Despedida

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Las canciones se indicarán al comienzo y durante el cap se les hará saber cuándo reproducirlas 😘

Primera canción: Rosa – Anitta ft Prince Royce

Segunda canción: X – J Balvin ft Nikki Jam

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POV – Bárbara

Abrí mis ojos y tenía un gran dolor de cabeza. La luz que entraba por la ventana me molestaba, todo me dolía. Busqué el cuerpo cálido a lado, pero no lo encontré. Comencé a sentir nauseas. Odio la resaca.

– ¿Amor? – puse una mano en la cabeza, hablando bajito para ver si así no dolía tanto, mi estómago estaba inquieto – ¿Amor? – hablé más alto y me senté en la cama.

–Hey, pensé que ibas a dormir más – Maca se acerca, trae el cabello húmedo, olía a perfume.

–Me duele la cabeza, mi estómago esta insoportable, no tengo fuerzas para nada – dije abriendo mis ojos con un poco de esfuerzo y la veo sentada cerca de mí.

– Traje algunos analgésicos para ti y te hice un café doble. Tienes que comer antes de tomarte el medicamento – negué con la cabeza, mi estómago no va a tolerar la comida ahora.

–Tengo nauseas, no voy a poder comer – recostando mi cabeza en sus piernas, sintiendo sus manos en mi cabello.

–Pero tienes que comer. Intenta respirar para controlar esas nauseas. Vomitar ayuda en estos casos para mejorar – deposito un beso en mi mejilla.

– ¿Vas a cuidarme? – escondo mi rostro en su abdomen y respiro profundamente, relajando mi cuerpo con sus caricias.

–Ya te estoy cuidando. ¿Te duele algo más que la cabeza? – Dije que no, su calor me estaba haciendo sentir mejor.

–Quédate aquí, tu aroma y el calor de tu cuerpo hacen que mis nauseas pasen – respire profundo nuevamente.

–No voy a ningún lugar. Intenta dormir otra vez, el dolor de cabeza va a mejorar así – Macarena tiene una voz tan suave, tan placentera de oír. Ella susurraba como si mi audición estuviera sensible al sonido – Tu celular sonó hace rato, vi que era el director de la serie y respondí.

– ¿Qué quería? – abrí mis ojos y busqué su rostro.

–Decirte que viajan en algunos días – suspira, y para sus caricias en mi cabello.

Por un momento me había olvidado de ese viaje y que me tendría que alejar de esta calidez.

–Olvide el viaje – mi cabeza palpitaba.

–Cuídate por favor, no voy a estar ahí para cuidarte – dejo un beso demorado en mi frente seguido por varios pequeños suspiros.

–Lo haré amor, no te preocupes. Ya se me pasaron las náuseas, creo que puedo comer – me levante y pase las manos por mi cabello.

–Vale, toma un baño mientras traigo el desayuno para acá – Maca se levanta y se dirige a la cocina – Ah amor, ¿viste una plantita pequeña que compre hace algunas semanas? No la encuentro por ningún lado – tragué en seco y desvié mi mirada.

–No se amor, no las conozco todas, son muchas – me levante de la cama deprisa, queriendo huir de esa situación.

–Hoy en la mañana Emilia se quedó mirando hacia la puerta del balcón por mucho tiempo, parecía querer algo que estaba allá. – Comencé a sudar frio, ¿Así se siente la muerte?

–Emilia quiere todo amor, no sé cómo aún no se come todos los cables del departamento – me quité el camisón rápidamente y me envolví en una toalla.

–Cierto. Voy a traerte el café, ya regreso – respiré más aliviada y me dirigí al baño. No quiero pensar en la posibilidad de que Macarena descubra lo de la planta, espero estar bien lejos cuando eso pase.

Tome un largo baño, intentando recordar las cosas que pasaron anoche. Recuerdo vagamente la fiesta y las bebidas. No recuerdo como llegué a casa o si dije algo que no debía. Macarena no parecía enojada. Probablemente ella sabe algo.

Terminé de ducharme e hice mi rutina de higiene matinal. Sentí algo caliente en los pies y veo a Emilia mirándome. Esta coneja quiere algo.

– ¿Qué paso? ¿Tienes hambre? – olfateaba mis piernas y brincaba a hacia otro lado y regresaba. Parecía buscar algo.

–Si estás buscando la plantita, déjame decirte que no las vas a encontrar. No debemos si quiera de estar hablando de eso – parecía que estaba contando un secreto pecaminoso.

– Ven, vas a acabar delatándote. No sabes disimular, tenías que quedarte mirando hacia el balcón – camine con ella hacia el cuarto, encontrando a Macarena sentada en la cama.

– ¿Qué es lo que tanto murmuras que no puedo oír? – trago en seco otra vez, tenía que ser una actriz en estos momentos.

–Estaba platicando con Emilia nada más. Parece estar inquieta hoy – puse a la coneja sobre la cama y me fui al closet para buscar algo de ropa.

–Si lo está. Me desperté y ella estaba intentando abrir la puerta del balcón. Después de que me vio salió brincando como si la hubiera atrapado haciendo algo malo. Ahora vino detrás de ti, espero que no me estés ocultando nada Bar – negué con la cabeza, quedándome más tiempo del necesario en el closet.

– ¿Yo? Yo no, Emilia es la que anda rara – me puse algo casual para pasar el día y me senté en la cama junto con ella. El dolor de cabeza había mejorado un poco.

–Hum. Ten, comete todo. Después tomas los analgésicos. Yo ya me tomé mi café – tomé el tazón con fruta cortada y el vaso de jugo. Cerré los ojos, tenía hambre.

– ¿Quieres hablar sobre anoche? – Me pregunta Maca.

–No recuerdo muchas cosas después de que peleamos. ¿Hice alguna tontería? – mi cabeza dolía con cada mordida. Gracias a Dios mi estómago había mejorado.

–No que yo sepa. ¿No recuerdas lo que me dijiste cuando fui a buscarte? – oh, eso explica como llegué a casa.

–A decir verdad, no. Solo recuerdo estar muy enojada y bebiendo como loca – mire hacia el vaso de jugo, tratando de recordar lo que hablamos.

–Sabía que no ibas a recordar. Mira amor, yo pensé muchísimo ayer en la noche, desde que te fuiste hasta que te quedaste dormida. A decir verdad, casi no dormí – suspira y gira su rostro, tenía la mirada perdida – Confieso que fui una tremenda idiota. Me deje llevar por comentarios tontos que por un momento pensé que me iban a ayudar, pero solamente a mí – me gire en dirección a ella, prestando atención a cada palabra que decía.

–Entiendo tu miedo y entiendo lo que estás pasando. Pero me gustaría que entendieras mi punto de vista. No te estoy pidiendo que te valga todo, solo quiero que enfrentes las cosas. No te dejes dominar por el miedo. Yo esperare el tiempo que sea – Nuestros ojos se encontraron. Mi azul clarito se estaba llenando de lágrimas – Lo que las chicas me dijeron me dejo confundida y después te dije todo aquello y sinceramente no salió como yo quería. Quería decirte que estamos juntas y que estoy contigo. Perdóname, no se va a volver a repetir.

–Tu sabes esas amigas tuyas quieren otra cosa ¿No? – asiente con la cabeza – Y sé que yo no les caigo bien.

–Creí que ellas solamente querían una salida de amigas, para recordar viejos tiempos. Pero después de que les conté de nuestra relación, ellas no pararon de hablar de ti – Maca agacha la cabeza y veo una lagrima cayendo por su mejilla.

–Está bien, no podías haber adivinado – levante su cabeza – Te amo, jamás haría a un lado que siento. Prometo tratar de enfrentar y controlar lo que siento. Quizá con la ayuda de un profesional, pueda sentirme más confiada – acerque mi rostro al de ella.

–No voy a tener más contacto con ellas, no merezco tener amistades que ataquen mi relación. Sería estúpido y toxico – pase mi pulgar por su mejilla, limpiando la lagrima.

–Me da gusto que te hayas dado cuenta. Pero tampoco quiero que dejes tus amistades de años por mi culpa. La amistad es lo más valioso que tenemos – selle nuestros labios.

–Pero no quiero tener a alguien a mi lado que no acepta mi felicidad con otra mujer. Yo se quieren son mis verdaderas amigas y cuando viajes, voy a ver quién aparecerá. – Sonreí, tirando de su cara para darle un beso. Solo el pensar en ese viaje, me hacía extrañarla desde ya.

–También cuídate ¿ok? No te quedes mucho tiempo en casa. Busca a Ivana, sal de viaje. Si vas a Nueva York me avisas, necesito estar atenta con Ghassan – bese su cuello.

–Celosa, ya no hablo más con él. Nunca tuvimos algo serio – puse un poco de fruta en su boca, sintiendo los celos crecer en mí.

–Pero salían y es la misma cosa. El beso tus labios y llegaron a hacer aquello en lo que no quiero pensar – Macarena comenzó a reír, levantándose para sentarse en mi regazo.

–Dios mío, eres una loca celosa – muerde mi labio – ¿Quieres hacer algo antes de viajar? Podemos reunirnos con algunos amigos y salir a algún lado – bese su boca, dejando a un lado el tazón de fruta para abrazarla por la cintura.

– ¿Una fiesta de despedida? – asiente y comienza a oler mi cuello – Podría ser, puedo llamar a mis hermanos y a algunas amigas. El lugar en el que estaba anoche era maravilloso.

–Hablando de eso, Nunca te había visto de esa manera, estabas tan tranquila, tan suelta. Bueno, lo había visto en las stories, pero nunca personalmente. ¿Cómo sabias que era yo la que te estaba abrazando por detrás? Podría ser cualquier persona y no protestaste. – eche su cabello para atrás, subiendo su camisa hasta los senos, exponiendo su abdomen.

–Reconozco tu toque, tu aroma, la forma en que tus manos aprietan mi cintura, además de que mi cuerpo encaja perfectamente en el tuyo – susurro, tomándola por la cintura expuesta.

–Entiendo – la bese, tirando de ella para tenerla más cerca. Nos besamos, matando todos esos sentimientos negativos acumulados. Cuando estaba por subir mis manos para sus senos, escuchamos un ruido.

Nos alejamos asustadas, buscando con la mirada de donde provenía el ruido. El en cuarto no había nada que se pudiera haber caído. Macarena se levantó de mi regazo y miro alrededor, hasta darse cuenta quien faltaba por ahí. ¡Emilia por favor, no! Cerré mis ojos y me levanté de la cama.

Macarena salió corriendo, la puerta del balcón estaba un poco abierta, tanto que le permitía pasar perfectamente. Fui tras ella con un miedo horrible de lo que pudiera haber pasado, Emilia estaba imposible hoy.

–Bebé ¿qué haces? – al llegar a al balcón veo una maceta destruida, esparcida por toda el área. Tengo la seguridad de que ella estaba buscando la plantita de anoche. –¿Qué te pasa hoy? Nunca estas tan inquieta – Le decía Macarena, tomando a la coneja en sus brazos, que miraba hacia el lugar en donde escondí la plantita comida.

– ¿Comió algo hoy? – me acerque, juntando la tierra con mis pies.

–Sí, cuando me desperté me cerciore que haya comido lo que le habíamos dejado. Pero ella insiste en querer venir para acá – Maca miraba desconfiada a la coneja, la maceta rota estaba cerca de donde había escondido la otra – ¿Qué quieres? – Emilia desvió su mirada y se quedó mirando a la maceta grande.

–Ella no quiere nada amor, ven, yo después limpio – el sudor escurría en mi frente.

–No, ella quiere algo, la maceta de la plantita que estaba buscando estaba ahí, no estoy loca – Emilia descarada.

–Si te quedas así con ella, va a ser peor – Maca no me escuchó y acerco a la coneja para que olfateara el resto de las plantas.

– ¿En dónde está? Muéstrame, es esa plantita la que quieres, ¿no? – trague en seco, mis manos sudaban frio. Puta madre.

Emilia miraba fijamente a la maceta grande, las orejas se movían tan rápido como si entendiese todo lo que Maca le decía. Yo observaba todo en silencio, esperando la muerte llegar. No tardo mucho para que Emilia saliera del agarre de la mujer, queriendo empujar la maceta más grande.

– ¿Esta aquí? Pero yo no... – cerré los ojos y corrí hacia dentro del departamento – BÁRBARA LÓPEZ – adiós mundo cruel.

***

2 Días después

Cerraba la última maleta para el viaje. Iba a llevar 2, creo que ya está todo listo. Puse lo necesario, tenía más ropa que accesorios. Separe algo de dinero para emergencias y algunos zapatos también. Podríamos quedarnos más de un mes por allá, no se sabe.

–Va a ser difícil estar lejos, no quiero que te vayas – Maca me observaba con una mirada triste, usaba un cropped negro y unos jeans. El cabello sujeto en una cola de caballo, estaba maquillada. Íbamos a ir a la fiesta de despedida esta noche, mañana yo saldría temprano.

–No tengas esa carita, porque acabare renunciando – la bese – va a pasar rápido, lo prometo.

–Voy a preparar todo para un día de estos irte a visitar, probablemente esté ahí toda la semana – olí su cuello.

–No me quejare – me termine de cambiar de ropa, mi abdomen estaba totalmente expuesto, mi cabello suelto y un pantalón ajustado que complementaba mi look.

– ¿Terminaste con la maleta? Nos tenemos que ir, la gente ya debe de haber llegador – asentí con la cabeza y me fui a buscar las llaves del carro.

Llegamos al lugar que se encontraba abarrotado como siempre. Llame a algunas de las chicas y a mis hermanos para que nos acompañaran. Tessa aviso que vendría con más personas, entonces sería bastante gente. No tardamos en encontrarlos, estaban en el mismo lugar que la otra vez.

Macarena tomaba mi mano con fuerza, había personas ahí que ella no conocía, los chicos de la serie en su mayoría, ninguno de ellos sabía que yo tenía una relación. Se la presente a todos, diciéndolo con todas sus letras: esta es mi novia.

–Amor, no voy a beber, tengo que conducir y además mañana me levantare muy temprano – le dije cerca de su oído a causa de la música tan alta.

–Tú no puedes, pero yo si – sus manos aprietan mi cintura – Te ves la linda con esta ropa – sus dedos pasan por mi piel expuesta.

–No tomes demasiado, te puedo recomendar algunos drinks que no son tan fuertes – tomé sus manos – me la puse para ti, sé que te gusta cuando muestro mi abdomen – le di un beso en la mejilla.

–Me gusta mucho, ven aquí – tira de mi para darme un beso lleno de sensualidad. Macarena apretaba mi cintura con fuerza. La tome por la nuca con una mano, mientras que la otra estaba en su hombro, intentaba apoyarme. Macarena últimamente me agarraba con más fuerza, dejándome sin reacción alguna.

–Amor, tranquila – finalice nuestro beso, respirando con dificultad – La noche apenas está comenzando – chupe su labio inferior.

–Es mi última noche contigo, resiste – sus ojos estaban oscuros, mostrando un azul oscuro que hacia contraste con su maquillaje. Necesito beber – ¿Qué drink te gusta?

Le di algunas opciones de lo que me gustaba beber en el lugar, para que ella probara todos. Sabía que Macarena quería olvidarse de mi viaje de mañana. Ella comenzó a convivir con la gente, hablaba bastante con mi hermana, que de vez en cuando miraba hacia a mi riendo. Quien sabe que tanto le estará diciendo.

Mis bebidas se resumían a coquetéeles de fruta sin alcohol, se sentía muy bien divertirse sin necesitar del alcohol para eso. No podía beber esta noche. A diferencia de mi novia que estaba bebiendo mucho, era cuestión de terminar una bebida y ya estaba pidiendo la otra.

Reproducir Anitta with Prince Royce – Rosa

Amaba aquel lugar, tocaba música maravillosa y tenía una gran ventaja por ofrecer bebidas baratas. El público era joven y diversificado. Comencé a bailar una canción, moviendo mi cuerpo sensualmente. Sentía su mirada sobre mí, no estábamos cerca, Maca aún estaba charlando con mi hermana.

Me gire y busque su mirada, me observaba sin vergüenza. Me acerqué a donde estaba ella y comencé a moverme frente a ella. La música sensual complementaba mis movimientos. Mi pantalón ajustado marcaba mi trasero.

No desvíe mi mirada. Macarena apretaba sus dedos contra sus piernas, bebiendo el resto del líquido que estaba en su vaso. Me gire, esperando nuestro contacto. Sentí unas manos calientes apretar mi cintura, su cuerpo alto amoldado perfectamente al mío.

–No vayas a parar – apreté sus manos, moviéndome haca atrás, sintiendo mi trasero rozar su cadera – No quiero que pares – Macarena cantaba la canción en mi odio. Cerré mis ojos para apreciar las palabras que salían de su boca.

Mi cuerpo se calienta sintiendo sus besos en mi cuello y el agarre a mi cintura que por momentos desciende hacia mis piernas. Incline la cabeza, haciendo a un lado mi cabello para dejar el área libre para sus besos. Mi sexo comenzó a palpitar.

–Lo que me quieras dar – solté un gemido cuando ella chula mi piel, para después soplar un poco de aire en el área.

Abrí mis ojos, girando mi rostro en su dirección. Bese su mejilla y guie sus manos hacia arriba, haciendo que sus manos entraran por mi blusa y tocara mis senos. No tenía sujetador. Macarena al darse cuenta de eso gime en mi oídio. Giro mi rostro otra vez y veo a alguien mirándonos fijamente.

La persona que menos quería ver en ese momento. Macarena que parecía no entender porque había detenido mis movimientos, salió de su mundo en mi cuello y miro hacia enfrente, siguiendo mi mirada. Gonzalo nos miraba, bebiendo una cerveza. Lo que me faltaba.

–Déjalo. Él no puede hacer nada – Maca desvía su mirada y besa mi cuello nuevamente. – Las palabras que salían de su boca estaban cargadas de sensualidad. Cerré mis ojos y volví a bailar, Macarena me gira y besa mi boca.

Su mano estaba en mi cabello y tiraba de el con fuerza, movía la cabeza en sentido contrario, chupando mi lengua. Ella tenía un sabor tan rico, un sabor fuerte. Pase mis brazos por sus hombros, dejando que ella dominara en el beso. Su otra mano apretaba mi cintura, tirando con fuerza en su dirección.

Reproducir Nicky Jam x J. Balvin – X ( Equis)

–Vuelve a bailar, me estabas volviendo loca – me dice contra mi boca, descendiendo la mano que estaba en mi cabello hacia mi cadera. Sonreí y comencé a bailar con la canción que sonaba. El con seguridad nos estaba observando.

Chupe su labio inferior y la tome por los hombros. Me aleje un poco y observe su mirada recorriendo mi cuerpo. Mi mirada desciende a mi cintura, que se movía hacia atrás y hacia delante al ritmo de la música. Me acerque nuevamente, sintiendo sus manos descender hasta mi trasero.

–Quisiera estarme moviendo encima de ti – le dije, mordiendo su oreja. Macarena aprieta mi trasero, impulsando mi cuerpo hacia arriba. Me movía en dirección a sus manos, dejando que ella tocara todo.

–Es lo que más quiero. Vestida así... – suspira, subiendo su mano para tomarme por la nuca. Macarena estaca con una actitud distinta, note eso desde lo que paso con las esposas.

–Habla, ya me dejaste completamente mojada – bese sus labios, dejando un mordisco en su labio inferior.

–No me digas eso, no puedo hacer nada aquí – baje mis manos lentamente, dejándolas en sus senos. Bese su cuello, haciéndome camino hasta su oreja.

– ¿Entonces para qué sirve el baño? – susurro, sintiendo otro apretón en mi trasero. Macarena busca mi boca y volvemos a besarnos. Aun conseguía sentir la mirada de él.

Masajee sus senos, haciéndola jadear en mi boca. Macarena estaba alterada, pero no como el otro día. Conseguía tener domino de sus acciones. Ella finaliza nuestro beso y toma mi mano para salir del lugar en donde estábamos. Note que nos dirigíamos al baño. No lo puedo creer.

–Amor estaba bromeando, aquí hay mucha gente – ella pareció no escuchar nada de lo que dije y entro al baño. No había muchas personas, solamente algunas chicas maquillándose.

Buscó una cabina, sin soltar mi mano. Yo miraba hacia las chicas que al estar concentradas en lo que hacían no nos prestaban atención a nosotras. Suspire. Maca tira de mi mano hacia adentro de una cabeza y atranca la puerta.

–Lo peligroso es más excitante mi amor – la cabina era muy pequeña, apenas si cabíamos allí. El calor que se encerraba me hacía sudar más. Esto era excitante y aterrador, si nos cachan teniendo sexo en un baño público seria vergonzoso.

–Amor no podemos –se acerca, dejándome entre ella y la pared. Comienzo a sentir sus besos en mi cuello haciéndome cerrar los ojos.

–Solo debes no hacer ruido – Abre el botón de mi pantalón y baja el cierre enseguida. Mi sexo palpitaba, la música alta, todo en conjunto hacía que mi corazón se acelerara por la adrenalina. Deje mi miedo a un lado y me deje llevar por mis ganas.

Jale su rostro hacia arriba y la bese, apretando mis manos en su hombro. Maca toma mi trasero, empujándome mas contra la pared. Estaba complicado controlar los gemidos cuando se tiene a una mujer tocándote de esa manera. Mordí su labio, intentando controlar mis gemidos.

Lleva su mano a mi sexo, que se encontraba completamente húmedo para ella. Las bragas de encaje que llevaba estaban completamente pegadas a mi piel por la humedad.

–Tan lista para mí. Controla tus gemidos, no quiero a nadie escuchando lo que es mío – ella aprieta mi clítoris, estremeciendo todo mi cuerpo. Su otra mano estaba en mi blusa masajeando mis senos.

Me entregue a su toque. Eche mi cabeza hacia atrás cuando siento su boca en mi pezón. Sus dedos se paseaban por mi sexo y recorre la ropa interior para tocar la carne directamente. Llevé mi mano a la boca y la mordí, jadeando bajo. Macarena trabajaba con sus dedos en mi sexo, mientras chupaba todo mi seno. Tire de su cabello, necesitaba besarla, pero no se dejó. Continúo besando mi seno y cambiando al otro. Sus dedos se movían en mi sexo son profundizar. Subía a mi clítoris y volvía a bajar.

Mi sexo palpitaba, contrayéndose contra la nada. Cuando se da cuenta de eso, me penetra con dos dedos, haciendo mi cuerpo arquear. Tan lento, tan tortuoso. Quería gemir.

Siento sus labios subir hacia mi cuello, su mano libre masajeaba mi seno sensible. Macarena inicia movimientos lentos, aumentándolos conforme mi sexo se lo exigía. Sentía sus dedos ir profundo, deslizándose fácilmente. Me moví un poco, balanceándome lentamente. La cabina estaba caliente y me hacía sudar más. Sus manos recorrían todo mi cuerpo dejándome excitada. Suelto un gemido un poco alto cuando ella roza mi punto G.

–Shh, solo para mí – podía escuchar el sonido de la penetración y mi sexo húmedo ayudaba – tu sexo caliente me vuelve loca. La forma en que recibe mis dedos, siempre tan lista para mí.

Me moví más rápido, sentía sus dedos salir completamente y volviendo a penetrarme con fuerza. Mis senos se balanceaban con el movimiento, el fuerte agarre a mi cintura me hacía respirar con dificultad. Siento mi sexo apretarse contra sus dedos, y un orgasmo demorado se apodera de mí. Maca baja la mano hacia mi trasero y lo aprieta con fuerza, detiene todo movimiento, excepto sus dedos que aun entran y salen de mí.

Mordí mi mano, el orgasmo expulsado mojaba su pantalón. Macarena observaba todo, parecía sentí placer en lo que hacía. Y el verme corriéndome en sus dedos es maravilloso.

Lentamente ella fue parando, y comenzó a besar mi cuello. Tomé su nuca y guie sus besos a mi boca. El miedo a ser descubierta hacia que todo fuera más excitante y me había gustado la experiencia.

–Estamos locas – muerdo su labio, pasando mi mano por su rostro.

–Fue delicioso, verte intentado controlar los gemidos es excitante – ella retira sus dedos y los lleva hacia su boca, los chupa sin desviar su mirada de la mía.

–Graciosa. Fue muy malo no poder gemir – acomode mi braga y mis pantalones, y coloque mi blusa en su lugar.

–No podía dejar que otras personas escucharon lo que es exclusivamente mío – Maca me abraza por la cintura y sella nuestros labios – ¿Esta va a ser nuestra despedida? – pase mis brazos por sus hombros.

–No sé, ¿Vas a aguantar cuando lleguemos a casa? Puede que no durmamos esta noche, solo para poder amarnos hasta que me vaya. – la bese, comenzando a echar de menos mi sabor favorito.

–Bueno, podemos fugarnos entonces, ¿Qué piensas? – mordí su labio y asentí.

–Perfecto – nos quedamos un rato más abrazándonos, besándonos en la cabina, hasta que salimos para avisarle a las personas que estaban con nosotros que nos íbamos a casa. Va a ser una despedida divertida.

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Esta historia NO me pertenece, es una traducción realizada con la autorización de su autora camrenlive1 Gracias siempre May!! 😘

Gracias tambien al Team Increible por aguantarme tanto, las amo🥰

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