🍍4 - Alcohol, dulce alcohol.

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Hay un motivo real de por qué algunas personas van dejando la bebida y las fiestas conforme crecen. Es que, cuando tienes veinte, tu metabolismo es rápido y eficaz. En la mañana, tu cuerpo a penas y se entera que bebiste.

Cuando tienes treinta y cuatro..., la historia es diferente.

Jimin siente su cabeza retumbar y girar y girar sin descanso. Hay estrellas y explosiones tras sus párpados y, cuando abre los ojos, la mas horrible e hiriente claridad lo golpea.

Su garganta parece papel de lija y su lengua está seca y rasposa. Su cuerpo entero parece que pasó por una maquina de hacer picadillo, doliendo hasta el ultimo músculo. Y Jimin es bailarín profesional, no cualquier cosa hace que le duelan los músculos, por lo que asume que la borrachera fue grande.

Tan grande que, ahora que lo piensa, no recuerda como llegó a su casa. ¿Y no se supone que las ventanas de su casa estaban cerradas? Espera..., ¿las ventanas de su cuarto no quedaban a la derecha?

Oh. Hay una mano en su cintura. Jimin detiene el grito que sube a su garganta porque está jodidamente seguro de que la mano en su cintura no es suya. ¡Hay alguien mas con él! Oh, dios mio. ¡Un acosador! ¡Un sasaeng!

Huele a alfa. Definitivamente es un alfa.

Jimin está dándole la espalda al criminal que, por lo suave de su respiración, parece estar dormido aún. Sus manos están afianzadas en la cintura del bailarín y, justo por eso, Jimin se percata de otro detalle.

¡Está desnudo! Él y el acosador también lo está. De hecho, algo duro parece estar presionándose contra su espalda baja y ...hell no.

De un brinco, Jimin está casi llegando al otro extremo del cuarto y su escándalo despierta al inconsciente alfa que resulta ser...

—¡Tu! —grita el omega cuando reconoce las facciones del alfa que lo invitó a beber en la fiesta. —¡Me drogaste!

—¡¿Qué?!—exclama el chico desviando su mirada por el cuerpo del bailarín y ups, Jimin olvidó que está desnudo. El alfa, con una sonrisa poco disimulada, le lanza una sábana y Jimin se apresura a vestirla. —Disculpa, no acostumbro a recibir acusaciones tan serias tan temprano. Pero te aseguro que yo andaban tan o más borracho que tu.

—No mientas, alfa. Conozco a los de tu tipo y sé...

—Waa, te ves aun mejor con esta luz. —interrumpe el alfa desde la cama. —Lo siento, es que soy fan de la belleza de los omega y usted es precioso. Digo, en esta luz, pareces casi un angel.

Jimin abrió la boca pero no pudo decir nada. O sea, ¿de qué habla este tipo? ¿Belleza de los omegas?

Negando con la cabeza, Jimin retomó su protesta. —Lo que decía es que..., bueno, yo no bebo. No bebo. Soy un hombre sano, sin vicios. Es imposible que... —se detiene. —Espera, ¿qué hago dándote explicaciones a ti? Eres un violador de mierda. Voy a demandart-...

—Wou, espera. —se burló el alfa de cabello negro, levantándose completamente desnudo de la cama. —Esas son fuertes acusaciones. ¿Ves estos? —señaló hacia pequeñas marcas rosadas y violáceas que se dibujaban claras en su pecho. —No estaban aquí ayer. No me enoja ni nada, pero no se hicieron solas. Estoy bastante seguro de que ambos nos estábamos divirtiendo. Es una lástima que solo tengo un recuerdo borroso de ello pero..., si tu quieres...

—¡Y una mierda! —chilló Jimin. —Yo no hago eso. Yo no..., no paso la noche con cualquiera. No muerdo a nadie, no me emborracho si no estoy en casa. Yo no...

—Escucha, bonito. Obviamente estábamos muy ebrios como para hablar de tus valores morales y toda tu seguridad al beber anoche. Graciosamente, y aunque te parezca imposible de creer, no es la primera vez que me pasa esto. No tolero grandes cantidades de alcohol y he hecho cosas de las que me arrepiento mucho por la mañana. —dando una rápida mirada a todo su cuerpo, continuó. —Pero definitivamente no me arrepiento de esto. Eres muy guapo y, si te parece bien, podemos tener una ronda que recordemos.

La expresión en la cara del alfa era totalmente seria. Estaba siendo sincero.

Jimin explotó.

—¡Y una mierda! Eres un..., un alfa de cuarta, un..., un imbécil alcohólico. Yo no salgo con alfas así. Yo no salgo con alfas en primer lugar. Te aprovechaste de mi y de mi estado. Esto no se quedará así, maldita sea. —amenazó.

—Yoongi. —murmuró el trigueño.

—No me llamo Yoongi, me llamo Jimin. —gritó el bailarín, peinando su cabello fuera de su rostro mientras buscaba su ropa esparcida por la habitación. —Mi dios, me acosté con alguien que no sabe ni mi nombre. ¿Qué dirá mi madre?

Su estúpida camisa no aparecía por ningún lado y el cuarto apestaba demasiado a feromonas. A Jimin no le gustaba. Para nada. 

—No, tonto. Yo me llamo Yoongi. —sonrió el alfa, levantando una almohada de la cama para tomar la camisa que buscaba. —Seguramente me llamaste alfa toda la noche. Ya sabes que gritar la próxima vez.

—No habrá próxima vez. —aseguró él, tomando su prenda y, ¿acaso el alfa no estaba avergonzado de pasearse con su atributo erguido y feliz delante de él? —Vístete, mierda. Ten decencia.

—Pero si ya lo viste todo anoche. —razonó. —De hecho, debes haber hecho más que ver si me duele tanto la cadera. —se justifica el trigueño.

Jimin sin dudas no se ruborizó por el tono sugerente. El tiene treinta y cuatro y no es virgen, no se ruboriza por insinuaciones.

—Jimin, Jimin. —llamó.

—¿Qué quieres?

—Me gusta tu nombre. —ronroneó el hombre. —No creo conocer otros Jimin.

—Por lo que a mi respecta, tampoco me conoces. —gruñó él, abotonado su camisa y caminando fuera de la habitación.

Era un bonito y espacioso departamento, pero había cajas y bultos donde quiera. ¿Se mudaba el muy imbécil? Acaso..., ¿había alcoholizado a más omegas y trataba de huir del país? ¿Jimin fue su ultima víctima?

—Escucha, Jimin. —llamó el alfa, saliendo tras él. Finalmente vestido con un piyama. Gracias a todos los dioses. —De verdad que lo siento, pero no veo porqué tanto escándalo. No somos los primeros borrachos que tienen una aventura de una noche, ni seremos los últimos. Tu eres un omega, yo soy un alfa, es natural que nos sintamos atraídos por el otro.

—Yo no me siento atraído por ti. —aseguró él, buscando sus zapatos. —Me forzaste. Me trajiste hasta tu guarida y tomaste lo que quisiste.

—Yo no te forcé. —repitió Yoongi, suavemente. —De hecho, creo que recuerdo menos de la noche que tu. Y esto no es mi "guarida". Es mi nueva casa, me estoy mudando oficialmente hoy para acá.

—Pues, felicidades. —dijo Jimin sarcástico. —Ya sé donde enviarte la citación cuando te demande, maldito idiota.

Y con un giro, cerró la puerta del alfa y salió al pasillo con rumbo al ascensor.

<<Bonito edificio.>> admitió en sus pensamientos. Todo estaba muy limpio y cuidado. Se veía realmente caro, quizás tanto como su propio edificio. Puede que incluso estuviera en Gangnam, como el suyo. <<Las rentas aquí no son una broma. El imbécil tiene dinero>>

El particular sonido de las puertas del ascensor abriéndose sonó, y Jimin no esperó un segundo mas para salir del edifico del criminal que abusó de su ebriedad. Tomaría hasta la dirección del bastardo y le pondría una demanda millonaria o cadena perpetua.

Claro que, encontrar al anciano Román en el recibidor del edificio fue muy impactante.

—Señorito Park, ¡qué bueno que sale! —chilló el viejo portero, corriendo hacia él. —Estaba tan preocupado por usted, señorito

Esperen..., ¿qué hace Román aquí?

—¿R-Romy?

—Omo, nunca lo vi tan ebrio en mi vida. —contó el anciano. —Nunca lo vi ebrio antes. Y ese alfa delgado..., estaba casi vomitando cuando usted lo trajo a rastros. —<<¿Yo?>> —La verdad no me gustó la primera vez que lo vi, pero no sabía que era su amigo. Los amigos del señorito Park son solo gente seria, claro está. Y como usted lo trajo diciendo que era su "vecino favorito" y que "cuidaría de él toda la noche", pues, yo los dejé pasar.

Jimin se dejó caer en el sofá del recibidor del edificio del alfa-..., de su edificio, de hecho. Vivían en el mismo edificio, al parecer.
¿Esto era una cámara oculta? ¿Una de esas bromas de programas de variedades? Bueno, hubo sexo. No sería posible que en un programa de ninguna cadena televisiva se hablara de sexo real. ¿Y si era para un webshow?

—Mi amigo. —murmuró Jimin. —A-amigo alfa. Claro.

El viejo alfa no entendía que pasaba con el bailarín, pero se reservó el echo de que había notado que traía la misma ropa de ayer.

[[🍍]]

Jimin llegó tarde al trabajo. Él, quien ha despedido bailarines por eso. Era impensable, incluso si estaba mirando el reloj de su teléfono que le aseguraba que llegaba con media jora de retraso.

Lo peor, no había justificaciones. ¿Le diría a sus compañeros y alumnos que se embriagó y follo con un alfa desconocido que, aparentemente, era su nuevo vecino? ¿Qué despertó dos pisos por debajo de lo habitual y que prefirió tomar las escaleras con tal de no tropezar con el alfa?

¿Así sería su vida ahora? Escondido como un ladrón para no soportar la vergüenza de admitirse que, de hecho, él había sido quien llevó al alfa hasta la cama. Oh, mi dios. Él iba a volverse loco si tenía que volver a ver a ese hombre.

—Jimin, joder, ¿donde te metiste anoche?

<<En los pantalones de un alfa, al parecer.>>

TaeHyung tenía el cabello hecho un desastre, ojeras y un bolígrafo tras la oreja. Su ropa estaba desarreglada, como casi siempre, y traía una tasa con café en cada mano. —Compré café para ti y terminé bebiéndolo. Casi siento mi cerebro moverse, Park.

—Tranquilo, ya estoy aquí. —susurró, emprendiendo la marcha junto al alfa trigueño.

—¿Por qué llegaste tan tarde? No, espera. ¿Dónde te metiste anoche? JungKook y yo nos cansamos de buscarte.

—Me fui a casa temprano. —<<pero no solo>>

—Y si te fuiste temprano, ¿por qué llegas tan tarde? —reclama el moreno, abriendo una puerta para que ambos pasaran. —Sabes que hoy es la reunión con el compositor nuevo y hay mucho que aclarar. Por suerte también llegó tarde.

Jimin suspiró. No conocía al tipo y ya lo estaba odiando.

—Debe de ser un cretino egocéntrico con ideas de que es un genio. —escupió el omega peligris.

—¿No lo viste anoche?

—¿Estaba en la fiesta?

—Sí, pero se fue temprano. —se burló TaeHyung. —Seguro ligó.

—Seguro. —bufó. —¿Como dijiste que se llamaba?

El alfa señaló la sala de reuniones y ambos caminaron hacia ella.

—No lo dije. —aclaró. —Tiene un apellido poco común. Min, creo. Su nombre completo es Min Yoongi.

<<¿Yoongi? En serio, karma? ¿No me permitirá olvidar el nombre del maldito?>>

En ese momento, TaeHyung abrió la puerta del salón de reuniones. Y Jimin se dio cuenta que el karma era aún más perra de lo que decía la canción.

—Buenos días, Jimin-ssi. —saludó el maldito alfa que despertó a su lado esa mañana. —Llegas tarde.

Yoongi se veía completamente elegante con su traje formal y corbata a juego. Y era una mierda que el omega de Jimin decidiera que era buen momento para recordar el delicioso cuerpo que se escondía ahí debajo. Aun más mierda que, por algún motivo, recordara perfectamente como montó a ese alfa por horas y como permitió que le anudara cuantas veces quiso.

—Jimin, estás rojo. —afirmó TaeHyung. Él por su parte, no apartaba aun sus ojos de la mirada obsidiana del otro. —¿De donde se conocen ustedes dos?

Jimin quería morirse cuando vio la sonrisa sexy e irónica que se formó en los labios del alfa frente a él.

—Soy su vecino favorito. —alardeó. —Y su nuevo compañero de trabajo. Espero que nos llevemos bien, aunque algo me dice que seremos un excelente equipo. ¿No crees, Park?

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