Capítulo 17

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Capítulo dedicado a JIMSIL13 llevo demasiado tiempo pensando hacer esto jjjj. Muchísimas gracias por tomar parte de tu preciado tiempo para leer lo que escribe este desmadre de persona. 💜

Si Jimin tuviera que poner un nombre a todo lo que había estado experimentando en las últimas semanas, no sería otro que felicidad. La felicidad más pura que jamás había sentido. Nunca imaginó que iniciar una relación con Jungkook sería tan maravilloso, que lo haría sentirse tan completo y complementado. El joven actor era lo que siempre deseó en una pareja, y más. Era la pura representación gráfica de los protagonistas que amaba escribir.

Cada mañana iniciaba con un mensaje de buenos días, y su rutina terminaba con uno de despedida en las noches, incluso tras una extensa conversación telefónica. Sus contactos siempre estaban llenos de palabras de afecto, interés en pequeños detalles de su pareja que podían parecer triviales. No tenían nunca suficiente de la voz del otro, de la presencia del otro, sin importar que no se tratase de un encuentro físico. Jungkook no solo tenía mucho trabajo, sino que la posición actual de ambos los ponía en una situación comprometedora. La fama del actor se estaba extendiendo internacionalmente, y los libros de Jimin estaban comenzando a ser de interés de editoriales en Estados Unidos, expandiendo cada vez más su fandom. Comenzar una relación era, quizás, a ojos de terceros, una locura y sinónimo de convertirse en blanco fácil y comidilla de la prensa.

Jimin lo sabía, a pesar de estar dentro de una burbuja de amor. Sabía de sobra lo que era estar en la mira de los ojos reprobatorios y que se creían con capacidad de juzgar y decidir sobre lo correcto en la vida ajena. Era muy fácil decir, de dientes hacia afuera, que no se debía permitir que la opinión de los demás influyera sobre nuestras vidas. Sin embargo, solo quien lo vivía en carne propia, sabía cuán difícil era estar en el ojo del huracán. Jimin lo tenía dolorosamente claro. Pero sería cuidadoso. Taehyung tenía razón, no debía seguir cerrándose al amor por miedos y dudas, ya tenía demasiados problemas con los que lidiar en su subconsciente, como para seguir sin ser completamente feliz.

Con una nube de felicidad siempre manteniendo a flote su buen humor, la rutina de Jimin se mantenía sin variaciones, a excepción de sus usuales contactos con Jungkook.

El escritor se encontraba en la cafetería de la universidad, como siempre, almorzando con Taehyung. Todavía quedaban algunos que lo miraban discretamente, otros no tanto, pero habían mermado por completo los que se acercaban a pedirle autógrafos, fotos, o a simplemente buscarle conversación, tratando de volverse sus amigos, de seguro sin un interés más profundo que el solo hecho de llamarse allegados a Park Jimin, en las redes sociales. Había sido bastante incómodo en los inicios, sobre todo por las tendencias y hashtags de Twitter, donde había sido acusado de homosexual públicamente, y de irrespetar a Jungkook. Casi podía jurar que la curiosidad sobre su vida privada, competía con la que tenían hacia su obra.

—Chim, ¿ya decidiste la temática del trabajo de fin de curso? —preguntó Taehyung.

—Créeme que la Filosofía no me apasiona lo suficiente como para pensar en eso con tres meses de antelación.

—Eso, o que Jeon mantiene tu mente demasiado ocupada como para pensar en otra cosa.

Jimin suspiró.

—Sabía que morías por buscar algún modo de llevar la conversación por ese rumbo. Aunque, conociéndote, incluso si habláramos de enanitos con narices azules, encontrarías una forma de conducir la conversación a Jungkook.

—¿Por qué hablaríamos de enanos como esos?

—Solo di el ejemplo más hipotético que se me ocurrió.

—¿Insinúas que soy un chismoso?

—¿Acaso no lo eres?

—¡Lo soy! Y a mucha honra, así que deja de hacerte el duro y cuéntame cómo va todo.

—Bien, supongo.

—¿Supones?

—Jungkook es muy dulce conmigo, me hace sentir amado con sinceridad, como nunca pensé que lo sería, pero...

—¿Pero?

—Suele estar muy ocupado. No nos hemos visto mucho. —Dio un sorbo a su vaso con agua—. Hace tres semanas que empezamos a salir, y hace dos que no nos vemos. Los primeros días pudimos encontrarnos en su departamento, pero luego de que comenzaran los rodajes, no nos hemos visto.

El sonido del tono del celular del escritor se escuchó en medio de la conversación. Cuando los ojos de este se posaron en el móvil, un brillo irrefrenable emanó de sus ojos, y sus labios se adornaron con una sonrisa. Taehyung se quedó enternecido por un par de segundos, hacía tanto que no veía ese fulgor, que no creyó poder ser afortunado de apreciarlo nuevamente. Jimin era feliz. Sinceramente feliz, tal y como merecía.

—Hola, Jungkookie. ¿Qué tal va el día?

—Hola, precioso. Va de maravilla ahora que puedo escucharte. ¿Tú cómo estás?

—Mucho mejor ahora que hablamos. No tengo nada interesante que hacer, más que discutir con Taehyung el tema de nuestro próximo trabajo escolar. ¿Estás en tu descanso?

—Sí, por suerte. Son varias escenas y el director está siendo bastante exigente. Nada le convence, así que repetimos varias tomas.

—Sabes que la historia le gusta mucho, seguro que por eso quiere tratar de obtener el mejor resultado posible.

—¿Está usted elogiando indirectamente su propia obra, señor escritor?

Jimin rio bajito, divertido.

—Tal vez, tal vez no. —Se escuchó un bostezo disimulado al otro lado de la línea—. ¿Estás muy agotado? Deberías aprovechar y dormir un poco mientras comienzan a grabar otra vez.

—Debería, pero saber que estoy tan cerca de ti y no puedo verte, me hace necesitar escucharte.

Jimin recordó que el actor le había comentado que estaría grabando en el centro comercial a pocas manzanas de su universidad. Ese simple recuerdo había acabado de avivar sus ganas de verlo.

—Tonto... —susurró con ternura.

Iba a decir algo más, pero escuchó una voz que le hablaba a jungkook desde la periferia. Le parecía familiar.

—Lo siento, Song acaba de hablarme para pedirme unos consejos sobre sus líneas. ¿Tendrás tiempo para que hablemos más tarde?

La voz de Jungkook se escuchaba como la de un niño que tenía que regresar a casa después de un día de juegos, y pactaba la promesa de un nuevo encuentro. A veces, las reacciones del actor le resultaban tan inocentes que no podía creer que se tratara del mismo hombre que hacía babear a toda Corea.

—Claro. Hablamos luego. Tú vé y actúa como un hyung genial —dijo divertido—. Dale mis saludos a Yuqi.

La joven actriz Song se había convertido en una amiga con la que conversaba bastante. El chat privado en el perfil de Mochi siempre tenía un espacio para ella. Después de que se conociesen en aquella fiesta donde tuvo que pasar más de un momento incomodo, y la joven le hubiera escrito muy apenada por no haberlo defendido y negado las falsas acusaciones, un ambiente de confianza había nacido entre ellos. Jimin había percibido una sinceridad palpable detrás de sus disculpas, a pesar de haber sentido el dolor en su pecho tras lo sucedido aquel día. El escritor comprendía la posición en la que se encontraba Yuqi. No siempre, aunque queramos hacer lo correcto o dar nuestro punto de vista sobre algo, somos capaces de hacerlo, ya sea por presiones sociales o miedo.

Un suspiro pesado escapó de Jimin. Extrañaba a Jungkook. Era algo sumamente incomprensible y extraño para él. Hacía demasiado poco que eran oficialmente una pareja, y solo dos semanas desde la última vez que lo había visto, pero, en ese poco tiempo, Jungkook se había convertido en algo tan necesario como el aire que respiraba. Sin embargo, si tenía en cuenta el tiempo que había transcurrido desde que su ahora novio había dado un vuelco de alegría a su vida, no era tan descabellado.

—Dicen que la felicidad se nos escapa con cada suspiro, Chim. Y este no fue un suspiro de esos de algodón que sueltas cuando estás en tu nube de felicidad.

—Es solo nostalgia, nada del otro mundo. En cuanto ocupe mi mente con algo, se me pasará. —Forzó una sonrisa alentadora—. Mañana tenemos la tarde libre, ¿qué tal un maratón de películas Ghibli?

—La idea es cien por ciento tentadora, aun obviando el hecho de que últimamente solo me usas para distraer tu mente y no extrañar a Jeon...

—¡Oye! —Le golpeó la cabeza—. No hables de ese modo, ni en broma.

—Lo siento, lo siento. Pero, bromas a un lado, mañana no puedo. Voy a salir con Yoongi.

—¿Yoongi? —preguntó extrañado—. ¿Hablas de Min, el manager de Jungkook? —Taehyung asintió—. ¿Podrías decirme de qué me perdí?

—En medio del préstamo de mangas y la recomendación de novelas, descubrimos que tenemos gustos literarios comunes, incluyendo tus historias, por cierto. Una cosa ha llevado a la otra,y nos hemos vuelto bastante cercanos. Es una persona muy agradable.

Jimin estaba francamente sorprendido, nunca había visto a Taehyung relacionarse tan rápidamente con alguien, aparte de él mismo. En parte lo hacía sentir feliz, Yoongi era muy buena persona, por lo que había podido ver. Él y Taehyung siempre habían sido lobos solitarios. Que su eterno compañero otaku hubiera encontrado alguien más con quien divertirse y ser él mismo, era algo bueno. Aunque no podía negar que la pequeña punzada de saber que la vida se movía para todos, y su rutina actual estaba transformándose lentamente, se clavaba en su corazón. Si bien quería saber a dónde los llevaban estas nuevas rutas y andares, por toda la felicidad que parecía esperar al final, no negaría que extrañaría lo que quedaba atrás.

Por otro lado, le causaba curiosidad qué haría Taehyung en una salida con alguien más.

—Ajá. Todo eso está muy bien, pero sigues sin decirme en qué consiste su salida.

Taehyung pareció dudar un momento antes de hablar. Miró a los lados, como pensando en que alguien podría escuchar lo que iba a decir, o que iba a confesar algún pecado. Tomó un largo suspiro y finalmente habló:

—Chim... Sobre eso quería comentarte. No sobre la salida, sino sobre Yoongi, más bien, sobre su esposa.

Park frunció el ceño, no comprendía a qué podría estarse refiriendo su amigo, ni de qué manera se relacionaba la esposa de Min con esa plática.

—¿Qué pasa con la señora Min?

—Yoongi me pidió salir porque quiere que lo acompañe y le ayude a escoger el regalo de aniversario que va a comprar a su esposa.

—Eso es un hermoso detalle para con ella de su parte —dijo Jimin—. ¿Qué? ¿Te preocupa no poder seleccionar un regalo no otaku? —bromeó, pero la seriedad en las facciones de su amigo, le dio a entender que no era momento de bromas—. O quizás se trata de algo más serio —inquirió.

—Esto es algo que no te había dicho, pero... ¿Recuerdas cuando fuimos todos juntos a la piscina? —Jimin asintió—. Ese día... Ella... Bueno...

—¡Ya suéltalo, Tae! —se impacientó.

—¡Me propuso tener sexo!

—¡¿Qué?! —Jimin casi se cae de la silla al escuchar aquello.

Sintieron varias miradas concentrarse en ellos, así que Taehyung se aclaró la garganta y Jimin disimuló su tropiezo lo mejor que pudo. El descanso del almuerzo seguía avanzando, y varios estudiantes estaban llegando a la cafetería. Nunca faltaban las miradas indiscretas y los oídos no deseados, señal de que era hora de cambiar de sitio.

—Vamos a un lugar más privado —sugirió Taehyung. Jimin asintió. Ambos recogieron sus cosas y salieron.

Fueron a sentarse a la sombra de un viejo roble en el parque más apartado del campus, que casi nadie frecuentaba por su lejanía.

—¿Por qué no me contaste sobre eso? —preguntó Jimin.

—Lo siento. No es que pensara que fueras a decírselo a alguien o que no confíe en ti. Es solo que no sabía qué hacer con ello. Incluso había pensado olvidarlo, no iba a volver a verla nunca y le dejé bien claro cuál era mi posición y mi opinión respecto a su comportamiento.

—¿Pero?

—Pero... ¡Joder, Jimin! Yoongi es una persona increíble. Sabes que no soy de hacer demasiados amigos, y menos tan rápido, pero él ha demostrado ser alguien transparente, agradable. Sé que llegaremos a ser más cercanos que ahora. Sé que seremos grandes amigos. ¿Cómo crees que puedo salir a ayudarlo a escoger su regalo de aniversario, sabiendo la clase de mujer con la que está casado?

—Tae, no puedes asumir cosas tan a la ligera. —Jimin intentó tranquilizarlo, sin poder convencerse a sí mismo de sus palabras.

En ese momento, las miradas que recordó de parte de esa mujer hacia su amigo, y que creyó estar imaginando, cobraron sentido. El desinterés obvio de la mujer por socializar con ellos y el tenso ambiente después de dejarlos solos durante el almuerzo, también cobraba sentido dolorosamente ahora.

—¿Asumir cosas? Si esa propuesta me la hizo a mí, alguien a quien acababa de conocer y que había pasado toda la mañana conversando animadamente con su esposo, ¿de qué no sería capaz? —Tragó grueso—. Él me ha dicho que quiere hacerle algo especial. Sorprenderla. Su trabajo le ha estado robando mucho tiempo en los últimos años y ha terminado descuidando su relación. Dice que quiere recuperar su matrimonio, pero, Jimin... Si vieras cómo ella lo trataba ese día, tan indiferente y despegada. Si vieras la forma en que él la consiente y la mima; cómo no nota sus conductas, o finge no hacerlo. —Taehyung pasó las manos por sus cabellos—. Pareciera que está ciego de amor.

—Tae, sé que te sientes incómodo sobre esto, y por más que quisiera comportarme como la voz de la razón y sacarte de tu supuesta paranoia, no puedo. Para mí también hay detalles que tienen sentido, ahora que pienso en retrospectiva, y sé que debe ser difícil estar en medio de una situación como esa. —Le puso la mano en el hombro para llamar su atención—. Pero no debes involucrarte demasiado, por más doloroso que te sea verlo. Ellos son un matrimonio de años, sus problemas deben solucionarlos ellos mismos. No hay peor ciego que el que no quiere ver, pero no es una cruz que debas cargar tú, no es tuya.

—Es tan frustrante, Chim. —Estiró sus piernas en el césped y recostó su torso un poco hacia atrás, sosteniéndose en sus brazos extendidos. Su mirada pareció perderse en el azul del cielo—. Estoy harto de ver a las personas importantes para mí sufrir por amor y no poder hacer nada para ayudarlas.

Y quizás Taehyung también estaba harto de sufrir por amor, pero no estaba listo para dejar de aferrarse a sus sentimientos y dejarlos ir.

—No hables así. Siempre has estado ahí para mí.

—Pero nunca he podido dejar ni un puñetazo en la cara del estúpido de Jaewo. —Levantó su puño en el aire y lo cerró fuertemente frente a su rostro—. Espero no tener que dejar uno en el de Jungkook, no quiero lidiar con demandas.

Jimin rio ante la declaración.

—Tranquilo, no creo que sea necesario.

—Si tenemos en cuenta la cara de idiota que pones cada vez que hablas con él, ciertamente mis puños no harán falta. ¿Irás a verlo hoy?

—¿De dónde sacas esa idea?

—Me comentaste que hoy estaría grabando en el centro comercial cerca de aquí, pensé que aprovecharías para ir a verlo.

—Quisiera..., pero no puedo.

—¿Por qué no? Si es por las clases de la tarde, no te preocupes, diré que tuviste unos cólicos terribles y no pudiste asistir. De todos modos no son asignaturas imprescindibles.

—No se trata de eso, Tae. ¿Qué pasa si nos ven juntos y comienzan los rumores otra vez?

—¿Quién Eren y qué haces en Mikasa? —hizo referencia a Shingeki no Kyojin, tal y como siempre que las actitudes de su amigo lo descolocaban—. ¿Dónde está el Jimin mordaz al que no le importa la opinión de todos esos ineptos que juzgan sin saber? ¿Dónde está el Jimin que con el don de la palabra pone a todos en su lugar con diplomacia, sin perder contundencia?

—Sabes que ese era el Jimin que no tenía nada que perder, que había convertido el miedo en una coraza de hielo para proteger su corazón... Pero ese hielo fue derretido por Jungkook. —Miró a su mejor amigo a los ojos—. Ya no se trata solo de mí, Tae. No quiero envolver a Jungkook en toda mi mierda.

—No hables así...

—He pensado sobre esto más de lo que te imaginas. El tiempo ha pasado, no sé si las heridas han sanado, o si simplemente me acostumbré a vivir con el dolor y ocultarlo. Ya no sé si temo a Jaewo, a mi pasado, a la vergüenza, a lo que podría significar traer de vuelta todos esos acontecimientos, a involucrar a Jungkook; o si es una mezcla de todo lo que crea este peso del que no puedo librarme. —Apretó su mano en un puño, sosteniendo su camisa a nivel de su corazón—. Sin embargo, hay una sola cosa que tengo clara: no quiero lastimar a Jungkook. Quiero protegerlo de todo esto.

Taehyung se quedó pensativo por unos instantes. Las palabras de Jimin tenían todo el sentido del mundo para él, más que nada porque había estado en medio del trayecto todos estos años, pero tenía un par de salvedades que hacer al respecto.

—Entiendo tu punto, pero, al igual que me dijiste que el problema de Yoongi no es algo que deba cargar yo, este tampoco es un peso que debas cargar tú. Jungkook es un hombre adulto, joven, pero adulto, y bastante maduro según he podido ver. Estoy seguro de que sabe lo que conlleva tener una relación con alguien de su mismo sexo desde su posición. No está contigo para que tú asumas los riesgos y las responsabilidades, sino para compartir el peso de ese sentimiento que los une, cuando sea tanto que amenace por aplastar a uno de los dos. Si no está dispuesto a eso, pues no te merece, aunque no me parece el caso.

Jimin sabía que Taehyung tenía razón. Tal vez en algún momento, su extrema precaución y temor lo habían llevado a ser demasiado desconfiado y cuidadoso con cada una de sus acciones, creyendo que toda la responsabilidad y el peso de las consecuencias iba a caer sobre sus hombros. Pero, ¿quién podía culparlo? Después de aprender a base de golpes y tener como referencia de amor algo que le destruyó por completo, ¿cómo culparlo? Sin embargo, más que tratarse de ser culpado o juzgado por alguien más, pareciera más que él mismo era quien se ponía contra la espada y la pared, obligándose a ser fuerte y a resistir toda la mierda que el mundo estuviera dispuesto a arrojarle.

No obstante, quizás no estaba mal desear algo más, diferente. Quizás no era solo momento de admitir que Taehyung tenía razón, sino también de, comprendiéndolo, tener voluntad para cambiar, y para creer que en esta ocasión sería diferente, que Jungkook era diferente. Pruebas tenía de ello. ¿Por qué no, entonces, compartir la carga autoimpuesta? Además, ¿por qué siquiera considerar como carga el sentimiento más hermoso jamás experimentado?

—¿Entonces? —preguntó Taehyung, a lo que Jimin solo respondió con un gesto interrogante—. ¿Tengo que inventar los mayores cólicos de tu vida para justificarte? —Miró su reloj—. Te da tiempo a pasar un par de horas allá.

—¿En serio insinúas que vaya? —Su amigo asintió con obviedad—. Es una locura, Tae, ¿cómo haría para escabullirme sin ser visto? Todo el mundo sabe quién soy.

—¿Y no es eso conveniente? ¿Por qué entrar a escondidas cuando puedes pasar con orgullo por la entrada principal? ¡Eres el creador original de la historia! Vé y usa tu estatus para crearte un lugar. Los beneficios están para usarlos.

—No puedo contigo. Eres un manipulador. ¿Cómo rebato esos argumentos?

—No puedes. —Movió sus cejas con picardía—. Por eso me encargo de no dejar cabos sueltos cuando hago uso de mi poder de convencimiento.

—Solo procura que nadie más escuche cuando des la vergonzosa justificación de mi ausencia.

—¿Me creerías capaz de avergonzar a mi mejor amigo de ese modo frente a toda la clase?

—De eso y mucho más, para serte franco —respondió con obviedad.

—¡Qué bien me conoces! —Le despeinó el cabello—. Considéralo el precio del amor, Chim.

—¡Ya, lo que sea! —Se dio por vencido—. Me voy.

—¡Disfruta tu día!

Sin saber muy bien cómo había terminado envuelto en las palabras de Taehyung, pero agradecido por ello, Jimin se escabulló por la salida trasera que nadie usaba, donde el guardia Lee solía tomar una siesta al mediodía. Estaba a punto de cometer una locura que nunca antes siquiera se imaginó capaz de pensar. Quería ver esto como un cambio en sí mismo, como estar un paso más cerca de un Park Jimin verdaderamente valiente y desenvuelto, sin necesidad de una coraza para protegerse.

Ahí estaba, frente al imponente edificio, con sus usuales converses, jeans rotos y suéter a rayas. ¿Por qué no pensó siquiera en cambiarse de ropa? Tal vez su mente estaba demasiado sobresaturada para siquiera considerarlo. Tal vez su subconsciente bloqueó todo lo que podía parecer un posible pretexto para acabar por no ir. Suspiró resignado y dio el primer paso desde la acera hasta la entrada principal. Desde su posición podía apreciar al personal de seguridad, pero no eran los únicos bloqueando la entrada. Había un grupo de chicas que, según su vestimenta y los accesorios que llevaban, parecían fans, probablemente de Jungkook. Teniendo en cuenta los escándalos previos, no eran la mejor compañía para ese momento en que ni siquiera podía controlar sus nervios por simplemente estar allí.

Algunas de ellas parecieron notar su presencia al acercarse y, antes de siquiera poder entender qué sucedía, tenía varias decenas de pares de ojos sobre él. Sintió su sangre helarse cuando la primera de ellas dio un paso para acercarse.

¡Holiwis! De postguardia y luchando con el sueño, aquí estoy, por suerte, mucho mejor y sin dolor. Para quienes quizás no lo sabían, estuve con tendinitis y por eso no había podido actualizar.

¿Qué les pareció el capítulo? El caos se avecina de más de una manera.

PD: el spoiler que di en Facebook no es para este capítulo, sorry xD. Es algo que pasará pronto, simplemente lo escribí para no olvidar cómo quería que fuese.

PDD: se me ocurrió una idea extra de sucesos que quisiera escribir, así que probablemente suba otro capítulo esta semana.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro