🧸 ᴛ ʀ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ᴀ 🧸

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Los edificios vivamente iluminados les daban una vista memorable, los bebés estaban bien acomodados en sus asientos de sus porta bebés mientras llegaban a la casa de los abuelos que ya esperaban por ellos pues incluso MinHo les compro algunos regalos a sus nietos.

—Alguno de estos días también podríamos visitar a mis madres, ahora que regresaron de sus vacaciones seguro querrán ver a sus nietos —pidió el alfa viéndolo mientras el semáforo cambiaba su color, estiró su mano para acariciar la mejilla de su esposo y sonreírle cuando lo escucho murmurar un bajito «no me veas así» que le hizo soltar una ligera carcajada que lamentablemente despertó a unos de los bebés y como consecuencia los tres decidieron llorar juntos.

La ola de insospechado amor lo golpeó cuando el alfa tranquilizó a los bebés luego de orillarse aprovechando que la casa de sus suegros estaba a dos cuadras de distancia. Vio al alfa distraer a sus pequeños con juguetes llamativos, haciendo soniditos raros que captaban la atención de sus hijos y pronto calmaban su llanto para enfocarse en su padre y todo el esfuerzo que hacía por ellos regresando a su lugar cuando dejaron de llorar y ahora jugaban con sus manitas o sacudían sus pies.

—Prometo que luego te daré un premio por ser tan buen padre —se río JiMin estirándose para besarlo en la mejilla y sonreírle amorosamente. YoonGi lo miro profundamente y regreso el beso dándole una mordida en el labio inferior y chupar el mismo con una lentitud que desestabilizó a JiMin. Lo besó de esa manera durante otros minutos, era solo un beso profundo que no necesariamente debía ser lujurioso o desesperado para besarlo de aquella manera, el alfa amaba tomar sus labios en caricias intensas que demostraban su amor de una manera diferente, lo besaba así incluso cuando no estaban teniendo sexo y aquello era algo que JiMin amaba porque no quería recibir esos besos solamente en esas ocasiones, YoonGi sabía lo mucho que le gustaba tener sus labios junto a los suyos de esa manera, pero más que eso el alfa amaba consentir a su esposo.

—Anda, mis padres deben estar esperando.

El auto se encendió nuevamente con los suaves gritos de sus hijos quejándose por alguna razón, parecía como si discutieran entre ellos y si eran sinceros muchas veces pensaban que así era y que incluso se ponían de acuerdo en ciertas cosas como llorar juntos para ser alimentados o solo para que sus padres les dieran un poco más de atención cuando se ponían melosos entre ellos y se olvidaban un poquito de sus pequeños retoños.

MinHo se acercó a su yerno después de unas horas que habían pasado hablando y cargando a sus nietos. Cuando vio a YoonGi totalmente solo en la sala de estar y con un rostro inexpresivo decidió acercarse un poco, a veces se preguntaba qué le había visto su hijo al alfa si era tan reservado e incluso intimidante sin quererlo. Pero eso era solo cosa suya pues una infinidad de veces había visto la versión opuesta de él cuando mimaba a su hijo desde que eran novios y ni siquiera había planes de tener hijos.

—¿Cómo están llevando la paternidad?

Al sentarse a su lado el alfa de inmediato le dió su atención y aclaro su garganta acomodándose en el sofá.

—Es difícil, claro que sí, pero creo que vamos bastante bien juntos en esta etapa.

—¿No han sentido que quieren darlos en adopción? —Preguntó riendo—, TaeMin siempre terminaba llorando junto a JiMin cuando despertaba por la madrugada y no dormía hasta que el sol estaba totalmente afuera.

YoonGi río recordando aquella conversación con su suegro, comprendía el sentimiento y para ser sincero con él mismo a veces también quería llorar por los tres llantos invadiendo su habitación sin poder calmarlos y mucho menos saber el motivo de su disgusto cuando ellos no podían hablar aún.

—He llorado con ellos solo cuando JiMin no está con nosotros porque son demasiado dificiles de calmar, él siempre me ayuda mucho y me ha enseñado a ser más independiente de él para no necesitar siempre su ayuda en situaciones difíciles donde nuestros pequeños se vuelvan unos llorones juntos.

MinHo asintió feliz regresando la mirada al otro lado de la sala de estar, su esposo jugaba con los bebés mientras JiMin los veía y grababa el momento con su teléfono riéndose cada que los pequeños evitaban a su abuelo y era más interesante comer sus manitas o jalar las sábanas que iban a terminar de igual forma en sus boquitas.

—Gracias YoonGi, por darle a nuestro hijo la vida y la felicidad que se merece.

La historia está quedando más larga de lo pensado así que comenzaré con los saltos en el tiempo ya que aún hay muchas cosas que quiero mostrarles.

De igual forma cuando está historia termine seguiré escribiendo Baci di Miele y así consecutivamente con mis otras historias.

Los amo bebés. 💜

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