☁️ ᴄ ᴜ ᴀ ʀ ᴇ ɴ ᴛ ᴀ ʏ ɴ ᴜ ᴇ ᴠ ᴇ ☁️

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Se vistió con una camisa de seda blanca, un pantalón beige y sus mocacines negros. No usó ningún perfume ya que no quería disfrazar su aroma natural con otro que no le pertenecía.

Espero con paciencia a que su café con leche se enfriará para poder llevarlo con él hasta su destino, guardo en su bolso las llaves, peinó una última vez su cabello y abrió la puerta sintiendo una brisa tibia y viendo frente a sus ojos las hojas de tintes verdes y amarillos que caían de los árboles.

Había avisado con anterioridad a sus hijos que no estaría en casa por si querían visitarlo, termino su café poco antes de ver la fachada del lugar donde estaría por unas horas y en un bote de basura dejo el vaso desechable de su café.

Saludo al guardia con una mínima sonrisa viendo las ojeras en el rostro sereno de ese hombre, las bolsas de sus ojos y el cansancio notable de su cuerpo lánguido.

Gi~ —llamó con dulzura hincado frente a la lápida de mármol gris y las letras de un tono perla detallando su nombre, nacimiento y fecha de muerte. En su garganta sintió un duro nudo que le impidió hablar y sólo se mantuvo respirando profundamente inhalando ese frío aire de lápidas abandonadas que capturaban el frío de la noche y lo dejaban ir durante el día.

Yo... sinceramente te extraño tanto, a veces cierro los ojos e imagino que aún puedo tomar tu mano o que puedo verte trabajar en la mesa de nuestra casa —no dejó de llorar mientras cortaba del suelo flores apenas nacidas que eran diminutas entre sus dedos.

Me sigue poniendo triste no poder beber de la misma taza de café contigo, aunque he salido con frecuencia a nuestro patio para recordar aquella vez que nos quedamos en plena madrugada riendo y al día siguiente nuestros vecinos fueron a quejarse —rió bajito con su voz volando en la brisa hasta desaparecer en un arrullador murmullo que acabo por romperse en la espesura de un bosque cercano a él.

Se mantuvo un poco de tiempo sin hablar, solamente pensando en todo aquello que podría contarle a su esposo sabiendo que aunque ya no estaban juntos físicamente sus almas se mantuvieron intactas como un fuerte hilo del destino que no planeaba separar dos almas puras que seguían amándose desde lugares diferentes.

Aunque YoonGi ya no estaba desde hace tres meses se preguntó cómo su vida pudo haber cambiado tanto en muy poco tiempo para asimilarlo.

« Su esposo murió naturalmente, su alma animal había llegado al límite de su vida y un cuerpo no puede vivir sin su alma unida a él. Sinceramente creo que los dos dieron todo por mantenerse en vida unos años más pues el deterioro de su corazón fue muy evidente pero el amor que sintió por usted hasta sus últimos momentos lo mantuvo con vida hasta su último aliento.

Él pidió que le dieramos esto. »

La última rosa que recibió de su esposo fue una reliquia para él, lloro al notar que aquella rosa estaba hecha de tela que él tenía en su estudio, lo que quería decir que el mismo YoonGi la hizo con sus manos para darle un último buen recuerdo de él.

Yo... hoy cenaré con nuestros hijos, les daré todo el amor que merecen y me despediré de ellos con una sonrisa, le daré las buenas noches a nuestra bonita nieta que ya no pudiste conocer y le diré que fuiste un padre y esposo maravilloso. Sé que pronto podré verte... mi alma animal solo me ruega detener mis latidos para ir a tu lado, y aunque sé que me pedirías que me quedé más tiempo aquí... nada es igual sin la persona que ha vivido cada etapa a mi lado.

Sonrió dejando el anillos de flores que hizo en esa lápida limpia que ahora se veía más apagada por las gruesas nubes encima de ellos, y justo como acababa de decirle fue a la casa donde se reunirían él y su familia siempre dejando una silla extra para YoonGi al lado de JiMin.

La cena eventualmente se había terminado, mientras todos reposaban él camino a la cuna de su nieta sonriendo al ver en ella una imagen muy similar a su esposo, aunque la pequeña había nacido siendo albina podía ver en ella una imagen así de hermosa en el futuro luciendo un radiante pelo blanco y sus ojos verdosos brillando como esmeraldas con el poco sol que podría recibir.

Te aseguro que tu bonito abuelo te habría llamado "muñequita de nieve" si te hubiera conocido antes, mi copito.

Entre lágrimas cargo a la menor que se aferraba a su dedo, tal vez ella tenía el presentimiento de que no lo vería o escucharía su voz cantarle por las tardes, pero JiMin le juro encontrarla en algún otro momento cuando todos estuvieran juntos como una familia otra vez.

Esa noche durmió con la esperanza de ver algo más que su blanca habitación y ahora aparentemente sin vida o el brillo de un amor abriendo sus ojos como cada mañana.

La noche del 11 de diciembre cruzo una etapa más en soledad, pero al abrir sus ojos vio que una mano y sonrisa conocidas se extendieron a él para fundirse en el abrazo más cálido que pudo haber recibido en su vida.

La noche en que vio a YoonGi sonreír y darle la misma rosa que recibió hace unos meses pero ahora estaba seguro que nunca podría marchitarse pues la eternidad ahora los había alcanzado para mantenerlos de esa manera por siempre.

Muchísimas gracias a todos los que están aquí desde el primer libro: Gatito y Pollito.

Pronto haré el epílogo y el apartado de agradecimiento para decirles correctamente lo que merecen leer.

Los amo bebés. 💜

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