Novia Hipotética

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¡Muy buenas a todas y a todos!

Nueva semana, nueva actualización. ¿Qué mejor día para ver al buen Preston sufrir el karma por haber tratado así a su hija que hoy, verdad? Aunque él no es el único que sufrirá, Pacifica por su lado deberá seguir aguantando las elocuencias de Mabel. Este fic más bien debería llamarse: "El tío Javi los guía a... Cómo hacer sufrir a tu waifu y a su padre al mismo tiempo". En fin, las y los dejo con el consecuente capítulo.

Muchas gracias por su apoyo al darle a esta historia un voto, un favorito o un comentario. Todos son bienvenidos y les agradezco de corazón por tomarse su tiempo. Nos leemos abajo para comentarios finales.

Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!

Gravity Falls Fanfic: Pacifica por la Carretera

Capítulo 4: "Novia Hipotética"

La siguiente parada del grupo tuvo lugar en un sitio llamado: "Troncolandia". Un peculiar espacio turístico donde la principal y única temática, eran precisamente: Los troncos. Desde sombreros hechos con troncos, hasta golosinas con forma de troncos, pasando por juegos mecánicos elaborados con troncos e inclusive peluches de ojos saltones asimilando la apariencia de un tronco. Dipper no perdió más el tiempo y puso manos a la obra. De modo que no pasó mucho tiempo antes de que lograra captar la atención una bella chica de tés morena, utilizando de por medio los valiosos consejos de Stanley. Fue así cómo Dipper y su ahora nueva conquista dieron un "romántico paseo" por todo el parque temático, tomándose de la mano de manera sutil y disimulada en determinadas y accidentales ocasiones.

Mientras tanto, Mabel, Candy y Grenda habían optado por probar los juegos mecánicos. Pacifica había decidido permanecer en el camper revisando sus redes sociales en su celular, utilizando de nueva cuenta la red wifi del atractivo turístico para ello, pero debido a las constantes protestas e insistencias de Mabel, la joven Northwest finalmente accedió de mala manera a subirse a los troncos mecánicos en compañía del trío de chicas a pesar del tremendo pavor que a ella le producían este tipo de juegos.

Por otro lado, Stanley fue el que lideró la ofensiva para sabotear la atracción, liberando a una horda de castores ansiosos por mordisquear madera y que no perdieron el tiempo para comenzar con su labor. No así sucedió con el honorable líder del clan de los Northwest, quién al momento soltar a otro par de castores de sus respectivas jaulas, luego de seguir las órdenes de Stanley, fue atacado de manera brutal por ambos animales, los cuales comenzaron a morderle los cachetes ante la mirada atónita de su fiel esposa.

El plan había tenido éxito, pero Stanley no estaba conforme y aún faltaban muchas horas para que el sol se ocultara, así que aprovechó para moverse junto al resto hacia la siguiente atracción: El Laberinto de Maíz; una trampa turística en la cual, tal y como su nombre lo indicaba, invitaban a los turistas a adentrarse en un inmenso laberinto hecho completamente con siembras de maíz, lugar dónde soltó una plaga de gorgojos que mantenía almacenados en un saco para que acabaran con el cultivo en un dos por tres. Preston volvió a convertirse en el cómplice de Stanley una vez más, de modo que luego de seguir al pie de la letra y de nueva cuenta sus maquiavélicas indicaciones, este tropezó al tener las agujetas de sus zapatos desatados, yéndose con toda su humanidad en contra del costal lleno de gorgojos, por lo que fue cubierto y atacado por los cientos de animalitos.

Dipper por su parte, sabía que su racha de "conquistas" se encontraba por las nubes. Dos en un solo día era ya un gran logro para él, por lo que no desaprovecharía esta nueva oportunidad para seguir practicando sus nuevas habilidades en el arte del coqueteo. Su nuevo objetivo: Una chica de trece años, de cabello castaño, vestido rosa y una coleta trenzada cayendo sobre su hombro derecho. Después de unos minutos de charla, la chica quedó maravillada con las historias de Dipper, las cuales se encontraban directamente relacionadas con la batalla que tuvo que sostener contra el niño más caprichoso de la creación: Gideon Gleeful, con tal de recuperar la atracción turística de su tío, la cual afortunadamente había culminado con la derrota y el encarcelamiento del muchacho peliblanco, pero ocultando las partes del robot gigante, solo como una precaución al hecho de que seguramente ella lo tacharía de loco, lo que la terminaría por alejarla. La táctica parecía haber dado resultado, ya que sin pensarlo, la chica lo tomó del brazo y le pidió dar un paseo "a solas" entre los muros del laberinto. Al final, Dipper consiguió su teléfono y un beso en la mejilla por parte de ella.

Del lado opuesto del laberinto, Mabel incitaba a Pacifica a acompañarla a ella, junto a Candy y a Grenda a adentrarse en los corredores del mismo. Pacifica se resignó, ya que al ser una atracción pensada para ser completamente al aire libre, la red wifi era prácticamente inexistente. Fue así, como el grupo concluyó con un primer y pesado día repleto de toda clase de fechorías, diversión y de coqueteo. Ahora, su última parada de ese día sería en "La Colina Séptica"; un parque de descanso y recreativo pensado únicamente para aquellas familias que se encontraran de vacaciones, cuyo medio de trasporte fuera un camper y que quisieran encontrar un lugar simple y barato para pasar la noche sin tener que dejar sus medios de transporte a la intemperie.

—Preston, querido. ¿Te importaría dejar de moverte? —Dijo Priscilla Northwest, permaneciendo junto a su esposo dentro de uno de los jacuzzis que la administración del parque le proporcionaba a los visitantes sin costo alguno.

La noche finalmente había caído y Priscilla removía cuidadosamente, con la ayuda de una pinza, todos los gorgojos que habían quedado adheridos a su espalda. En consecuencia, el pobre hombre se dedicó a pegar una serie de desgarradores gritos al cielo, los cuales eran inevitablemente escuchados por el resto de los turistas, provocando que se alejaran de ellos tras lanzarles una mirada de extrañeza.

—Eso quisiera... Pero no puedo... —Dijo Preston, al borde de las lágrimas—. Ese Stan... ¿Cómo pude permitir que ese sujeto me chantajeara a mí? A uno de los hombres más poderosos, ricos y respetados de todo el país. Juro que algún día me las pagara todas... Al menos podemos estar seguros de que mañana por fin llegaremos a la estación de servicio. ¡AUCH...! —Se quejó, en cuando su esposa pudo retirarle uno más de aquellos animalitos.

—Ese era el último.

—Gracias, cariño. ¿Sabes? A pesar de haber tenido uno de los peores días de nuestra vida, creo que ha llegado el momento de relajarse y disfrutar de esta velada solos tú y yo. Pacifica está jugando con esas chicas de clase media-baja y no hay señales de Stan a la vista. Ya necesitaba de un momento de tranquilidad como este.

—¿Acaso escuché mi nombre? —Dijo Stan, apareciéndose de repente por detrás de la pareja, provocándoles a ambos un susto terrible y de infarto. Acto seguido, el anciano, ya en ropa interior, entró a la piscina para enseguida colocar sus brazos alrededor de los cuellos de cada uno—. ¡Hey! ¿Cómo va todo por acá, Preston, señorita?

—¡Todo iba muy bien hasta que llegaste, Stan! —Preston protestó.

—¡Vamos! No seas tan pesimista.

—¿Pesimista, yo? Te recuerdo que fue gracias a ti que esa anciana demente destrozó por completo uno de mis autos preferidos y más costosos de mi vasta colección. ¡Era de edición limitada! Y por si eso fuera poco... Durante este asqueroso viaje, he sufrido de nauseas, vómitos, me atacaron un par de castores, me invadió una plaga de gorgojos y además... Por tu culpa, mi miedo de la niñez por los insectos ha regresado y creo que he empezado a desarrollar un instinto de paranoia colectiva.

—Creo que estás exagerando. Apuesto a que este ha sido uno de los días más emocionantes que has tenido en toda tu vida. Solo tienes que encontrarle el lado positivo a las cosas que se te presenten. Como mi sobrino. ¿Estás listo, Dipper? —Le preguntó al muchacho de doce años, el cual se encontraba sobre el techo del camper, listo para saltar hacia el jacuzzi.

—¡Estoy listo, tío Stan...! —Exclamó—. ¡¡¡BALA DE CAÑÓN!!! —Gritó, golpeando su pecho en repetidas ocasiones con ambos puños cerrados, para enseguida lanzarse con el cuerpo contraído hacia el montículo de agua, empapando por completo a los dos integrantes del matrimonio Northwest.

—Eso es a lo que yo llamo una buena entrada. —Stanley rió junto a Dipper—. ¿Entiendes, Preston? —Le dio una fuerte palmada en su espalda resentida por las mordidas de los insectos, lo que lo hizo lanzar un apabullante alarido de dolor que se escuchó por todo el parque y probablemente en varios kilómetros a la redonda. En consecuencia, Preston decidió adoptar una postura más seria y de odio hacia el mundo, anotando a Stanley al tope de la lista. Acto seguido, salió del jacuzzi junto a su esposa, para regresar entre maldiciones y otra clase de murmullos al camper. Entre tanto, Dipper permaneció en compañía de Stanley para conversar un poco acerca de las aventuras y conquistas del día—. ¡Vaya! No entiendo que mosca le pica a ese hombre. —Stan prosiguió.

—Ignóralo tío Stan. —Sugirió el muchacho—. Es Preston Northwest después de todo... Créeme cuando te digo que lo único que a ese horrible hombre le interesa es su dinero y nada más. No dejemos que su arrogante actitud opaque a este día.

—Y hablando de eso... He notado que mis valiosos consejos te han servido bastante. Puede que haya estado ocupado, pero te he visto coquetear con muchas chicas durante este día.

—Tío Stan, este ha sido el mejor día de mi vida. Nunca imaginé que dentro de mí se encontrara la confianza necesaria para haber logrado todo esto. ¡Mira esto! —Alzó los brazos, mostrándole a su tío cómo escritos alrededor de ellos se encontraban algunos cuantos números telefónicos y cuentas de e-mail. Algunas acompañadas con unos cuantos corazones a los lados—. ¿No es increíble?

—Veo que este ha sido un día productivo tanto para mí, cómo para ti, sobrino. Pero... ¿No se te borrarán con el agua?

—Ya me ocupé de apuntarlos en una libreta, no hay de qué preocuparse.

—¡Un hombre prevenido vale por dos! Ahora tienes las aptitudes suficientes para hacer que cualquier chica caiga a tus pies. —Estiró el brazo fuera de la alberca para tomar dos latas de gaseosa, pasándole una a Dipper—. Solo recuerda mis consejos y nunca fallarás.

—Aunque... Lo he estado pensando, tío Stan... ¿No está mal coquetear con tantas chicas al mismo tiempo? Es decir... No me gustaría que crean que solo las utilizo para practicar mi fluidez a la hora de conversar o que lo hago solo con el afán de superar los sentimientos que tuve alguna vez por Wendy... A lo que me refiero es que en verdad me gustaría comenzar una relación con alguna de ellas a pesar de la distancia... Digo... A Soos y a Melody parece funcionarles. Pero el problema es que varias de ellas se veían muy comprometidas. Una me habló incluso de cómo sería su boda ideal. Eso suena bastante aterrador.

—Parece que Preston te está contagiando de su pesimismo. Mira siempre el lado positivo, Dipper. Jamás volverás a ver a ninguna de estas chicas. Eso es lo hermoso de ir en un viaje por la carretera... No tienes que estar atado. ¡Es como ir a Las Vegas! Puede ocurrir de todo... Hasta casarte con un mecatrónico... —Se aclaró la garganta—. El punto es que, debes tomarte las cosas con calma, sobrino. El amor llegará cuando menos te lo esperes. Aunque sí ya no puedes esperar más y quieres apresurar un poco las cosas, entonces déjame decirte que por allá tienes a tres lindas señoritas disponibles. —Dijo, señalando hacia el lugar dónde Mabel, Candy, Grenda y Pacifica se encontraban conversando mientras asaban malvaviscos alrededor del calor de una fogata.

—¡Por favor, tío Stan! —Rió con escepticismo—. Grenda definitivamente no es de mi tipo. Tiene tres veces más masa corporal que yo, me destrozaría en un descuido si llegara a abrazarme. Además, parece que ya consiguió un novio austriaco según lo que me comentó Mabel. Candy es del tipo agradable, también es inteligente y graciosa, pero nunca la he visto con otros ojos más allá de ser simplemente buenos amigos. Y Pacifica... —Soltó una segunda risa—. Bueno... Es Pacifica... No hay mucho que explicar... Aunque quedamos en buenos términos desde aquella vez que la ayudé a lidiar con ese fantasma, parece que ha regresado a tener esa fastidiosa actitud de diva altanera. Pero no la culpo, vivir con esos padres tan horribles no es una tarea fácil. Es una lástima, creí que por fin había hecho una amiga de verdad.

—Tal vez deberías darle una oportunidad y probar tus nuevos poderes en ella. ¿Te imaginas la cara que pondría Preston sí en un hipotético caso llega a enterarse de que a su única hija le gusta alguien de una clase social más baja?

—¡Vamos, tío Stan! Dudo mucho que eso sea posible... ¡Tan solo piénsalo! Pacifica Northwest, la chica más popular y con más poder socioeconómico de todo el estado... ¿Ella? ¿Enamorada de una rata de biblioteca como yo? Su reputación caería por los suelos. —Rió por tercera vez, en esta ocasión, utilizando un tono un poco más fuerte que las anteriores—. Aunque admito que ver la reacción de su padre no tendría precio, pero yo nunca me atrevería a hacerle algo así... Por más que se trate de Pacifica, ella me ha demostrado que en su interior se encuentra algo de bondad. La culpa me perseguiría por siempre. Sin contar que Mabel jamás me perdonaría el hecho de jugar con el corazón de una chica.

—De acuerdo, tal vez me excedí... —Admitió Stan—. ¡Hey! Solo por diversión... Piensa en lo que sucedería sí esa chica se convirtiera en tu novia. Apuesto a que ella debería pagar por todo en su primera cita.

—Y de seguro su padre contrataría a una docena de guardaespaldas para vigilarme y asegurase de que mis intenciones son buenas.

—¿Y qué me dices de los regalos de aniversario? Me pregunto sí ella sería capaz de regalarte un castillo...

—¡Olvida eso! Apuesto a que solo está acostumbrada a ir a restaurantes cinco estrellas. Las caras de expresión de ella y del mesero cuando yo pida una hamburguesa con queso...

Dipper y Stan rieron a carcajadas, imaginándose toda clase de eventos disparatados e increíblemente bizarros, consiguiendo atraer la atención del grupo de chicas a escasos metros de ellos, quienes al parecer, estaban por comenzar un clásico juego que involucraba retos y preguntas de reveladora naturaleza.

—¡Hombres! ¿Y ahora de qué estarán hablando? —Se preguntó Mabel.

—De cosas relacionadas con la testosterona seguramente. —Dijo Candy—. Ignorémoslos y continuemos con el juego. Creo que era el turno de Pacifica.

Continuará...

Sí lo sé, este capítulo terminó muy abruptamente, pero si no, se hubiera perdido la emoción del que subiré la semana próxima. En el cual veremos a la pobre de Pacifica sufrir a causa de que su más grande secreto sea revelado. Sé que les gustará. Y hablando de eso, el día señalado en el calendario será el miércoles 26 de Abril.

Por cierto, si también están siguiendo mi fic "La Novia de Dipper", les alegrará saber que este viernes saldrá de su hiatus clásico de semana santa y comenzará con su segunda temporada. ¡Bien! Sin más que añadir, espero que les haya gustado el capítulo de la semana. ¡Chao!

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