Capítulo 37: Terapia de Pareja

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Mantengo mi sonrisa profesional mientras los Grey caminan dentro de la oficina y se sientan en el sillón. He sido testigo en las últimas semanas de cómo sus posturas han cambiado a algo más cómodo y relajado.

La rigidez de las primeras sesiones quedó atrás y ahora mi pareja favorita son todo sonrisas. Me pregunto si hoy podría presionar algunos botones para hacerlos perder la compostura un poquito.

Con finalidades terapéuticas, por supuesto.

— Christian, Ana. Buenas tardes.

El señor Grey inclina la cabeza a forma de saludo y la señorita Steele agita su mano levemente. No me pasa desapercibido que la tensión sexual casi ha desaparecido.

— Me alegra verlos, cuéntenme, ¿Cómo va el feliz embarazo?

La sonrisa de Ana se congela en su rostro mientras la expresión de Christian decae. Casi puedo escuchar las palabras antes de que abandonen sus labios.

— Bien, todo bien. Perfecto.

— Me alegro. — Su falso entusiasmo me resulta casi adorable. — ¿Ansiosa por la maternidad?

— Si. — De nuevo la sonrisa tensa — Hemos visto algunos documentales sobre bebés.

— ¿En serio? — Inevitablemente mi mirada viaja al hombre de los ojos grises y pensamientos oscuros. — ¿Algo que quieran compartir?

— Nada agradable.

— Bueno, te entiendo. Recuerdo cuando mi esposa tuvo a nuestros hijos, estaba asombrado de la cantidad de líquidos que pueden salir de esos pequeños cuerpos.

Ambos ponen geniunas caras de asco y sé que ahora están listos para el siguiente tema.

— ¿Cuáles son los planes para el futuro?

Ana encoge los hombros antes de hablar.

— Me gustaría trabajar por mi cuenta — Dice y las cejas de Christian se arrugan.

— ¿Por tu cuenta? Creí que eras mi secretaria particular.

Ana pone los ojos en blanco y yo sonrío feliz de haber encontrado el botón correcto para presionar.

— Soy tu secretaria por el momento pero no es el sueño de mi vida, me gustaría tener mi propio negocio después de que nazca el bebé.

— ¿Y tendrás tiempo para eso? Con un bebé recién nacido necesitándote, creí que serías madre a tiempo completo.

— Bueno si, por supuesto que atenderé las necesidades del bebé, pero cuando sea algunos meses más grande podría llevarlo a la guardería un par de horas.

— No estoy seguro de eso, Ana. Él te necesitará todo el jodido tiempo.

Disfruto los momentos como éste, cuando soy dejado de lado porque se enfrascan en su propia discusión ignorando mi presencia y dándome más material para trabajar.

— ¿Perdón? — Se gira para mirarlo con las cejas fruncidas — ¿Y qué hay de ti?

— Pagaré la puta guardería.

— ¡¿Y eso es todo?! ¿No te involucras porque crees que el bebé no te necesita?

— No dije eso.

— ¿Entonces qué? Porque seguro que sonó a que quieres desentenderte de tus responsabilidades.

— Dije que voy a hacerme cargo de él y de ti, y eso incluye cubrir los gastos para que no trabajes y puedas dedicarte al bebé por completo.

— ¡Qué idiota, Christian! — Ana casi salta de su asiento.

— Creo que eso no es lo que Ana quiere — Agrego. No creo que hayan tenido ésta discusión antes.

— ¡Por supuesto que no! — Ella chilla — Que quiera estar contigo no significa que quiera vivir de tu dinero. No lo necesité antes y no lo necesito ahora.

— ¿No lo necesitabas? — Christian usa un tono arrogante que le conozco — Te recuerdo que estabas ahogada en deudas cuando te conocí.

— Me las estaba arreglando bien sin tu ayuda.

— ¡Jamás habrías pagado todo con tu salario de mierda!

— ¡Eso no te importa! Yo sabría cómo hacerlo funcionar.

— ¿Cómo? ¿Mostrando las tetas por propinas?

Antes de que pueda detenerla, la mano de Ana golpea la mejilla del señor Grey con fuerza. Christian gira furioso en dirección a ella y resopla como un animal a punto de atacar.

— Okey, vamos a retomar el conflicto central, ¿Está bien? Me parece que Ana quiere que el nivel de compromiso en la crianza sea equitativo, ¿Cierto?

— Si — Dice, pero mira en la dirección contraria.

— ¿Christian? — Insisto.

— No sé una mierda sobre bebés, ¿En qué espera que la ayude?

— Entiendo que en este momento tu participación es limitada, pero creo que una vez que el bebé esté aquí, ambos podrán trabajar en sus roles de padres.

— Quiero que él se interese, no porque deba sino porque de verdad quiere a su hijo.

Ana baja la mirada a su regazo, sus dedos entrelazados en un gesto nervioso mientras espera la respuesta de Christian.

— Esto es nuevo para mí, honestamente no puedo comprometerme a nada porque estaría mintiendo.

— ¿No crees que también es nuevo para mí? — Ella gruñe con molestia.

— Creo que debemos partir del hecho de que la paternidad se vive de forma diferente para ambos. Ana, tú puedes relacionarte con el bebé porque lo sientes dentro de ti, pero para Christian será tangible hasta el nacimiento.

— ¿Y eso es todo? ¿Solo espero?

— Me temo que si, pero voy a recomendarles algunos libros sobre el apego. ¿Ya tienen nombre para el bebé?

— No.

Ana responde y Christian niega con la cabeza. Este parece un tema más amistoso para cerrar la sesión.

— ¿Algo en mente?

— Raymond, como mi papá.

— Bonito nombre. ¿Tienes alguna propuesta? — Me dirijo ahora al señor Grey.

— No.

— ¿Qué tal Christian? — Sugiere ella.

— No. Estoy en contra de que los hijos lleven el nombre de sus padres, demasiada carga.

— ¿Raymond te parece bien? — Pregunta con voz suave, la tensión de hace un momento evaporada.

— Me gusta.

Ambos giran ligeramente para mirarse y sonríen complacidos, aunque dudo mucho que lo noten. Empiezo a creer que es una de esas parejas destinadas a pelear por todo.

— Lo más importante para mí es que ambos expresen sus expectativas y puedan llegar a un punto de común acuerdo. Podría ser difícil, pero es cuestión de práctica.

— ¿Hacerlo nosotros mismos? ¿Entonces por qué mierdas te pago?

El viejo Christian Grey arrogante acaba de hacer una aparición y Ana golpea suavemente su brazo.

— Me pagas por decir en voz alta lo que no te atreves a decir tú mismo — Le sonrío de vuelta — Y no te preocupes, estoy guardando lo mejor para el final.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro