Extra II: New Begining pt. final

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Capítulo dedicado a k_rito234 muchísimas gracias por tu hermoso detalle, y por vivir junto a mí el estrés con Javier panic 🤣🤣🤣. Lo atesoraré por siempre.

El día había sido productivo para Taehyung y Yoongi, por decir lo menos. Se habían divertido, disfrutado y eran capaces de sentir un vínculo más fuerte que antes entre ambos. También, había algo en el aire alrededor de ellos, cualquiera que mirara desde fuera, lo identificaría fácilmente como una tensión sexual no resuelta; para ellos era un «algo» que no eran capaces de identificar o nombrar. O quizás sí. Pero no tenían valor de admitir. Y, cuando faltan agallas, ¿cuál es la respuesta del ser humano? Impregnarlas en alcohol para que salgan de su escondite.

Habían dejado sus pertenencias en el hotel y se habían duchado por turnos. Taehyung había entrado primero a petición de Yoongi, quien no aguantó la curiosidad y aprovechó la soledad para continuar leyendo el doujinshi donde personajes como él y Tae eran protagonistas. ¿Cómo era posible caer en la tentación tan fácilmente? ¿Acaso era tan fácil errar otra vez? ¿Eran tantas sus ganas... o su curiosidad? La puerta de la ducha se abrió y Min se dirigió al baño a una velocidad vertiginosa, ocultando su erección en formación lo mejor posible. Bajo el agua fría, no pudo pensar en nada que devolviera la sangre a la cabeza correcta, así que tuvo que acariciarse a sí mismo, con la imagen de Taehyung dando vueltas en su mente. Se vino tan fuerte y tan vergonzosamente rápido, como nunca creyó haber experimentado.

La posterior cena avanzó más ligera de lo pensado, no había incomodidad o tensión entre ellos. ¿Cómo Yoongi llegó a pensar siquiera que alrededor de Taehyung experimentaría algo como eso? Tae era su lugar seguro, eso no había cambiado. La situación respecto a los sentimientos de Yoongi se había descontrolado en su cabeza, desde mucho antes de masturbarse pensando en él. Sin embargo, los acontecimientos de hoy se habían convertido en una revelación. La sensación de la mano de Tae envuelta alrededor de la suya, la calidez de su presencia, las mariposas revoloteando en su interior por su sonrisa. Yoongi no era un niño, sabía lo que estaba sucediendo, a pesar de no haberlo admitido e ignorado el elefante en la habitación.

—Así que... esto es lo que me sucede —susurró.

—¿Qué cosa? —preguntó Taehyung, al escucharlo.

—Nada, solo pensando en voz alta. ¿Qué sigue ahora?

—Conozco un bar con excelentes tragos por aquí, justo ahí nos dirigimos.

—Perfecto. —La firmeza en su voz hacía sinergia con la determinación en su mirada.

—¿Qué pasa? Tal pareciera que vas a la guerra y no por unas copas —rio Taehyung.

—Digamos que tengo mi propia batalla que librar, de la que espero salir victorioso hoy a como dé lugar.

—¡Bien ahí! Vamos entonces.

Tae no dio demasiadas vueltas a esas palabras, solo las tomó tan literales como le fueron dichas. Su propia cabeza estaba llena de demasiadas cosas provocadas por Yoongi en un solo día, su corazón y su cerebro no aguantarían si se ponía a permitir que su imaginación diera un significado a todos lo que hacía su acompañante. Mantener su autocontrol para seguir siendo un buen amigo fue su promesa de la mañana, debía cumplirla. Para que Yoongi siguiera manteniendo a Eunha fuera de su cabeza.

Sin embargo, la cabeza de Min estaba en cualquier sitio, excepto en su ex esposa. Haber admitido sus sentimientos por Taehyung era una cosa, confesarlos era otra muy distinta. No tenía prejuicios, si en algún momento había existido alguno, la experiencia vivida tan de cerca alrededor de Jungkook y Jimin, los había exterminado. No había algo así como una homofobia internalizada, o algún pensamiento encasillado en su cabeza sobre ser homosexual, o hetero. Pero, a pesar de tener todo resuelto en su cabeza, sacarlo de ella y ponerlo en palabras era algo distinto. Había fallado tan grandemente en el amor. Había hecho tantas cosas mal.

El pensamiento de justificar lo hecho por su esposa y culparse, había desaparecido, si es que alguna vez había existido, pero eso no quitaba el hecho de que él también había contribuido al final de su matrimonio. ¿La distancia fue la respuesta de su subconsciente para alejarlo de la inminente verdad ante sus ojos? ¿Acaso importaba, a estas alturas?

«¡A la mierda!».

Estaba enamorado de nuevo. ¡Se había enamorado de Kim Taehyung! Eso era todo lo importante ahora. Con lo demás lidiaría después.

Junto a Tae, no había miedos ni dudas, podrían superar lo que fuera juntos. Si es que sus sentimientos eran correspondidos, claro está. Pero, a quién iba a engañar. Tenía esperanza. Quería pensar que las pequeñas señales que había notado, iban más allá de los anhelos exteriorizados de su mente enamorada.

Era momento de beber.

Alcohol y resolución no fueron la mejor combinación. Quizás las cosas se fueron un poco de control.

De vuelta en el hotel, todo fue honestidad cruda, lascivia, deseo y pasión.

—Tae... Fóllame —dijo Yoongi, con mejillas coloreadas y mirada nublada por la lujuria. Se encontraba a horcajadas sobre Taehyung—. Te deseo tanto, no puedo ocultarlo más.

—Yoon, espera, ¿qué cosas dices? —Con manos temblorosas, Tae intentó quitárselo de encima, sin hacer demasiado esfuerzo. ¿A quién engañaba? También lo deseaba.

—Te quiero... Te quiero tanto. —La mirada febril de Yoongi era tan tierna y lasciva. Quién iba a imaginar que semejante monstruo pervertido estaba oculto tras la ebriedad.

Para Taehyung, contenerse era más que difícil. Él también lo deseaba. Demasiado. Los últimos meses, en los que se había permitido conocer a Yoongi y compartir más con él, jamás imaginó que acabaría sintiendo algo tan fuerte. Algo que pensó jamás volver a experimentar después de Jimin.

Pero tenía que comportarse, ser la voz de la razón. Invitar a beber a Yoongi no tuvo esta clase de segundas intenciones, era solo una forma de distraerlo de la fecha en la que se encontraban y los sentimientos que podría traer a flote.

—¿No me... quieres? —preguntó Yoongi, con un tierno puchero de mejillas sonrojadas, sosteniendo en sus puños la camisa de Taehyung.

«Mierda».

—Por supuesto que te quiero. —Le acarició la mejilla y deslizó su pulgar por sus labios—. Deseo tantas cosas contigo... Pero no así. No como si me estuviera aprovechando de ti.

Taehyung cerró los ojos con fuerza, pensando en las escenas más gore que alguna vez vio o leyó, tratando inútilmente de distraerse del creciente bulto en sus pantalones. ¿Cómo diablos habían llegado a esto? Lo sabía... Sin embargo, no debió ser de esta manera.

El alcohol pareció disiparse de la mente nublada de Min por un instante, al escuchar las palabras de Taehyung. Pero no del todo. Dijo lo que tenía en mente, con un lenguaje lo suficientemente claro:

—Tae... —Le sostuvo las mejillas, manteniendo sus miradas encontrándose—. ¿Qué ves en mí? Soy un adulto, no un niño. No me harás nada que no quiera. Ninguno lo permitiría. Nos queremos demasiado para ello, o eso quiero pensar. No te estás aprovechando de mí, yo me estoy aprovechando del alcohol para decir lo que sobrio tal vez no podría.

—Pero... y-yo pensé que... Eunha.

—¡A la mierda Eunha! —Unió sus labios en un beso duro, separándose sin dejar de morder el labio inferior de Taehyung, hasta dejarlo ir, solo para lamerlo—. Ella no me importa, hace mucho no lo hace. Te quiero a ti, eres todo lo que quiero y necesito.

—Yoon...

—Dime si me quieres de la misma manera, porque no creo que pueda aguantar mucho más sin volver a besarte.

—¡Oh, joder! No lo puedo creer. —Se relamió—. Por supuesto que te quiero.

Cual si un interruptor se encendiera en su interior, Taehyung atacó la boca de Yoongi en un beso despiadado. Sus lenguas chocaban en un frenesí y el chasquido brusco del acto impregnaba la habitación cada vez. Las manos de ninguno de los dos podían quedarse quietas, así que pronto se deshicieron de sus prendas superiores.

Las caderas de Yoongi comenzaron a hacer un movimiento rítmico y necesitado sobre Taehyung, que con una de sus manos fijó la mandíbula de su amante, aprovechando para jugar con su pulgar alrededor de sus labios e introducirlo en su boca, viendo cómo inmediatamente comenzó a ser succionado de manera provocativa. Con su otra mano, lo sostuvo por la cintura y gracias a la diferencia de estaturas y la posición, acercó su boca a uno de los deliciosos y tentadores botones en el pecho pálido de Yoongi, pintado con un precioso rubor. Lamió, chupó, mordió y jugueteó con cada uno de las protuberancias por separado. Complementó el ritmo con sus caderas, e hizo chocar sus entrepiernas, cada vez más duras

—Ghmmm —gimió Yoongi, sobreestimulado por demasiados sitios, deseoso—. Tae, por favor. Quiero que...

—Shhh. —Taehyung selló sus palabras con un beso—. No hoy. No cuando no sé hasta qué punto el alcohol no nos deje recordar mañana, o ser cuidadosos hoy. Eres demasiado especial para mí, no quiero arruinarlo.

La expresión de Yoongi cayó, entristecida y un poco avergonzada.

—No te pongas así, no he dicho que no haremos nada. Sería injusto dejarnos así de duros y sin atención. —Otro beso—. Matemos un poco las ganas. Quiero probarte.

Giró sus posiciones, apoyando el cuerpo de Yoongi sobre la cama. Se deslizó, dejando un camino de besos desde su barbilla, a lo largo de su pecho y su abdomen, hasta llegar al cinturón de sus pantalones, que comenzó a abrir con presteza.

Yoongi era hermoso. Sonrojado, con la respiración agitada, mirada desenfocada y cabello despeinado, perdido entre la bruma del placer y el alcohol. Taehyung sentía su propia erección crecer cada vez más en sus pantalones, la liberó y vio que el presemen comenzaba a asomarse. Se sentía como un puberto en su primera vez. Yoongi lo hacía sentir explotar en más de un sentido. Lo deseaba tanto. Tan bien y tan mal.

Escupió en su mano y agarró ambas erecciones juntas, añadiendo también una de las manos de Yoongi, tras haberla lamido de igual manera. Generó una deliciosa fricción, que se fue humedeciendo cada vez más con el líquido preseminal de ambos. Aparentemente, no era Taehyung el único a punto de explotar. Apretó un poco el agarre, aceleró el ritmo y con su pulgar acarició el glande ajeno, jugando con la salida de la uretra. Yoongi gimió otra vez, en esta ocasión más agudo, con su cuello extendido hacia atrás, su mirada cada vez más perdida.

—Hermoso —gruñó. Sus caderas cada vez más veloces, el placer más intenso.

—Tae... Voy a...

La señal de Yoongi de que estaba a punto de correrse, hizo a Taehyung apartarse bruscamente.

—Alto ahí, Yoonie. No es justo, te dije que quería saborearte.

Sin dar tiempo a una respuesta tragó el pene de Yoongi hasta la base, succionando luego lentamente hasta la punta, deleitado por la sensación de peso sobre su lengua, el calor en su boca y el sabor salado extendiéndose por sus papilas gustativas.

Yoongi le agarró el cabello casi de manera inmediata, empujó sus caderas hacia arriba en busca de más del placentero contacto, pero se detuvo en seco.

—Lo siento, me descontrolé... Eres demasiado para mis sentidos.

Taehyung se rio con la boca llena, sacando el pene solo para contestar:

—No te disculpes, ni te controles. Fóllame la boca como más te guste, quiero todo de ti.

Volvió a engullir el miembro, con más presión y velocidad, jugando con su lengua y complementando con una mano en la base, dando pequeñas embestidas. Su otra mano estaba en su propio pene, acariciándose al mismo ritmo, acercándose cada vez más al clímax, solo con los gemidos de Yoongi. Nunca pensó que el placer ajeno podría sentirse tanto como el propio. Jamás imaginó que dar placer sería así de placentero.

¡Santo cielo! La corrida de Yoongi vino a la par con la suya; fuerte, intensa y tan deliciosa como jamás pensó. Tragó hasta la última gota, y ordeñó su propia erección hasta hasta el final, exprimiendo hasta lo último de su esencia con sus dedos índice y medio. Tomó el remanente y lo llevó hacia la boca de Yoongi, quien lo chupó con ahínco, más por instinto, pues su mente parecía perdida aún por el orgasmo.

Compartieron su sabor en un beso, acostados uno sobre el otro, sintiendo el palpitar de sus corazones contra sus pechos y la respiración irregular haciendo eco a su alrededor.

—Dios... Eso fue lo mejor que he hecho en mi vida —admitió Yoongi, relajado y deshinibido, acariciando la espalda de Taehyung sobre él. Por algún motivo, el peso, más que ser molesto, le daba una sensación de confortabilidad inexplicable—. Espero recordarlo todo mañana.

—Sí, increíble. Eres increíble. —Se rio Tae, lo volvió a besar y se movió a su lado en la cama, sin dejar de abrazarlo—. Y no te preocupes de no recordarlo mañana, simplemente lo reescribiremos con algo mejor. Nos queda mucho por explorar.

—No puedo esperar. —Se mordió el labio.

—No te preocupes, no lo harás. —Lo besó y le acarició el cabello, apartándole las hebras húmedas de la frente—. Te haré feliz, Yoon, tanto como lo mereces.

—Tú también lo mereces. Me aseguraré de que lo seas.

Se quedaron dormidos poco después, abrazados, con la promesa silenciosa de darse todo lo que merecían, en cada sentido posible. Había llegado su momento para encontrar el amor y ser felices.

¡Holiwis! Ahora sí, colorín colorado, Over lies ha terminado. Demoré muchísimo más de lo pensado y han sido tiempos difíciles, pero estoy orgullosa de haber llegado hasta aquí. Siento que escribir el final de mis historias es mi eterno trauma jajajajaja.
Muchísimas gracias por su infinita paciencia, sus estrellitas y sus hermosos comentarios que siempre me alegran el día. Seleskiere. 💜

Chao chan 😘

Hasta el próximo fanfic.

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