「Capítulo 3」

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❝ Primera cita ❞

Yoongi estaba justo delante de la puerta de su habitación, ya había planeado todo lo que diría a su familia en caso de ser necesario. Solo debía calmar sus nervios, abrir la puerta, salir lo más rápido posible antes de que lo vieran sus primos.

Respiró profundo y abrió lo más rápido y silencioso posible su puerta, ágilmente se dirigió a la puerta principal, pero justo antes de dar un paso hacía fuera pudo notar a uno de sus primos sentado en la mesa, del comedor, mirándolo sonriente, no era buena señal.

—¿A dónde te diriges Yoongi-chan? —preguntó Hansol con un tono juguetón.

Confirmado, eso no era nada bueno.

—Voy a la casa de Mina a jugar una partida de Shogi —respondió tratando de aparentar calma, no era bueno con las mentiras, su familia y amigas lo sabían, pero prácticamente no estaba mintiendo, a eso iba, si pasaba algo más diría que fue una invitación del momento.

—¿De verdad? ¿Desde cuándo vas tan bien vestido para jugar una partida? —La sonrisa de Hansol era más grande mientras se acercaba a Yoongi, y el humor del albino estaba empeorando.

No había pensado en eso, no es que estuviera elegante, pero sin dudas su vestimenta gritaba que quería verse bien. Y Yoongi solo se vestía así para salidas importantes, en cualquier otra ocasión prefería usar ropa cómoda. E ir a jugar con Mina no era catalogado como «salida importante». Pero a pesar de no haber pensado en una excusa previamente, supo que contestar.

—Podría vestirme con algo más casual si ustedes no rompieran todo —respondió molesto, después de todo, el día anterior habían roto una de sus camisetas más cómodas, ya se estaba quedando sin ropa y bien podía probarlo.

—Hmmm, tiene sentido —dijo y cambio su sonrisa juguetona a la habitual—. Diviértete, y no desquicies a Mina o el viejo se enojará —Le dio unas palmaditas en la cabeza y se volteó para irse a su cuarto.

Yoongi suspiró, pensando que no serviría una de sus mentiras, pero por suerte pudo sacárselo de encima bastante rápido. Se sentía un poco culpable por mentirle a su primo, pero prefería eso a que le prohibiera salir cuando supiera que saldría con un pretendiente. Aliviado, salió de la casa.

En el camino tomó su teléfono y le avisó a Taehyung que ya estaba en camino a su casa, recibiendo a los pocos segundos una respuesta del castaño, avisando que recién salía de la ducha. Durante esa semana se estuvieron hablando bastante por mensajes, e incluso solían hablar o saludarse si llevaban prisa. Aprendió bastante cosas del alfa, como que era uno de los mejores estudiantes de su clase o de su grupo de amigos, los cuales conocía desde pequeño, sobre que participaba en un club deportivo en la escuela o algunos de sus hobbies, cosas básicas.

No le caía nada mal. Es más, debía admitir que le gustaba su forma de ser, o al menos lo que pudo ver de él en menos de una semana. Aun cuando él era un alfa, no se guiaba por sus instintos o la violencia. Era muy sereno, pero se podía mantener una charla con él; no era egocéntrico, al contrario, era bueno escuchando; y, a pesar de verse bastante frio y reservado, cuando hablaba sonaba muy dulce y amable. Creía que, si Taehyung seguía actuando así, no tardaría en enamorarse de él. Era todo lo que buscaba en una pareja.

Y por estar perdido en sus pensamientos, no se percató que había llegado a la casa de Mina.

Entró por donde siempre lo hacía y ahí se encontró a la alfa, la cual lo recibió como siempre y se fueron a la sala para jugar. En el transcurso del juego Mina no pudo pasar por alto la apariencia de Yoongi, ya que estaba vestido mejor de lo usual. Su aroma era diferente, sus feromonas se sentían mucho más que de costumbre, las cuales antes eran nulas por la cantidad de supresores que tomaba.

Pero ahora ella podía sentir su leve aroma a flores, un aroma muy agradable. Ya era la segunda cosa extraña que había visto en el día. La primera fue ver a su hijo llegar más temprano de su entrenamiento, sin bajar para almorzar, y al momento en que lo vio él también se estaba arreglando.

¿Coincidencia? En absoluto.

—Dime Yoongi-chan —Pudo escuchar un leve sonido salir de la boca del omega anunciando que le estaba prestando atención—. ¿Por qué estas tan bien vestido? Siempre que vienes a jugar conmigo los fines de semana pareces como si fueras directo a la cama.

—Mis primos están destrozando toda mi ropa —respondió mientras movía una de sus piezas, sin darle demasiada importancia; al ver la expresión insatisfecha de Mina no le quedo más que responder algo más convincente—. Además, luego de esto tengo un compromiso.

—¿Compromiso? ¿Acaso es una cita? —preguntó queriendo no parecer interesada por el tema, pero al ver como el omega se ponía rojo entendió le había dado en el blanco.

—No sé si lo llamaría cita, sólo saldremos, eso es todo.

—Ah, así que saldrás con alguien —dijo feliz, ya estaba casi segura de quien se trataba su cita—. Entonces dime: ¿Lo conozco?

—¿A qué viene todo este interrogatorio? —preguntó nervioso, odiaba que ella se desviará del juego, además de que no quería que descubriera que saldría con su hijo.

—Hm, nada, solo curiosidad —respondió inocente mientras movía una de sus fichas—. Si mi hijo va a tener una cita es normal que quiera saber las intenciones de su pareja.

Yoongi abrió los ojos ante tal respuesta, lo había acorralado, no solo con esa respuesta, sino que en el juego también. Con todas aquellas preguntas no se dio cuenta que Mina había dado movimientos certeros, mientras él solo se había desconcentrado, perdiendo toda ventaja.

—Sabes, Yoongi, siempre vi el juego del Shogi como la vida. Siempre debes pensar bien cuales serán tus movimientos para poder obtener la victoria. En la vida siempre debes saber lo que debes hacer para poder tener un buen futuro —dijo con una sonrisa mientras el albino la miraba confundido, él no sabía por qué se lo estaba diciendo—. Alguien que pueda jugar como tú, creo que es alguien que tendrá un buen futuro, siempre tomas las decisiones correctas, y si no lo hiciste alguna vez, supiste como remontarlo. Por eso creo que, si tu fueses la pareja de Taehyung, sé que estaría en buenas manos.

—¿Desde cuándo lo sabe? —preguntó sorprendido, no creía que Taehyung se lo hubiese dicho, no habían pactado mantener lo que sea que tuvieran en secreto, pero dudaba que Taehyung lo dijera.

—Solo uní los cabos sueltos. El día en que los presente, dijiste que la siguiente semana sería tu celo, pero se adelantó una semana, es prácticamente imposible, como mucho puede adelantarse tres días. Taehyung tampoco reacciona tan rápido a las feromonas omegas, yo reacciono más fácil que él, pero tus feromonas no me afectaron, me asquearon. En cambio, Taehyung se veía muy confundido. Y esa mirada que tenía sobre ti, no era una mirada común que un alfa tiene con cualquier omega en celo. Sabes a lo que me refiero, hablo esa mirada de cazador, de querer atacar a su presa.

Yoongi asintió comprendiendo a lo que ella se refería.

—Su mirada era diferente —continuó Mina—; parecía reclamarte. No sé si lo sentiste, pero sus feromonas olían diferente, marcó territorio, y no me refiero a ti, sino que deseaba alejar a todo alfa. Si yo no hubiese reaccionado seguro te hubiera dejado solo con él... Otra cosa interesante fue ver a mi hijo el día siguiente, en la mañana estaba confundido, pero cuando volvió estaba feliz. Y no solo eso, sentí tu olor en él. Y hoy te encuentro a ti, así de presentable al igual que él, no era muy difícil suponer que algo pasaba entre ambos. ¿Creíste que no me daría cuenta?

—No quería ocultárselo —respondió agachando la cabeza, le avergonzaba que lo hubiese descubierto, pero también estaba preocupado de lo que Mina pudiera pensar de él—. Solo no sabía cómo decirlo, usted es su madre, son una prestigiosa familia de alfas, y yo soy un omega sin riqueza ni clase. No le convengo a su familia.

—¡Yoongi! No quiero volver a escuchar algo como eso. Tienes mucho más de lo que tú crees, estoy segura que no hay nadie más allá afuera, sea alfa, beta u omega, que pueda ser mejor que tú —dijo en tono serio, cosa que sorprendió a Yoongi, nunca la había visto así—. Además, no puedes separarte de tu pareja destinada, es tan raro encontrarla que mi corazón me impediría separarlos, no solo por las consecuencias que pueda traer eso, sino por su felicidad. Desde antes que nacieran mis hijos desee que el día en que tuvieran pareja fuera por decisión de ellos, puede que ahora estés confundido, pero sí Taehyung quiere verte, es porque te aceptó como su destino y a pesar de que lo veas muy sereno, es de fuertes principios, primero esta su moral, luego la ética. Estoy segura que él te aceptó completamente.

—Eso es imposible, no nos conocemos demasiado, apenas y nos vimos hace poco. No sabe nada sobre mí —respondió Yoongi, sonando nervioso y confundido—. ¿Como puede aceptarme tan pronto?

—Yoongi. Está enamorado.

—Mucho peor, ¿cómo puede enamorarse de mi tan pronto?

—Las parejas destinadas no necesitan saber del otro para enamorarse, con solo verse el uno al otro ya pueden saber quién es. No se habrán hablado lo suficiente, pero eso no impide que se enamoren. ¿Acaso tu no lo amas? —preguntó Mina tomándole las manos, tratando de calmarlo, más provoco el efecto contrario, pues logró ver pequeñas lágrimas formándose en sus ojos.

—N-No lo sé —respondió al borde del llanto, no sabía porque le ocurría esto, todas sus emociones se agolparon de repente dentro suyo—. No sé qué me pasa con él.

Todo le era tan extraño, no quería llorar frente a ella, pero sus lágrimas comenzaron a caer. Mina lo abrazó en ese instante, tratando de darle la contención que necesitaba. Mientras que, al otro lado del salón, aquel alfa se encontraba recostado contra la pared contigua, escuchando toda su conversación.

—Por eso quiero darte tiempo... —susurró abatido. 


Al final la partida terminó sin un ganador definido, y cuándo Yoongi logró calmarse, Taehyung apareció para llevárselo fuera de la casa, ambos pretendiendo como si esa conversación nunca había pasado.

—Entonces... ¿A dónde quieres ir? —preguntó Taehyung mientras caminaban en dirección al centro, fuese el lugar que fuese debían ir por ahí.

—No lo sé. Nunca tuve una cita...  —murmuró algo avergonzado. A sus diecisiete jamás había experimentado algo parecido, se sentía un completo perdedor—... simplemente, haz lo que haces en cualquier cita.

—No quiero —dijo y detuvo su andar, Yoongi volteó a verlo extrañado, el castaño lo miraba serio—. No puedo comparar ni de chiste aquellas citas con esta. ¿No te lo había dicho? Yo quiero conocerte, saber tus gustos, disgustos, pasatiempos, todo. ¿De qué me sirve salir contigo si sólo vamos a hacer lo que yo digo?

—Pero yo también quiero saber sobre ti —replicó Yoongi—. No quiero ser el único que no sepa nada del otro. No tengo experiencia en nada de esto, nunca había besado a alguien y nunca había salido con alguien. Eres el primero en todo, y para que haya valido la pena quiero saber con quién hice todo eso.

Taehyung suspiró, era la primera vez que le decían algo así.

Sus parejas siempre decían el lugar al que querían ir, el solo debía encargarse de acompañarlas y pagar la cuenta, nunca había encontrado alguna diversión en salir, pero se comportaba acorde a la situación. Estaba con ellas porque se le confesaban, y mínimamente se sentía feliz por ello, de que alguien lo quisiera en el sentido romántico, pero todo se acababa rápido. Decían que era el novio perfecto por hacer todo lo que deseaban, pero al mes se cansaban de esa monotonía, o más bien, de que el alfa nunca planeara los detalles, solo los seguía y eso agotaba.

Desde que había entrado a la preparatoria, la relación más duradera había sido de aproximadamente dos meses, las demás eran de 5 a 4 semanas. Por eso a todas sus parejas las catalogaron como «conquista mensual». Aún con toda su experiencia romántica, podía decirse que era un primerizo en el amor. Si quería que funcionara, debía recurrir a cuando estaba en secundaria.

—Está bien —dijo después de meditar su plan—. Te mostraré que es lo que me gusta, pero primero vayamos a comer, muero de hambre. —Tomó la mano de Yoongi y comenzó a caminar—. Elige donde quieras comer, al menos quiero que hagamos algo que te gusta. Aun si solo es elegir un restaurante.

Yoongi asintió, no le quedo más de otra que aceptarlo, después de todo, estaba haciendo algo que le había pedido, debía hacer lo mismo. Luego de caminar varios minutos, llegaron a un café. Era sencillo, no muy lujoso, y bastante tranquilo. Se sentaron en una de las mesas contra la ventana de atrás, que daba vista a un pequeño jardín bien decorado y cuidado. Leyeron los menús y cuándo llego la camarera tomó sus pedidos. A Yoongi le llamó la atención el pedido de Taehyung, pues pidió que sacaran uno de los ingredientes. Una vez se fue la camarera, Yoongi miro a Taehyung extrañado.

—¿No te gusta la acelga?

—No lo sé, no recuerdo su sabor.

—¿Como que no recuerdas?

—Soy alérgico, la última vez que comí una me picó la lengua y se me inflamo la garganta —respondió señalando su boca y cuello al decirlo—. Sentí que moriría ese día, incluso mis padres también se asustaron, nunca creí que los vería así.

—¿No era más fácil haber dicho que eras alérgico desde el principio? —preguntó Yoongi tras una leve carcajada, no entendía por qué había dicho eso de que no sabía si le gustaba o no.

—Simplemente respondí tu pregunta. A varios intolerantes a la lactosa les gusta el queso, pero les cae fatal, una alergia puede gustarte o no, independientemente de sus consecuencias —Se defendió fingiendo inocencia —¿Y tú? ¿Eres alérgico a algo?

—Hasta donde se soy inmune a cualquier alimento o cosa de la vida cotidiana —respondió Yoongi.

—¿No tienes problemas?

—¿Por qué lo preguntas? —preguntó extrañado, no entendía el porqué de su pregunta.

—Tu cabello... Bueno, eres albino y por lo que sé, viene varios problemas con ello —respondió Taehyung mientras apoyaba la cabeza sobre sus manos, y sus codos sobre la mesa.

—Ah, hablas de eso. Realmente no es tan malo. Mis padres se asustaron por ello al principio, pues parecía que sufría de albinismo completo, pero resulto que solo era del segundo tipo.

—¿Y eso como es?

—Como el completo, pero con el tiempo mejora, va oscureciéndose lo albino. Tengo fotos de pequeño donde mis ojos eran grises y tenía la piel completamente blanca. Progresé bastante, incluso mi cabello se hizo más cenizo, pero los médicos dijeron que hasta ahí llegará, lo demás sigue en progreso.

—Ya veo... ¿Entonces puedes broncearte?

—No mucho, soy un poco más resistente al sol que antes, pero igual me quemo cuando está muy fuerte, y no puedo ver nada cuando hay poca luz, uso lentes de descanso por eso, y protector factor 80 en verano aun en sombra; sino terminaré como un tomate.

—¿Ese no es para los niños? —preguntó entre risas.

—Lo es, básicamente mi piel es igual de sensible que la de un bebe—respondió en un tono divertido.

Siguieron hablando de varias cosas, un poco después llegó su pedido. Comieron tranquilamente y al terminar ambos pagaron sus partes, después de discutirlo por casi cinco minutos, y salieron del establecimiento. Caminaron varias calles y en todo el trayecto Taehyung no soltó su mano, cosa que lo ponía algo nervioso, pero no lo odiaba, su tacto se sentía cálido y suave. Tan ensimismado estaba que no se dio cuenta de la ruta que estaban tomando, hasta que llegaron a un establecimiento muy conocido y el cual no creían que irían en una cita: la escuela.

—Ehm... Taehyung ¿Qué hacemos aquí? —preguntó extrañado al ver que el alfa lo guiaba por dentro del campus—. Nuestra escuela no está abierta los sábados.

—Pero si para los clubes ¿Querías conocerme? Pues aquí está lo que soy —respondió una vez que llegaron a la puerta de un club, Yoongi pudo ver que en la placa decía «Kyudo»—. Vamos, pasa.

—¿Como la abriste? —preguntó una vez dentro. Taehyung había entrado a uno de los cuartos, para luego salir con un gran arco y algunas flechas.

—Tengo las llaves del club, el capitán del equipo me la dio ya que según él era un miembro bastante prometedor. Además de que entreno horas extras. Es más simple si yo tengo una copia a tener que pedirlas todo el tiempo.

—Tiene sentido —comentó al pensarlo, aunque una de las razones por la que había ganado la llave, también era por ser miembro de una buena familia y por ser un alfa purasangre—. Eso quiere decir que vienes aquí muy seguido.

—Toda la semana después de clases, y los sábados a la mañana —respondió, acomodándose en la zona de tiro. Miró a la diana, levantó el gran arco y apuntó, se quedó en esa posición por unos segundos, respiro hondo y tiró. Yoongi no evitó su sorpresa al ver que dio en el blanco.

—Wow. Eres bueno —susurró al verlo.

Taehyung se volteó y al ver a Yoongi no pudo evitar sonreír, había conseguido impresionarlo.

—Ven aquí —dijo haciéndole señas para que se acercara.

—¿Qué? ¿Qué quieres que haga? —preguntó extrañado. Si era lo que pensaba, se rehusaba completamente.

—Inténtalo, no te traje aquí para que simplemente estés ahí parado —respondió tomando la mano de Yoongi para poder llevarlo a la zona de tiro.

—¿Estás loco? A menos a que quieras una flecha en tu cabeza no tiraré de esa cosa. Soy malísimo.

—Ya, nunca lo sabremos si no lo intentas —decía mientras le dejaba el arco en sus manos—. Además, no pasará nada si estoy detrás de ti. Y solo nos encontramos tú y yo, no le harás daño a nadie.

—¿Y si tiro abajo el club? ¿O si la flecha se desvía y se te clava?

—No seas paranoico e inténtalo, prometo que todo estará bien —respondió apoyándose en el muro.

—S-si tú lo dices —dijo y se preparó para tirar.

Intentó imitar la postura de Taehyung para tirar. Realmente no le gustaba esa situación, lo hacía sentir un completo inútil. El arco era pesado, más de lo que creía, nunca en su vida sostuvo un arco y no podía decirle eso, pero que ni siquiera pudiera dejar la flecha recta, sin que se le desviara del arco, ya era fatal. Respiró, estaba nervioso, antes de entrar en pánico soltó la cuerda y la flecha salió.

—Wow, es impresionante —dijo Taehyung sonriente mientras se le acercaba a Yoongi, lo tomo de sus hombros para que abriera sus ojos. Apenas había soltado la cuerda cerro sus ojos, no quería ver su desastre—. Me superaste por mucho.

Se sorprendió por aquel comentario, y con una pequeña sensación de esperanza abrió sus ojos para ver la flecha. Grande fue su sorpresa al ver que su flecha no estaba en la diana, sino a unos dos metros de donde él estaba.

—Debes estar bromeando —dijo desganado al verlo, Taehyung por su parte estaba partiéndose de la risa, sabía que no era correcto reírse del albino en su primer intento, pero su expresión era de las más graciosas que había visto—. ¿Superarte? Ni siquiera se acercó a la diana.

—No hablaba de eso —respondió entre risas mientras se acercaba a recoger su flecha y la de Yoongi—. Me refería a la primera vez que yo tiré una flecha. Esta simplemente llegó a 5 centímetros de donde yo estaba. Lo hiciste bien comparado a eso.

Aún si se lo decía así, no podía evitar sentir vergüenza. Ni siquiera había tocado la diana, se sentía un completo fracaso. Taehyung pudo ver su expresión, el omega no lo escondía para nada. Entendía aquella sensación de derrota, por lo que volvió a acercarse al más pequeño.

—Toma, inténtalo otra vez—dijo ofreciéndole la flecha y el arco nuevamente.

—No gracias, no soy bueno, ya debiste verlo —respondió avergonzado desviando la mirada.

—Ya lo sé, no es bonito ver que fallas al primer intento, pero no siempre hay logros. De los errores se aprende. Además, te ayudaré a conseguirlo —explicó mientras se posicionaba detrás de Yoongi—. ¿Te gustaría reintentarlo?

Ahora sí estaba más avergonzado, que le dieran frases de aliento lo avergonzaba, no le gustaba que lo hicieran, pero al menos debía intentarlo una vez más, y si recibía ayuda del castaño no podría salirle peor.

—Está bien —respondió y en ese mismo instante sintió como Taehyung le pasaba la flecha y tomaba su mano.

—Primero que nada, no tensaste la cuerda como se debe ni sostuviste la flecha correctamente. Supongo te centraste más en tener firme el arco que en tenerlo correctamente —Le dijo posicionando la flecha y tensando la cuerda, todo mientras sostenía la mano de Yoongi—. Es así como se hace —susurró sobre su oído, Yoongi estaba completamente rojo, lo tenía tan cerca, lo estaba tocando, podía sentir su aliento golpear contra su oreja—. Además de que estabas muy tenso, debes estar erguido, pero no tenso, puedes llegar a lesionarte por ello. Este es un arco de práctica, por lo que es más liviano que los demás, pero aun así no previene una lesión por su mal uso. Ponte así. —Con su mano libre había presionado el torso de Yoongi para hacerle entender que debía ponerse derecho—. Respira hondo, no te pongas nervioso por el tiempo o por acertar, debes estar tranquilo. No cierres los ojos al hacerlo, no podrás ver hacía donde apuntas, ni por un segundo debes desviar la mirada del objetivo. Y ahora sí, tira.

Con un poco de miedo, soltó la cuerda y la flecha salió disparada. Y esa vez se ensartó en la diana, no al blanco, pero al menos había progresado.

—¡Le di! ¡Llegó a la diana! —exclamó feliz, volteándose a ver al alfa, quien también estaba sonriendo.

—Nada mal, con práctica podrías ser un buen arquero —dijo Taehyung sonriente, se sentía orgulloso de que sus explicaciones habían servido en un principiante, y sobre todo, que el albino estaba feliz por acertar en la diana—. Quién sabe, puede que pronto estés en las grandes ligas.

—¿A qué edad comenzaste a practicarlo tú? —preguntó curioso, para ser así de bueno debía tener años de práctica.

—Desde los diez años. Una vez vi a mí tío practicando y me pareció genial. Entonces el comenzó a entrenarme, los fines de semana practicábamos juntos, y cuándo entré a la secundaria, entre al club de Kyudo; desde entonces compito.

—Ya veo. Debes disfrutarlo bastante para seguir practicándolo —comentó al ver como sonreía al contarlo.

—Si, significa una gran parte de mi vida —respondió sentándose en el borde del suelo flotante—¿Y tú? ¿Tienes alguna pasión oculta?

Apenas terminó la pregunta vio como la sonrisa de Yoongi desapareció por un momento, pero en cuestión de segundos cambio su expresión a una pensativa. Eso le extrañó demasiado.

—No, realmente, no práctico ningún deporte, ni tampoco hago algo por gusto —respondió mientras se sentaba a su lado—. Sabes cómo es esto, los omegas no están obligados a entrar a un club de la escuela, por el tema del celo y todo aquello. Nunca le vi problema, después de todo no me interesaba entrar a algún club, o sus miembros...

—¿Por qué? ¿Hubo algún problema? —preguntó curioso, el tono que había usado en la última parte había sonado algo triste.

—No, nada importante —respondió sonriendo, restándole importancia al tema—. Pero sabes, últimamente estuve jugando bastante al Shogi con Mina. Incluso sin darme cuenta se hizo parte de mi rutina.

—¿Te gusta jugar?

—Me divierte bastante, si no me gustara seguramente no lo jugaría, no importa si fuera Mina, un desconocido o el mismísimo emperador. Después de todo, no puedo hacer algo que odio.

—¿A si? ¿Entonces debería suponer que no me odias? —preguntó acercando su rostro al de Yoongi, este se puso rojo al escucharlo—. Dijiste que no puedes hacer algo que odias, por lo que no podrías estar aquí si me odiaras, ¿me equívoco?

—N-no es eso a lo que me refería —respondió avergonzado, desviando la mirada a otro lado.

—¿Entonces a que te referías? —preguntó mientras de a poco acorralaba al omega contra el muro, y claro que Yoongi se alejaba conforme se acercaba el castaño—. ¿Me odias?

—N-No te odio, s-solo... —No pudo terminar de hablar por los labios del contrario sobre los suyos. Definitivamente no lo odiaba, cada roce, sus caricias, sus labios, su lengua jugando con la suya, lo disfrutaba.

No quería terminarlo, algo dentro de él le rogaba que llegaran a algo más, pero a la vez le pedía que se detuvieran, si seguían así, ya no habría vuelta atrás, y eso lo aterraba de cierta forma.

«¿Esto es lo correcto?», «¿Tengo derecho a desear más?», «¿Podemos ir más lejos?», «¿Me odiara por esto?» Yoongi no dejaba de pensar mientras disfrutaba del beso del alfa.

Se separaron lentamente, un pequeño hilo de saliva los conectaba. A Yoongi le pareció un poco grotesco, pero también le excitaba, quería morirse al pensar que un poco de saliva le produciría eso, y por sobre todo que Taehyung no lo notara.

—Lo siento. No pude contenerme al ver tu expresión, te veías como que lo deseabas —dijo Taehyung mientras limpiaba la saliva que había quedado—. Perdóname si te molesto.

—No lo hizo... —respondió avergonzado, no podía mirarlo a los ojos, porque sabía que, si lo miraba, no podría mantener la calma—. Me gustó.

—¿Entonces puedo volver a hacerlo? —preguntó acercándose devuelta a sus labios. Taehyung estaba a centímetros de Yoongi, y cuándo acortó completamente la distancia se sorprendió al no sentir los labios del albino, sino una de sus manos.

—Perdona, pero realmente debo ir al baño—dijo Yoongi avergonzado, sonaba completamente como una excusa, pero lo necesitaba.

—Entiendo... Hay uno aquí. Ve a la entrada y a la izquierda verás el baño —Le dijo mientras lo ayuda a levantarse—. Yo guardaré las cosas mientras tanto.

Asintió y se dirigió al baño, entró en uno de los cubículos y no se aguantó demasiado tiempo a vomitar, trató de no hacer mucho ruido para que Taehyung no lo escuchara.

—Mierda, los inhibidores... Joder... Deberé tomar otra dosis... no sé hasta cuanto aguanten—susurró sacando las pastillas.

Durante la tarde se sintió cómodo, aun con los roces o toques que mantenía con el alfa, pero cuando lo beso, sintió que sus feromonas comenzaron a enloquecer, y sabía lo que significaba. Lo que menos deseaba era hacer una escena y poner incómodo al alfa, o peor, espantarlo. Taehyung no se veía del tipo que tuviera sexo con cualquiera, y sin dudas entrar en celo no era una opción para terminar bien su cita. Una vez los tomó y comenzaron a hacer efecto, se dirigió a donde estaba Taehyung, más no lo vio en el club.

—¿Taehyung?

—¿Qué haces aquí? —preguntó un chico, por su apariencia semejaba a su edad —Tú no eres del club. ¿Quién eres? Los omegas no pueden estar aquí. ¿Como entraste?

—Emh... Yo... —Estaba nervioso, no era bueno dialogando con alfas, exceptuando con los que tenía confianza, como su primo, Soyeon, Mina y ahora Taehyung. Y para su mala suerte, aquel chico se veía bastante intimidante.

—Entró conmigo —respondió Taehyung saliendo del almacenamiento del club—. Espero no sea una molestia.

—Taehyung —dijo el chico tras un suspiro, posó sus dedos en el puente de su nariz y bajo la cabeza—. Ya hablamos de esto, puedes entrar aquí tantas veces como te dé la gana, pero no traigas a tus conquistas, menos si es un omega.

Yoongi no pudo evitar fruncir el ceño, sabía que lo que decían de «los omegas no necesitan entrar a clubes» no eran más que bonitas palabras para decir «no tienen permitido entrar a ciertos clubes por ser omegas». Pero que se lo dijeran frente a su cara no le agradaba, que al menos lo disimulara más o se lo dijera a el mismo en lugar de fingir que no estaba ahí.

—Ya lo sé. Y también hablamos de que si pueden entrar las parejas de los demás en el entrenamiento también puede entrar mí pareja. Además, él no es "una conquista", créeme que si lo fuera no pasaría a este club. ¿Crees que siquiera lo dejaría entrar cuándo no hay entrenamiento?. Deberías tenerme más fé.

—Te tengo fé como arquero y estudiante —respondió el otro—. Tu deberías tenerme respeto como tu capitán.

«Ah, así que él es el capitán», pensó Yoongi al verlo mejor. No se veía como el capitán, ciertamente era intimidante, pero esperaba algo más.

—Bien. ¿Entonces qué se le ofrece a nuestro queridísimo capitán? —preguntó en un tono sarcástico.

—Me llamaron los directivos, se enteraron de que el club estaba abierto y tuve que venir a inspeccionar. Después de todo, tu no vienes aquí en las tardes. Hablando de eso, ¿qué haces aquí?

—Práctica —respondió al instante—. Vine con Yoongi, me pareció buena idea mostrarle como era el club y que hacía aquí.

—¿No crees que es demasiado para una conquista mensual? —preguntó extrañado el capitán, todos en el club estaban conscientes de la popularidad de Taehyung en el ámbito romántico, y sus rápidos cambios de pareja en el último año.

—No es una simple conquista mensual —respondió ya cansado de que lo tacharan de ligón—. Es mi pareja.

—¿Y eso que tiene de diferente? —preguntó confundido, hasta donde sabía, todas las conquistas de él fueron su pareja.

—Esta vez es enserio. Es mi destino.

El capitán quedo en silencio mirando a Taehyung, luego a Yoongi y viceversa. Era la primera vez que veía algo así, no podía tragárselo tan fácil, pero el castaño no era de mentir y mucho menos con cosas así, estaba confundido.

—¿Ya lo marcaste? —preguntó aun confundido.

—No.

—¿Lo hicieron?

—¿Qué tan fácil me crees? —preguntó Taehyung ofendido

—¿Entonces por qué no está en el suelo, en posición fetal, gimiendo para ser penet...?

—Okey. No es necesario preguntar eso —interrumpió Yoongi, avergonzado y enojado en partes iguales—. Será mejor que nos vayamos, ya causamos bastantes problemas.

—Está bien. Nos vemos, Capi —dijo Taehyung al tomar la mano de Yoongi y salir del club—. Le dejo el cierre del club a usted.

—Maldito. Me las vas a pag...—No pudo terminar la frase ya que Taehyung había cerrado la puerta al salir.

—Perdona por eso. Mi capitán no es tan abierto de mente con respecto a los omegas, pero no es una mala persona.

—Tranquilo. Estoy acostumbrado a escuchar eso a menudo —respondió Yoongi con una sonrisa para quitarle importancia—. ¿Tu no tendrás problemas por esto?

—Seguramente me haga limpiar el club por una semana, pero vale la pena el castigo —respondió restándole importancia, su capitán podía ser un gruñón, pero no era un tirano.

—Ya se está haciendo tarde, creo que es mejor ir a casa —dijo Yoongi, pero aun si lo decía, no quería separarse de él todavía, y Taehyung lo notó en su voz.

—¿No quieres venir a casa un rato? Mi madre no está ahora, salió con mi padre, y mi hermana fue a la casa de una amiga, no habrá nadie que nos moleste —Yoongi no pudo evitar pensar en miles de finales que implicaban tener sexo, pues cuando un alfa cortejaba a un omega no tardaban mucho en hacerlo. Se puso rojo ante la idea, sabía que Taehyung no era ese tipo de alfa, lo dejo muy claro desde el inicio, pero era inevitable pensar en ello, algo que también noto el alfa—. Tranquilo, no es con esa intención. Solo pasaremos un poco más de tiempo juntos, aun no quiero despedirme...

—Yo tampoco quiero despedirme... Y no me preocupaba por eso —respondió sonriendo, le avergonzaba decirlo ya que creía que era cursi, pero al escucharlo venir de Taehyung no lo parecía, puede que al final todo lo que él pensaba que era cursi, no lo sería para Taehyung.

—Entonces está decidido. Vamos.


Al llegar a la casa fue como lo había dicho Taehyung, ni sus padres ni hermana estaban ahí. Puede que estuviesen los sirvientes, pero mientras no les pidiese nada, no los molestarían. Subieron al cuarto de Taehyung, silenciosamente ya que no quería que se dieran ideas equivocadas al ver a Yoongi con él en camino a su habitación. Llegaron como planearon, Taehyung cerró la puerta mientras Yoongi se quedó mirando todo el cuarto.

—Wow. Es muy grande —murmuró Yoongi.

—Ponte cómodo—dijo Taehyung mientras se sentaba en su cama—Siéntete como en casa.

—Si quisiera sentirme como en mi casa debería escuchar varios gritos —rió por su comentario, pero Taehyung lo miro extrañado. ¿Como era su familia para sentir que eso era normal? Claramente Yoongi se dio cuenta que sus palabras se podían malinterpretar—. Tengo primos mellizos en casa, son bastante escandalosos e inútiles en la cocina, siempre debo encargarme de su comida. La casa se hubiese quemado hace tiempo al igual que toda mi ropa ya que siempre la destruyen en cada comida que tratan de preparar.

—Ah, es bastante difícil—dijo algo sorprendido por su explicación. Y el que pensaba que su hermana era difícil—. ¿Entonces sabes cocinar?

—Si, tuve que aprender ya que como dije, mis primos no son muy buenos en ello, y mi tío está en el trabajo o vuelve cansado, era eso o morir de hambre... o incinerado —respondió mientras se sentaba al lado de Taehyung.

—¿Y tus padres? —preguntó curioso, era raro que no los hubiera nombrado, pero al ver la expresión de Yoongi pudo deducirlo.

—Murieron cuándo yo tenía seis años, desde entonces vivo con mi tío. Durante todos estos años se hizo cargo de mi como si fuese un hijo más, realmente le estoy muy agradecido.

—Se ve que los quieres mucho.

—Así es —respondió con una sonrisa—. Algún día espero presentártelos, aunque seguramente a mi tío ya lo conoces, es uno de los jardineros de aquí.

—¿Enserio? Ahora tiene sentido que conozcas a mi madre —dijo pensando en que no tenía idea de cómo podía conocerla, si su tío trabajaba ahí, había una conexión—. ¿Como se llama?

—Min Kihyun.

—Si, lo conozco. Nunca pensé que fuese tu tío, pero tuve que haberlo sospechado por sus apellidos, no es tan común oír de un Min... Por cierto... ¿ellos saben de mí?

—Bueno... Aún no —respondió avergonzado, desviando la mirada—. Es algo difícil con mis primos, a mí tío no se lo dije ya que no lo veo mucho tiempo, y estoy seguro que si se lo dijera delante de mis primos se pondrían como locos, serían capaz de encerrarme en una torre para que así no pudieras acercarte a mí.

—No creo que sea realmente así —decía riéndose, pero al ver la expresión de Yoongi guardo silencio—. Bueno, te entiendo, mi madre es la única que lo sabe, no se lo conté, ella misma lo dedujo. Pero aún no pude contárselo a mí hermana, ya que su reacción no sería muy bonita, y menos a mí padre, no se si él lo acepte.

—Ya veo —Fue lo único que pudo comentar Yoongi, ya suponía que su padre, siendo la cabeza de una prestigiosa familia de alfas puros, no podría aceptarlo como pareja de su hijo siendo un omega.

Yoongi sintió un leve calor en sus mejillas al sentir la mirada de Taehyung, ocasionando un silencio entre ambos, no los incomodaba, sino que estaba produciendo otras cosas. Un calor en el vientre bajo, unas mariposas en su estomago. Se miraban a los ojos, eso bastaba para saber lo que pensaba el otro. ¿Esa era la fuerte conexión entre las parejas destinadas?

—¿Quieres ver una película? —preguntó Taehyung de la nada, levantándose de su cama y dirigiéndose a un pequeño mueble donde se encontraban varías películas y algunos juegos de video; un evidente cambio de tema—. Tengo algunas películas que son bastante interesantes, podríamos ver la que más te gus...

Guardó silencio abruptamente. Algo raro había en el aire, no era pesado ni apestaba, todo lo contrario, sentía un ligero aroma a flores, el cual poco a poco se intensificaba. Al voltearse se encontró con el omega siendo presa del pánico, y sin pensarlo dos veces se acercó a él muy preocupado.

—Yoongi ¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien? —preguntó tomando su rostro en sus manos.

Yoongi estaba asustado; sus mejillas se teñían de un rojo cada vez más intenso al igual que sus feromonas se intensificaban... y Taehyung ya lo había visto así una vez, estaba entrando en celo.

—Ayúdame... —murmuró entre jadeos, completamente asustado—. Ya no tengo inhibidores...

—¿Estas en celo? ¿Por qué viniste así? Pudo ser peligroso —dijo el alfa preocupado, pero Yoongi no hacía más que negar con la cabeza.

—N-no es un celo normal —respondió el albino, estrujando su ropa tratando de calmarse. Las mariposas en su estomago era el celo colándose en su sistema al pasar el efecto de los supresores—. Cuando un omega encuentra a su pareja destinada, su cuerpo entrará en celo siempre que este cerca, al menos hasta que pueda regularizar sus feromonas y se acostumbre al alfa.

—¿Entonces esto es por mi culpa? —preguntó preocupado el castaño.

—No es tu culpa... es una reacción biológica —respondió Yoongi con dificultad.

Se veía que esa situación era muy dolorosa para el omega y por lo que dijo, se habría estado aguantando desde el momento en que se vieron. Todo el día aquel pequeño albino se había aguantado a base de inhibidores, y por como reaccionaba a su toque le demostraba que no podría aguantarlo más.

—¿Qué quieres que haga...? —Le preguntó mirándolo a los ojos, los cuales estaban llenos de lágrimas.

—Tócame —respondió refregándose contra la mano del alfa como si fuera un gatito—; márcame con tu olor. Por favor...

—¿Estas seguro? —preguntó preocupado, no quería que luego se arrepintiera y lo dejara por apresurar las cosas, pero el albino no hacía más que asentir.

—Es lo más rápido y efectivo... ya no puedo contenerme por mucho más tiempo.

—Está bien, prometo ser gentil —dijo mientras acariciaba el rostro del omega, quitándole las lágrimas que se escapaban de sus ojos...


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