Capítulo 59

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— No hay cámaras dentro, señor, pero definitivamente es ella. El chico detrás del mostrador no reconoce el nombre pero si la foto.

— Entonces estuvo aquí, con él. ¿Qué más dijo?

Miro a ambos lados de la carretera en medio de la nada, con las únicas pistas de Ana tan escasas que cualquier cosa ayuda.

— Estaba con un hombre que lucía incómodo, ansioso por alejarse. Ella se tomó su tiempo con el almuerzo y seleccionando golosinas hasta que él la urgió a salir.

Mi ceño se frunce.

— ¿Intenta retrasarlo?

Eso solo tendría sentido si ella quisiera alejarse de él, o tal vez estoy leyendo más allá de las jodidas palabras.

— Vamos, sigamos adelante.

Camino de regreso a la suv, pero no escucho los pasos de Taylor detrás de mí y me detengo. Su expresión fría dirigida a mi.

— Creo que debería volver a Seattle, señor. Quedarse con su hijo es lo mejor en este caso.

— No me iré. Necesito respuestas y no volveré hasta que ella aclare esta puta situación y la razón por la cual abandonó a su hijo.

No estoy preocupado por Ted sabiendo que Gail, la niñera y Prescott están con él, además de 4 hombres más de una compañía de seguridad externa porque mi jodida confianza en Welch se acabó.

Como si lo hubiera invocado, el nombre del hombre que envió Welch a San Diego ilumina la pantalla de mi móvil, así que lo tomo de la base del tablero para llevarlo a mi oreja.

— Reynolds. — Gruño un saludo.

— Señor Grey, tengo información importante sobre Sawyer. El jefe había rastreado su ubicación hasta un hotel en la playa por medio de su automóvil, pero ningún registro coincidía con su nombre así que estuve revisando las cámaras. — Permanezco en silencio porque no entiendo cual es el jodido punto de su historia. — Sawyer estuvo aquí dos semanas antes de trasladarse a Savannah Georgia.

— ¿Tiene familia ahí?

— No. Eso es lo extraño. Intenté rastrearlo en los alrededores de la playa tratando de ubicar la razón de su actuar hasta que encontré un restaurant a una cuadra. Los empleados lo reconocieron por las marcas de su cara.

— ¿Por qué me estás diciendo esto? Dame el puto resumen y espero que sea algo útil porque no tengo tiempo para esta mierda.

— Se encontró con ella, señor. Una mujer joven castaña de ojos azules, los empleados dicen que iba ahí todos los días. Creo que es la señorita Steele.

Mierda.

¿Ana?

¿Ana y Luke?

¿Este era su jodido plan?

Mi mente vuela a mi pequeño hijo en Seattle y mi pecho se contrae. ¿Es mío? ¿Ella sería capaz de mentirme? ¿O es hijo de Luke?

Cada vez estoy más confundido.

— Envía todo lo que encuentres por escrito y averigua más sobre Ana.

Termino la llamada sin esperar su respuesta, con la sangre hirviendo y los dientes apretando mi mandíbula del puto coraje. Tomo de nuevo el móvil y selecciono el nombre de Prescott.

— Señor Grey.

— Contacta con un laboratorio, haz que mi secretaria Andrea te ayude. Necesito una prueba de paternidad para Theodore.

Puedo sentir la tensión en el aire antes de que ella responda.

— Como diga, señor.

Otra llamada que termina con mi mente dando vueltas a toda prisa. Ella no sería capaz de engañarme con algo así, dijo que no le interesaba mi dinero. Pero... ¿Si eso era parte del plan?

Dejé mucho dinero en manos de Ted y Ana, asegurándolos de por vida. Una extraña risa se escapa de mi garganta. Si Luke me matará justo ahora, ambos se quedarían con mucho dinero.

— Todo esto es una mierda. —Río más, provocando que Jason me mire mientras conduce. — Reynolds descubrió que Ana y Sawyer estaban juntos en San Diego.

— Preferiría encontrarla primero y preguntar después. — Me dice sin ocultar su molestia.

— De cualquier forma es una jodida mierda y no entiendo nada de lo que está pasando. Para mí ella es culpable hasta que demuestre lo contrario.

— Ana tendrá que aclararlo, señor. Estoy considerando que Sawyer pudo obsesionarse con ella desde que estuvo en Broadview cuidándola.

Le recuerdo me hace fruncir el ceño.

— Ella le dió motivos para creer que estaba interesada. — Gruño.

— Solo porque quería escapar, creo que lo habría intentado conmigo de haber sido necesario.

— ¿Entonces crees que esto es de Luke? — Taylor encoge los hombros antes de contestar.

— La única forma de saberlo es encontrarlos a ambos e interrogarlos.

— De cualquier forma haré la prueba de paternidad. — Niego con la cabeza. — No podría seguir mirando a Ted sin preguntarme si realmente es mi hijo.

Jason asiente y vuelve su atención a la carretera acelerando el auto. No sabemos dónde están, ni a dónde se dirigen pero trataremos de alcanzarlos.

— ¿Crees que vayan a Georgia? ¿Hay algo ahí para Luke? — Tomo el mapa de carreteras de la guantera.

— No lo sé, señor. Desearía saber más de Luke además de lo poco que encontró Welch cuando lo contrató.

— Ese bastardo. — Gruño mirando los caminos y el montón de ciudades cercanas. — Su culo viejo e inútil debería retirarse ahora.

— Ésta podría ser su última misión. — Taylor hace una mueca disgustada.

Mi móvil timbra de nuevo y lo levanto esperando ver el nombre de Reynolds o el de Prescott, pero es mi estúpido hermano quien me llama. Ni siquiera recuerdo la última vez que lo hizo.

— Elliot.

— ¡Bastardo! — Se ríe.

— ¿Qué mierdas quieres?

— Hey, tranquilo. Solo quiero contarte algo que pasó hace un momento.

— Te escucho. — Gruño volviendo el móvil a la base para activar el altavoz.

— Un hombre me llamó desde Salt Lake City. Dice que mi esposa le pidió contactar conmigo para avisarme que está bien pero perdió el móvil... — Taylor y yo compartimos una mirada confusa. — Es extraño, ¿No? No tengo ninguna maldita esposa, pero luego se me ocurrió que serías tú. ¿El señor Grey en Seattle? Eso suena más como tú, idiota.

— ¿Dejó su número?

— ¿A mí qué mierdas me importa? — Grita. — Pero el número se registró en la máquina de mi oficina.

— Dímelo, voy a llamarlo.

— ¿Christian? ¿Dónde mierdas estás?

— Muy cerca de Salt Lake City.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro