Capítulo 1

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Robert Lewandowski, un exitoso futbolista, titular indiscutible y capitán de su selección, un Alfa dominante que lo tiene todo, Robert se decía que ya había logrado todo lo que una vez, un pequeño Robert en una cancha de lodo y con hambre se propuso. Ahora volaba en dirección a España, Barcelona a cumplir su último sueño.

Era uno de los mejores del mundo, simplemente tenía una vida perfecta.

Pero la vida da muchas vueltas.

-¿Cómo cres que se lo tome? ¿Nos va ha aceptar?-Un joven Omega preguntaba con nerviosismo, su mellizo sentado al lado, también tenia las mismas preguntas, pero era el mayor.

-Tal vez se asuste un poco, pero si es como lo describió mamá, él nos ayudará.-Es la mejor respuesta que puede dar.

Después de todo, solo tuvo tres horas para asimilar que tenía un padre, uno que no sabía de la existencia de ambos.

Pedro solo espera que el hombre, que según su madre era alguien bondadoso y compasivo, los aceptara.

Anna González Gavira, una joven que se enamoro de un joven que llegó a su instituto de intercambio años atrás, quedó embarazada de mellizos, el joven volvió a su país natal, sin saber de la existencia de sus hijos, Anna sólo tenía dieciséis años, tuvo que dejar los estudios para poder ser madre, lamentablemente el destino tenía otros planes.

-Señorita ¿Se encuentra bien?-El chófer del taxi que Anna había pedido, lucía preocupado, la joven se quejaba con forme ellos avanzaban.

-N-No, por favor de la vuelta, a‐al hospital.

El chófer captó la situación.

Con el afán de llegar lo más rápido posible, él chófer no tomó en cuenta la luz roja, y eso lamentablemente ocasionó una tragedia.

La sirena de la ambulancia resonaba en la autopista, había vidas que salvar.

-Omega de unos diecisiete, nueve meses, contusión y posible conmoción cerebral, esta perdiendo mucha sangre.

Anna González Gavira murió el 5 agosto del 2002, con tan solo diecisiete años, dejando a dos recién nacidos huérfanos.

Los niños, un Alfa y un Omega, nacieron tras la rápida intervención de la paramedica, tras ver que la Omega estaba sangrando y que posiblemente ya estuviera con una muerte cerebral, opto por salvar a los bebés, realizando una cesaría de emergencia.

El mayor, no mostró complicaciones, sus genes Alfa actuaron de inmediato, pero el menor nació con un tamaño considerablemente más pequeño que su hermano, sus latidos eran más débiles.

La ambulancia llegó al hospital, los dos recién nacidos fueron llevados a cuidados intensivos, el bebé más pequeño era un omega, y tras las primeras 72 horas logró respirar sin la ayuda de las máquinas.

El hospital llamo a servicios infantiles, la madre murió y no había rastros del padre.

El chófer que había traído a Anna se encontraba fuera de peligro, pero la culpa lo carcomia, el joven adulto se hizo responsable de todos los cargos, tras dar su declaración fue juzgado por un juez compasivo.

Las enfermeras rápidamente se encariñaron con los hermanos, ellas junto al doctor que los atendían, les pusieron sus nombres.

Para el mayor, Pedro González Gavira, y para el más pequeño, Pablo González Gavira, los bebés cumplieron los seis meses en el hospital, Pedri estaba en buenas condiciones, pero como eran mellizos no podían separarlos, ya que era Pablo el que más complicaciones tenía.

El chófer cumplió su condena, el juez tomó en consideración que el joven adulto, Aymeric solo quería llegar al hospital, era una situación de vida o muerte, fue condenado a seis meses de servicio comunitario.

Al salir de esa situación, lo primero que hizo Aymeric, fue ir a ver a los bebés.

Él se hizo cargo de los gastos y de los cuidados de los niños, puso en orden los papeles y se comunico con servicios infantiles.

No los adoptó, tampoco tomó el lugar de un padre, el solo se hizo cargo de que no les faltará nada.

Los niños crecieron, Aymeric se volvió su padrino, él nunca les oculto la verdad de porque no tenían una madre, Pedri y Gavi, como el niño le gustaba que lo llamaran, siempre agradecieron la sinceridad de su Padrino.

-Padrino ¿Podemos ir a ver el juego de hoy?-Un pequeño Gavi, con ojitos de cachorro intentaba convencer a su padrino, el y su hermano se volvieron los más grandes fanáticos del FC Barcelona, el club tenía un encuentro hoy.

-Claro, pero primero termina tus verduras, y tu, Pedri tienes que terminar tus tareas.

-Ah, bien, pero no me gustan.-Gavi refunfuñando se llevó la cucharada de brocolis a la boca.

Aymeric solo reía al ver como Pablo se llenaba las mejillas con las verduras.

Los años pasaron, los dos hermanos crecieron, Aymeric hizo un gran trabajo, ahora el Alfa mayor los veía competir sentado en las gradas, los dos hermanos cumplieron su sueño, Pedri fue fichado por el Barcelona junto a su hermano Gavi.

Tenian una vida y carrera por delante.

Aymeric nunca descanso, desde el día del accidente, el Alfa aparté de criar a los hermanos, se dedico a buscar al padre de sus ahijados, indagando en el paso de Anna, hoy su investigador llegó con los archivos de Anna, uno que legalmente el no podía obtener, pero Pedro y Pablo sí.

Los dos no sabían nada, tampoco les interesa saber sobre un padre, en especial Pedri, el mayor tenia cierto resentimiento hacia el hombre que los abandono, pero Aymeric sí, Aymeric sentía que le debía eso a Anna.

Así que ahora se encontraba con los papeles en la mano, y viendo a sus niños disputar en el campo.

-Robert Lewandowski, esto es tan irónico.-Aymeric reía al reconocer al hombre que es el padre de sus ahijados.-Ahora todo tiene sentido, amigo tus hijos salieron con el mismo amor por el balón que tú.-Meneando la cabeza.- Solo espero que no seas un idiota.

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