Capítulo 23

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Capítulo dedicado a MarkookieLove95 a quien tuve la maravillosa oportunidad de conocer en persona el día de hoy, aunque haya sido por solo ¿veinte segundos? Jjjj te amo, mi flaca. 💜✨

La mañana del lunes era nublada, no había empezado a llover, pero todo parecía indicar que sucedería, en algún momento del día y bastante pronto. Jimin caminaba rumbo a la entrada principal de su universidad, con sus usuales jeans, hoy acompañados de un suéter y zapatillas deportivas, dado que el clima había traído un frescor extra y había tenido que ir en autobús. Taehyung lo había llamado la noche anterior y le había dicho que no podría pasar por él, porque llevaría a Yoongi a su departamento a recoger algo de ropa, y de ahí se dirigiría a la escuela.

Jimin entendió a su mejor amigo cuando este le dijo que no quería dejarlo solo. Había sido un fin de semana difícil, y por más que Yoongi quisiera aparentar estar bien, debía estar afectado aún.

Fueron días difíciles para todos, en realidad. Jungkook no dejaba de preocuparse a la distancia y maldecir a su propio trabajo; Jimin nunca pensó verlo hacer eso, pues si alguien amaba su profesión, era Jungkook. Aunque, sin duda, la sensación de impotencia debió ser garrafal. Si fuera Taehyung quien estuviera en una situación así, el estaría de la misma manera.

Por más que él mismo estuviese afectado y consternado por lo sucedido, tenía sus propios fantasmas con los que lidiar. Cuándo, dónde y cómo Jaewo aparecería para, como siempre, joderle la vida, no lo dejaba tranquilo. Se había dicho que llegaría a una solución para este problema por sí mismo, pero por más que le daba vueltas, no encontraba una manera discreta de librarse del problema. No estaba dispuesto a ceder otra vez, eso era claro. El propio imbécil le había demostrado lo que pasaba al final, cuando se ceñía a sus condiciones; no servía de nada. Sin embargo, al menos quería ser él mismo quien le dijera a Jungkook la verdad. Porque, cómo podría mirarlo a la cara, después de casi haber considerado la posibilidad de sacarlo de su vida, solo por haberle mentido, cuando él tampoco estaba siendo sincero.

Obviamente, no era como si tuviese obligación de contarle sobre su pasado, así que no era una mentira con todas las letras, pero era algo que Jungkook necesitaba saber si querían construir una relación teniendo como base la confianza.

—¿En qué piensas, Jimin? —La voz de Jaewo le heló los huesos al escritor, quien desvió su mirada hasta quedar blanco cual papel por su presencia inesperada frente a la universidad—. ¿Acaso piensas en mí?

—¡¿Qué mierda haces aquí?!

—Ey, calmado, chico. ¿No te alegras de verme?

—¡No seas cínico!

Era tanta la ira que ofuscaba los sentidos de Jimin, que no fue sino hasta varios segundos de observarlo fijamente, que notó las marcas de hematomas en la mandíbula de Jaewo, las roturas en su labio y ceja derecha, así como la inflamación de su cara. No sabía en qué rayos estaría metido su ex, y tampoco le podría importar menos. Pero tenía que lo fuera a arrastrar en medio de lo que fuera que estuviese pasando. 

—Tranquilo. No quieres hacer una escena frente a tu propia universidad, ¿cierto?

—¿Qué es lo que quieres?

—Sabes lo que quiero. He venido por mi dinero.

Jimi tragó en seco antes de responder:

—No lo tengo. —Jimin pudo ver la ira, desfigurar el rostro de Jaewo por un instante, luego se calmó y una sonrisa maliciosa apareció en sus golpeados labios.

—¿Es que no vas a pagarme?

Jimin tenía que comprar tiempo, lo necesitaba. El silencio de Jaewo no sería pagado con dinero, sus propias experiencias se lo habían dejado claro en sus años de preparatoria. Pero, si podía callarlo al menos por unos días o semanas, para hablar con Jungkook, para aclarar todo y afrontar la consecuencias de su pasado de ingenuidad.

—No he dicho eso... —Desvió la mirada y apretó los labios en una fina línea—. No he tenido tiempo de reunirlo —se justificó.

Jaewo resopló.

—¡¿Esperas que te crea esa mierda de excusa?! Esa cantidad no debería suponer ningún problema. —Se quedó mirando a la nada por un momento, como pensando su próximo movimiento—. Aunque... Quizás, no has tenido incentivo suficiente.

Sacó su celular del bolsillo y comenzó a teclear. Jimin sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal.

—¿Q-qué haces?

—No te asustes, no voy a publicar nada —sonrió con malicia—, aún... Solo quería mostrarte algo que tal vez te haga ser más colaborativo conmigo.

Todo color abandonó el rostro del escritor, cuando ante sus ojos apareció una fotografía de él y Jungkook besándose frente a su departamento, la madrugada del sábado.

—Maldición —susurró.

—Me has sorprendido, Jimin. Sabía que tenías algo más que simple admiración hacia Jeon Jungkook, pero no pensé que ya lo hubieras hecho caer en tus redes. Pero lo entiendo, créeme, es difícil decirle que no a ese culo. —Lo miró descaradamente y se relamió—. Admito que de vez en cuando, recuerdo lo bien que solíamos pasarlo juntos. Por suerte, no necesito recurrir solo a la memoria.

—Maldito cerdo —gruñó Jimin, con la mandíbula tan apretada que se sentía capaz de facturarla.

—Cuida tu lengua, cariño. Debes tener cuidado con cómo me hablas, o podría enojarme. —Lo sostuvo por la barbilla y acercó sus rostros—. Ahora, hablemos de negocios —susurró, a centímetros de su rostro—. Quiero la cantidad de antes, multiplicada por diez.

—¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?!

—Shhh. —Le puso un dedo en los labios—. Silencio, cariño. Tienes setenta y dos horas para entregármelo. ¿Ves que no soy tan malo? Simplemente, estoy cobrando por mi silencio respecto a Jeon, debe ser un extra importante. ¿O debería ir a cobrarle directamente a él?

—¡No te atrevas! ¡Déjalo fuera de esto! —dijo, con las lágrimas de rabia e impotencia brillando en sus ojos.

—Cuando quiero algo, muevo cielo y tierra para obtenerlo, es algo que sabes bien. Y tus padres también. 

Los recuerdos se precipitaron sobre Jimin como una avalancha, una vez más, abrumándolo.

—De acuerdo.

—Así me gusta. Recuerda: tres dí...

—¡Chim! —Taehyung llamó. Se acercaba corriendo a su dirección.

Jimin sintió su mundo derrumbarse y la sangre abandonar su rostro. Cuando Jaewo se volteó para ver al dueño de la voz y Jimin pudo notar el cambio radical en el rostro de su mejor amigo al reconocerlo, supo que todo acababa de irse a la mierda.

—¡Tú! —exclamó Tae, furibundo—. ¡¿Qué demonios haces aquí?! —Rodeó a Jaewo con rapidez y se colocó frente a Jimin, intentando crear una barrera entre ambos.

—También es un gusto verte, Taehyung. Veo que sigues siendo el mismo perro faldero de siempre.

—Guárdate la palabrería barata y lárgate por donde has venido. ¡¿Qué diablos quieres?!

—Tae, por favor, vete. Déjame resolver esto. No pasa nada.

Jimin intentó distraerlo y disuadirlo para que se marchara, pero con las ganas que sabía, tenía Taehyung de darle una lección a Jaewo, probablemente sería imposible.

—Si esta es tu reacción, asumo que tu querido Jimin no te ha dicho que hoy no es la primera vez que nos vemos.

Taehyung sintió todo a su alrededor desaparecer, volviendo su campo de visión rojo por la rabia.

—No sé qué mierda le has dicho para seguirlo viendo, pero ¡piérdete de una vez!

—Qué hermosa es la amistad. ¿No lo crees así, Jimin? —Desvió su mirada al mencionado, con una risa maliciosa. En la mirada de Jimin se reflejó el más crudo pánico—. Pobre Taehyung y su complejo de amigo salvador —fingió tristeza, opacada por el evidente cinismo—. No sé qué es peor: estar enamorado por tanto tiempo de alguien que no te corresponde, o que esa persona lo sepa y finja indiferencia para poderte mantener a su lado, como una herramienta conveniente.

—¡Cállate! —gritó Jimin.

Antes de que Park pudiese siquiera pronunciar otra palabra, el puño de Taehyung había impactado contra la cara de su desagradable ex, haciéndolo caer al suelo. Vio a su amigo quedarse hiperventilando, con los puños apretados y dándole aún la espalda.

—Tae...

Cuando sus miradas se encontraron, el dolor que vio Jimin reflejado en los ojos de Taehyung, fue tan grande que casi hizo ceder sus rodillas para hacerlo caer y suplicar su perdón por no poder corresponderlo. Quería correr a su lado y abrazarlo, consolarlo, limpiar esas lágrimas y reparar los pedazos de ese deshecho corazón. Pero la manera en que su mejor amigo se había quedado petrificado, cual si no supiera qué hacer o decir, con las lágrimas brotando sin control, la barbilla temblorosa y su mirada perdida en la nada, a pesar de tenerlo en su campo de visión, le hizo comprender que sus brazos solo multiplicarían ese sufrimiento. ¿De qué le serviría a Taehyung llenarse con un abrazo cargado de sentimientos correctos, pero que no eran los deseados, de la persona que amaba pero no lo correspondía?

Jimin sabía lo que era un corazón roto, lo había experimentado en carne propia. Sin embargo, lo que jamás imaginó, fue que ver a Taehyung con el corazón roto, le dolería tanto como si fuera el suyo, más aún sabiéndose culpable de esa ruptura.

—Tae, yo... —volvió a decir, acercándose un par de pasos, intentando sostenerlo la mano.

Taehyung se alejó del contacto, en cuanto los dedos de Jimin rozaron la piel del dorso de su mano, como si quemara. Negó repetidamente con la cabeza y salió a correr por donde mismo había llegado.

—¡Espera! —Jimin intentó correr tras de él, pero fue sostenido por la muñeca.

Jaewo se levantaba tambaleante, tratando de conservar el equilibrio, mientras se sostenía la nariz rota y ensangrentada. Sin duda, Taehyung tenía una buena derecha.

—A dónde crees que vas. Todavía no hemos terminado.

Los ojos de Jimin se oscurecieron con furia. Era demasiado. No podía seguir concibiendo que su vida se desmoronase cada vez que este hombre apareciera frente a él. Sin importarle las consecuencias, actuó como su instinto le dictaba.

—¡No me toques!

Otro puñetazo voló, esta vez, a la mejilla del molesto intruso, propinado por jimin. Lo hizo caer de nalgas al piso, con sangre brotando de su mandíbula.

—¡¿Por qué tienes que joderle la vida a todas las personas que se cruzan contigo?! ¡¿Por qué tienes que seguirme jodiendo la vida?! ¡Desaparece de una vez, imbécil! —Salió a correr tras Taehyung, importándolos poco todo lo demás.

Por más que corrió por toda la ciudad, tratando de seguir el rastro, no fue capaz de encontrarlo. Taehyung no se había marchado en su auto, por lo que se decantó por ir a pie, pensando en que podría estar en algún sitio cercano. Fue a todos los lugares que sabía que Taehyung frecuentaba, y a los que sabía que iba cuando deseaba paz y tiempo para sí mismo, pero fue en vano. También probó suerte en el parque donde él había sido consolado por su amigo, tiempo atrás, cuando estaba en proceso de conocer la identidad de Nochu. Todos sus esfuerzos fueron inútiles. Tae no contestaba su celular; después de varios intentos, lo comenzó a mandar directamente al buzón de voz, hasta que lo apagó.

Jimin sabía que su amigo era una persona racional, comedida y madura, sin embargo, en el estado en que se fue, temía que pudiese cometer una locura, o sufrir algún accidente por no estar en todos sus sentidos.

Cuando estaba a punto de caer en una desesperación más profunda, vio la pantalla de su teléfono iluminarse y el número de Yoongi aparecer en ella. Recordó que Min y Taehyung estaban viviendo juntos temporalmente, así que contestó con celeridad, con la esperanza de obtener alguna noticia.

—¿Hola?

—¿Jimin? Soy yo, Yoongi. —La voz se escuchaba baja, como si fuese un susurro—. Te llamo para decirte sobre Taehyung.

—¿Dónde está? ¿Está bien? —Escucharse a sí mismo, le corroboró aún más la preocupación que sentía.

—Él está bien. Está en casa. Estoy con él en este momento. O, bueno, se encerró en su habitación y yo te estoy llamando a escondidas.

—Voy para allá.

—Con todo el respeto, Jimin, sé que son grandes amigos, pero creo que lo mejor es que lo dejes solo por ahora.

—Pero, ¿qué sucede? ¿De veras está todo bien? —Un miedo inexplicable se adueñó de él.

—Lo está, solo necesita tiempo. —Yoongi suspiró—. Escucha, no sé qué pasó entre ustedes, o al menos no en profundidad. Pero creo que, independientemente de que, sin dudas, eres la persona con la que Taehyung debe aclarar todo, él necesita algo de tiempo para calmarse, asimilar todo lo sucedido y poder pensar con claridad. Tiene miedo de perderte. De perder tu amistad

—Eso no pasará —rebatió con seguridad.

—Eso incluso yo puedo saberlo —concordó comprensivo—. El vínculo entre ustedes es demasiado fuerte como para ser roto por algo, sin importar qué sea. En el fondo, él también lo sabe, no me cabe duda. Seguro le haría muy feliz que se lo demostraras, sin embargo. Le devolvería esa confianza que parece haber perdido. A pesar de ello, lo mejor es que esperes a mañana, cuando él tenga la cabeza fría y las ideas ordenadas —dijo con suavidad y comprensión—. Yo lo cuidaré. No lo dejaré solo, no te preocupes.

—Muchas gracias, Yoongi.

—No tienes que darlas, es lo menos que puedo hacer. Sé por lo que está pasando y quiero estar ahí para él, de la misma manera que él estuvo ahí para mí. —Cierta tristeza tiñó su voz—. Al menos, él tuvo la suerte de enamorarse de una buena persona que, a pesar de no corresponderlo, hará las cosas bien.

Jimin se quedó en silencio, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, sin saber realmente qué decir para agradecer a Yoongi por todo lo que estaba haciendo.

—Me aseguraré de darles privacidad mañana en la mañana, así de paso salgo a resolver algunos problemas legales. Nos vemos luego —se despidió—. Y, Jimin...

—¿Sí?

—Espero que estés bien. Superarán esto, te lo aseguro.

—Gracias...

─━━━⊱✿⊰━━━─

Yoongi colgó el teléfono y se dirigió con pasos silenciosos a la habitación de Taehyung, donde este se había quedado dormido poco antes de que él llamara a Jimin.

«Yoongi... ¿Por qué el amor tiene que doler tanto? ¿Por que tuve que enamorarme de alguien que no me ama como yo lo amo? ¿Por qué... tuvo que ser Jimin?», le había dicho Taehyung a su llegada.

Lo más impactante para Min, no había sido la revelación del gusto de Taehyung por alguien de su propio sexo, ya que no le suponía un problema. Ver tan devastada a una persona tan alegre y llena de vida, le había desgarrado el alma. El amor dolía, por más que trataran las personas de verse fuertes y de engañarse a sí mismas.

El propio Yoongi había sido protagonista de ello, cuando, embargado por los recuerdos, se había roto en llanto esa misma mañana, en medio de su habitación. Por más que se había convencido de odiar a Eunha, era difícil dejar de lado, de la noche a la mañana, los sentimientos que se habían cultivado por tanto tiempo. Era vergonzoso haber sido visto llorar en dos ocasiones por Taehyung, pero más que recibir burlas o una actitud condescendiente, fue apoyo incondicional todo lo que había recibido. Y eso era justo lo que planeaba ofrecer a cambio.

Le había ofrecido su hombro silencioso para dejar sus lágrimas, y sus brazos para sostenerlo en un reconfortante abrazo. Le había acariciado el cabello hasta que los desordenados sollozos se habían detenido y la respiración calma le había dado a entender que se había quedado dormido.

El dolor causado por verle sufrir y el alivio que acarreó observarlo calmarse hasta poder descansar, le corroboró a Yoongi lo que ya había notado: este chico se había convertido en una persona muy importante para él; quería ayudarlo y protegerlo.

El banner del final no me carga 🤦🏽‍♀️. Pero bue...
¡Holiwis! Después de una larga ausencia, volvió esta historia. Debo decir que fue un capítulo difícil de escribir y que me dolió en el alma, como de seguro lo hará el siguiente vvsnddbfbdkbf. Espero les haya gustado. 💜

Prometo no volver a desaparecerme por tanto tiempo y traer actualizaciones más estables.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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