Dolorosamente
o quizás no,
resucita a veces lo que ha desaparecido.

Escritura invisible en estás manos lentas,
y la metáfora continúa desbordando tinta.

Carne a la deriva
desnuda enredadera,
cuerpo usado hasta el delirio
y ahogado en sufrimiento.

Alegremente
o quizás no,
resucita lo desaparecido
como la numerología, incomprensible.

Escritura invisible sobreviviendo a sí misma,
cesando la música en los muslos antes de pasar al borde de otro cuerpo.

Realmente
y si lo es,
comienzan las cosas a caer en pendientes sobre el tiempo,
como el dolor y la verdad de que éste hombre te ignora,
pero él otro hombre no lo sabe.

Escritura cansada como una cuchilla a ciegas,
un giro rápido,
y la historia con mi muerte ha finalizado.