Capítulo 25

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Capítulo dedicado a daimneris
Mil perdones por el mega atraso, aquí está tu regalo de cumpleaños. 💜💜💜✨

Jungkook estaba recostado en el ascensor, regresando a casa. Había pasado todo el día anterior con Yoongi, conversando y bebiendo un poco, escuchando a su amigo y estando ahí para él, tan intensamente como no pudo hacerlo en el momento que más lo necesitó. Todavía no se adaptaba al recuerdo de las lágrimas y el sufrimiento de su manager, aceptando cómo todo en su relación se había derrumbado, cómo había sido un ciego y ni siquiera quería regresar a su propia casa, solo para alejarse de los recuerdos implícitos en esta.

Eran cambios bruscos, pero comprensibles y necesarios. A pesar de haberse ofrecido para vivir con él, Yoongi le había dicho que por el momento había estado quedándose con Taehyung, mientras preparaba todos los asuntos legales que implicaban su divorcio, la división de bienes y la venta de su casa. Si bien su manager había estado ciegamente enamorado de Eunha por años, no parecía dispuesto a dejar que el vestigio de esos sentimientos nublaran el pragmatismo de su juicio, ante la prueba de la traición y la amargura del engaño. Estaba aliviado por ello.

Cuando el sonido que le indicaba haber llegado a su planta sonó, un suspiro agotado abandonó sus labios y salió al pasillo con pasos cansados. Además de haber sido días ocupados y llenos de emociones, había algo más que lo tenía mentalmente desubicado. Había extrañado a Jimin. ¡Joder si no lo había hecho! Las conversaciones telefónicas y los mensajes de texto no habían sido suficientes. Necesitaba su tacto, su aroma, sus besos y sus caricias. Después del momento íntimo que habían compartido apenas unos días atrás, Jungkook se sentía extrañamente insaciable y deseoso de repetirlo.

Era como un adolescente hormonal que había probado el sexo por primera vez. Todo lo que había pasado por su mente que quería experimentar con Jimin, era demasiado alejado de su yo actual. En el pasado había sido bastante aventurero y promiscuo, pero creía que había dejado eso atrás. Nunca pensó que enfocar todo ese deseo en la persona de la que estaba enamorando, se sentiría tan excitante. No era como que quería saltarle encima, desnudarlo y follarlo contra la primera superficie delante de ellos, quería llevar las cosas con calma entre ellos, sobre todo porque Jimin no quería presionarlo en el asunto del sexo entre dos hombres. Pero la idea de una relación estable y a largo plazo con Jimin se sentía tan correcta y en su sitio, que no sentía descabellado pensar todo lo que quizás un día estarían dispuestos a experimentar.

—Dios, me debo estar volviendo loco. —Se pasó la mano por el rostro. A pesar de que sus pensamientos estaban desenfrenados, su cuerpo estaba agotado.

Tenía en planes dormir unas horas, para encontrarse con Jimin. Su novio no lo llamaba desde su llegada, probablemente para no interrumpir su tiempo con Yoongi; siempre tan considerado. Le había dicho, en un mensaje de texto, que pasaría la noche en la casa de Taehyung. Por algún motivo, no desconocido, pero sí poco agradable, le enojaba ese hecho. Sabía perfectamente que Kim era el mejor amigo de su novio, y jamás intercedería en su relación, así como tampoco desconfiaría. Pero, si su intuición no le fallaba, y guiándose por sus escasos encuentros y conversaciones con Taehyung, él parecía sentir algo por Jimin. Obviamente no parecía dispuesto a interceder en el noviazgo, más bien se veía resignado en un sentimiento unilateral, pero era bastante protector.

A Jungkook, en cierto modo, le tranquilizaba que su novio tuviera alguien que lo valorase tanto, y se preocupara por él. Hasta ahora, nunca se había comportado posesivo o celoso con Jimin, pero aparentemente, dar un paso más íntimo en su relación, lo había vuelto más consciente de algunas cosas. Nunca había sentido celos en una relación antes. Tal vez esta era la primera vez que la profundidad de sus sentimientos iba más allá de un enamoramiento pasajero o un ligue casual.

—Hola...

La voz anhelada y conocida que lo recibió, sacó su mente de sus pensamientos. Todavía estaba procesando que Jimin estuviera esperándolo frente a su puerta, con una sonrisa tímida y las manos en los bolsillos, cuando sus brazos se envolvieron alrededor de él. Era tan correcto, tan perfecto. El agotamiento parecía ser drenado de su cuerpo y todo parecía ser llevado a un plano secundario. En este instante, solo existían, Jimin, él, y el profundo beso que ni siquiera notó cuando habían comenzado a compartir.

—Te extrañé tanto, Minie. —El mote cariñoso salió de sus labios antes de siquiera poder pensarlo.

En un momento estaban en el pasillo, y al siguiente habían cerrado la puerta tras ellos, en movimientos torpes, sin dejar de besarse y abrazarse, como si hubiese pasado una eternidad desde la última vez que se vieron. La idea de tener a Jimin esperándolo y recibiéndolo cada vez que regresara a casa, se sintió tan entrañable que, por un momento, la loca idea saberse viviendo juntos, no se sentía tan loca.

—Jungkook —dijo Jimin, en medio de jadeos entre un beso y otro—. Tenemos que parar.  —Se le aferró a su ropa.

Le encantaba como Jimin se había derretido entre sus brazos y respondía a sus besos como si fueran lo más delicioso que hubiera probado.

—¿Hay algo más importante que seguirnos besando y amarte de todas las maneras? Dios, Jimin, si supieras todo lo que quiero que hagamos... —Se sonrojó ante sus propias palabras—. Lo siento, yo...

—Créeme que me encantaría saberlo. —Se relamió, la lujuria brillando en sus ojos—. Pero necesitamos hablar de algo.

—¿Qué pasa? ¿Está todo bien? —La preocupación llegó a su rostro.

Sentados en el sofá de la sala, frente a frente, Jungkook observaba a un Jimin nervioso, dando vueltas al agua en su vaso. Parecía debatirse en qué decir o cómo decirlo.

—Lo siento...

—¿Por qué te disculpas? —Jungkook estaba plenamente confundido con la disculpa.

—Porque sé que esta situación incómoda no era lo que esperabas para nuestro reencuentro. Tampoco yo. Pero, han estado pasando cosas y... creo que lo correcto es que lo sepas. No quiero que te veas envuelto en situaciones comprometedoras, sin saber a qué te enfrentas.

—Me estás asustando, Jimin. ¿Qué sucede? Sabes que puedes contarme lo que sea, estoy aquí para lo que necesites.

Quizás Jimin estaba siendo demasiado apresurado, pero tenía miedo de que si lo dejaba para luego, la compañía de Jungkook lo hiciera sentir tan bien que olvidara todo. No quería acobardarse. Si bien había intentado enterrar su pasado de todas las maneras posibles, contar lo sucedido era necesario. Jaewo era peligroso y rastrero, quería mantener la retorcida mente de ese hombre lejos de su relación. Deseaba poder poner distancia entre esa lengua venenosa y los oídos de Jungkook.

A pesar de estar decidido a contar todo, cada vez que su boca se abría, era incapaz de emitir sonido. La idea de ver una mirada decepcionada y traicionada en Jungkook, lo aterraba demasiado.

Un casto beso tocó sus labios, calentando su corazón.

—Háblame, Minie, estoy aquí para ti.

—Yo... —Su voz salió temblorosa. Tomó una inspiración profunda—. ¿Recuerdas cuando... estuvimos en la playa y te —vaciló— acusé de mentirme por ocultar tu verdadera identidad? Sé que te debe parecer hipócrita que lo diga ahora, después de mi reacción esa noche, pero hay algo de mí que no sabes. De mi pasado.

—Ey. —Jungkook le tomó las mejillas y le alzó el rostro, hasta que sus miradas se encontraron—. No estoy creyendo nada, y no me debes nada. Todos tenemos cosas que queremos olvidar o dejar atrás. No tienes que contármelo para complacerme, o para estar a mano. No me debes nada, estamos bien así. No me importa tu pasado, solo me interesa el hombre que está frente a mí ahora. —Lo besó.

—Y no imaginas cuánto te amo por eso, y mucho más. Por todo lo que eres para mí, y por cómo eres conmigo. Pero, no lo entiendes. Él es peligroso. No soportaría que te hiciera algo.

La expresión de Jungkook se ensombreció, en una complicada mezcla de aversión y resentimiento, probablemente dirigido a esa persona que acababa de mencionar Jimin. Pero rápidamente se sustituyó por preocupación por su pareja.

—¿Hay alguien que quiere hacerte daño? ¿Intentan sabotear lo que tenemos?

Jimin asintió con timidez, mordiendo su labio inferior con culpa.

—¿Quién es? —La voz de Jeon se volvió más dura.

—Mi ex —admitió Jimin, su voz llena de culpa.

Jungkook no sabía qué pensar. No pensó que se tratara de algo como esto. No de un ex. No era como que estuviese entrando en pánico por descubrir que Jimin hubiese tenido una pareja anterior a él. Su novio era un hombre adulto, conocedor de su sexualidad y que obviamente tenía experiencias de todo tipo. Pero, lo que realmente le desconcertaba, es que alguien como Jimin, que no parecía tener personas peligrosas alrededor de su círculo, hubiese tenido una relación con alguien lo suficientemente peligroso como para hacerlo dirigirse a él con semejante preocupación. ¿Qué le había hecho esa persona?

—Cariño, ven aquí. —Jungkook lo atrajo en un abrazo. Ver a Jimin tan vulnerable y lleno de inseguridades, por lo que sea que estaba a punto de decirle, lo quebraba—. No te angusties. Tómate tu tiempo. Aquí estoy para escucharte y comprenderte, no para juzgarte. Saldremos adelante juntos, de lo que sea que esté sucediendo.

Después de un silencio confortable en el que los brazos de Jeon se envolvían protectoramente alrededor de Jimin y sus dedos le acariciaban el cabello con ternura, las palabras comenzaron a fluir del interior del escritor, desnudando su alma.

—Yo estaba en la preparatoria cuando todo comenzó, debo haber tenido dieciséis o diecisiete. Estaba descubriendo y aceptando mi sexualidad. Era un adolescente ingenuo y crédulo, emocionado por la posibilidad de un primer amor como el de las películas, que se enfrenta a todo por la felicidad. —Se mordió el labio inferior—. En esa etapa de mi vida, conocí a Choi Jaewo, mi primer novio y... mi primer amor.

Los dedos de Jungkook se tensaron, por un instante, en la espalda de Jimin, aunque siguieron su movimiento rítmico y calmado pocos segundos después.

—Él era todo lo que había deseado alguna vez: amable, atento, romántico y detallista. También estaba fuera del clóset, así que no tuvimos que tener una relación a escondidas, ni nada por el estilo. Él era popular, de cuerpo atlético y rostro atractivo. Chicos y chicas suspiraba por él, pero era mío. Estúpidamente, me sentía orgulloso de eso, afortunado. Llegué a la conclusión de que debía retribuirle el que una persona como él, saliera con un otaku simplón como yo.

»Me volví servicial y sumiso, complaciéndolo tanto en la esfera emocional, como en la... sexual. Experimentamos toda clase de cosas, algunas con las que me sentía más incómodo que con otras. Pero, de nuevo, creí que las intentaba conmigo porque me amaba y confiaba en mí. Engañándome a mí mismo con esa justificación, permití muchas cosas que eran sus "fantasías", y las quería cumplir conmigo.

»Cuando llevábamos varios meses de relación, y cerca de nuestra graduación, me dijo que quería retribuirme todo el placer que le había dado, permitirme que me relajara y le cediera el control total, así solo tendría que recostarme y sentir placer. —Jimin sintió sus entrañas retorcerse—. Ese fue el inicio del caos. Esa noche hizo desmoronarse mi vida.

Las mejillas de Jimin se sonrojaron, solo de pensar en lo que estaba a punto de confesar.

—Me vestí con lencería de encaje negro. Jaewo encadenó mis muñecas con esposas afelpadas y cubrió mis ojos con un antifaz. Fue muy delicado y romántico, sin perder intensidad. A pesar de llevar juntos tanto tiempo, me hizo sentir que esa era la primera vez que realmente me estaba haciendo el amor, en lugar de solo follarme; algo que me había cuestionado y negado a mí mismo más de una vez, porque quería confiar en él.

»Después de pasar la que, creí, había sido la noche más especial de mi vida, ¿cómo crees que me sentí al despertar solo en la habitación, con una memoria USB y una nota a mi lado? —Se humedeció los labios con rabia e impotencia—. ¿Quieres saber lo que decía? —Obviamente, era una pregunta retórica—. “Terminamos. Gané mi apuesta. Te dejo esto de recuerdo”.

»En la USB, había un vídeo de todo lo que habíamos hecho la noche anterior. Solo me veía yo, sumiso, vestido de encaje, gimiendo y siendo penetrado por un hombre cuyo rostro no se veía. Como una puta —espetó, con su voz repleta de odio a sí mismo, a su yo ingenuo del pasado.

—Jimin... —La tristeza impregnaba el tono de Jungkook.

—Pero —interrumpió cualquier palabra de aliento que su novio pudo pensar darle—, lo peor fue lo que puso a modo de subtítulo, durante todo el vídeo: «Si no quieres que todo el mundo te escuche gemir como perra en celo, más te vale preparar tu billetera».

La bilis se revolvió en el estómago de Jungkook. El hecho de saber que ese desconocido a quien desde ya odiaba, había dicho esa clase de cosas a Jimin, hasta el punto de que su novio todavía se odiara por ello, le hacía arder de furia las entrañas.

—Y yo —continuó—, para demostrar que era tan imbécil e ingenuo como él creía, puede que más, le pagué. Le pagué una y otra vez, todo lo que me pidió, dándole todo lo que mis padres me daban para mis gastos, vendiendo mis accesorios, parte de mi ropa y prendas. Era un pueblo pequeño, lleno de gente chismosa y malintencionada. No quería decepcionar a mis padres, no quería que se avergonzaran de su único hijo. A veces, me daba la impresión de que con solo mirarme, sabían lo que había hecho, porque me miraban de una manera que no podía descifrar.

»No era mi impresión. Lo sabían. El imbécil de Jaewo les había mandado el vídeo y los había amenazado de la misma manera que a mí. Quisieron protegerme y le pagaron. Pero eso no lo supe por ellos, lo supe luego de mi ceremonia de graduación, en la que, sin saber cómo, acabó proyectándose el estúpido vídeo en la pantalla grande del anfiteatro, frente a todos mis compañeros y profesores. Fue denigrante. Y a Jaewo, buscándolo con rabia y desespero, no lo encontré. Se había ido esa mañana al extranjero, para arreglar sus papeles de estudios en una universidad en Estados Unidos, no sin antes haber dejado el vídeo en manos de sus amigos imbéciles, a quienes les encargó reproducirlo para todos.

»Hasta hoy, sigo sin entender. Él no necesitaba dinero, sus padres son jodidamente ricos. ¿Por qué tuvo que joderme la vida? —se cuestionó con voz rota—. ¿Por qué tiene que aparecer de nuevo, con la misma amenaza? Estoy harto de él. De todo. Odio que mis errores del pasado no me dejen en paz, y afecten a las personas que amo.

A pesar de los sollozos desordenados y las lágrimas incontenibles, Jimin se sintió seguro, comprendido y protegido entre los brazos de Jungkook, quien no había dejado de abrazarlo y acariciarlo ni un solo momento. Sin palabras, pero ofreciendo su confort con actos sencillos y sinceros. A Jimin no le quedaron dudas, había encontrado a la persona correcta. Esta vez sí. Podía sacar de su alma todo aquello que le había provocado tantos desvelos y malos ratos por tanto tiempo. Con Jungkook, podía. Confiaba.

¡Holiwis! Mil perdones por la demora, mis días son cada vez más convulsos. El inicio del curso escolar trae más responsabilidades. Espero les haya gustado el capítulo. Todavía quedan algunas cositas por detallar, pero se quedan para el siguiente. 😉
✨Spoiler alert: tendremos acción en el siguiente capítulo.

¿Qué creen del pasado de Jimin con Jaewo? ¿Esperaban algo como eso? Los leo 👀

Por si alguien no lo sabe, publiqué una pequeña historia de vampiros por el cumpleaños de Jungkook. Se llama “To my eternity”, por si desean leerla.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro