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La ceremonia de emparejamiento fue absolutamente preciosa.

En primera fila, los señores Jeon no podían dejar de llorar, especialmente cierto alfa rubio y apuesto que clamaba a los cuatro vientos que su cachorro ya era todo un hombre y que no podría estar más orgulloso de lo bien que había sido criado. La señora Jeon lo mimaba amorosamente mientras le pedía con gentileza que no avergonzara a su hijo. A un costado de ellos un alfa viejo e imponente rodaba los ojos, alegando que su nieto había sido criado por un llorón.

El alfa en el altar no prestaba atención a nada más que a la puerta del salón por donde segundos después de sonar la marcha nupcial, un hermoso omega rubio entró con una enorme sonrisa, del brazo del Presidente Kim. Quedaría para la posteridad en el recuerdo de todos y, en las fotografías, lo mucho que Min Jungkook lloró al ver a su omega caminar hacia el altar. ¡La buena crianza salía a flote!

¡Ah, y no podemos olvidar a los pequeños de la familia! ¡Definitivamente robaron suspiros de ternura! Especialmente a cierto alfa, el único guapo y soltero de la familia Min, que lloró al ver a sus queridos sobrinos tomando papeles tan importantes.

Min Jia fue la encargada de la cesta de flores, con su vestido rosa esponjado y brillante, esparció pétalos por el corredor hasta llegar al altar y se sentó junto a su padre, quien le dio pequeñas palmaditas en la cabeza por su arduo trabajo.

Y la otra estrella de la noche, el pequeñito Jungmin, entró portando las alianzas de matrimonio de sus ilustres padres. Con su cabello rubio y sus mejillas regordetas todos los que conocieron a su padre omega juraron que era una replica idéntica. El pequeño entró en los brazos de sus amorosos tíos, el matrimonio Jung.

La ceremonia transcurrió como todas las demás, el ministro leyó el acta requerida por ley y esperó pacientemente a que los novios dijeran sus votos.

-Si no fueras mi pareja destinada, creo que de igual forma la vida se hubiera encargado de juntarnos. Sin importar si tu nombre fuera otro, podrías ser un Kim o un Park...- esto último fue dicho tan natural que nadie más que ellos comprendieron lo que implicaba, toda la historia detrás.-Te habría encontrado para amarte, protegerte y atesorarte por el resto de mi vida. Es más, te he amado siempre. Desde la vez que robaste canapes en la cocina de este mismo hotel e incluso antes, cuando limpié tus pequeñas manos con el borde de mi camisa cuando éramos cachorros. Por toda nuestra historia y por lo que falta por escribir en el libro de nuestra vida, prometo que te amaré a ti y a nuestro precioso hijo, para toda la eternidad.

Jimin se derrumbó cuando el recuerdo de un pequeño cachorro con una camisita vieja y agujerada irrumpió en su mente. ¡La vida siempre pondría a las personas correctas en tu camino! ¿Cómo pudo olvidar a su primer amor?

-Antes de conocerte no sabía que existían cosas que no podía tener por mucho que me encaprichara. A tu lado he aprendido que lo más valioso, lo que realmente importa en la vida, no es quien eres o lo que tengas, es luchar por las personas a las que amas. Podríamos tener diferentes identidades, ser un camarero de hotel o un joven huérfano que trabajo de ayudante en la cocina, también creo que la Sagrada Luna nos juntará en cada vida y en cada universo. Pasemos esta vida y las siguientes, uno junto al otro, mi amado Jeon Jungkook...

Las caras de confusión en el rostro de los invitados eran un poema, nadie más que la familia y los novios entendieron los votos de Jimin.

La ceremonia termino con un apasionado beso de parte de los recién emparejados, una que otra lágrima rodó por las mejillas de los omegas de la familia, así como un gruñido inoportuno del Heredero de los Kim, que fue apaciguado por un codazo de parte de su omega.

Sin lugar a dudas este matrimonio acapararía las portadas de internet, los noticieros matutinos y las revistas de sociedades el día de mañana. Todo marchó como se planeó y nada podía perturbar dicha felicidad. O al menos, eso sería lo que Seokjin hubiera recordado de aquella noche si no fuera por el ataque de pánico que sufrió durante toda la ceremonia y la cena que siguió después.

Seokjin nunca había tenido un ataque de pánico.

Pero estaba seguro de que estaba experimentando uno en ese mismo instante.

"Mi precioso omega Kim..."

Las palabras susurradas con tanta devoción y cariño por parte de Namjoon seguían repitiéndose en su cabeza mientras la noche avanzaba. No recordaba nada de haber saludado a los invitados, sonrió a muchísimas personas mientras los flashes de las cámaras lo dejaban ciego y desorientado. Tampoco recordaba las pequeñas conversaciones que mantuvo con la familia antes de la ceremonia, las sonrisas alegres de todos al verlo usar el handbok tampoco formaban parte de su memoria. Seokjin estaba presente físicamente pero su conciencia estaba siendo atormentada.

"Omega Kim..."

La increíble habilidad verbal que poseía decidió abandonarlo mientras era empujado a la entrada del salón en donde el Presidente Kim estaba esperándolos. El alfa estaba vestido con un traje negro que le sentaba bien, en otra época seguramente robó muchos corazones. Como era de esperar conversaba con un grupo de invitados que lo rodeaban por completo, adulándolo y compartiendo una que otra broma. Al ver a su hijo mayor le hizo un gesto para que se acercaran.

-¿Que sucede?-Namjoon se detuvo al sentir un ligero apretón sobre su brazo. Bueno, el omega le estaba enterrando los dedos en la piel, a decir verdad.

-Yo... no...-No podía hilar palabras.-No...

-No tienes por qué estar nervioso, lo estás haciendo muy bien. Todos están encantados de conocerte.

Al ver al grupo elegante de alfas y omegas bien vestidos a los que tendría que presentarse, sintió nauseas.

-Namjoon... tenemos que hablar.-La declaración espontanea de Namjoon produjo en su ser un desequilibrio torrencial, no podía pensar, no podía hablar, todo giraba y le costaba respirar.

El mencionado sonrió y le dio un beso en el dorso de la mano.

-Vamos, el Presidente nos espera.

Seokjin fue arrastrado hacia el grupo de empresarios mayormente rubios y caucásicos que interrumpieron su conversación en cuanto les vieron llegar. De inmediato sintió la presión sobre su persona, las miradas curiosas de los omegas del grupo tenían malicia escondida, burla y desdén. Los alfas, por su parte, lo miraban con curiosidad y arrogancia. Todo el grupo tenía algo en común y era que estaban ansiosos por saber más acerca de él. El famoso omega que tenía cautivado al mayor de los Kim.

Un alfa entrado en años, con un marcado acento americano le dio la mano a Namjoon.

-Congratulations on your little brother's wedding.

-Mr. Miller, I'm so glad you could come today.

Después de intercambiar otro torrente de palabras que no entendía, la mirada del Estadounidense se concentró en Seokjin.

-Who is this beautiful omega? Aren't you going to introduce us?

-Mr. Miller, this is my handsome fiance, Kim Seokjin.-Namjoon tradujo para su omega.- Te presento al señor Miller, es un inversor estadounidense que se unió al Grupo Kim hace dos años.

Seokjin se sintió tan impotente al ver los rostros expectantes del Sr.Miller y de los demás, gracias a la traducción de Namjoon pudieron notar que él no hablaba ni entendía el idioma inglés. Había perdido la cuenta de a cuantas personas había saludado ya, muchas de ellas hablaban idiomas extranjeros que no podía entender y la falta de habilidad para comunicarse lo hizo sentir incómodo.

Pero, a pesar de su poco habilidad, se las arregló para sonreír y tomar la mano que le fue extendida esta vez. Recibió una educación decente en la escuela de su pueblito y conocía cosas básicas como saludos y presentaciones, le dio gracias a la Luna por recordar al menos algo que lo salvara en este momento.

-Hello, nice to meet you.

El alfa sonrió encantado de escuchar la dulce e insegura voz de Seokjin, le palmeó la espalda a Namjoon y soltó una carcajada.-Well done, he's lovely.

El resto del grupo compartió la risa del Estadounidense y Seokjin tuvo la inequívoca sensación de que había pasado alguna especie de prueba cuando el Presidente y Namjoon intercambiaron miradas. Lo sabía porque no era la primera vez que pasaba esa noche. Luego del incomodo momento Namjoon le presentó al resto del grupo. Y así siguieron, por horas.

Actrices, funcionarios, empresarios, todos los grupos que vinieron después fueron básicamente una combinación de lo mismo. En todo ese tiempo las miradas de desdeñosa curiosidad estuvieron sobre él. Se sintió tan juzgado e incómodo que la piel le empezó a picar y podría jurar que le apuntaban con laceres en la parte posterior del cuello. Y en todo momento sus manos no dejaban de temblar.

Taehyung se acercó alegremente hacia ellos. El omega estaba elegantemente vestido con un traje azul oscuro que resaltaba su cabello castaño pero, lo que robaba las miradas de todos era el precioso bebé que traía en brazos. Jungming estaba enfundado en un precioso trajecito de algodón y seda blancos, su cabello dorado y sus enormes ojos marrones eran la combinación perfecta de sus padres.

-¡Seokjinie!-Tae llegó a su lado con una incontenible felicidad.-Causaste una gran impresión, todo el mundo esta murmurando acerca de ti.

-Yo...-Seokjin sentía que iba a desmayarse ahí mismo.

-¿Te encuentras bien?-El tono de alarma en la voz de Tae era inconfundible. Por experiencia propia, el omega reconocía un ataque de pánico cuando lo veía.-Tranquilo, todo estará bien. Siéntate un momento, iré a buscar a Namjoon...

-¡No!-Lo último que necesitaba era preocuparlo.-Estoy bien, es solo que...

-Jinnie.-Tae negó con la cabeza y sujeto su mano.-Esta bien, comprendo.

¿Que era lo que comprendía exactamente?

¿Que era eso que Tae sabía que ni siquiera él mismo podía explicar?

-Iré a buscar a Namjoon, quédate aquí.

Observó al otro omega alejarse con el pequeño bebé en sus brazos, sus pisadas eran rápidas, como si tuviera una emergencia.

Seokjin se quedó sentado en la mesa observando todo a su alrededor. Los recién emparejados bailaban su primera pieza como matrimonio, los tíos Jeon pronto se unieron a la pista de baile, el abuelo Min también bailaba despacio con la pequeña Jia. Los invitados estaban esparcidos por todo el salón, comiendo, charlando, bailando. Y para su incomodidad un gran grupo le dirigía miradas y murmuraban en la distancia.

Quería vomitar.

-Amo Seokjin...-La voz del Chef Jonh lo sacó de su estupor. El alfa lucia preocupado.- Lamento mucho molestarlo pero tenemos un pequeño incidente.

-¿Que pasa?

-Uno de los meseros ha derramado vino tinto encima de uno de los invitados.

-¿Se han disculpado apropiadamente? Díganle que responderemos por los daños, si fuera necesario.

-Me temo que el omega no esta dispuesto a aceptar una disculpa, joven amo.

Seokjin se frotó el puente de la nariz. Justo lo que faltaba, tener que lidear con un omega mimado de mal genio y grosero.

-De acuerdo, yo me encargo.

Jin dirigió su mirada por ultima vez hacia los invitados en el salón. Su familia estaba disfrutando la noche y no podía permitir que un incidente menor como este se las arruinara.

Siguió al chef hasta el jardín en donde un omega estaba armando un escandalo luego de que su camisa de seda quedara empapada por el vino tinto que derramó uno de los camareros del hotel.

-¿Estás ciego o eres un imbécil?-El omega le dio golpes con su dedo índice al beta que ocasiono el accidente.-¿Sabes cuanto cuesta esta camisa? ¿Tienes idea de donde la compré? ¡Por supuesto que no!

Jin se detuvo cuando reconoció al omega. Era el mismo que habían escuchado hablando mal de los omegas Kim en el spa y que Luca había sacado arrastrado del pelo. El hijo de un embajador.

El omega con el que Namjoon había pasado su celo hace dos años.

-¿No has aprendido la lección?-Seokjin no estaba de humor esa noche para aguantar comportamientos irracionales.-¿Que haces aquí? ¿Como es que conseguiste una invitación después de que Luca te puso en tu lugar?

Al ver a Seokjin el otro omega se puso pálido, pero se repuso con altanería.

-¡Deberías estar agradecido de que mi padre no presentó cargos en contra de tu amigo y toda esta familia! ¿Ves como me quedó una cicatriz en donde me arrancó el cabello? ¡Debí denunciarlos por agresión física y lesiones!

Los invitados que estaban en el jardín pronto se empezarían a reunir alrededor de los gritos si no resolvía esta situación de inmediato.

-Oye, este no es momento para que hagas un escándalo.-Jin se dirigió al beta camarero.-Puedes irte, yo me encargo. No has hecho nada malo, no te preocupes.

-¡Muchas gracias, joven amo!-El beta salió corriendo, aliviado, entre reverencias y disculpas.

-¿Como piensas arreglar este desastre?-Chilló el omega cuando vio que el beta se fue.-¡Ustedes los Kim están decididos a ofenderme! ¿Sabes quien es mi padre?

-Lo sé y no me importa.-El tono de Jin era de desagrado.-Estas empeñado en armar un escandalo no aceptando las disculpas del personal. Se te pagarán los gastos de la tintorería, incluso se te repondrá la prenda si así lo deseas. Ahora, retírate y deja de hacer el ridículo. Y date por excluido de los futuros eventos del grupo Kim de ahora en adelante.

No sabía como es que otra vez ese omega logró ser invitado a otro evento los Kim pero si de él dependía no le volverían a ver ni un solo mechón de cabello nunca más. Como deseaba que Luca hubiera podido venir a la boda, ese omega estaba necesitando otro cambio radical de look.

-¿Ahora te crees la gran cosa?-El omega soltó una risita burlona a sus espaldas.- ¿Crees que por estar usando un hanbok y saludar a los invitados ya eres el nuevo omega Kim?

Seokjin permaneció de espaldas al omega.

-Esto se terminó. Vuelve a tu casa.

-Kim Namjoon es demasiado para ti.-Siguió burlándose el otro omega.-No te creas tan especial. Antes de ti hubo alguien más. ¿Pero adivina qué? Nadie es suficiente para el Heredero de los Kim, al final del día, siempre serás solo alguien reemplazable.

Era suficiente.

Seokjin se dio la vuelta dispuesto a encargarse del omega con sus propias manos pero, desafortunadamente, un par de camareros se le atravesó llevando una enorme torre de canapés. Chocó contra ellos y la comida voló por los aires para terminar aterrizando sobre Seokjin y algunos invitados.

Los invitados se reunieron al ver la colisión y empezaron a murmurar, la carcajada del otro omega fue la gota que derramó el vaso.

-¡Descuida, acepto tus disculpas!

Seokjin vio como la multitud se apartaba para dejar pasar a un par de zapatos italianos. Levantó la vista desde el suelo en el que había quedado y se encontró con el rostro serio de Namjoon.

Felicidades, lo has avergonzado.

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