Capitulo 19

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Después de cortar la llamada por teléfono con su hermana, Lincoln se dejo sobre su silla, suspirando cansado por los acontecimientos que ese día habían ocurrido, sobre todo considerando como aquella visita le había alterado tan gravemente, como aquello le había significado un problema que podría escalar considerablemente en su trabajo si no lograba darle alguna solución y todo causado por una sola persona la cual ya había desechado de su vida y no tenía ningún motivo para volver a encontrarse.

Sentía que le dolía la cabeza, sujetándola con su mano mientras apoyaba este brazo en el respaldo del asiento, cerrando sus ojos en un intento de relajarse lo suficiente para pensar en algo.

No seguía mucho las tendencias o la farándula, apenas si veía algunas series cuando se unía a sus hijos en el sofá de su hogar, mucho menos escuchar música popular, todo lo que sabía hasta esa mañana era que el miembro de un grupo musical reconocido quería pedir un crédito considerable para comenzar una línea de tiendas, todo lo demás eran tecnicismos y montos, jamás pensó en la posibilidad de que Luna pudiese acercársele o ser su cliente, ni que hubiese alcanzado el renombre que tanto soñó cuando era joven, sueño por el que lo abandono todo, a ellos cuando era adolescente al darles apoyo cuando les costaba llegar a fin de mes por todos los gastos o cuando se atrevió a dejar a ese muchacho completamente solo como si no importara.

Eso era algo que jamás podría perdonárselo, atreverse a hacerle eso a su muchacho.

El regaño que le dieron por dejar de esa forma a un cliente valioso no le importaba tanto como aquella bilis que sentía le corroía su interior en el momento en que la noto, ni siquiera había cambiado mucho su apariencia, apenas si se veía algo más vieja, lo que no le dificulto reconocerla, enterrando sus uñas en su mano para evitar soltarle un golpe y arruinar toda su carrera, pues tenía dos muchachos en casa por los que no podía darse el lujo de perder su empleo.

- Sigh, maldición.

Entre más pensaba en ese desagradable momento, mayor era la furia que sentía en su interior, pero sobre todo pensó en su hijo mayor, Lemuel.

Prendió nuevamente su teléfono y busco en su galería, observando la última imagen que este le había enviado la noche anterior, una donde se encontraban los tres juntos.

Logan tenia una risa radiante, observando el pastel con ojos de depredado mientras se aferraba a su brazo izquierdo, como si quisiera llevarle hasta el pastel lo más rápido posible.

Lemy estaba a su lado derecho, mirando con una expresión divertida mientras parecía animar a su hermanito.

Estaba enfocado en este, viendo su risa ante la explosiva energía que su hermanito poseía, pensando como el había sido quien termino organizando todo, como fue incluso al cementerio solo para obligarle a cumplir su rol de padre o los sentimientos que este tenía embotellados en su interior siendo cubiertos por esa personalidad burlesca suya. Si Luna esta en la ciudad podía volverse un enorme problema, considerando lo que hizo en el pasado no esperaba nada bueno de ella, por eso al menos tenía que advertírselo a Luan.

Con ayudarle a mantener a Luna lejos bastaba, no había nada más que contarle, no importaba nada más de hecho.

Ya se arreglaría con sus jefes, había pasado por problemas mayores antes, un contrato fallido no tendría que escalar más.

Sus hijos eran la prioridad.

Sus ojos se desviaron nuevamente a la pantalla de su móvil, observando fijamente la sonrisa de ambos chicos fijamente, acariciando con su dedo por un segundo el rostro de ambos antes de bloquear la pantalla y guardar el aparato en su bolsillo, esperando que las pocas horas que quedaban para la su salida pasasen rápidamente.


Unas horas después, departamento de Lynn

Lisa se encontraba en la cocina observando como el agua lentamente se calentaba, esperando con calma a que esta llegase a su punto de ebullición con el objetivo de prepararse un café, algo que esperaba le ayudase a concentrarse un poco más después, pues solo con observar su rosto se notaba el deplorable estado en el que la castaña se encontraba, sobre todo por el cabello despeinado y las enormes bolsas plomas que poseía bajo sus ojos, algo que la bata de laboratorio manchada solo ayudaba a darle un aspecto más deplorable a la mujer.

Era consciente de la fecha, una que no había dejado de atormentarle por los últimos 10 años.

La última semana no había podido dormir bien, más bien, casi no había podido dormir, pues cada vez que cerraba sus ojos podía sentir como el rostro de sus padres, de su hermano, de sus hermanas, de todos aquellos a los que alguna vez había dañado le recordaban todo el mal que causo durante toda su vida, pensar en las muchas veces que se excuso de los principios básicos de empatía con la frase: "es por la ciencia" solo le repugnaba todavía más y el aniversario de la muerte de sus padres era la fecha donde más resentía esto.

La otrora reconocida científica Lisa Isabela Loud, ganadora de múltiples galardones y pionera en los campos de la bioquímica y la robótica, ahora no era más que una simple profesora de química de secundaria, lejos de todo ojo de la comunidad científica, de los mayores laboratorios y congresos tecnológicos, viviendo sus días lentamente, asistiendo a su hermana mayor en todo lo que podía en una forma de intentar expiar algo de sus pecados.

El sonido del agua recién hervida le asusto ligeramente, espabilándola luego de su dubitativo y cansado estado antes de tomar el hervidor y verter el agua en su taza, dirigiéndose con su bebida caliente hasta la sala de la amplia suite donde se hospedaba su deportista hermana.

Una vez sentada en la mesa se quedo contemplando su humeante bebida, cuestionándose como lo hacía cada año por todo lo que había hecho, preguntándose que tan diferente hubiesen sido las cosas si esa fatídica cena ella hubiese mantenido su boca cerrada.

Posiblemente sus padres no se habrían enterado donde vivía Lincoln, por lo que ni hubieran tomado casi desesperadamente a vancilla y dirigido hasta su hogar, muriendo en el proceso, Lincoln no hubiera perdido a su novia, quizás esposa para el presente, Lily no la odiaría a muerte por haber destruido todo lazo con el peliblanco al punto que ni siquiera reconocía la existencia de ambas, ignorando deliberadamente cualquier intento de conversación o interacción, Lana no hubiese terminado vendiendo la casa donde se criaron después de que el tiempo la hubiese malogrado al punto de hacerla inhabitable al nadie vivir en ella, eran tantas situaciones bonitas donde tal vez hubiesen podido volver a ser una familia unida si solo no hubiese hablado... pero si no lo hubiese hecho...

El cuerpo de Lynn no estaba soportando bien la droga, ha tenido que regular demasiado aquel compuesto desde entonces para evitar que destruya su cuerpo y lo peor, ni siquiera se había dado cuenta en ese tiempo que aquella sustancia era sumamente adictiva.

Había comenzado a disminuir tan minuciosamente como podía la dosis en el cuerpo de Lynn pese a que esta pedía cada vez más seguido el compuesto, sus músculos ya habrían fallado irremediablemente si no los monitoreara a diario y compensase todas las falencias que se desarrollaban con cada nuevo compuesto, no sería mentira decir que Lynn en esos momentos era más con coctel de químicos que una persona en sí, pero químicos tan adheridos a su sistema que no eran reconocidos en los estudios de drogas que le realizaban antes de cada competencia, algo que no solo había arruinado su estado anímico volviéndola más propensa a cambios bruscos de humor, sino que habían deteriorado su sistema reproductivo inclusive.

Día a día, solo trabajaba para compensar el mal que le hizo tantos años atrás a su hermana, buscando limpiar su cuerpo de aquella droga, lo suficientemente gradual para que esta no lo notase e hiciese un desastre que, estaba segura, podría llegar a ser mortal en alguien tan debilitada como ella.

Su vida se había convertido en salvar a su hermana y beber café.

- Ach, está muy caliente.

Retirando su boca de la taza y poniéndola sobre una pequeña mesa de cristal frente al sofá se recostó allí por uno segundos, sintiendo como sus parpados se volvían cada vez más pesados, deslizándose lentamente hacía el costado.

- Supongo... que podría dormir un poco.

Pero antes de poder cerrar la puerta fue abierta con fuerza, entrando una muy molesta Lynn mientras seguía dando insultos por lo bajo, encaminándose sin siquiera molestarse en cerrar la puerta detrás de ella o saludar siquiera a Lisa, quien del impacto había logrado espabilar. La deportista por su parte simplemente camino hasta su cuarto y se encerró en este.

- Debieron darle otro aviso.

Con calma la mujer se dirigió hasta la entrada y cerró la puerta, encaminándose hasta el cuarto de su hermana y tocando ligeramente la puerta.

- ¿Puedo pasar?

- ¡Piérdete!

- Vamos Lynn, sabes que necesito hacer seguimiento de tus niveles...

- ¡No hoy Lisa, así que piérdete en tu ciencia ficción y déjame sola!

Lisa solo miro fijamente la puerta, tenia intenciones de volver a tocar, pero termino deteniéndose, dando media vuelta para dirigirse hacia su habitación mientras suspiraba.

El lugar se encontraba repleto de maquinaria e instrumentos, estando más cerca de parecer un laboratorio casero que una habitación si se obviaba la cama escondida en una de las esquinas del cuarto, un cuarto que tenía probetas, matraces y papeles esparcidos por todas partes, un lugar cuya ventana estaba tapada por una máquina que rozaba la altura del piso, obstruyendo todo paso de luz natural hacia el cuarto, observando fijamente el oscuro lugar por unos segundos antes de sentarse en un banquillo frente a uno de los mesones donde se encontraba una computadora.

- Tiene razón, lo mejor es que me enfoque en lo mío.

En ese momento se puso a teclear a gran velocidad en el gastado teclado, centrando su visión en la pantalla mientras bebía a lapsos su café.

Si no se involucraba, no podía arruinar nada más.

Lynn por su parte miraba con furia por la ventana, golpeando cada pocos instantes la pared cercana sin importarle como sus nudillos comenzaban a inflamarse debido a los impactos, murmurando entre golpes.

- Como si me importará ir donde ese debilucho.

Había recibido una llamada no hace mucho, de por si estaba molesta por haber sido interrumpida en su sesión de ese día y que el tema principal fuese el recuerdo de su hermano menor solo le molestaba más, más en esa fecha.

- Él no me necesita ni yo a él, yo no necesito a nadie, estoy bien mientras me tenga a mí misma.

Detuvo sus golpes a la pared debido a que comenzó a sentir acalambradas sus manos, notando como sus puños ahora se notaban ligeramente lacerados, era una sensación extraña pues no sentía el dolor tanto como sus dedos parecían no hacerle caso a sus instrucciones.

- Cuanta basura de hermandad y eso.

Ignorando el estado de sus manos se dirigió hasta su cama, intentando torpemente abrir el cajón de su mueble de noche hasta que pudo abrir la puerta, observando como se encontraban dentro varias jeringas en el cajón adaptado para ser un recinto frio, jeringas que tenían un liquido plateado más cercano al blanco, uno que miro fijamente por unos instantes antes de forzar a su mano derecha a sostener el objeto.

- Yo estoy bien, solo necesito, necesito mi dosis y, y, estaré bien.

Quería inyectarse la sustancia, sentía como cada célula de su cuerpo le gritaba que volviese a aplicarla, pero el color de esta le hacía detenerse, observar aquella tonalidad que tantos recuerdos activaba en su mente.

- Lynn.

- ¿Qué? ¿Quién dijo eso?

Su visión abandono la jeringa, mirando para todas partes, centrándose en cada esquina del cuarto mientras su respiración se aceleraba.

- No, no, no, no, estoy bien, estoy bien.

Volvió en ese momento a observar la jeringa, notando esa tonalidad, pero esta vez no le había causado nada, por lo que sin pensarlo mucho enterró el objeto en su brazo, presionándolo mientras se recostaba en la cama, tiritando ligeramente antes de sacar el objeto punzante de su brazo y tirarlo al suelo, sintiendo como su respiración se calmaba y podía centrarse en el techo con su vista.

- Sigh, estoy bien, estoy bien, estoy bien, mañana jugare, mañana ganare, me tengo a mi y solo necesito eso para ganar, sí, claro que sí.

Mientras se decía eso, comenzó a acurrucarse en su cama, abrazando la almohada con fuerza, o toda la que podía sentir en ese momento.

- Estoy bien, voy a ganar, soy Lynn Loud Jr y juego a ganar.

Aunque susurraba, seguía diciendo aquella frase, como si fuese un mantra, una vez tras otra.

- Estoy bien, voy a ganar, soy Lynn Loud Jr y juego a ganar.

Su agarre se incrementó, sintiendo como los tendones de su mano se estiraba y le ardía, como si se pudiesen desgarrar en cualquier momento.

- Estoy bien, voy a ganar, soy Lynn Loud Jr y juego a ganar.

En ese momento recordó las palabras de Lori esa misma tarde, hace menos de una hora.

- Sería lindo volver a juntarnos y apoyarnos como siempre lo fuimos de niños, como la familia que somos.

- Estoy bien, voy a ganar, soy Lynn Loud Jr y juego a ganar.

- Nos apoyábamos cuando estábamos mal, ¿No podemos volver a hacerlo ahora?

- Estoy bien, voy a ganar, soy Lynn Loud Jr.

- Yo las extraño a todas, lo extraño a él.

- Estoy bien, voy a ganar.

- Luan nos contó, tú le diste más apoyo que nadie cuando era joven.

- Estoy bien.

- Estoy segura de que te ama Lynn.

- Estoy bien.

- Solo necesitaría que le hablaras.

- Estoy bien.

- Y todo mejoraría, estaríamos bien.

- Estoy bien.

- ¿Nos ayudas con nuestro querido hermanito?

- No estoy bien.

Lisa solo pudo escuchar en ese momento el sonido de un cristal rompiéndose en la habitación de Lynn.


Unas horas después, trabajo de Lincoln

La jornada finalmente había terminado, se sentía anormalmente cansado e incluso pensaba en cancelar todo e irse a su hogar, hacer la cena y tirarse a la cama, pero no solo había sentido que Luan estaba emocionada cuando le había llamado hace pocos minutos para confirmar, sino que pudo sentir mucha felicidad de Lemy cuando le dijo que saldría.

Era extraño, de lo poco que recordaba de su infancia cada que sus padres le mencionaban que saldría el sentía terror o cansancio, no recordaba haberse sentido tan feliz como su hijo cuando se lo comento y lo dejo a cargo.

Un pequeño pensamiento llego a su cabeza e imagino a Lemy tirado en el sofá, rodeado de cervezas mientras fumaba, con el pelo suelto y alborotado, lleno de tatuajes y ropa rota, pareciendo verdaderamente un vagabundo aprovechando que llegaría tarde, algo que le hizo reír entre dientes sabiendo que su hijo no haría eso.

Aun así, ese pensamiento no duro mucho antes de volver a centrarse en el último pendiente que tenía para ese día, hablar con Luan sobre aquella molesta situación, algo que tenía tan presente que ni siquiera noto como un automóvil cercano encendió sus luces en el momento que arranco su vehículo.

Durante el viaje su mente divago en múltiples escenarios, desde reacciones a la sola mención de la castaña hasta excusas para explicar su preocupación, todo era útil en ese momento, pero no lograba encontrar la mejor forma de decirlo todo, ni siquiera notando en el momento en que ya había llegado al lugar donde habían prometido juntarse.

No tuvo problemas para entrar, una de las pocas virtudes que tenía, pues desde hacía años que ningún guardia se atrevía a ponerle problemas para el acceso a los lugares o inclusive le abrían cortésmente la puerta, no entendía bien, pero bastaba con una mirada para tener acceso a donde quisiese, encaminándose rápidamente por el lugar hasta que finalmente encontró a su hermana, quien yacía sentada en una mesa con visión hacía el exterior, perdida en la vista del elegante jardín del lugar.

- Gracias por venir Luan.

- (Sorprendida) ¡Ah! Gracias por invitarme Linc, no suelo venir a lugares tan exclusivos.

- He venido un par de veces por negocios, se que es un buen lugar por si algún día quieren tu y Benjamín tener una salida.

- Vamos, como si pudiéramos costear un lugar así, no todos ganamos tanto dinero.

- Solo daba mi opinión.

- Lo sé, lo sé, no te pongas así.

Lincoln solo la miraba fijamente, si bien al principio Luan se sentía asustada por la mirada de su hermano ya estaba lo suficientemente acostumbrada para poder estar calmada frente a esta, aunque en lo profundo de su corazón desease encontrar la forma de poner una sonrisa en ese rostro.

- Entiendo, ¿Y qué tal Liby?

- Je, sabía que preguntarías por ella.

- Solo le tengo mucho cariño.

- Bueno, hace poco dijo que quería participar en una obra escolar, hubieras visto como se puso Benny cuando lo oyó jajaja.

- Eso es bueno, puede llegar a ser una gran artista.

- Si... espero que lo sea, no como su madre... (Susurrando) Una simple ama de casa.

El peliblanco miro fijamente a su hermana, viendo como su expresión lucía incomoda mientras jugaba con su cabello, claramente incomoda por el comentario.

- En fin, hoy yo...

En ese momento ambos pudieron escuchar como el bullicio del lugar comenzaba a incrementarse rápidamente al punto de llamar su atención, pues incluso algunas personas de las mesas cercanas comenzaron a levantarse y caminar hasta acumularse en un punto cercano, Lincoln noto como Luan parecía más enfocada ahora en la razón del pequeño tumulto que comenzaba a crecer y que, estaba seguro, impediría que se acercaran a tomarles la orden, por lo que algo molesto simplemente se cruzo de brazos, cosa que Luan ni siquiera noto.

- ¿Qué crees que esté ocurriendo?

- No tengo idea.

- Vamos Linc, tú dijiste que ya habías venido antes, ¿Seguro que no tienes idea? ¿No es una sorpresa para mí no? (Fingiendo vergüenza) Recuerda que soy mujer casada.

- Eso no...

En ese momento, del tumulto, un hombre musculoso de traje negro finalmente logro apartar a la gente cuyo bullicio se hacía cada vez más alto, permitiéndole el paso a la persona que tenía detrás hacia esa zona del establecimiento, algo que por momentos ambos ignoraron casi completamente, pero que Luan termino fijándose mejor, clavando su vista en ese momento en la persona que allí se encontraba.

Esta se acerco tranquilamente a su mesa, mirando con una sonrisa divertida al peliblanco.

- Finalmente Lincoln, ¿Ahora que no estás en el trabajo podemos hablar? (Fijándose en Luan) Oh, espera, ¿Estabas en una cita? ¿Y que paso con Po... Pu... Pay...? ¿Cómo se llamaba?

Lincoln solo pudo suspirar molesto, sintiendo como le daba un punzante dolor de cabeza sin voltear su rostro.

Luan... por otro lado.

- Lu... na.

- ¿Me conoces? Jejeje, ¿Y con quien tengo el gusto de...

- (Furiosa) ¡¡¡Te voy a matar!!!

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