Colin la observó y le habló para que supiera que no estaba molesto.

—No estoy enojado si eso crees, pero Autumn, quiero saberlo, no se lo voy a preguntar a ella.

—¿Por qué quisieras saberlo? No es un tema tuyo en todo caso.

—Pero tú lo sabes —le clavó la vista.

—No me mires así, me pones nerviosa —salió del sanitario—, si pidió una habitación para cada pareja —se lo recalcó—, es porque se cae de maduro que ya se acostó con él, ¿no te parece?

—¿Cuándo?

—Y yo qué sé cuándo —le chistó.

—A mí no me engañas, belleza.

—No me digas belleza cuando quieres obtener algo a cambio, embustero —alzó una ceja desafiándolo.

—No me salgas con eso ahora, Autumn. Me gustaría saberlo.

—Son cosas de chicas, el hermano no tiene porqué saberlo.

—¿Se acostó en noviembre? —Quedó petrificado del asombro.

—Que no sé cuándo se acostó con él. Te dije eso porque es eso, son cosas de chicas que los chicos no tienen por qué saberlo, ¿o acaso Oliver te dijo algo?

—No.

—¿Entonces?

—Entonces yo soy el hermano de April y quiero saberlo.

—¿Para qué? ¿Para romperle la cara o para saber que el chico está muy enamorado de ella y tu hermana de él?

—¿En serio?

—Sí, en serio, se gustan desde hace tiempo, se quieren, se aman, ya lo hicieron, punto —le zanjó el tema allí.

—¿Después de la salida que tuvimos? —formuló y su esposa se quedó callada—. Sí, efectivamente, luego de esa salida —afirmó sin que ella le dijera algo más.

—A mí también me sorprendió, pero no soy quién para regañarla porque yo fui igual que ella, me entregué a ti porque quise.

Colin la besó despacio mientras la abrazaba por los hombros, el beso se intensificó más, pero alguien golpeó a la puerta.

—Será mejor que vayamos a cenar —le dijo con una sonrisa y acariciándole toda la espalda a su marido.

—Sería mejor quedarse en la cama.

—Después.

Se separaron y él abrió la puerta encontrándose con ambos, pronto salieron para caminar hacia el restaurante del hotel.

Las charlas iban y venían desde tonterías para reírse hasta temas más serios como por ejemplo el cierre que le habían dado ella y su padre con respecto a Heather y Summer.

—Nosotros igual el lunes tenemos que volver a trabajar —comentó Autumn.

—Yo me quedaré a hacerle compañía —dijo April.

—¿Hasta cuándo se quedarían? —preguntó Colin.

—Hasta el 24 de diciembre a la tarde.

—Casi sobre las festividades —acotó el hombre.

—Sí, la revista quiere fotografías de la costa en fiestas.

—Quedarán preciosas —dijo Autumn con una sonrisa.

—Gracias.

—Espero que lo que ambos tienen sea de verdad y no algo que tomen a la ligera y te lo digo como cuñado —miró a Oliver—, si sé que la lastimas, siendo su hermano mayor, te arrancaré las pelotas —se lo respondió entre risitas.

Su esposa se quedó perpleja.

—Colin, conozco a Marcus y a ustedes desde hace diez años, me extraña que digas eso, no soy un tipo que busque cosas a la ligera.

La mujer del empresario susurró algo por entre la conversación.

—Flash se quedó en pañales con ustedes —lo escuchó April y se carcajeó.

—¿Tú crees? —cuestionó la cuñada.

—Yo creo que sí —rio mientras bebía un poco de la gaseosa.

—Espero que no lo seas, pareces un tipo muy bueno y te conocemos bastante bien como para considerarte un sinvergüenza.

—Te aseguro que no lo soy, April me gustó desde hace unos años, y nunca tuve la oportunidad de acercarme más a ella porque creí que no estaba interesada en mí.

—Pero te equivocaste —le dijo enredando su brazo y recargando la cabeza en el hombro masculino.

Oliver le dio un beso en la frente y otro en los labios.

Entre conversaciones y risas terminaron de cenar y cada pareja se fue a su cuarto.