Capítulo V

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Vacilante, me aparté de Josh, mirando en la dirección en que se escuchaba el sonido. Miré a Josh algo asustada.

— ¿Q-Qué demonios fue eso? — pregunté temblorosamente y Josh se encogió de hombros.

— Podría ser muchas cosas... y ninguna agradable — dijo pasando su mano por mi hombro como si fuera una araña.

— ¡Eh, déjalo ya! — le regañé.

— Te estoy... haciendo un "Josh", ¿eh? — bromeó.

— Ja ja — me reí sarcásticamente y Josh sonrió.

— Menudo susto te has llevado — se rió.

— ¡No me he asustado! — protesté.

Como si una bombilla se hubiera encendido sobre mi cabeza, creé un plan para asustar a Josh.

Puse mi mejor cara de póquer y miré por encima de su hombro.

— Dios mío... no te muevas...

— ¿Qué...?

— Tienes algo detrás...

— ¿Qué? — preguntó Josh de nuevo, cruzándose de brazos — Sí, claro.

Para ser honesta, no sabía qué decir a continuación. Así que empecé a reír.

— ¡Te pillé! — dije mientras me reía y señalé su cara — ¡Justo ibas a mirar!

— Claro que no — discutió Josh, con los brazos extendidos.

— ¡Claro que sí!

— Querida, tendrás que esforzarte mucho más que eso para conseguir asustarme. ¿Vale?

Entonces escuché el mismo sonido de golpes de hace unos minutos.

— Vale, tú también has oído eso, ¿no? — pregunté, esperando que él también lo haya escuchado. Dio unos pasos hacia adelante ¿Josh...?

— ¿Qué...?

— Tiene un ritmo... extrañamente regular — me detuve, mirando a mi alrededor.

— Pero... no tiene nada de normal... — dijo Josh, con una expresión seria en su cara.

— ¿Deberíamos... ir a comprobarlo? — sugerí.

— ¿Por qué? — preguntó.

— No lo sé. ¿Qué pasaría si fuese una tubería a punto de estallar o algún problema con el horno? — pregunté preocupada, agarrándole del brazo.

— No creo.

— Yo en tu lugar, no querría que todo este lugar estallase en llamas.

— Sí... Vale — dijo Josh sarcásticamente. Puse los ojos en blanco y encendí la linterna mientras nos acercábamos a la fuente del sonido.

A unos cinco pies de distancia, a la vuelta de la esquina, una figura con una capa negra y una máscara de hockey saltó hacia nosotros. 

— ¡Ahhh! — grité.

— ¡Ah! — exclamó Josh. 

Me puse a correr por el otro lado detrás de él. Tiré un estante para frenar a nuestro perseguidor. Lo seguí de cerca cuando Josh subía las escaleras con la linterna en la mano. 

Josh se movió para que yo pudiera abrir la puerta. Moví el pomo pero la puerta estaba cerrada con llave.

— ¡Oh, vamos! ¡¿Por qué están cerradas las puertas?! — levanté la vista hacia Josh y el puso su mano en la parte baja de mi espalda.

— ¡Para que no pueda entrar nadie! — gritó Josh, poniendo su brazo protectoramente frente a mí.

La figura desenmascarada subía las escaleras. Noté que el hombre se había quitado la máscara de hockey y debió habérsela quitado en algún momento mientras corríamos. La capucha le estaba protegiendo la cara.

 De repente, la figura habló.

— ¡Heeey!

— ¿Qué...? — pregunté confundida

— ¡Heeeyy! — exclamó el hombre.

— ¡¿Qué cojones...?! — exclamé.

— ¡Bum! — el hombre se bajó la capucha. Era Chris — ¡Os he monjificado!

— ¡¿Qué?! — grité.

— Buena. Ha sido buena. Muy buena — dijo Josh felicitándole.

Miré de Josh a Chris.

— Espera, pero... ¡¿por qué has hecho eso, Chris?!

— Aquí abajo hay un montón de cosas de pelis viejas. ¿Cómo iba a desaprovechar una oportunidad semejante?

— ¿Va... va en serio? — pregunté y me volví hacia Josh — ¿Estabas metido en todo esto? — empujé su brazo.

 Se rió entre dientes.

— Nop. ¡Pero ojalá! Ojalá lo hubiese estado.

Los dos se chocaron las manos (multimedia) Suspiré, pellizcando el puente de mi nariz. Juntos, salimos del sótano.

Sam se rió del atuendo de Chris y luego nos siguió hasta el salón donde Ashley estaba esperando. Se levantó y caminó hacia nosotros, con una expresión confusa en su cara. Chris y ella se detuvieron uno frente al otro. 

— Por amor de Dios... ¿qué llevas puesto? — preguntó ella.

— He... escuchado la llamada — hizo una cruz en el aire y juntó las manos,inclinándose un poco.

Ashley se acercó más a él.

— Oh, por favor, dime que vas a hacer voto de silencio — cerca del final de su oración, puso las manos juntas delante de su cara, como lo había hecho Chris.

Chris arrojó el brazo y la mano, empujando el pulgar y el índice. Fingiendo pronunciar palabras. Haciendo que Ashley se riera.

— Vale, vale... ¿Has encontrado eso, al menos?

Chris la miró, luego sacó la tabla de espíritus de su túnica y la sostuvo para que todos la viéramos.

— ¡Tatatachán! — me reí mientras Chris caminaba alrededor de Ash — ¡Aquí está el billete al reino de los espíritus...! — anunció.

— Hmmm... — murmuró Ashley.

— Mirad, ¿sabéis qué? ¡Paso! En mi bola de cristal, veo un baño caliente. ¿Vale? ¡Divertíos...! — exclamó Sam, subiendo las escaleras hacia su baño en espera.

— ¡Igualmente, Sam! — grité, volviéndome hacia el grupo.

— ¿Quieres hacer lo del tablero de espíritus con nosotros, J? — preguntó Josh y pensé en ello por un segundo.

— No, creo que he tenido bastantes sustos por esta noche.

— Supongo que es comprensible — Chris se rió entre dientes cuando los tres subieron las escaleras.

Durante varios minutos sin contar, recorrí el refugio, manteniéndome alejada de la sesión espiritual de mis amigos. Entonces, me aburrí.

Me dirigí a la habitación principal del refugio, agarrando mi mochila. Me senté en el sofá y saqué mi cuaderno de bocetos, que no había visto durante un mes entero. Saqué mi lápiz de la suerte del bolsillo exterior de mi mochila y abrí mi cuaderno de bocetos. Los recuerdos volvieron a mí en forma de tsunami. Mi respiración se detuvo cuando mis ojos se posaron en el dibujo de Josh y Chris como conejos. Pasé la página y sonreí ante el dibujo de Chris y Ashley. Los dibujé como unos dibujos animados dentro de un corazón con muchos corazones pequeños alrededor del grande. Ash se estaba sonrojando y Chris se estaba rascando la nuca, también sonrojándose. Hojeé las siguientes páginas de garabatos e imágenes al azar. Una mirada confusa cruzó mi cara cuando me detuve en cierta página. Era una nota escrita con la letra de Josh. 

Jodie,

no sé si ya lo sabes, 

pero... me gustas. Me gustas como más que una amiga

Podrías pensar que soy raro por escribir esto en tu

cuaderno de bocetos, pero a la mierda. No pude reunir el coraje suficiente para decírtelo en persona.

Entonces, cuando estuviste en mi casa un día, escribí esto aquí para decirte mis verdaderos sentimientos hacia ti.

Te amo, Jodie. Y espero que sientas lo mismo que yo.

Y si no sientes lo mismo, lo entiendo. Solo dame una respuesta cuando

hayas leído la nota.

Atentamente, 

Josh Washington.

sonreí con suavidad. Josh me amaba.

Entonces, la pregunta me golpeó como un ladrillo. ¿Cuándo escribió esto?

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El batir de las alas de una pequeña mariposa hoy puede originar un devastador huracán dentro de unas semanas

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