Capítulo 32

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— ¿Qué quieres ordenar? — Le pregunto cuando ya estamos en nuestra mesa.

— No lo sé, no entiendo todos estos nombres exóticos. Creo que voy a confiar en ti y en dejar que pidas la cena.

— Lo más sensato.

Señalo los platillos en el menú y el vino para la chica que toma nuestra orden, y desaparezca lo más pronto posible de nuestra vista.

— ¿Te divertiste en Neiman Marcus?

— Si — Sonríe — Tienen muchísima ropa y zapatos, ¡y bolsos! No entiendo cómo puede una chica necesitar todos esos bolsos costosos para cargar un montón de cosas sin importancia.

Su tono de voz revela la emoción que le causó la experiencia. Entiendo que la mayoría en ese lugar sean ridículamente caros, pero ¿Por qué ella se emociona tanto? Solo son bolsos.

— Haz lo que te pido y tendrás todo lo que desees, incluso dinero para gastar en cientos de bolsos que solo usarás una vez.

— Oh, no. No gastaría mi dinero en eso, prefiero invertirlo.

— Ya que lo mencionas, ¿Qué hiciste con el dinero que te dí?

— Liberarme de algunas deudas — Mira nerviosa hacia los lados — Le debía dinero a personas buenas que me prestaron cuando me quedé en la calle.

— ¿En la calle? — Eso despierta mi curiosidad, Welch no mencionó nada de vivir en la calle — ¿Cuándo fue eso?

— Después que Henry se fue — Esboza una sonrisa triste — No pude pagar la renta del piso que tenia en Picket Market y me desalojaron. Mi mejor amiga era su hermana, así que me dió la espalda cuando él le dijo que yo lo engañé.

— ¿Lo engañaste?

— No. No lo hice y tú deberías saberlo — Arquea una ceja — Fue su excusa para dejarme y llevarse el dinero.

— Qué hijo de puta — Gruño — ¿Lo demandaste?

— No. ¿Con qué objetivo? El abogado me pedía dinero que yo no tenía, así que lo dejé pasar porque mi prioridad era tener un techo sobre mi cabeza.

— ¿Así acabaste en el bar de José?

— Si. Él necesitaba alguien que entretuviera a la clientela y yo necesitaba el trabajo.

— Ese edificio en el que vives es un jodido nido de ratas, no deberías estar ahí.

— Es lo que puedo pagar, señor Grey. Cuando vuelva a la universidad, podría vivir en el campus y hasta conseguir un trabajo de medio tiempo.

— Lista y ambiciosa... Creo que eso le gusta.

— ¿Es un cumplido? — Eleva una comisura de sus labios rojos — Creo que alguien se está tomando en serio lo de la cita.

Presiono mis labios con fuerza porque quiero gritarle que odio las jodidas citas y todo lo que tenga que ver con parlotear sobre sentimientos. ¡Me importa una mierda si se enamora de mi! Lo que quiero es sexo hasta saciarme.

Nuestros platillos y copas son colocados sobre la mesa, así que disfrutamos de la comida en silencio. Intento mantener mi mente en el objetivo, no puedo dejarme llevar por sus palabras porque todas las mujeres mienten.

Y manipulan.

Ana no es la excepción.

— ¡Grey! ¡Qué sorpresa!

Alguien palmea mi hombro, así que me obligo a levantar la vista hacia él. Mierda. El jodido Brian Jules, banquero que conocí en el club de Bondage que frecuentaba.

— Jules.

— ¿Pero qué tenemos aquí? — El imbécil mira descaradamente el pecho de Ana — ¿Nueva chica?

Me levanto de un salto para enfrentarlo, sus ojos aún puestos en ella, que cubre su pecho con sus manos.

— ¿Eso quiere decir que Camille está libre?

Suficiente.

Lo tomo por el cuello de la camisa y lo arrastro hasta la entrada del restaurante ante la mirada atónita del resto de los comensales. Prescott, de pie en el vestíbulo, se aleja de mi para acercarse a Ana.

— ¡Jodido imbécil! — Lo tomo con ambas manos para levantarlo un poco — ¡Regla número uno! No hablas de la comunidad en lugares públicos.

Lo sacudo hasta que el terror se refleja en su rostro. Es casi tan alto como yo, pero no es más que un flacucho de mierda.

— Número dos — Digo bajando la voz — Métete en tus putos asuntos.

— S... Si, si....

— Y número tres — Lo estampo contra el muro detrás de él — Quita los jodidos ojos de mi chica, ¿Entendido?

— ¡Si! ¡Si! ¡Christian! ¡Grey! ¡Si!

Chilla tratando de apartar mis manos de su cuello, así que lo libero cuando Taylor aparece junto a mí. Tomo el brazo de Brian y lo lanzo hacia Jason.

— Sácalo de mi jodido edificio y no lo quiero volver a ver por aquí.

— Camine — Taylor lo empuja sin darle tiempo a protestar.

Apenas soy consciente de la mujer bajita y morena en la puerta que me mira antes de correr detrás del imbécil Jules. Maldita sea, ahora la pequeña estafadora comenzará a hacer preguntas.

Me paso las manos por el cabello con frustración mientras trato de calmarme y pensar en una respuesta para la actitud de este imbécil. Y de sus comentarios fuera de lugar.

Regreso a la mesa y le hago una seña a Prescott para que se aparte, después de actuar correctamente asegurando que Ana no se moviera de su lugar. Ella tiene los brazos cruzados sobre su pecho y un gesto marcado de molestia.

— ¿Quién rayos es Camille? ¿Tu novia?

— Te dije que yo no tengo novias, ni esposa.

— ¿Entonces quién es ella?

Mierda.

¿Por qué tengo que explicarle? ¿Y por qué mierdas todos en el restaurante me miran como si fuera un maldito loco?

— Es la mujer con la que cogía antes de ti — Digo lo más bajo y tranquilo que puedo.

— ¿Y por qué la dejaste?

— Porque ya no me atrae, creí haber dicho que solo me gustas tú por el momento.

— ¿Y luego vas a botarme igual que a ella?

Agita sus manos en el aire, elevando el tono de su voz para que todos puedan escucharla. ¿Qué hace? ¿dejarme en ridículo?

— Eso no... — Presiono mis labios con fuerza — ¿Qué intentas hacer?

— ¿Yo? Nada.

Sonríe como si todo fuera una maldita broma, terminando así con la poca paciencia que me quedaba después de patear el culo de Jules. Me levanto de mi silla y tiro de su brazo para que se ponga de pie.

— ¡Christian! ¿Que haces? — Chilla cuando la llevo hacia el vestíbulo.

— Entra en el jodido baño, voy a cogerte ahora.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro