13

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Las paredes de un color anaranjado suave iluminaban perfectamente el restaurante, el lugar podía considerarse pequeño, con mesas dispersas y separadas para que ningún comensal se sintiera incomodo con la platica ajena de otros, las mesas estaban cubiertas por un gran mantel de tela blanca y encima de cada una se encontraban copas para servir el vino y un par de botellas de agua, además de que ya se encontraban los cubiertos colocados justo encima, Yoongi había tomado asiento en una de las mesas apartadas de los demás que se encontraban en el restaurante, algunos murmullos más el sonido de los cubiertos chocando con los platos se podían escuchar, el lugar era tranquilo, inclusive se reproducía una suave melodía de saxofón, y el aire acondicionado hacia que el calor que se empezaba a sentir afuera, ya no molestase.

Después de lo que había pasado en aquella habitación, Jimin le ofreció una cena en el restaurante, Yoongi acepto a regañadientes, porque aquel hombre quería comer y no quería dejarlo solo, aunque ahora mismo se encontraba relativamente solo, pues Jimin le indico que se adelantase, sus mejillas se inflaron ligeramente, aunque no había pasado tanto tiempo, Yoongi no es una persona que le gustase esperar mucho, lo reconoce.

—Disculpa la demora —una voz lo hizo mirar al frente, encontrándose con aquel hombre quien pasaba una mano por sus sedosos cabellos rubios para peinarlos hacia atrás—, ¿ya has ordenado algo?

—No —dijo Yoongi en respuesta mientras aquel hombre tomaba asiento frente a él—, pensé que debía esperarte.

El hombre pelirrubio sonrió ladino ante ese comentario.

—No era necesario que lo hicieras, minino —soltó un ligero suspiro antes de regresar su mirada al doncel—, háblame de ti.

Yoongi elevo una ceja al escuchar aquello, ¿por qué aquel hombre quería que le hablará de él? Eso no tenía ningún sentido, porque se supone que solamente está será la única vez que coincidirían de esta manera, así que ¿para qué? Sí lo hace puede que ni siquiera le preste atención, o quizás solamente quiera perder el tiempo escuchándolo hablar, pero claro no es como si Yoongi quisiera revelar mucha información suya, mucho menos con ese hombre.

—¿Por qué te interesa saber de mí? —pregunto Yoongi, pues estaba confundido—. No debería importarte.

—Seguramente lo dices sólo porque piensas que no vamos a volver a coincidir en la vida —le regalo una sonrisa—, pero créeme, minino... mientras sigas viviendo aquí, yo estaré a tu alrededor, el mundo es pequeño y no es como si te pudieras esconder tan fácilmente —Yoongi apretó ligeramente sus labios—, háblame de ti, y y te hablaré de mí.

De cierto modo el doncel si tenía curiosidad sobre Park Jimin, pero quería reservarse sus preguntas, no es como si fuera la clase de persona que le gusta indagar en vidas ajenas, pero la curiosidad es más grande y puede inclusive derrotar a la educación, quizás esa era la razón principal por la que ahora Park Jimin le preguntaba sobre él.

—Nací aquí, en Nevada —comenzó a relatar Yoongi—, no me da tanto orgullo decir que mi madre trabajaba como sexoservidora, antes de que se embarazará de mí, trabajaba en un burdel clandestino a las orillas de Las Vegas —bajo su mirada—, jamás me dijo quien era mi padre, pero sé que seguramente se descuido en un día de trabajo... —soltó un largo suspiro—, termino embarazada y la corrieron del lugar, después de que nací volvió a trabajar ofreciendo sus servicios sexuales a los hombres, claro trataba de hacerlo a mis espaldas, pero le descubrí, no entendía del todo lo que pasaba, ni siquiera porque los hombres que traía siempre eran diferentes.

—Hijo de una prostituta —recargo sus codos sobre la mesa—, para serte honesto, creí que te tratarías de un niño mimado que simplemente quiso vivir un poco de diversión —Yoongi sonrió para después rodar los ojos—, linda sonrisa, minino.

—Supongo que gracias —Yoongi dejo de mirarlo, mantenía sus manos sobre el regazo, juntándolas y jugando con sus dedos tocándose de vez en cuando sus nudillos, se sentía nervioso por la mirada de aquel hombre sobre él—, pero sí, soy hijo de ella, no me decepciona porque ella siempre trato de darme todo lo que necesitaba, o bueno casi todo, supongo que mi progenitor le había prometido algo y no lo cumplió, porque siempre me desprecio por algunos de mis rasgos —el recuerdo le hacía sentir desanimado—, el afecto de una madre... es algo que definitivamente no pude tener.

La pausa que hizo Yoongi fue el punto final, no quería seguir hablando de todo eso, le causaba dolor de estomago, ganas de querer ir al sanitario y devolver el almuerzo, definitivamente el recuerdo todavía le amargaba un poco. Jimin miraba con atención al doncel frente suyo, jamás creyó que esa belleza de espécimen fuera hijo de una prostituta, inclusive había pensado que se trata de algún chico al que le mantenían, o que inclusive tenía alguna pareja por algún lugar de todo Nevada, pero se equivoco, por lo visto es algo solitario, pero eso no le quita que sea hermoso, le encanta inclusive como se comporta después de haber tenido sexo.

—Oye, minino —hablo bajo llamando la atención de Yoongi—, si tu pasado te persigue tanto, ¿por qué no te vas?

—Porque necesito dinero —menciono Yoongi en respuesta—, no creas que no he planeado salir de esté lugar, Las Vegas no es un sitio que me agrade mucho, todos estos lugares me recuerdan únicamente lo pútrido que puede llegar a ser el mundo, y lo detesto —relamió sus labios—, quiero irme de aquí, pero entre más pasa el tiempo... el dinero parece incluso ser insuficiente.

—¿No has pensado en apostar? —Yoongi lo miro a los ojos—. Las apuestas pueden ayudarte, estoy seguro que eres tu propio amuleto de la suerte.

—¿Por qué lo dices? —pregunto Yoongi entre risas.

—Porque te topaste conmigo —el doncel sonrió ladino, no pudiendo creer lo que había escuchado de parte de aquel pelirrubio—, no te burles, minino, hablo muy en serio.

—Toparme contigo fue un error del destino —el doncel cruzo sus piernas por debajo de la mesa—, York prácticamente me vendió a ti... y eso que ni siquiera le pertenezco.

Jimin dio un leve asentimiento.

—Admito que fui un poco codicioso al pedir que fueras parte de mi vida —dejo de colocar sus codos sobre la mesa—, pero debes saber que tengo gustos costosos —su mirada brillo al momento de volver a ver al doncel—, ¿sabes cuanto dinero se tiene que invertir para obtener una sola noche con un doncel?

El doncel no respondió, él no tenía ni la menor idea de eso, ni siquiera podía creer que hubiera algo como aquello, usualmente los donceles no caían en aquellas redes de prostitución y sí lo hacían era casi por seguro de que ellos mismos habían ingresado o se trataban de hijos de algunas sexo servidoras que se encontraban en aquel mercado oscuro.

—Millones —dijo Jimin—, una sola noche cuesta más de dos millones de dolares —Jimin le regalo una nueva sonrisa—, ¿sabes cuanto podrías ganar, minino?

—No me interesa eso —respondió Yoongi—, lo que menos busco es terminar como mi madre.

—Lo entiendo, sólo te digo que esto es algo que deberías considerar, usualmente los donceles no se pueden encontrar en muchas partes del mundo, son escasos, eres ese uno por ciento de población dispersa —soltó una pequeña risa—, a decir verdad tuve suerte al encontrarte aquí, tienes en verdad todo lo que deseo en un doncel.

El doncel no dijo nada, su lengua se pego con fuerza en su paladar, en verdad no podía creer en las palabras de aquel hombre, ¿acaso se trataba de una confesión? Quizás solamente lo estaba imaginando, además ese hombre lo único que quería con él es sexo, y solamente era por un corto lapso de tiempo, pronto en cuanto aquel hombre terminase por fin con sus negocios, entonces lo dejaría, se iría y jamás lo volvería a ver, y no es como si Yoongi quisiera verlo de nuevo, no niega que estar en la cama con él ha sido embriagador, pero eso no quitaba que se trata de un hombre peligroso.

—Dime, minino —la voz de aquel hombre volvió sacarlo de sus pensamientos—, ¿estarías dispuesto a aceptar ser parte de mi colección privada?

—Te he dicho que no pienso... —Jimin lo interrumpió.

—Sé que no quieres terminar como tu madre —Yoongi no dijo nada—, tu madre se acostaba con diversos hombres, pero tú... —relamió la comisura de sus labios—, solamente te acostarás conmigo —el doncel no podía creer lo que escuchaba—, te pagaré bien, vivirás conmigo, te daré un lugar para dormir, comida de la mejor calidad... tendrás cualquier cosa a tu alcance mientras estés conmigo... procuraré que nada te falte, minino, ¿qué dices?

—Estás demente —murmuro por lo bajo. El pelirrubio al escucharlo no tardo en soltar una risa.

—Eso todo el mundo lo sabe —cruzo sus brazos sobre su pecho—, pero piénsalo, quieres irte, ¿no? —Yoongi dio un asentimiento—. Entonces ven conmigo, como dije tendrás todo lo que necesitas al alcance de un sólo chasquido —elevo una mano, chasqueando los dedos un par de veces—, no te faltará nada.

—Solamente me quieres para complacerte en tus deseos sexuales —Jimin no dudo en dar un asentimiento con la cabeza—, ¿por qué piensas que aceptaré algo como eso?

—Oh, vamos —rodo los ojos—, sólo necesitas escucharte a ti mismo gemir cada que te meto mi polla —sonrió ladino—, te encanta que lo haga, y estoy dispuesto a seguir con esto, si aceptas entonces podrás largarte de aquí, y no serás como tu madre, no —negó con la cabeza un par de veces—, serás exclusivamente para mí.

—Aún así no dejaría de ser para ti un... —Yoongi no dijo la palabra, no quería hacerlo, calificarse a él mismo de esa manera le daba escalofríos, aunque prácticamente estaba siendo un total sexo servidor de aquel pelirrubio—, no aceptaré algo como eso.

El hombre de cabellera rubia no tardo en soltar una suave risa, al parecer convencer a ese doncel no sería una tarea fácil, pero siempre podía obtener lo que quisiera, no importaba qué, necesitaba analizar más a ese doncel, comprenderlo, entender cada uno de sus pensamientos, cada acción suya, cada suspiro, todo, y en cuanto lo haga, no dudaría en usar cualquier estrategia para tenerlo en sus manos, sabe que será difícil, pero debe intentar, porque Min Yoongi tiene todo lo que él alaba y no piensa perderlo.

—Minino —el mencionado mantenía su mirada sobre aquel hombre—, pide lo que quieras y empieza sin mí, iré a la habitación unos momentos, come bien.

—¿Y qué hay de ti? —Jimin sonrio ladino, sintiendose satisfecho por esa pregunta, parecía preocupado, le encanto escuchar aquello.

—Descuida —respondio—, cenare más tarde, será mejor que comas, si te entregan la cuenta, diles que la pongan a mi nombre, estoy registrado, así que no será un problema, come lo que desees, pequeño.

Y sin esperar más respuesta se incorporo y se alejo de Yoongi. El doncel hizo una pequeña mueca con sus labios, en verdad que ese hombre podía ser inesperado, pero le haría caso, pues en verdad se moría de hambre, Yoongi no tardo en indicarle a un mesero que le entregase el menú, quizás se pida algo con carne, hace mucho que come carne.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro