Capítulo 29

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El día había comenzado con una serie inesperada de sucesos desafortunados. Lo que Jungkook creyó que sería un agradable desayuno con su novio, lleno de besos, caricias y mimos, se había transformado en un caos desatado. Desayunaron y se prepararon con rapidez, para salir por separado y por entradas distintas, tal y como le dijo Yoongi. Jimin también había sido llamado por su editorial, tal y como habían pensado. La noticia de la muerte de Jaewo, por más feo que fuese pensarlo, fue lo único alentador.

La mañana avanzaba cada vez más terrible para Jungkook. Llevaba en la oficina del CEO demasiadas horas, esperando. Mientras, Yoongi, el presidente, el equipo publicitario y los abogados lidiaban con la nueva situación en curso, en la sala de juntas. Contrario a lo que había pensado, no parecía tratarse del difunto Jaewo. Las fotos no se correspondían con las que Jimin le había mostrado, tampoco eran de esa misma fecha, fueron tomadas antes de su último viaje. Al parecer, el periodista había decidido proponer sus ofertas al mejor postor, antes de entregar su evidencia. La revista elegida había sido Hawkeye, que se caracterizaba por no dejar pasar ningún rumor sobre las vidas de las celebridades, teniendo un gran grupo de aciertos en su historial.

Jeon estaba preocupado. Si solo suposiciones y teorías habían desatado tal odio a Jimin, previamente, ¿qué sucedería ante pruebas contundentes? Hasta ahora, siempre había sido lo que su compañía necesitaba: un actor profesional que respondía a las expectativas, comportándose acorde a una imagen que fuese aceptada y deseada por los fans. Todo había resultado en un verdadero Jungkook oculto de todo y todos, saliendo a flote como Nochu y solo siendo conocido por Yoongi y Jimin. Frente a las cámaras, siempre se hallaba el hombre perfecto, deseado y moldeado a los deseos de todos.

Jungkook le había dicho a Jimin que no lo negaría ante alguien, y tenía la intención de mantener su palabra. Mochi se había convertido en lo más real y auténtico de su vida. Los meses con el escritor le habían dado una sensación de libertad tan grande, que ya le resultaba difícil adecuarse a su 'yo' de frente a las cámaras. No es que no valorase su fama. No es que hubiese olvidado todo el trabajo duro que le tomó llegar a donde estaba. Sin embargo, si lo pensaba con detenimiento, ¿de qué sirve vivir tu sueño, si no lo haces como tú mismo? En algún momento del camino, los límites se habían vuelto borrosos, siendo el dinero, la publicidad, las ventas y la aceptación, más importantes que su propia felicidad. Entonces, la pregunta regresaba, con un nuevo toque: ¿de qué sirve vivir tu sueño, si no te hace feliz? Actores, staff, medios de comunicación; todos conocían a Jeon Jungkook, pero al de las revistas y entrevistas, al que asociaban con los personajes que interpretaba, al casanova irresistible que su empresa había vendido como imagen.

¿Quién, entonces, amaba al verdadero Jungkook? ¿Quién había transformado sus sonrisas preconcebidas, en verdaderas? ¿Quién era su felicidad? Sin ningún esfuerzo, todas las respuestas se congregaban en una sola persona: Park Jimin. Él era el motivo de su felicidad.

Jungkook deseaba estar con quien lo hacía feliz. Quería compartir esa felicidad con la persona que, sabía, lo conocía en todas sus facetas. No es como si anhelara gritar a todos que estaba en una relación, gay o no, le gustaba su privacidad. Pero no negaría a Jimin, eso significaría lanzarle todos los problemas que conllevaba un escándalo de este tipo, y hacerlo enfrentarlos solo. Si habían compartido las buenas, también lo harían con las malas. Quería tener fe en que su trabajo duro había construido una imagen sólida, que le permitiría mantenerse en pie, a pesar de tambalearse. Ser rechazado por sus fans por ser quien era, sería chocante; pero al menos podría seguir su camino sin remordimientos. Vivir la vida ocultándose, por temor al qué dirán, estaba fuera de los límites.

La decisión estaba tomada. Aunque, sabía, le esperaba una batalla campal con sus patrocinadores. Ellos no se permitirían perder su gallina de los huevos de oro, pero él no se rendiría, estaba dispuesto a dar pelea.

Después de solo Dios sabe cuántos cafés, la puerta se abrió, dejando entrar a Yoongi y al presidente Choi. Jungkook se puso de pie, dejando el vaso desechable en la mesita de centro, para luego hacer una reverencia.

—Parece que has abusado del café esta mañana, muchacho —dijo el presidente, su mirada en la jarra casi vacía—. Debes haber estado muy preocupado. —Le puso la mano en el hombro—. No tienes porqué, todo está resuelto. Golden Seal ha llamado.

El ceño de Jungkook se frunció en confusión, al escuchar el nombre de la editorial de Jimin. Debía ser una buena noticia si todo estaba resuelto, pero la expresión de enojo, mezclado con resignación, en el rostro de Yoongi, le daba a entender que no todo era tan maravilloso como la sonrisa de Choi hacía parecer.

—No entiendo, señor —dijo con cautela—. ¿A qué se refiere con que todo está resuelto?

—Haremos una conferencia de prensa conjunta, mañana en la tarde. Park Jimin negará todo.

—¡¿Qué?! —Jungkook casi perdió el aliento al replicar. Observó a Yoongi, otra vez, pero la mirada de su manager se apartó—. Tiene que estar bromeando, señor. No es una mentira, se lo dije.

Era cierto, Jungkook no entendía. A primera hora de la mañana, cuando le habían preguntado por la veracidad de la situación, él había afirmado sin dudar. Por qué ahora el director Choi se comportaba como si esa información no existiera en su cerebro. Además, ¿Jimin iba a negarlo? ¿Por qué?

—Eso es algo que solo sabemos los que estamos en esta sala y, seguramente, unos pocos en la Golden Seal. Nosotros guardaremos el secreto. Y si la propuesta ha venido de ellos, podemos asumir que también lo harán. ¿Dónde está el problema? —replicó Choi—. El señor Park abogará que ha sido un malentendido. Dirá que no eres tú el de la foto, que se trata de su pareja actual. Tú corroborarás lo mismo, y este asunto habrá terminado.

—Sabe que no es tan fácil apagar los rumores, mucho menos los de ese tipo. ¿Sabe a lo que tendrá que enfrentarse Jimin?

—Sí. Él también lo sabe y está dispuesto a asumirlo —afirmó con rotundidad—. Se está disculpando con nosotros por el desliz y asumiendo la responsabilidad, también para compensarnos por envolverte en aquel pequeño escándalo por sus palabras en una de sus entrevistas.

—Él fue quien asumió las consecuencias aquella vez, también. ¿De qué se supone que tiene que disculparse? —Jungkook estaba reuniendo cada gramo de paciencia en su ser para mantener un tono respetuoso a su empleador, pero se le estaba haciendo cada vez más difícil.

—Si es una excusa o no, eso es lo de menos, Jungkook. Es conveniente para nosotros, así que lo tomamos. —La voz de Choi era severa—. Park sabe que el mundo del espectáculo es mucho más complejo que el de la literatura, en cuanto a términos de aceptación. A nadie le importa que un escritor sea gay, puede que hasta muchos lo imaginaran, o lo dieran por seguro, dada la temática de sus libros. Sabe que tú saldrás más perjudicado que él, así que pensando de manera racional y lógica, hace lo mejor para ti.

—¿Hace lo mejor para mí porque es lo más racional? —jadeó indignado—. ¡Lo hace porque jodidamente me ama! —Perdió los estribos—. ¿Está insinuando que debería aprovecharme de sus sentimientos para sacar ventaja? ¡Nunca! ¡Yo también lo amo y estoy dispuesto a hacer lo mismo, sin importar las consecuencias!

—Cuida tus palabras y tu tono, jovencito, no olvides quién está a cargo aquí —advirtió Choi—. Estoy siendo paciente, Jungkook. No te estoy diciendo que lo dejes. Con quién estás no es asunto mío. Pueden seguir con su relación sin que nadie se entere, no me importa. Pero tengo intereses que mantener, esto es un negocio. Por más feo que se escuche, es así como funciona. —Suspiró, relajando un poco su postura—. Entiendo que a esta edad, los sentimientos son así de intensos, pero no puedes tirar por la borda tu brillante futuro por un amor pasajero.

—Jimin no es algo pasajero —replicó.

Choi suspiró otra vez, pasando una mano por su cabello para acomodarlo hacia atrás, revolviendo algunas canas.

—No tengo tiempo para esto, Jungkook. La decisión está tomada y tengo una conferencia de prensa que preparar para mañana. Yoongi —se dirigió al manager, que había permanecido en silencio, observando el intercambio—, ya hablamos sobre esto en la sala de juntas. Encárgate. —Salió, sin decir más.

Un incómodo silencio se instauró por unos minutos, hasta que el manager rompió el hielo.

—Kook...

La mirada que Yoongi vio en los ojos de Jungkook, cargada de decepción y el dolor de la traición, lo atravesó como un puñal. Él también sabía que Jimin no era algo pasajero. Había visto el amor florecer y crecer a lo largo de los años, en la más inesperada de las circunstancias. Había sido testigo de los cambios en su amigo, cómo se había encontrado a sí mismo, se había vuelto la persona que deseaba ser, cargado de autenticidad y amabilidad, alejado del veneno corrompe almas de la fama y el dinero. Esa mirada dolía, mucho más de lo que pensó alguna vez. Tiempo atrás, cuando supo de los sentimientos de Jungkook por Jimin, supo que llegaría el momento en que tendría que decidir si actuar como su amigo o su manager; ese momento parecía haber llegado.

—Tengo que llamar a Jimin. —Jungkook ignoró la tensión del tamaño de un elefante en la habitación y sacó su celular, marcando el número del escritor.

—¿Jungkook? —Jimin respondió a los pocos timbres.

—Jimin..., dime que no es cierto. —La línea se mantuvo en silencio—. ¿Minnie?

—Es lo mejor, Jungkook. —Había resignación en la voz del escritor.

—¿Olvidaste cuando te dije que no te negaría? No era mentira. No lo haré.

—Lo sé...

—¿Entonces?

—Pero no puedo permitírtelo. A mi fandom no le importará mi orientación sexual, ¿pero y al tuyo? Es diferente.

—¿Y por eso vas a mentir sobre nosotros? Me parece estar escuchando a mi jefe y no a ti. —Respiró profundo, intentando tragar el pesado nudo en su garganta—. Mi fandom... tendrá que aprender a quererme y aceptarme por quién soy, si no, no me estarían apoyando a mí, al verdadero yo. Si no es a mí a quien ven, no tiene sentido seguir en pantalla.

—No hables a la ligera, Jungkook, no es tan fácil. Sabes que las personas llegan a juzgar y lastimar sin pensar, antes de tratar de comprender. Porque, al final, el ser humano es egoísta, y no puede evitar pensar en sí mismo antes que en otros.

—¿Por qué no eres así, entonces? ¿Por qué no olvidas los problemas para mí y me usas para compartir el peso de este problema, en lugar de cargarlo solo? ¡Sé egoísta!

—¿Qué te hace pensar que no lo soy? ¡Soy egoísta! Por eso no pienso en lo que crees que es mejor y me dejo llevar por lo que yo pienso que lo es.

—Quieres decir que para ti lo mejor es negar todo lo que hay entre nosotros... Santo Cielo. —Suspiró con pesadez—. Ahora veo que tenía razón en no querer que sintieras... lo que es ser negado por la persona que amas. —Su voz tembló.

—Jungkook, yo... —Jimin se quedó sin palabras, el peso de la comprensión de las palabras de Jeon flotando en la línea—. Lo lamento —sollozó, su voluntad parecía haberse quebrado—. Lo lamento, tanto... No es eso lo que quise decir. No me avergüenzo de ti, ni de lo que tenemos. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Me encantaría poder gritar a todos lo afortunado que soy por tenerte.

—¿Por qué no lo haces? Estaré a tu lado, para gritarlo contigo.

—Porque la sociedad no es tan indulgente. Porque sé lo que es estar en medio de un torbellino de odio... y no quiero verte en él.

—¡Yo tampoco quiero verte en él! Menos una segunda vez. No hagas esto, Jimin... Por favor. No quiero ser la causa de tu dolor.

—Tampoco quiero serlo yo para ti.

Jungkook suspiró, dándose cuenta de que esta conversación no los llevaría a ningún sitio. Pensó por un segundo en todo, apretando el puente de su nariz con sus dedos. Negó con un gesto silencioso y resignado, dispuesto a retomar la plática.

—¿Es esto lo que quieres, Jimin? —enfatizó en cada palabra, con toda intención.

Silencio.

—Es... lo mejor.

—Entonces respetaré ese deseo —admitió con amargura—. Nos vemos mañana, en la conferencia. —Colgó.

La mirada de Jungkook se dirigió al techo, sus brazos colgando lánguidos a ambos lados de su cuerpo. Cerró los ojos y las lágrimas descendieron por sus mejillas; un suspiro tembloroso abandonó sus labios. Los dos habían tomado una decisión, tal vez no era la mejor, pero sabía que los sentimientos entre Jimin y él eran más fuertes que esta prueba.

—¿Y bien? —Su mirada, cargada de determinación, se dirigió a Yoongi, quien había sido un espectador silencioso la mayor parte del día—. ¿Qué es lo que tienes para decirme? —Se acercó hasta que solo un par de pasos los separaban—. Es bueno que seas tú quien está aquí hoy, sería incómodo hablar todas estas cosas delante de un desconocido. Además, me alegra verte de nuevo en rutina, a pesar de lo de Eunha. —Suavizó su expresión defensiva, no podía enojarse con Yoongi, era solo su trabajo.

—No podía quedarme en casa eternamente, lamentándome por alguien que no vale la pena, mientras mi amigo me necesita.

El brillo de la comprensión resplandeció en los ojos de Jungkook.

—Gracias. —Lo abrazó—. Sentémonos. Hay que prepararnos para mañana.

¡Holiwis! Sé que demoré más de lo previsto, lo siento. El tiempo de ocio se me extendió 😅. Como ven, no es el final, queda uno más. Hacer malos cálculos es mi pasión, qué les puedo decir. 🤦🏽‍♀️🤣

Espero poder traer el siguiente pronto. Ténganme fe, prometo apurarme 😭. Lo siento si hay algún error, solo releí una vez antes de publicar, así que quizás haya algún que otro disparate por ahí XD.

PD: el banner no me carga 🙄, lo pongo luego.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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