Desde que Angie nació fué una niña alegre como los demás. Tenía a sus dos padres, su madre era un demonio con el cabello castaño y ojos amarillos mientras que su padre era un ángel de cabello rubio, puntas azules y ojos azules. Angie se parecía a su padre en todo, se podía decir que lo único que tenía de su madre eran sus ojos.
Aparte de que sus padres fueran una especie contraria siempre hicieron todo lo posible para que su hija sea feliz.
Mientras que la pequeña jugaba con sus juguetes en su cuarto alguien la llamó haciendo que parara
—¡Angie! Angie ven
Al escuchar la voz de su padre ella dejó de jugar y fué con el
Angie: ¿Qué pasa papi?
Jim: Es hora de que comiences a practicar tu vuelo
Como todos los ángeles Angie debe que aprender a volar a partir de los 6 años.
Pasaron horas entrenando cuando por fin logró poder aletear un poco
Jim: Perfecto Angie. Lo has hecho muy bien ahora falta que vuelves de lugar a lugar pero eso lo harás mañana
Angie: Está bien
Por motivos Angie nunca entendió siempre fué educada en casa por sus padres. Su madre apareció en la sala, en ese momento la sonrisa de Jim desapareció transformándose en una seria
Karen: Ví lo que hiciste, buen trabajo
Jim: Debo irme a trabajar
Angie: Ok ¡Adiós papi!
Karen: Cuídate amor
Mientras que su padre iba al trabajo su madre seguía dándole clases y jugando con Angie. Le explicó que al ser hija de un ángel y un demonio aunque sólo tenga partes de ángel como su padre ella tendría poderes de demonio y debía aprender a controlarlos. Era extraño, tenía alas de ángel y la aureola que siempre tenían los ángeles en su cabeza.
Se hizo de noche como siempre Angie cenó y luego fué a su cama, su madre le dió un beso de buenas noches y se fué dejando a su hija dormir
Karen: mm.. Que extraño, Jim tarda más de lo normal en llegar del trabajo
En ese justo momento ella escuchó la puerta ser abierta, su esposo había llegado
Jim: Ya estoy en casa
Al escuchar su voz Karen fué a la entrada donde lo vió quitarse la chaqueta y ponerla en el ropero que había a pocos pasos de la puerta
Karen: Llegas tarde —Dijo de una manera desconfiada
Jim: Tranquila amor, es solo que mi jefe me mandó quedarme un par de horas más y ya saber lo lejos que vivimos del trabajo
Karen: Bueno está bien, ven a cenar
¿Normal verdad? Pues no, según iban pasando los días Jim llegaba cada vez más tarde a casa con la misma excusa de siempre haciendo que a Karen desconfiara aún más. Un día llegó al límite y cuando llegó se acercó a el
Karen: Otra vez tarde —Dijo con un tono frío— otra vez
Jim: Ya te lo dije, mi jefe manda quedarme más tiempo
Karen: ¿Y es siempre así? ¡Tu excusa ya no vale Jim!
Jim: ¡No te estoy dando ninguna excusa! ¿¡Acaso quieres que nos muramos de hambre?!
Los dos padres seguían discutiendo, lo que no sabían es que debido a los gritos Angie se había despertado y ahora estaba escuchando todo
Angie: No lo entiendo ¿Que está pasando? Nunca se comportaron así —Dijo para ella misma mientras que lágrimas comenzaban a salir de sus ojos amarillos
Jim: Déjalo ya, vamos a despertar a Angie
Karen: Hoy duermes en el sofá
Angie pensó que eso se les pasaría mañana pero no fué así, cada vez las peleas de sus padres se hacían más frecuentes
Jim: Sabes que ¡Ya me cansaste! Tienes razón, estoy con otra persona
Karen: Maldito sinvergüenza ¡Eres un idiota!
Jim: Haré las maletas, me iré lo antes posible para no tener que volver a verte nunca más
Karen: ¡Bien! Y hazlo rápido
Angie: Mamá ¿A dónde va papá?
Karen: Se va de casa, despídete porque no vas a verlo nunca más
Angie: Pero mamá
Karen: Pero nada, es nuestra decisión si nos divorciamos o no. Tu te quedarás conmigo y el se va con su otra familia
Jim lo había escuchado todo, salió de la habitación con una maleta
Jim: Y una mierda, ella se va conmigo
Karen: A saber que ejemplo de mierda le das a la niña
Tanto fué la pelea que Karen decidió que un juez decidiera con quien se iría la pobre niña. El juez dijo que se iría con su madre, Jim, con lágrimas en sus ojos abrazó a su hija
Jim: Te quiero mucho
Angie: Yo también papá
Le dió un beso en la frente y se fué dejando su hija allí con lágrimas cayendo por sus mejillas
Karen: Vámonos a casa —Dijo con un tono frío
Angie: mamá ¿Volveré a ver a papá?
Karen: No
Desde ese día las cosas no fueron a mejor la madre ahora no era la misma que antes y Angie pudo notarlo. Mientras que estaba en una de sus clases notó que su madre estaba muy callada y distraída
Angie: Mamá ¿Que tengo que hacer ahora?
No tuvo respuesta
Angie: ¿mamá?
Karen: ¿Que quieres?
Angie: No sé como hacer esto, no me lo explicaste
Karen: Entonces busca en el texto y leelo, no te lo voy a explicar todo
Angie: Pero-
Karen: Pero nada —Dijo de manera fría y enojada— eres igual que tu padre
Angie no entendió lo que su madre se refería con eso, sabía que se parecía a el pero su madre en ningún momento le dijo eso
Angie: ¿A qué te refieres?
Karen: Mientras que vayas creciendo vas a ir siendo más parecida a el en el físico y en la personalidad. No puedo permitir eso, tu padre es un idiota
Aún por las palabras de la madre Angie seguía sin entender a que se refería ¿Que era lo que iba a hacer?
Karen: Eso quiere decir que tu también serás una idiota y tendrás su mismo comportamiento ¡te odio!
Angie: M-Mamá ¿Qué estás diciendo?
Karen: ¡No me vuelvas a llamar mamá! ¿Entendiste?
Angie: ¿P-Por que?
Karen: agh ¡No entiendes nada! No te quiero, te odio
Cuando Angie entendió lo que su madre quería decir y que la odiaba comenzó a llorar, no podía creer lo que su madre le estaba diciendo. Nunca llegó a pensar que por parecerse físicamente a su padre su madre no la querría
Karen: Deja de lloriquear, ya no eres una niña pequeña tienes 6 años ¡Empieza a madurar de una maldita vez! —Dijo enojada— ve a tu cuarto y ponte a hacer ese ejercicio
Angie agarró el cuaderno y fué a su cuarto llorando, lo que estaba pasando era demasiado rápido, en tan solo una semana ya había pasado todo eso.
Mientras que la pequeña ángel estaba en su cuarto Karen veía la televisión en la que estaban dando las noticias en ese momento. Comenzaron a decir que había ocurrido un muerte más en Encantrix
Noticiera: Fué esta mañana cuando nos encontramos el cadáver de un hombre los médicos forenses dicen que la muerte fué un suicidio. El hombre se llamaba Jim —Al escuchar su nombre alzó una ceja y sonrió un poco
Karen: Bien, se lo merece
Noticiera: Nos encontramos con una familiar, su novia Kimberly ¿Sabe algo de a que ha podido ser la razón de que el señor Jim haya decidido suicidarse?
Karen: Con qué esa es la puta con la cual me engaño ¿eh? —Pensó
Kimberly: Si, ayer justo antes de lo sucedido llegó a casa llorando, dijo que se había divorciado y ahora ya no vería más a su hija
Noticiera: ¿Le puso los cuernos?
Kimberly: No, yo ya sabía que estaba con otra
Karen llegó a su límite de enojó apagó la TV, fué a la cocina a por unas tijeras y luego fué a la habitación de su hija. Ella estaba jugando cuando su madre abrió la puerta
Angie: Ya acabé lo que me mandaste hacer
Karen: ¿y que haces jugando? Haces más y ya
Angie: Es que... Estoy descansando mami
Karen: Te dije que no me llames mamá ¿acaso estás sorda?
En ese momento Angie pudo notar que su madre tenía unas tijeras en su mano
Angie: ¿Qué haces con esas tijeras?
Karen: No nada, solo volteate y no mires
No hizo falta pensarlo, ella entendió lo que iba a hacer su madre
Angie: N-No, No lo hagas —Comenzó a llorar sabiendo que ella quería matarla
Ella estaba delante de la puerta así que si Angie iba la agarraría fácilmente, si, podía ir por la venta pero esta muy lejos y aparte está cerrada. La pequeña no tenía por donde escapar, su madre la hizo flotar y la acercó a ella
Angie: No no mamá —Comenzó a llorar aún más, intentó aletear pero el poder de su madre lo impedía
Una vez lo suficientemente cerca de Karen hizo que su hija estuviera de espaldas y comenzó a cortarle sus alas
Angie: AHHHH —Gritó de dolor
Sangre chorreaba de sus alas, la madre terminó de cortárselas y ya no las tenía. Por pérdida de sangre Angie se desmayó.
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Angie despertó, miró a su alrededor pudiendo notar perfectamente que estaba en la camilla de un hospital. Al recordar lo que había pasado se puso a llorar, una enfermera la escuchó y entró a la sala en la que se encontraba
Enfermera: Veo que ya despertaste, ya no llores
Angie: Mis alas ¿están bien?
Enfermera: Te las vendamos pero antes debes saber algo. Como tus alas ya estaban creciendo al ser cortadas se anuló el crecimiento, si que te volverán a crecer pero es como si volvieras a desarrollar desde el principio
Angie: ¿Tendré que aprender a volar de nuevo?
Enfermera: Afortunadamente no, si te acuerdas de como hacerlo claro. A todo esto ¿Cómo sucedió? Tu madre no nos lo explicó
Angie se quedó callada no sabía si le pasaría algo si hablaba de más o no, no la había amenazado pero aún así tenía miedo
Angie: No lo sé....
Enfermera: ¿Estás segura? Parecías muy pensativa
Angie: Si es que no recuerdo nada de antes de llegar aquí
Enfermera: oh... Ok
Enfermero: Enfermera Maragata la madre de esta chica se ha ido
Enfermera: ¿Cómo que se ha ido? ¿Por qué?
Enfermero: No lo sé, dijo que iba al baño y no volvió. Una de las doctoras fué a buscarla porque tardaba y no la vió
Enfermera: Creo que tendremos que buscarle a alguien por un tiempo, es una niña y no puede vivir sola
Enfermero: Pequeña, puedes ir al parque del Frente a jugar con los demás niños podemos mirar lo que haces y si algo te pasa. Margarita y yo tenemos algo de que hablar
Angie asintió y se levantó de la camilla, guiada por una de las enfermeras salió y fué al parque. Cruzó la calle con su ayuda y miró a los niños que había allí. Unos estaban en el tobogán, otros en los columpios, otros en las barras, otros jugando a la pelota, otros a la comba etc
No quería interrumpir a nadie, todos parecían tener a sus grupos de amigos hasta que vió a dos niñas que estaban solas hablando. Angie siempre fué una persona bastante tímida pero esa vez decidió intentarlo
Angie: H-Hola —tartamudeo por nervios
Niña 1: ¿Qué quieres?
Angie: Mm... Me pregunta si queréis jugar conmigo
Amabas niñas se miraron
Niña 2: Bueno ¿Cuántos años tienes?
Angie: Seis
Niña 1: Nosotros tenemos siete
Niña 2: Eso significa que nosotras mandamos
Angie no le dió importancia, pensó que tal vez se refería al juego
Niña 1: Mi nombre es Coral y ella es Violette
Angie: Mi nombre es Angie por cierto ¿a que estamos jugando?
Violette: A mamás y papás tu eres la hija, yo la madre Coral la madrina y... No tenemos padre
Coral: Se fué a comprar tabaco
Angie: ah
Coral: Mi madre dice que nuestro padre fué a comprar tabaco y vuelve en una semana porque es en una tienda muy lejana y no tiene coche
Violette: Vamos a jugar
Se pusieron a jugar inventandose una casa con lo que había en el arenero de la nada Violette empujó a Angie tirándola a la arena
Angie: ¿Qué haces?
Violette: ¿En serio creíste que jugaríamos contigo?
Coral: Realmente eres ridícula
Las dos niñas agarraron arena y se la tiraron en el pelo mientras ella intentaba taparse la cabeza mientras que lloraba sin saber que haces. De la nada se escuchó una voz
—¡Dejenla en paz o os doy on el palo! —Dijo la voz
Coral: ¿Quién te crees?
???: ¡Dejar molesta a la gente! ¿Por qué no os metéis en sus zapatos? Imagínense que en vez de ella sois vosotras la que os hacen daño
Violette: ¿No ves que no se defiende?
Angie descubrió un poco su cabeza y miró al niño que la había ayudado. Era un niño de cabello rojo con puntas rosas y mechas de ese mismo color, tenía los ojos verdes y parecía ser un anihum por sus orejas y cola de gato. El niño tenía un palo en su mano de manera de amenaza
Coral: ¿Por qué tienes que meterte donde no te llaman Aiden?
Angie: ¿Aiden? ¿Acaso ya se conocen? —pensó
Aiden: Solo dejenla, nada os derecho a molestar a gente
Violette: No nos das miedo, tu especie es inferior
Aiden: Tu eres una elfa, no tiene mucho de diferencia además me enseñaron que no importa la especie que una persona sea
Coral: ¿Quien? si fuiste de casa
Aiden: Tan solo dejenla
En la mirada se le notaba que el chico no quería pelear pero tampoco quería que le siguieran tirando arena.
Coral se acercó al niño hasta que antes que pudiera hacer algo una mujer la llamó
???: Coral tenemos que volver a casa
Coral: agh bien
Coral se fué con esa mujer que parecía ser su madre
Violette: eres muy molesto ¿sabes?
Al igual que con Coral un hombre se acercó a ella y vió la escena, no la misma que del principio pero bueno.
Padre de Violette: Hola cariño
Violette: Hola papi
Padre de Violette: ¿Ya has hecho amigos?
Violette: ¿eh? —Miró a Aiden y Angie— si si, son mis nuevos amigos
Padre de Violette: Bueno, despidete nos tenemos que ir que va tu primo a casa a dormir
Violette se despidió con muy pocas ganas y se fué del parque con su padre
Aiden: ¿Estás bien?
Angie: Si, por suerte fué solo arena ¿Sabes quiénes son esas chicas?
Aiden: Si, una es Coral, va conmigo a clase y la otra fué a un curso diferente pero nunca nos hablamos, tu no me sueñas ¿en que curso vas?
Angie: Yo nunca fuí a la escuela, mis... Padres me educaban en casa
Aiden: oh bueno ¿Cuál es tu nombre?
Angie: Soy Angie
Aiden: Yo soy Aiden, ven ¿quieres jugar a la pelota?
Angie: Ok
Fueron al campo del parte y el agarró una pelota. Se pusieron a jugar y cuando se dieron cuenta ya se había hecho de noche y les tocaba despedirse
Aiden: Bueno Angie, espero que nos volvamos a ver pronto —dijo con una sonrisa
Angie: Igual —Le devolvió la sonrisa
Angie fué de camino al hospital y buscó a la enfermera que le había explicado las cosas al despertar en la sala. Minutos después logró encontrarla
Enfermera Margarita: Hola Angie ¿Te lo has pasado bien?
Angie: Sip —dijo con una sonrisa
Estaba tan contenta de al fin haber hecho un amigo que se había olvidado de lo de antes
Enfermera Margarita: Me alegro mucho —dijo alegremente— Verás como ya sabes tu madre se fué y aún no ha vuelto así que mientras tanto deberás quedarte en el hospital, si necesitas bañarte tenemos un baño con duchas
Angie: Está bien
Angie fué a la sala en la que había despertado y se tumbó en esa comida camilla durmiendose al instante. Al día siguiente despertó y se levantó para ir a buscar a la enfermera que la había atendido. La encontró hablando con una mujer, tenía el cabello blanco al igual que sus ojos, tenía alas y la aureola típica de los ángeles. Aparte de eso la mujer tenía una corona en su cabeza
Enfermera: Oh hola Angie, Buenos días
Angie: Hola Enfermera y hola a ti —Dijo de la manera más amable posible y sin querer ofenderla
???: Hola pequeña ¿ya te dan de alta?
Enfermera: Se supone que ya se la dimos pero su madre se fué del hospital justo antes de que ella despertara, no podemos dejarla sola en la calle por ser una niña pequeña
???: ¿Y su padre?
Enfermera: La madre de la niña dice que —miró a Angie— el se suicidó —le susurró a la mujer para que la pequeña no lo escuchara
???: Ay pobre —dijo llevando su mano a su boca— con todo esto que pasa estos últimos meses en Encantrix
Enfermera: Estoy segura de que pronto conseguiremos que aquí haya paz
La mujer miró a Angie, ella no había escuchado lo que las adultas habían dicho pero si sobre algo que ocurría en Encantrix y no se alarmó ya que si era consciente de lo que ocurría en ese mundo. La albina se agachó y le tocó el hombro a Angie
???: Soy Maila, la reina de los ángeles
Angie: ah, yo soy Angie
Reina Maila: Como creo que no podrás estar toda tu vida viviendo en el hospital puedo llevarte a mi palacio y podrás vivir allí, no hay necesidad de que te conviertas en mi hija
Angie: ¿Lo dices enserio?
Reina Maila: Si querida, quiero darte un techo donde vivir, uno mejor que un hospital
Enfermera: Bueno Angie, eso será tu decisión
Angie se quedó pensando, como pensó que ella era una carga para los enfermeros decidió ir con la reina
Angie: Si no es mucha molestia me gustaría ir con usted
Reina Maila: Bien, vamos a casa
Desde ese día la vida de Angie cambió, no para mal si no para mejor. Ella ahora iba a una escuela en la que se veía con su nuevo y único amigo Aiden. Agradecida por la nueva vida que la reina le dió quería hacer algo para recompensarlo
Angie: Reina Maila
Reina Maila: Angie, sabes que me puedes llamar solo Maila
Angie: ¿Puedo compensarte lo de quedarme aquí?
Reina Maila: No hace falta querida
Angie: Insisto
Reina Maila: Bueno... Cuando te vuelvan a crecer las alas puedes ser una de los ángeles mensajeros
Angie: Me parece bien
Así fué. Los años pasaron y a los diez comenzaron a salirle las alas de nuevo, ella empezó con su entrenamiento y a pesar de tener las alas tan pequeñas para ser un ángel gracias a la reina es de las que mejor controla su vuelo pero sin embargo aguanta menos que los demás. Básicamente ella tiene las alas que tendría un ángel con siete años de edad.
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