Capítulo 10

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Jimin observaba el movimiento de las nubes como si fuera lo más interesante sobre la faz de la tierra, desde el interior del auto de Taehyung. Era lunes, y el paso de los días no había logrado que dejase de pensar en lo sucedido durante la fiesta, más bien había acabado dándole más vueltas. La actitud de Jungkook había sido todo lo inesperada que pudo haber pensado. Que lo defendiera delante de sus colegas, el ofrecimiento para un segundo encuentro, ese tierno sonrojo y encantadora torpeza; todo estaba arraigado en sus recuerdos y le traía una sonrisa tonta de vez en vez. El sitio que tanta preocupación le había provocado antes de asistir y que lo había llenado de dudas, era ahora un grato recuerdo.

—¡Tierra llamado a Park Jimin! —exclamó Taehyung, chasqueando sus dedos delante del rostro estupefacto de su amigo.

Jimin pestañó un par de veces, recordó que estaba en el interior del automóvil, y era hora de dirigirse a clases.

—Perdona —dijo, todavía con la mirada algo desorientada—, estaba pensando en algo.

—Como todo el tiempo en los últimos días. ¿Tan flechado te dejó el encuentro con tu crush? ¿Te embarazó con la mirada?

—¡¿Qué tonterías dices?! —Chocó su hombro, sonriendo.

Kim Taehyung se estaba volviendo masoquista,cada vez que conversaban, inconscientemente, acababa soltando comentarios que, poco a poco y aunque nadie lo notara, usaba para recordarse a sí mismo que los sentimientos de Jimin estaban en otra parte. Últimamente se le estaba haciendo muy difícil racionalizar y aceptar sus sentimientos. Había comenzado a pensar que ya no podía controlarlo, que saber que sería rechazado si lo intentaba no sería suficiente.

Había sido el pilar de Jimin hasta ahora, y seguiría siéndolo, no quería tomar conductas que llegaran a alejarlo. Sin embargo, la idea de que ser rechazado frente a frente sería el remedio, no dejaba de rondarlo. «Confesarte y que te rechace propiamente es la única salida para cerrar este ciclo y avanzar a la verdadera aceptación», había comenzado a decirse. Pero había perdido su oportunidad desde hace tantos años, que había acabado por olvidar cuándo podría ser el momento correcto.

—¿Taehyung? —Jimin lo miró extrañado—. Ahora eres tú quien se ha quedado en blanco. ¿Acaso estás enamorado? —Le chocó un par de veces con el codo.

«Si supieras...», pensó Tae.

—No... —dijo, por el contrario. Se encogió de hombros—. Solo digo lo que veo. —Cambió el tema—. Desde la fiesta, no has dejado de distraerte, y cada vez que abres la boca, acabas mencionando la perfección de Jeon. ¿Qué pasó con Nochu? Creí que te interesaba.

Esa era una curiosidad honestamente sincera. Jimin, todos estos años, parecía haber desarrollado cierto apego especial por su fan; había hasta llegado a creer que se había enamorado o, al menos, le gustaba, más aún tomando en cuenta su reacción cuando el desplante en la cafetería. Ese día, Taehyung podría jurar que la expresión que vio en Jimin fue la de un corazón roto. Sin embargo, el encuentro con Jeon Jungkook parecía haberlo encandilado de una manera inesperada y que podría llegar a confundirlo. Era comprensible. No todos tienen la oportunidad de conocer a su crush, y mucho menos son tratados por este como si fueran un protagonista de telenovela; Jeon debía parecer más ideal que antes a sus ojos ahora, y tener la posibilidad de un nuevo encuentro, daba pie a muchas teorías.

—¿Y bien? —insistió ante el silencio.

—Te dije que Nochu es... diferente.

Taehyung afianzó sus manos en el volante.

—Chim, no quiero sacar conclusiones adelantadas, mucho menos si solo te has visto una vez con Jungkook y te has pasado todos los días debatiéndote si enviarle siquiera un mensaje de texto. Pero te conozco.

—¿Qué quieres decir?

—Sé que eres de los que ama con intensidad, y creo que podrías verte en medio de una situación difícil y una maraña de sentimientos. —Suspiró—. Solo... Sea cuál sea tu decisión, solo ten cuidado con tu corazón. —Le acarició la mejilla, pero retiró la mano inmediatamente.

—Lo tendré, no te preocupes. No pasa nada, en serio. Jeon simplemente me causa curiosidad, es en quien me inspiro para crear muchos de mis personajes, quiero conocerlo un poco.

«Te has cerrado tanto al amor, que lo disfrazas con cualquier nombre para no salir lastimado. ¿Qué voy a hacer contigo? Este momento tan confuso para ti, no es para sofocarte con lo que siento. Esperaré un poco más».

—Si tú lo dices, te creeré. —Miró por la ventanilla—. Por cierto, cambiando de tema, ¿hasta cuándo planeas que esperemos para entrar? Llegaremos tarde.

—Cuando falten cinco minutos, entraremos. Quiero esperar a que la mayoría se vaya, no me apetece enfrentarme a tumultos ni peticiones de autógrafos.

—Te recomiendo que dejes esa mentalidad. —Taehyung se carcajeó—. La vida de los famosos es así. Sonríe y saluda. Yo hasta ideé un autógrafo.

—Estás de broma, ¿verdad?

—Sí —respondió con obviedad—. Pero no es broma que llegaremos tarde, así que quítate El cinturón y vamos de una vez. —Tomó su mochila y salió primero.

Jimin caminó tras Taehyung. Por algún motivo desconocido, la distancia entre el parqueo y la entrada principal se sentía demasiado larga, la escalinata parecía interminable y las paredes y el techo se veían lo suficientemente lejos de su cuerpo,como para que una inmensa multitud lo aplastara en medio del pasillo usual. Este era otro de los motivos por los que deseaba un perfil bajo, ser el centro de atención nunca había sido lo suyo, más si podía conllevar a que conocidos lo reconocieran en alguna parte, o que husmearan en su pasado cosas que no eran de su incumbencia; también estaba el asunto de Jaewo, pero tenía tanto en mente, que ni tiempo para pensarlo tenía. Ahora mismo, su preocupación fundamental era el impacto que podría tener en el campus, el hate que estaba recibiendo, o más bien, el motivo del hate. No se avergonzaba de su sexualidad, pero no deseaba estar en boca de todos, ni buscarse un altercado por poner a nadie en su lugar.

El timbre se escuchó casi cuando estaba en la entrada del salón. Nadie tuvo oportunidad de acercársele, pero sentía las miradas de todos sobre sí mismo. Suspiró con pesantez, los minutos de cada descanso iban a ser largos y tediosos.

─━━━⊱✿⊰━━━─

Yoongi estacionó su auto frente a casa. Hoy había llegado temprano, quería sorprender a Eunha y pasar algo de tiempo juntos, hace mucho que no lo hacían. Había tomado sumamente en serio la idea de rescatar su matrimonio. No era como si tuvieran discusiones, no se veían lo suficiente como para condicionarlo, ni problemas de infidelidad, al menos que él supiera. Ella siempre se comportaba como una mujer comprensiva y paciente; él la amaba por todo eso y más.

Alisó las solapas de su traje, y tomó el pastel de frutos rojos y crema de vainilla que había comprado para compartirlo. Sabía que era el favorito de Eunha, y la tienda donde lo había buscado tenía la mezcla secreta de sabor que le fascinaba a su cónyuge. No compensaría la ausencia, ni la soledad que de seguro había estado viviendo, pero formaba parte de los cimientos que sostendrían la recuperación del tiempo perdido. Abrió la puerta, y la escena lo dejó francamente sorprendido: su esposa lucía un vestido beige de mangas largas de encaje, que se ajustaba a sus hermosas curvas y llegaba hasta la mitad de su muslo; su cabello estaba suelto y su maquillaje la hacia ver más delicada y bonita de lo que ya era.

—Yoongi... —Parecía francamente sorprendida de verlo—. No pensé que llegarías temprano.

Y no la culpaba, de no ser porque había estado reorganizando su horario para comenzar a pasar más tiempo con ella, no estaría en casa ahora.

—Terminé temprano hoy. —Pasó a su lado de manera casual—. ¿A dónde vas?

Ella se volteó hasta quedar frente a él, nerviosa.

—Iba a salir con las chicas. Hay una nueva cafetería que abrió, y queríamos pasar juntas. De ahí ver una película y tener una noche estilo pijamada, para ponernos al día, ya sabes. —Pasó el peso del cuerpo de un pie a otro, disimuladamente. Incómoda—. Pero, bueno, ya que llegaste... —dejó el cierre de la oración en el aire.

—No tienes que cancelar tus planes por mí. —Sonrió, ocultando su decepción—. Vé a divertirte con ellas, entiendo que quieran pasar tiempo juntas.

—¿No te molesta?

En Corea, que una mujer saliera sin su pareja, era mal visto; aun si se tratara de una salida de amigas. Una mujer casada debía ir siempre con su esposo, no hacerlo dejaba mucho que decir sobre la seriedad de la relación, la decencia de la mujer y el control del hombre. A Yoongi todos esos estereotipos le importaban una mierda. Él nunca había dejado de compartir con sus amigos por haberse casado, ¿por qué se lo tendría que prohibir a ella? Y no solo se trataba de eso, él confiaba en ella, independientemente de lo que la sociedad juzgara a ciegas. Muchos le decían que parecía anarquista, porque, además, no estaba en contra de la homosexualidad o la veía con malos ojos. No era anarquía. Solo le parecía ridículo vivir atado a convencionalismos y estereotipos que no hacían más que privar de libertad y felicidad a las personas.

—¿Por qué habría de hacerlo? Son tus amigas. —Le extendió la cajita blanca con el postre—. Es tarta de frutos rojos, la compré especialmente en Marley's. Para que acompañen el café.

—Gracias. —La tomó con una sonrisa, de dio un beso rápido en la mejilla y se giró para salir—. ¡Nos vemos!

—¡Diviértanse!

Le hubiera gustado que ese beso fuera en los labios... Es por eso que era momento de tomar el asunto en sus manos y comenzar a dedicarle más tiempo a su matrimonio.

Fue a su habitación para darse un baño y seguir adelantando su trabajo, ya que aún era temprano, y de paso notificar a Jungkook que en un par de semanas tendría tres días libres. Era un buen momento para un descanso, para ambos. Envió el mensaje con la información, y continuó con el resto del papeleo y la organización de la agenda.

Jungkook, por su parte, se encontraba ojeando el libreto del Dorama. Amaba cada una de sus escenas. Amaba toda la historia. Tener la oportunidad de ser el protagonista era lo mejor que le podía haber sucedido. Pero, más que nada, ansiaba poder comentar con Jimin sus impresiones y experiencias, tanto al leer como al interpretar. Quería hablar de todo lo que sus historias provocaban en él, y cómo lo habían cambiado. Deseaba expresarle todo eso sin una pantalla de por medio. Y esa situación lo llevaba a otro asunto pendiente: Nochu. ¿Cuándo podría decirle su identidad? No quería seguir ocultándolo. A pesar de que no se lo confesó porque realmente no tuvo oportunidad, se sentía incómodo estarlo engañando, además de que nada bueno traería. Pero sentía que debía decírselo frente a frente, sin excepción.

La información de Yoongi sobre su próximo descanso era oportuna, pero nada le garantizaba que Jimin quisiera quedar con él. Además, dejó a decisión del escritor si contactarlo o no, no dependía de él. Su celular vibró en la mesa de centro y la pantalla se iluminó; aparecía un mensaje de un número desconocido, en cuya primera línea se leía: "Hola, soy Park Jimin". No siempre tenía tiempo de estar revisando aplicaciones y sitios para verificar las notificaciones; nadie revisaba su celular, así que simplemente dejaba que aparecieran en la pantalla de bloqueo para deslizarlas y rechazarlas más fácilmente, si era algo sin importancia. En momentos como este, agradecía haber escogido esa configuración, pues le había permitido sonreír esperanzado desde que se encendió la pantalla. Desbloqueó con rapidez y fue a leer el contenido completo:

Desconocido:
Hola, soy Park Jimin.
¿Cómo has estado?
Hacía ya varios días que pensaba escribirte, pero no sabía realmente qué decir. No solo nunca pensé que podría conocerte, hasta hace un par de semanas, sino que ni en mis sueños remotos creí llegar a tener tu número telefónico.
Pero, dejando los rodeos: te escribo para que también guardes mi contacto.
Me diste la elección de ser yo quien se comunicara, la he tomado. Dejo a la tuya el momento de escribirme, si es que deseas hacerlo. Tu agenda debe estar ocupada.
Perdón, creo que ha sido mucho texto. 😅
Qué tengas buenas noches.

Una sonrisa había invadido los labios de Jungkook. También para él, tener el número de teléfono de Jimin, se sentía como un sueño hecho realidad. Pronto dejarían de hablar solamente como Mochi y Nochu, serían simplemente Jimin y Jungkook. ¿Qué tanto lograría que lo viera como a un hombre confiable y un amigo potencial, y no como un playboy?

«Amigo».

Por algún motivo, esa palabra se sentía tan incorrecta, tan lejos de lo que deseaba en el fondo de su corazón. Pero, ¿qué deseaba? ¿Qué sentía? Era confuso.

Dejando de lado los pensamientos que querían comenzar a hacer estragos en él, tecleó su respuesta, dispuesto a comenzar a crear un camino hasta la cercanía. Un plan había llegado a su mente: invitar a Jimin a una salida en su día libre.

¡Holiwis! Después de algún tiempo de ausencia, esta historia ha regresado. No habrá días fijos de actualización, porque no puedo prometerlo, pero planeo hacerlo cada vez que pueda. Se me han estado ocurriendo varias ideas para la trama, y ahora que solo tengo esta para actualizar, es mucho más fácil. Espero les haya gustado.

No tengo mucho tiempo de revisar y editar, perdón si hay errores. Supongo que más adelante editaré, por ahora me centraré en escribir y tratar de llevarla hasta el final.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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