlo... —Reclama con un tono imponente —Los Van Helsing somos guerreros, todos tenemos pensamientos y motivaciones diferentes, pero a todos nos mueve el instinto de luchar, renunciar ahora sería deshonrar a mis hijos y antepasados, así que te pido, no me compadezcas, dame una muerte con Honor.

El príncipe de la envidia, empieza a aglomerarse alrededor del cuerpo de Helgue, quien preparaba su último ataque...

Mientras que Nora no podía evitar verlo con enojo y a la vez con admiración, el hombre frente a ella, era un verdadero guerrero en todo el sentido de la palabra, ella no podía rechazar su ataque, lo enfrentaría con todas sus fuerzas.

—Te veo en la otra vida, Nora Waller —exclama.

—Lo mismo digo, Helgue Van Helsing —responde.

Ambos usuarios arremeten uno contra el otro, el cuerpo del príncipe de la envidia se contrae hasta convertirse en una espada de brillo esmeralda que en su estela disolvía todo, incluso la luz.

Mientras que Nora, incluso con la presión sobre su cuerpo, uso el 49% del poder de la primordial en su último golpe.

La colisión de ambos agrieto el aire del lugar dando la impresión de que la misma fibra del tiempo y el espacio había sido rasgada.

El tiempo se detuvo totalmente, mientras la primordial hace acto de presencia en el lugar, viendo el poder demostrado por ambos y él como la espada de Helgue fue destruida por el golpe de Nora.

Pero la mirada de Nora se había apagado y su aura se había extinguido, poniendo una maliciosa sonrisa en su rostro.

—Nada mal..., pero no te dejaré ir así...

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