Capítulo 18

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¿En qué jodido momento creí que esto sería buena idea?

Mierda.

Prescott abre la puerta de la suv para que Ana baje justo en la entrada de los Grey en Bellevue. Exhalo con frustración de nuevo mientras tiro de la manilla de la puerta.

— ¿Listo? — Me sonríe.

— No.

Y lo digo en serio, quiero volver a subir al puto auto antes de que alguien se percate de nosotros y tengamos qué pasar las siguientes dos horas siendo interrogados.

Ni siquiera tocamos el timbre cuando la puerta se abre dejándonos ver a un muy sonriente Carrick Grey.

— ¡Christian! — Me sonríe. — Ana.

Estira el brazo hacia ella para que entre, pero Ana duda porque obviamente no lo conoce como yo, que tampoco quiero entrar.

— Él es Carrick Grey, mi padre. — Lo señalo. — Ella es Ana Steele.

— La novia. — Le sonríe. — Mía nos habló de ti.

— Por supuesto que lo hizo. — Gruño. — Pequeña puta entrometida.

— ¡Christian! — La voz de Grace chilla desde el comedor.

Ana se acerca, seguida de Carrick quien hace las presentaciones con una gran sonrisa. Luego la vista de ambos recorre el ajustado vestido rosa de Ana hasta su pequeño vientre redondo.

— ¿Christian? — Balbucea mi madre.

— ¿Estás...? — Carrick la sigue en la confusión.

La chiquilla sonríe con incomodidad y creo que es el momento adecuado para mencionar, que además, es 10 años menor que yo. Mierda.

— Te lo dije. — Susurra Mía detrás de mí. — ¿Qué prefieres? ¿Tijeras o cuchillo?

— Largo de aquí, idiota. — Empujo su hombro. — Mamá no va a...

— ¡Ay! ¡Qué emoción! — Chilla Grace. — ¡Nuestro primer nieto!

Agh, mierda. Lo sabía. Ellos jamás me dejarán dar en adopción al saco de mierda. Será mejor que aliste un fondo de ahorro para la universidad.

Mi madre abraza a Ana con fuerza, Carrick se une ella en un puto abrazo de felicidad grupal. ¿Qué más podría ir peor?

— ¿Qué celebramos?

— Mierda.

Jodido Elliot y su sonrisa malévola aparecen por la puerta de la cocina, sus ojos verdes fijos en Ana todo el tiempo.

— Hola. — Le sonríe. — Tú eres más bella que la otra chica.

Jodido Elliot.

— ¿Otra chica? — Ana me mira con una ceja arqueada.

— Elliot. — Le gruño en advertencia, pero el maldito rubio sigue hablando.

— ¿Quién es ella, Chris? ¿La de la mamada o la que esperaba en tu casa?

Dice con una gran sonrisa de burla, que apenas puedo ver porque mi atención está en Ana y en descifrar si escuchó algo de lo que dice mi estúpido hermano.

— Cierra la puta boca, Elliot.

Le advierto pero me ignora para mirar a Ana de arriba a abajo, deteniéndose unos segundos extras en el vientre que es como si llevara colgado un letrero.

— ¡Santa mierda! ¡La jodiste en grande! — Palmea mi hombro con golpes bruscos. — Serás el puto papi de alguien, pequeño idiota.

Afortunadamente, Grace y Carrick se encuentran lo suficientemente lejos para no escuchar la mierda que sale de la boca de Elliot.

— Métete en tus jodidos asuntos, Lelliot. Ven, nena.

Intento tomar la mano de Ana, pero ella se aparta de mi con un manotazo que hace reír a Elliot. El pedazo de mierda se aleja dejándome con el lío.

— Supongo que ese era tu hermano.

— Te advertí que era un imbécil.

— No estoy segura de que él lo sea. — Cruza los brazos bajo su pecho. — ¿De qué otra chica habla?

¿Qué se supone que diga? ¿Que traje a Camille mientras ella estaba encerrada en la casona? En mi defensa, ella no quiso venir conmigo.

— Elliot está molestándote. — Intento desviar el tema.

— ¿Estás seguro?

Jodido Flynn.

— Escucha, tú y yo no tenemos ningún acuerdo de exclusividad así que yo puedo salir con quién quiera.

— ¿Qué? ¿Entonces si trajiste a una chica a conocer a tus padres?

— Eso fue hace un tiempo.

— ¿Cuándo? — Pregunta, pero permanezco callado. — ¡¿Cuándo, Christian?!

— En mi cumpleaños. Mi madre organizó una cena para mí y yo te invité.

— ¡Oh, vaya! — Se ríe, pero no es una risa auténtica. — ¿Estabas en una cita mientras me tenías encerrada?

— No era una cita... Y no me acosté con ella. — Aclaro.

— ¡Qué alivio! — Agita sus manos en el aire antes de empujarme por el pecho. — ¡Eres un idiota, Christian!

¿Por qué mierdas está molesta?

Sus gritos llaman la atención de mis padres, quienes no tardan en asomar sus cabezas por el pasillo del comedor. Cuando Ana lo nota, cubre su rostro con sus manos y comienza a sollozar.

— ¡Christian! — Me grita mi madre. — ¿Qué le hiciste a ésta pobre chica?

Grace la abraza, recargando la cabeza de la chiquilla en su hombro. Carrick se coloca junto a ella, mirándome con reprobación.

— ¡Nada! ¡Ella ni siquiera tendría por qué estar molesta! — Niego con la cabeza. — No estábamos juntos.

— Qué imbécil. — Ahora Mía me ataca. — ¿Cómo le haces eso a mi querida Ana?

Ahora mi estúpida hermana tira de Ana a sus brazos y en el movimiento veo el rostro de la chiquilla, se ríe antes de volver a sollozar.

— No se preocupen por mi. — Sorbe por la nariz. — Yo sabía cómo era él cuando me enamoré, así lo acepté y es mi culpa. Solo necesito un minuto para calmarme.

Sus hombros se mueven arriba y abajo con cada sollozo, aún en los brazos de Mía que la lleva de vuelta a la sala.

— Mía, trae un té para Ana. — Ordena Grace.

— Estoy bien, señora Grey. Por favor no se molesten con él. — Juro que puedo escuchar la burla en su voz. — Estoy dispuesta a perdonarlo por el bien de mi bebé.

Acaricia la pequeña redondez de su vientre y de nuevo todas las miradas están sobre mi, apuñalándome en silencio.

— Lo discutiremos en casa.

— Como digas, Christian. — Y con eso, ella deja de sollozar y temblar.

¿Es todo? ¿Lo logré? ¿Gané el juego de poder?

Carrick sale de la sala siguiendo a Mía y Grace toma la mano de Ana para llevarla al comedor para la incómoda cena. Doy un paso detrás de la chiquilla pero ella gira enseñándome su lengua con un gesto de diversión y mostrando su dedo medio.

Mierda.

Jodido Flynn y su estúpido juego...

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