Ante la insistencia de mi niña por ir a ver a su madre, pesé a que no se dio cuenta que su juego de la escondida fue macabro, suspiro y la llevo hasta Deluxe.

—Voy a ver a mami, voy a ver a mami ¡Sí! —canta Katty mientras yo bufo por la palabra "Mami" que no está en el vocabulario de Crista.

Al entrar a la empresa, frunzo el ceño y raro que no sea por la malvada rubia. Cerca de su despacho, visualizo a Ian y una extraña sensación que pensé que no tenía, aparece.

—Hola —exclamo en tono seco —nos volvemos a ver, señor ocupado ¿Se divierten? —Miro a Helen que antes estaba sonriendo —parece que sí —. Sí, sueno celoso ¡Cielos, que celoso me puse! La aparto de su cercanía —¿Interrumpo algo? —digo sosteniendo su mano.

—Para nada —responde el rubio, que desde ahora me irrita.

Helen se suelta y se acerca a mi princesa.

—Hola Katty, estás hermosa hoy —vuelve a sonreír.

—Gracias —mi niña responde de manera adorable.

—Estamos todos aquí, parece —llega la mujer de mis pesadillas y mi humor empeora.

—Katty quería verte —expreso cansado.

—¡Mami! —corre mi pequeña hasta Crista y me preparo para lo peor, viendo la cara de desagrado que hace, ya me estoy asustando.

—Te atrapé —exclama el rubio agarrándola a upa y sonríe.

—¡Tío Ian, yo quiero regalo!

¿Pero siempre piensa eso cuando ese hombre está cerca? Al menos se olvidó que iba hacia la arpía.