Capitulo 1

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Torpemente abro la puerta de May 's, la cafetería en la cual trabajo desde hace un mes y a la cual estaba llegando escandalosamente tarde. El sonido de la familiar campanita suena tras cerrar la puerta y apuro mi paso en dirección al mostrador.

—Llegas tarde cariño— dice Sofi, la dulce señora dueña de la cafetería, ella y su esposa compraron este lugar hace diez años y lo han convertido en una de las cafeterías más hogareñas de Córdoba. Este lugar solía ser llamado La Estación dado a su ubicación cercana a las vías del tren pero hace un par de meses Sofi decidió cambiar el nombre a May 's en honor a su amada esposa quien falleció 8 meses atrás.

—Lo siento Sofi, tuve que arreglar unas cuentas con el arrendador del departamento antes de que me echara a la calle. ¿Puedes creer que quiere 5 meses por adelantado?— Tras colocar mis cosas en el cuartito donde se encuentra mi casillero vuelvo al mostrador planchando mi delantal con las manos en un vago intento de lucir más presentable, lo cual es obvio no iba a lograr a causa de las pocas horas de sueño que he tenido estos días.

—Querida te dije que deberías buscar otro lugar para vivir, ese hombre solo busca dinero y el estado en el que se encuentra el departamento no lo vale. ¿Necesitas el dinero? Puedo pagarte algo por adelantado.— Ofrece mientras me entrega la bandeja que tenía en la mano para que pueda atender las mesas.

—Gracias pero no te preocupes, puedo arreglarme con los ahorros que tenia, aun me sobra un poco como para vivir hasta el próximo pago— Grito mientras me alejo entre las mesas esquivando las sillas que algunos clientes dejan mal acomodadas, no veo el punto en levantarte de la silla y no volver a ponerla en su lugar, seguro que no debe de ser tan difícil.

En fin, me acerco a un cliente que movía frenéticamente su mano en busca de mi atención. Estaba tan cansada que haría cualquier cosa para poder dormir 15 minutos más, hace días que los nuevos inquilinos del departamento de arriba están acomodando sus muebles, el problema está en que lo hacen a altas horas de la noche, o eso me gusta pensar ya que he de admitir que alguien corriendo muebles a las 3 de la mañana cruza los límites de lo convencional.

Paso las horas de trabajo limpiando mesas y sacando conversaciones amigables con clientes frecuentes de la cafetería, cuando menos me doy cuenta ya es hora de cerrar y veo como Sofi trata de barrer el piso por lo que me apuro a tomar la escoba de sus manos.

—Yo me encargo, es mejor que descanse, ha sido un día bastante ajetreado.

Busco las llaves para cerrar la puerta detrás de Sofi quien sube al primer taxi que pasaba por la calle. A decir verdad estaba demasiado solitario para ser las diez de la noche de un sábado, incluso para esta parte del barrio. Tras cerrar la puerta y colocar el cartel de "cerrado" me dirijo hacia la parte trasera del local y conecto mi teléfono a la vieja radio de la cafetería. Cuando la suave melodía de Dancing on my own comienza a sonar tomó la escoba para concentrarme en mi tarea de limpiar el lugar mientras tarareo la letra de la canción. Ocasionalmente cierro los ojos disfrutando de la música que entra por mis oídos, estoy tan enfrascada en la canción y en limpiar cada pedacito de la cafetería que no noto el ruido de la lluvia que caía frenéticamente ni las gotas que mojan los vidrios del ventanal.

La canción termina e instantáneamente la melodía de "You and Me" de Lifehouse comienza a sonar y justo en el momento en que termina el estribillo y está por comenzar mi parte favorita de la canción alguien golpea fuertemente la puerta. Estaba tan perdida en la letra que grite del susto al escuchar la puerta siendo golpeada de esa manera, mi corazón latía irregularmente por la desagradable sorpresa que me había dado el sujeto que se encontraba parado en la entrada.

Había alguien en la puerta, mierda, corrí a parar la música y me acerqué al vidrio tanto como pude. Al analizar a la persona culpable de mi mini infarto note que llevaba un muy formal traje negro que se ajustaba perfectamente a su figura, bueno ahora no tanto ya que estaba completamente empapado por la lluvia. Su cabello rubio caía sobre su frente de forma que logro subir un par de grados la temperatura de la tienda y su mirada oscura parecía penetrar el vidrio y observar cada centímetro de mi alma, quizás estaba siendo un poco exagerada, pero de verdad tenia una mirada pesada. Levantó sus cejas en un intento de hacerme entender que quería que le abriera la puerta de la cafetería.

—¿Vas a dejarme entrar o debo enfermarme de neumonía primero?— Pregunta con voz grave y segura, se notaban los dejes de arrogancia y cuan acostumbrado estaba a que todo el mundo hiciera justo lo que él quería. Honestamente me molestó su actitud, como si de repente él fuera mi jefe y me ordenara a abrir su puerta, como si yo no fuera nadie.

—Lo siento pero no, como ves está cerrado— Conteste airosamente señalando el cartel que colgaba desde el vidrio. Un poco crispada por el reciente suceso y pensando que aquel hombre se iba a largar de ahí tras recibir mi negativa me di vuelta y recorrí el espacio que había entre el equipo de música y yo, determinada a poner la canción que sonaba antes de la inesperada interrupción desde el principio ya que no había podido disfrutarla como se merece.

La canción comenzó nuevamente y me giré para retomar mi tarea y terminar de limpiar. Por segunda vez en la noche suelto un agudo grito mientras llevo una mano a mi pecho por sorpresa. Retrocedo un par de pasos al notar que el sujeto ya no estaba en la calle sino que había entrado y había ocupado una de las mesas cercanas a la ventana. Parecía tan perturbado como yo mientras observaba la calle, como si buscara a alguien.

—Oye ¿Qué haces?. Voy a llamar a la policía si no te vas en este instante— Trate de amenazarlo mientras tomaba mi teléfono, a pesar de mi intento por atemorizarlo aunque sea un poco el parecía totalmente seguro de que no iba a llamar a nadie.

—Lo digo en serio —Reafirme con la voz más dura que pude poner en ese momento, no muy buena si debo calificarla pero no me culpen, era el miedo hablando, no yo.

—No June, no lo harás —Dijo visiblemente más tranquilo y tan seguro como si me conociera de toda la vida. Alto

—¿Cómo sabes mi nombre? —Pregunté mientras buscaba disimuladamente el arma que llevaba conmigo a todos lados. Tengo un leve presentimiento de que se a que ha venido, aunque no deberían de haberme encontrado.

—Tranquila, no tengo intenciones de hacerte daño, no es necesario que saques el arma aunque eres libre de hacerlo, pero en ese caso dudo que las cosas terminen bien para ti.

Notas de autora:
Estoy bastante indecisa sobre continuar o no esta historia y espero que publicando este primer capitulo ustedes me ayuden a decidir si deberia seguir escribiendola o no.
Espero que les guste y dejenme en los comentarios si les atrapo y si seguirian leyendola.
Pd: Perdon por los errores de ortografía prometo corregirlos si subo mas capitulos

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