Retiro a Katty del colegio y voy de camino a la casa de Beatriz, pero un automóvil toca bocina enfrente de nosotros. Yo bufo, tiene la insignia Ricoy, marcada en la puerta, aunque... quién baja no es Crista.

—¡Tío Ian! —mi princesa salta y yo levanto la vista.

Había oído hablar de él, pero jamás lo había visto. El hermano de Crista, es alto y rubio. Se quita los lentes oscuros y le sonríe a mi niña.

—Hola Katty —luego me mira a mí —un placer conocerte, Daniel. Me encantaría tener una conversación contigo.

—¿Conmigo? ¿Para qué? —pregunto confundido.

Se acerca hasta Katty.

—Esta es una conversación de adultos ¿Te molesta si hablo con tu padre mientras te cuida mi asistente?

—¿Tienes regalito para mí? —Exclama esperanzada mi niña, pero yo me pongo delante —papi ¿Por qué? —hace puchero.

—Katty no va ningún lado, menos con un Ricoy —digo seriamente.

—¿Pues tienes a alguien con quién dejarla? —pregunta tranquilo.

—Mi hermana —este hombre transmite poderío, no me puedo dejar intimidar.

—Excelente, entonces tendremos nuestra conversación —sonríe y me genera desconfianza.

—¡Ufa! —infla los cachetes Katty.

¿Pero desde cuando lo conoce a este hombre Katty como para tener esas actitudes para con él?