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La tarde era fría cuando aquellos cuatro toquidos se escucharon en la puerta, Jimin sabía perfectamente que esa era la señal para salir de allí, conoce a York, y sabe que no actuará, no por ahora, si lo hace armaría un escandalo, puede que las leyes en Nevada no sean tan respetadas, pero meterse en problemas con las autoridades y asustar a la clientela no haría que las ventas subieras, así que York simplemente se haría cargo de todo el asunto hasta que él se retire del casino, así que debía aprovechar, miro hacia el doncel el cual por fin se había terminado de vestir.

—Por cierto, minino —en cuanto volteo a mirarlo le dedico una sonrisa arrogante—, no pregunte por tu nombre.

—Oh... —Yoongi aparto la mirada—, mi nombre es Min Yoongi, señor Park.

—Un nombre digno de ti —dijo Jimin—, apresúrate, tenemos que irnos ya, las cámaras y la vigilancia estarán concretamente en nosotros, así que debemos ser rápidos.

El doncel dio un asentimiento antes de terminar de verse, camino hacia el hombre de cabellera rubia mientras esté se aseguraba que el reloj de pulsera se ajuste perfectamente en su muñeca. El elevador no se encontraba lejos, pero debían ser precavidos, York puede llegar a ser un imbécil cuando se lo propone, y puede que inclusive actué de forma precipitada, pero espera que no sea así.

—Ya estoy listo, señor Park —menciono Yoongi, el mencionado le dio un vistazo rápido antes de dar un asentimiento.

—Excelente —llevo su mano derecha al bolsillo correspondiente de su pantalón para sacar de allí su teléfono celular, deslizo su pulgar cobre la pantalla desbloqueándola en el proceso y en cuanto lo hizo no dudo en ir a sus contactos, de inmediato presiono el primero de ellos y llevo el aparato móvil hacia su oreja, uno... dos... y al tercer timbrazo contestaron—. Namjoon, mándame la ubicación del hotel y la habitación, lleva el automóvil a la siguiente esquina pasando el casino, te veremos allí, por cierto ¿y Jungkook?

—Ya lo hice —menciono Namjoon del otro lado de la línea—, estoy justo en donde mencionaste, dense prisa, aquí los oficiales de transito se ponen algo pesados con los automóviles estacionados con conductor dentro, quiero evitarme pagar extra —soltó un resoplido—, y Jungkook sigue adentro, ¿quieres que lo llame para que se retire?

—No, es mejor que permanezca aquí —menciono Jimin—, vendrás por él después de dejar al minino y a mí en el hotel, y si quieres puedes divertirte junto a él para que puedas sacarlo de allí antes de que descubran lo gran estratega que es en los juegos.

—¿Y qué hay de usted? ¿No cree que requerirá de seguridad?

—No —miro hacia Yoongi—, estaré ocupado —el doncel se encamino hacia él, ya estaba más que listo para salir de allí—, asegúrate de sacar a Jungkook y de que nadie nos siga al hotel.

—Dudo mucho que lo hagan —Jimin abrió la puerta—, el casino esta recibiendo más gente conforme pasa el tiempo, dudo mucho que le interese verte, además ya has hecho un trato con él.

—Sí, pero me llevo al doncel conmigo, sospechará.

—Entendido, estaré al pendiente de cualquier movimiento.

Sin más Jimin corto la llamada, miro al doncel que se encontraba parado detrás suyo esperando cualquier instrucción, sonrió ladino, al parecer esté día será más largo de lo que esperaba, pero mientras el plan salga tal y como lo acordado, todo estaba bien, mientras tanto se divertirá un poco con el doncel, además tenía las palabras de su padre muy en mente, todo lo que realizará allí en Peché Mortel, no debía durar mucho tiempo, así que debía moverse lo más pronto posible.

—Ven —Jimin le mostro la palma de su mano derecha a Yoongi, invitándolo a tomarla, el doncel mordió su lengua en el interior de su boca, dudando de si había hecho lo correcto al aceptar irse con aquel hombre, pero aún así coloco su mano sobre la ajena, Jimin la tomo con firmeza, sintiendo la delicadeza de aquellas finas manos suyas, amando el toque de las mismas—, tenemos que irnos ya.

Yoongi dio un asentimiento, en cuanto Jimin jalo la puerta y las bisagras chirriaran abrumando el silencio sepulcral del pasillo, ambos salieron, sin cerrar la puerta, Jimin jalaba a Yoongi con firmeza para que ambos caminaran, el doncel permanecía detrás de Jimin mientras miraba hacia el frente encontrándose con las puertas corredizas metálicas del elevador, Jimin apretó levemente su agarre mientras se acercaban a su salida, en cuanto llegaron al elevador, Jimin no tardo en presionar el botón para llamarlo, pasaron unos cuantos segundos antes de que las puertas por fin se abrieran, para su fortuna el ascensor estaba vacío, soltó un suspiro esto les daba la oportunidad para poder irse sin ningún problema, ingresaron al ascensor, Jimin procuraba mantener al doncel detrás suyo esto para evitar que algo malo le pasará, él podía moverse rápido cuando se trataba de disparos, evadirlos es un problema y si no eres lo suficientemente rápido, podías salir lastimado, así que procuraba que de esa manera pudiera proteger al doncel, pues tenían un trato y esté debe de cumplirse.

El hombre pelirrubio no tardo en oprimir el botón de la planta baja en donde se encontraba el casino, las puertas de ascensor se cerraron ante sus ojos y por fin comenzaron a descender hacia la planta baja, Jimin no pudo evitar recordar las palabras de Namjoon, era perfecto, si más personas ingresaban al casino, la seguridad estaría muy pendiente de cada uno de los presentes apostadores, pues algunos podían hacer trampa.

—Dime, minino —Yoongi miro a Jimin a pesar de que esté no le miraba al rostro—, ¿de casualidad sabes cuanto personal de seguridad se encuentra en el casino?

—Son varios —dijo Yoongi—, casi siempre en el casino se encuentran diez o quince hombres vigilando.

—Entiendo —Jimin dio un pequeño asentimiento con la cabeza—, mencionaste quince, supongo que esos quince están cuando la noche cae y vienen más apostadores, ¿no?

—Así es, señor Park —respondió Yoongi—, aunque últimamente el señor Wood ha dejado a veinte hombres a cargo de la seguridad.

—¿La razón?

—Es por las ventas de los estupefacientes, señor —Jimin presto más atención a las palabras del doncel—, desde que se empezó con la venta han habido pequeños incidentes, a los compradores se les da la advertencia de no usar la mercancía que se les entrega mientras estén dentro del casino, pueden hacerlo si es que están encerrados en cualquiera de las habitaciones dentro del hotel, pero no en el casino, pero algunos son tercos y terminan metiéndose esas porquerías en el casino o inclusive antes de ir al mismo, las cosas se ponen feas —Yoongi no quería recordar mucho todo eso—, solamente he venido un par de veces hasta tarde debido a la falta de personal en el casino cuando esté se atiborra de personas, no me gusta el turno nocturno.

Recuerda la vez que se había quedado, fue cuando ya estaba la venta del nuevo producto de Peché Mortel, Yoongi no había ofrecido ningún estupefaciente, pero varios empleados lo hicieron, quizás jamás pueda olvidar la imagen del hombre de unos treinta y cinco años y como esté inhalaba ese polvillo blanco de un solo tirón, la barba marrón se le había ensuciado un poco y sacudió su cabeza levemente para dispersar las motas de polvo, lo recuerda bien porque ese día se necesitaron más de tres hombres encargados de seguridad para sacar a ese tipo a patadas del casino, pues había comenzado a acosar a sus compañeras de trabajo y se estaba enojando mucho al perder en los diversos juegos de azar.

—Comprendo —dijo Jimin sacándolo de sus propias memorias, sintió como aquel hombre le daba un apretón ligero a su mano—, descuida, minino... está noche no te quedarás aquí —Jimin sonrió ladino—, pasarás tu noche conmigo.

Las puertas del ascensor se abrieron ante ellos y el sonido era abrumador, miraron al frente y Jimin no dudo en jalarlo para que comenzarán a avanzar, ambos en cuanto salieron siguieron su camino de frente, dirigiéndose hacia la salida, el sonido de aquellas campanillas una y otra vez en diversos puntos de todo el establecimiento, las tragaperras podían hacerte sentir un ganador o un perdedor en cuestión de segundos, algunos gritos llenos de jubilo se escuchaban, otros maldecían a las maquinas, algunos otros se escuchaban emocionados mientras jugaban en las diversas mesas de juego que se encontraban dispersas por el lugar, las personas cada vez eran más las que se encontraban allí, algunos vestían elegantes ropas, mientras que otros preferían ir sin tanto glamour, pronto los pasos de ambos se vieron lentos debido a la multitud de personas que seguían ingresando, provocando que se atrasaran un poco, el pelirrubio jalo al doncel para que esté se pegará más a su espalda.

—No te separes de mí —indico Jimin sin voltear a mirarlo, Yoongi comprendió y a pesar de que sabía que Jimin no le miraba a la cara, dio un asentimiento.

Siguieron su camino, chocando hombros ligeramente, pidiendo un par de disculpas ante algunas miradas que parecían desaprobar sus acciones, ignorando lo más que pudieran a las personas que se encontraban rodeándoles, y cuando por fin salieron de aquel pasillo inundado de personas, y llegaron a la salida, Jimin se fijo muy bien para percatarse de que no hubiera nadie vigilando la entrada y en efecto no había nadie, seguramente ya los ojos de los de seguridad estaban puestos sobre alguien más importante que una entrada, y estaba muy seguro que sería por Jungkook.

Las puertas se encontraban abiertas de par en par, y el pelirrubio acelero el paso mientras mantenía con firmeza su agarre en la mano de Yoongi y lo jalaba para que ambos continuaran por el mismo camino, cuando la brisa fresca de la tarde los inundo más el aroma seco del combustible quemado de los vehículos que pasaban, pudo sentirse más tranquilo, camino unos pasos más alejándose de la entrada y del casino, por fin estaba afuera, por el momento podían considerarse a salvo, aunque estaba muy seguro de que York mandaría a los de seguridad a ir a la habitación que él ocupo, y seguramente irán con armas para después llevarse a Yoongi, pero claro que no les daría ese gusto.

—Vamos —dijo Jimin mientras seguía jalando a Yoongi, caminaron alejándose del casino para ir a la siguiente calle, en donde un automóvil de color negro relucía bajo la iluminación de los diversos casinos alrededor, el hombre que antes Yoongi había visto en la oficina de York estaba dentro del vehículo, pero en cuanto los vio venir no dudo en encender el motor, las luces de enfrente y traseras se iluminaron y el rugido del vehículo indico que se encontraba listo para arrancar.

En cuanto llegaron, Jimin no tardo en abrir la puerta de la parte de atrás del vehículo, jalo de nueva cuenta a Yoongi y le indico con el mentón que entrase, Yoongi apretó levemente sus labios antes de agacharse lo suficiente para que su cabeza no se golpeará por el marco de la puertezuela e ingreso al vehículo, arrastrándose un poco para quedar en el otro asiento, Jimin dio un rápido vistazo, mirando detenidamente a los que paseaban por la acera para cerciorarse de que nadie los había seguido hasta allí, y en efecto no había rastro alguno, sonrió ladino y por fin se agacho, y entro al vehículo, y en cuanto se sentó y cerro la puerta, Namjoon puso en marcha el vehículo.

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